INFRAMUNDANO
A: Dunkha 22/Marzo; quien espera un Regulus/Hermione [¿HermGulus?]. No pude evitar notar tan llamativa petición. Probablemente notes que me he armado de mucho valor para adaptar tu idea a este -aparente- intento de historia. Ciertamente no he seguido al pie de la letra todo lo pedido (¿Pido disculpas por eso?).
Declaro: La saga de Harry Potter pertenece a J.K. Rowling, este escrito va sin ningún animo de lucro y yo no obtengo más que la satisfacción de escribirlo, y saber que algún valiente lo leerá dejando algún comentario de apoyo y correcciones.
Advertencia: (Esto ya viene siendo evidente, más consideremos que nunca estará de más aclarar.) Se ignora completamente el epilogo (tampoco es que el fiction inicie desde ahí -aunque ahora que lo pienso...-) No canon. Entre otras cosas que se resaltarán con el avance de la historia.
Aclaración: Este fic participa en el Reto Anual "La Agenda del Señor Tenebroso" del forum "El Mapa del Mortífago".
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EXORDIUM
El chocar de sus zapatos emitía un sonido sordo (contra el adoquinado) que se esparcía en ondas por todo el solitario camino, la noche fría calaba hasta los huesos y entumía toda su carne expuesta; sus ropas oscuras cubrían su cuerpo de la ligera llovizna que caía desde hacia más de media hora, tiempo en el que llevaba recorriendo un rumbo que se había auto-impuesto. Su cabello negro se encontraba húmedo y expuesto, gotas resbalaban desde este recorriendo toda la nívea piel. Su respiración era agitada y los latidos de su corazón marcaban un compás demasiado extenuante, era demasiado chocante el tener que cargar con sentimientos tan abrumadores en una noche como aquella en la que (después de tantos problemas) había conseguido dar con otro de los Horrocruxes. La información recabada no podía catalogarse de verídica, mucho menos de confiable procedencia, pero para él (que ya estaba harto de ser engañado y utilizado) significaba mucho.
Era consiente de que esta noche de verdad podría morir; en diferencia de esa vez con el medallon de Slytherin, ahora no estaba seguro de correr con la misma suerte.
Había sobrevivido solo gracias a la magia de su Elfo domestico (que en su tiempo se deshizo en lagrimas y suplicas para que no muriera). En el calor del momento Kreacher había olvidado por completo que era un Elfo Domestico, por ende tambien era un ser mágico, y gracias a ello podía ayudar a su amo a sobrevivir (mismo amo que estaba realmente agradecido por su ayuda), el viejo elfo los había desaparecido junto con el medallon (de aquella oscura caverna llena de inferis) y habían vuelto al número 12 de GrimmauldPlace, una vez a salvo (gracias a las atenciones de Kreacher) cayó rendido y se enclaustró en su recamara al menos por un mes. Fue atendido con cuidado y mimo por su Elfo. Walburga -su madre- ignorante de tal suceso, parecía respetar al mínimo las acciones de su hijo predilecto, lo que le convino mucho, no habría tenido la fuerza suficiente para enfrentarse a su madre en ese momento.
¡A Salazar gracias por el favoritismo!
Ahora (y después de haber sopesado todo lo antes vivido), no pudo evitar llegar a una conclusión: tenía que verla una última vez.
Grabar su hermoso rostro a fuego en su mente y quizá dejar vagar en el aire la insinuación de que él siempre la amó con todo su ser. Por ello iba con el tiempo medido, decidido de que antes de arriesgar su vida (de nueva cuenta) tenían que hablar, y esperaba -con real pasión- que ella asistiera a su primer encuentro luego de tanto tiempo sin verse.
Su corazón dio un tumbo fuerte contra su pecho al ver a lo lejos su figura. ¡Estaba ahí!— y eso no podía hacerlo más que feliz. Solo tenían que hablar; debía decirle lo que sentía y por que lo hacía, la razón de porqué estaba traicionando al Señor Tenebroso de esa forma.
Empezó a caminar con más sigilo, observando como su silueta se hacía cada vez más notable ante sus ojos. Oculto entre las sombras llegó tan cerca que fue capaz de admirarla en silencio, esta vez -con más detalle- pudo notar una diferencia evidente en su cuerpo y eso hizo que se le atara un nudo en el cuello. Su corazón casi se quebró.
Está en cinta—llegó a esa conclusión inmediata.
