Tímido, el sol se escondía detrás de los inmensos rascacielos. Poco a poco iba cayendo, llevándose con él al cálido y anaranjado cielo de la tarde y dejándo el paso a la fría inmensidad de la noche. El viento ya soplaba, sin embargo, y se hacía notar al calar hondo en los huesos. Sin dudas, la adelantada sombra de una tormenta que estaba por llegar.
En la lejanía, inmensa, la ciudad de Zootopia se erguía amenazante, quebrando la sintonía de la naturaleza circundante. Fungiendo como cárcel de sus sueños, de sus ideales y esperanzas.
Si tan solo se hubiera mantenido al margen. Callada, en silencio y obediente, sin meter las narices en donde no debía...
Pero no.
Tuvo que hablar. Tuvo que meterse donde no la llamaban. Tuvo que intervenir en pos de defender a los que menos tenían.
Que ingenua había sido.
Y ahora, todos sus errores le pasaban factura. Porque fue por ella que toda la ciudad se había ido al caño. Fue por ella que, todo por lo que tanto habían luchado, quedara en cenizas.
Por ella, gente buena había pagado una deuda que no le pertenecía.
Todo era su culpa...
Un leve escalofrío, producto de la brisa, recorre su cuerpo. Entumecida por el ensueño, la reacción se toma su tiempo en llegar. Su cuerpo tiembla de manera involuntaria, liberándola de la parálisis. Por primera vez en varios minutos, quita la vista del horizonte y mira a su alrededor: Se encontraban en un mirador, ubicado a unos kilómetros en las afueras de Zootopia. Era en realidad una pequeña zona de descanso que tenía una gran vista a la ciudad. A sus espaldas, pasando la carretera y en dirección opuesta a la metrópolis, un gigantesco y verde bosque se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Su largo contrastaba notoriamente con el alto de los rascacielos de Zootopia, dando la sensación de estar escapando de estos.
Correr había sido su único acierto en un mar de errores...
Un golpe seco resuena a su derecha, seguido del sonido de los pasos sobre la gravilla. No necesita darse la vuelta para saber quién es. Estaban solos allí.
-Estamos listos para salir- Dice Nick con voz cansada. Y no es para menos, ya que su aspecto no enseña otra cosa más que deterioro. Bajo los ojos llevaba unas marcadas ojeras -¿Segura que te encuentras bien?-
-Si...-Responde Judy, volteándose a verlo. El aun llevaba el uniforme negro del equipo antidisturbios de Zootopia-
La coneja se levanta con desgano y perfila hacia la camioneta en la que habían llegado. El zorro la observa alejarse -Judy...yo...- su tono titubeante, como si no estuviera convencido de lo que está a punto de decir. Un atisbo de duda en sus ojos. Toma aire y suspira, en pos de ganar algo de la determinación necesaria para intentar alegrar a su compañera-...nada de lo que paso allí atrás fue tu culpa. Lo sabes, ¿Verdad?-
Ella simplemente le sonríe débilmente y por compromiso. En verdad apreciaba todos sus intentos por hacerla sentir mejor, pero lejos estaba cualquier palabra de eliminar todo rastro de culpa en ella. Continúa avanzando con la cabeza gacha y sube al auto, en el asiento del copiloto. Pasados unos segundos Nick le sigue con paso derrotado, subiéndose al asiento de conductor. Su cara no denota nada más que cansancio.
Pone en marcha el coche y arranca, permitiendo que la suave vibración del motor en funcionamiento diluyera el silencio en el que se habían zambullido. Un último vistazo a la ciudad a sus espaldas, más lejos a cada segundo que pasaba, les hace entender que el punto de retorno era ya inalcanzable y que, a partir de ahora, sería solo avanzar.
Estaban solos en esto.
-¿A dónde ahora?- Pregunta Nick, mirando a Judy de soslayo, pero con toda su atención sobre la carretera. Ella estaba acurrucada en el asiento, apretando su cuerpo contra ella misma y mirando por la ventana. Levanta las orejas al oírlo hablar, y lentamente se voltea a mirarlo-
-Buena pregunta…- Le responde en un murmullo casi ininteligible, aunque más para sí misma. La noche estaba a tan solo unos minutos de definirse y ellos aún no tenían un destino. Estaban perdidos, sin saber que hacer…Aunque, pensándolo bien, ¿Cómo puede uno estar "perdido" cuando no hay un destino fijo? Quizás ese fuera su único consuelo: Saberse a la fuga y, por eso, sin cuidado y libres. Porque iban a perseguirlos, de eso no había dudas. Ellos no dejarían pasar la oportunidad de atraparlos y de humillarlos. Y una vez que dejaran de funcionar como ejemplo, los matarían… Si, quizás fuera lo mejor. Ella y Nick contra el mundo, solos y sin conexiones que los comprometieran…Pero hacer eso sería demasiado egoísta. No podía dejar que otros siguieran sufriendo por su error, o al menos no mientras ella, la oficial Judy Hopps, pudiera evitarlo (Aunque fuera esta línea de pensamiento la que los había puesto en esta situación, para empezar). Con renovado espíritu mira a su compañero-Iremos a los Burrow- Nick asintió y continuó la marcha-
Judy simplemente volvió a mirar por la ventana, apreciando como la Luna comenzaba a bañar con sus plateados rayos al bosque infinito. Sintiendo en su interior un fuego que hace mucho no sentía. Era coraje, valentía.
Determinación
Iría a los Burrow y salvaría a su familia.
