Capítulo 1
Una nave espía comenzó a circundar investigando los recursos del planeta. A cargo de ella iba el príncipe de los Saiyajin y otros quince guerreros a su servicio.
-Este planeta está mucho mejor que el nuestro- dijo uno de los soldados en la sala de comando- aunque es extraño.
-A este planeta fue enviado un Saiyajin de clase baja- dijo el príncipe molesto- pero al parecer no ha hecho nada por su conquista y eso que aquí no hay nadie que sea capaz de derrotarle- se acercó a las pantallas- pero no importa mucho, eso ha conservado el planeta en excelentes condiciones para nosotros- tomó un micrófono del panel de control- comuníquenme con el gran Vegeta.
Los soldados entablaron la comunicación con la nave madre.
Muchos de ellos admiraban la frialdad de su príncipe, muchas veces acataba las órdenes del rey (para los Saiyajin no existen los padres) con ironía y las acomodaba a su manera. Cuando caía en desgracia, aceptaba los castigos con altivez y cuando salía herido, jamás lo escuchaban proferir una queja y menos culpaba a nadie de sus errores, aunque nunca admitiera su culpa. No había mucho que no se supiera de él, excepto sus aspiraciones para el futuro y alguna novia.
-Gran Vegeta, el planeta se encuentra en perfectas condiciones y no se encuentran preparados para afrontar un ataque por parte nuestra.
-Entonces, inicia el ataque- ordenó el rey antes do cortar.
-Claro, inicia el ataque y recibe el castigo por no esperar a las tropas reales para terminar con el enemigo- replicó sarcástico sabiendo que del otro lado ya no lo escuchaban- busquemos un lugar desierto para aterrizar e investiguemos un poco antes del ataque, quiero divertirme un poco.
-Sí, su alteza.
Al poco rato aterrizaban sobre un desierto y desmontaban la nave para evitar que descubrieran que eran extraterrestres.
-Hacia el oeste hay un pequeño poblado llamado Leewod, su alteza.
-Vamos, tengo hambre.
Goku estaba en Kame house junto con toda su familia y sus amigos cuando sintió las presencias poderosas de 16 hombres, pero una era peor que todas las demás juntas. Su esencia era dominante, agresiva y, lo peor de todo, fría como el hielo.
-