Parecía que el pequeño bulto rondaba al menos los cuatro meses. Manteniéndose a la distancia, observó su rostro bajo la tenue luz del local. La joven mujer de largas hebras doradas acariciaba su vientre con amor, y sus ojos miraban ansiosos allí donde tocaba.
No.
Definitivamente no se sentía capaz de romper -en ese momento- su felicidad, no podía contarle absolutamente nada sin correr el riesgo de que ella se alterase, y por ende poner en peligro la vida del no nato.
Dando media vuelta se alejó sobre sus pasos dispuesto a darle una última orden a Kreacher antes de morir.
...
Apareció a las afueras de la casa de los Gaunt. Observó en un vistazo la fachada en ruinas que aún se mantenía en pie; tan imponente como un lugar abandonado podía estar, atravesó la verja y caminó con soltura hasta la puerta principal donde no se detuvo a forzarla ya que con solo recargar su mano esta se abrió emitiendo un chirrido estruendoso, obtenido por el oxido acumulado en las bisagras. Dentro todo era oscuro y el aire sofocaba sus pulmones de polvo, la humedad era palpable tanto como el frío de Enero. Por cada paso que daba la madera crujía bajo su peso, logrando un eco entre el arruinado hogar y las paredes a punto de colapsar.
—Lumus—susurró con la varita levantada entre sus largos dedos, caminando mejor y observando todo lo que pudiese ser un buen lugar donde encontrar el anillo. El aire meciendo el cabello de su frente logró captar su atención. Era un corredor del cuál a penas se podía notar nada, marcos arruinados (de cuadros vacíos) al principio de esta le hicieron pensar un poco del porqué de la ausencia. Caminó sin vacilar a lo largo del corredor; el aire era cada vez más frío, sentía como si en su cabeza algo se estuviera clavando. El tapiz roído de las paredes lo rodeaba junto con el frío y la soledad, a demás de unas crecientes ganas de escapar a ningún lugar en especifico. Tragó con fuerza el nudo metafórico que se enredaba en su garganta. —Sigue— se dijo en un murmullo apenas audible. Sentía que algo le jalaba, como si un par de garras se aferraran con fuerza a su estomago y tiraran de él con brío, el aullido del viento traspasando la vieja casa solo lo animaba a retroceder sobre sus pasos. — No lo hagas—se dijo—. Sigue. Esto depende solamente de mí. Nadie más podrá hacerlo. Nadie más sabe tanto como yo. Se lo debo a Kreacher, a ella y a su hijo. —murmuró como un mantra.
Tomó aire con fuerza, llenando sus pulmones hasta la saciedad, lo sostuvo hasta que le dolió, y entonces anduvo; caminó y caminó, el tiempo pareciendole eterno. El sudor le perlaba la frente y otro tanto resbalaba por su recta nariz llegando a gotear en la punta, sus dedos se crispaban al rededor de su varita que aún mantenía el Lumus iluminando el pasillo. Siguió aún con el dolor en su abdomen, siguió pese a los gritos que parecían inundar su mente, no paró incluso cuando creyó oír la voz del Señor Tenebroso resonando a su alrededor.
Entonces lo vio, alzándose en un pedestal de madera negra, sobre un pequeño cojín de terciopelo: El anillo de los Gaunt.
Tragó en seco. La fuerte corriente de aire de pronto había desaparecido y algo dentro de él gritaba que no se acercara más al anillo.
Ignoró como su mente le aullarba en alarma, continuó aunque su cuerpo le comenzó a pesar.
Su piel se enfrío de forma alarmante y su garganta comenzó a cerrarse, entonces lo entendió.
Con un ágil movimiento desapareció el Lumos mientras seguidamente, y sin pensar en nada más, trazó otro patrón enviando un hechizo contra el anillo que rebotó de su lugar.
Alcanzó a ver como las paredes comenzaron a derrumbarse antes de perder por completo la visión.
...
Su corazón latía con grave lentitud, la presión a la que era sometido era alarmante, tan intenso que lograba que sus oídos pitaran.
Su cuerpo dolía.
Su piel le escocía.
Lentamente la magia en su interior era filtrada a través de la sangre que escurría de la infinidad de heridas (que estaba seguro que tenía) en su cuerpo. De la misma forma sentía como la magia oscura por la que era rodeado trabajaba a la inversa, colando sangre a través de su cuerpo lastimado, casi drenado.
Respiraba, aun estaba con vida.
Era consiente de su impuesto silencio, de la arrolladora oscuridad que lo embargaba en un espacio que no podía apreciar, del intenso dolor, y del dulce olor a hierro. El aroma de su sangre.
Podía escuchar la lluvia azotar con fuerza la tierra, captaba el atronador sonido de los truenos, el silbido del aire y como este se estrellaba con fuerza contra la madera, chillando a través de las grietas. El frío de invierno podía ser inhumano, más era algo que no sentía.
No ahí en la oscuridad, preso en un hechizo escuro, que llamaba a la sangre y la magia de la tierra. Era consiente del movimiento que se emitía en la magia gracias a todo el tiempo que pasaba en soledad, segado y mudo, no podía más que centrarse en ello si no quería perder la cordura.
Había entendido el movimiento de la magia en la tierra, las delgadas lineas ley, la fuerza mágica del planeta y que proveía a su mundo de ella. Era intensa, pese a lo delgado que se mantenían, si lograba concentrarse lo suficiente podía verlas: brillantes y largas, infinitas e inalcanzables.
Era mejor eso a sumergirse en los vagos recuerdos de su corta vida...
Ven conmigo, Arctu...—gruñó por lo bajo su hermano, que bañado en sangre le extendía su mano, tratando de alcanzarlo.
Él por su parte lo miró, sabiendo que el terror en su rostro era evidente. En su cabeza se repetía la imagen de Sirius tirado sobre la alfombra preferida de su madre. Su hermano temblando despues de una fuerte sesión de Crucio's. La sangre derramándose desde las heridas causadas por su loca prima Bellatrix.
La risa de los seguidores del Lord fue atronadora cuando oyeron al joven heredero de los Black decir tales palabras.
¡Traidor!— había gritado Walburga, sus dientes chocando con fuerza entre sí— ¿¡Cómo te atreves a hablarle a Regulos de esa forma?! ¡A mi único hijo!
Regulus brincó por la sorpresa, su madre, quien había no solo engendrado a Sirius si no a él mismo, estaba negando la existencia de su heredero. Algo en el tembló, llegando a quebrar su interior. Con desespero buscó la mirada de Sirius.
Respiraba con dificultad, temblaba y de sus ojos las lagrimas se derramaban manchadas de sangre hasta la alfombra.
Un total desperdicio—Bellatrix expresó con un gruñido—, ¡Mi señor!—pidió entonces girándose y arrodillándose al instante frente al Lord Oscuro— ¡Permitame borrar esta deshonrosa mancha!
El Lord la miró, en sus fríos y rojizos ojos estaba sembrado el asco. Bellatriz tembló bajo su mirada.
Mi señor—repitió, inclinando su cuerpo aun más contra el suelo, a tal punto que parecía denigrante— ¡Disculpe mi insolencia, se lo suplicó!
Un crucio fue lanzado desde la varita del Lord, y Bellatrix chocó contra la madera del suelo.
Arctu...—llamó la voz de su hermano y el giró a verlo— ven conmigo..., lejos de esta vida... ¡Prometo... protegerte! ¡Nosotros..., más que nadie, merecemos... algo mejor que esto!—la voz se le quebró a mitad de la oración. — Despues... de todo, somos hermanos.., los hermanos se cuidan.. entre ellos, ¿No?
Su cuerpo tembló con fuerza sobre el suelo, y de sus labios escaparon fuertes aullidos de dolor, el sonido era fuerte, y la imagen tan desgarradora, tanto que inevitablemente él cayó sobre sus rodillas al suelo.
No puedo—respondió, carente de fuerzas—. No voy a traicionar a mi familia.
La varita del Lord se apartó del cuerpo de Sirius, y este respiró con fuerza, tragando el aire con demasiada dificultad, lo miró entre espasmos de dolor, sus negros y largos cabellos pegados contra la sangre en su piel.
Soy tu familia—murmuró, diciendo así que lo había escuchado.
Regulus apretó sus puños con fuerza.
Ya no más—respondió. Actuando en favor a su Lord.
Las risas estallaron de nueva cuenta, más era demasiado consiente de la presencia de su hermano, quien soltó el aire con fuerza ante sus palabras. Sabía cuanto lo había herido con aquello, él mismo sufría por eso, era eso o condenarlo a la muerte. Amaba demasiado a su hermano que no podía hacerle eso, no podía aceptar su oferta, no debía estirar su mano y alcanzar la suya, no tenía que huir a su lado, simplemente no podía condenarlos a la muerte.
Es así—fueron sus últimas palabras antes de desaparecer del Número 12 de GrimmauldPlace en un estallido. Sirius Black había logrado escapar antes de que Lord Voldemort lo marcara a la fuerza.
Solo en esa oscuridad todo le parecía muy vivido, en su recamara -por las noches- sus sueños habían sido solo sueños. Tras la marcha de Sirius las cosas habían empeorado, y él se había visto envuelto en situaciones desagradables. Noche tras noche las pesadillas lo agobiaban a un punto tal que había preferido no cerrar los ojos. Su mayor temor, soñar con la muerte de su hermano.
Aun ahora (allí, suspendido en una silente oscuridad) es lo que más terror le provoca. Prefiere estar muerto que despertar de la oscuridad y encontrarse solo.
Merlín, había hecho todo lo posible por menguar la fuerza de Tom Riddle, trató de redimir el apellido de los Black. Si tan solo todo hubiera sido diferente.
"Pero no lo es"
Solo le quedaba esperar por la muerte, si es que no estaba con ella ya.
"Aun vives"—susurró una voz en su cabeza. Sin poder escuchar su propia voz, solo pudo pensar en respuesta:
Por eso no es sensato meterse con la magia oscura -aun menos una que implica un contrato de sangre-, tiene la tendencia de llevar a la locura al usuario—y aunque él no fuera quien invocara dicha magia, le estaba afectando negativamente convivir tan de cerca con una maldición que no podía reconocer.
Un risa profunda retumbó en su mente, de haber podido Regulus habría suspirado con fastidio. Se estaba volviendo loco.
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[EXORDIUM]:Preámbulo
Notas D. Vie: Bueno, esto es traído sin ánimos de ofender a nadie y por simple placer y retroalimentación, ya saben, cuestión de inspiración. Con los días me vi tratando de darle un sentido a la historia y caí en cuenta de que sería muy difícil lograr colocar todo en un solo capitulo, ¡Así que helo aquí! Espero que les haya parecido interesante solo para iniciar, especialmente a Duhkha, ¡Esto va por ti querida! De verdad que sería agradable que estés (de alguna forma) contenta con el resultado inicial en la que decidí moldear tu obsequio, más que nada por qué de hacerlo diferente habría quedado de los horrores... tuve que escribir la introducción al menos cinco veces antes de obtener un escrito satisfactorio. Ojo que no es recriminación, es simplemente el placer de hacer algo lo mejor posible pese a los continuos errores de ortografía y coherencia... falló demasiado en eso (tiembla de horror). En fin, espero que la historia sea recibida con ánimos. No pido globos ni confeti, solo algún comentario y critica (los sé manejar muy bien). Por otra parte quiero agradecer a alter321 por señalar los errores notables que tenía en un principio esta introducción, en cuanto leí todo me olvidé de responder y me hice a la tarea de editar y componer cada párrafo con el fin de que se hiciera entendible. Gracias chica (guiño).
*La ausencia del guion largo (—) al inicio de cada dialogo en cursiva a sido a drede, puesto que de esta forma se estará señalando los recuerdos.
*En esta historia se esta manejando los siguientes puntos:
-Regulus no destruye el medallon, pero tampoco muere.
-Va a por el anillo de los Gaunt.
-Alguna fuerza oscura lo encierra en una esfera de tiempo.
-Regulos esta enamorado de Narccisa Malfoy.
-Se hace una referencia (para nada canon) de como Sirius fue torturado, escapando solo al no haber convencido a su hermano que huyera con él.
*Cada cap. Tratará de abarcar los puntos claves de la historia que se ha logrado en base a la petición de Duhkha en el foro, así que si existiera algún lector con ansias de hacerse spoiler, solo tendrá que acudir a "La Agenda del Señor Tenebroso" del forum "El Mapa del Mortífago". Y buscar la petición del 22 de Marzo para el presente año.
*No olvidé la fecha de entrega... puesto que me he ocupado demasiado con un proyecto con mi hermano, me vi olvidando el calendario, osease que esto ya estaba disponible y lo iba a publicar el 20... si, lo llevo muy atrasado (lagrimas) ¡Sinceramente lamento el retraso!
Y pues, ¡Valla! He estado con un entusiasmo medido en este proyecto tambien, por lo que espero que sea de tu agrado Duhkha, sobra decir que cualquier punto que no te haya convencido de la introducción puedes hacérmelo saber, así tendré el tiempo de editar el siguiente cap. El reated va leve, (T) por lo que las escenas estarán siendo lo más sencillas posibles, prometo que trataré de no excederme.
Nuevamente, ¡Muchas felicidades por tu cumpleaños Duhkha! ¡Espero que la hayas pasado realmente genial!
D. Vie Out!
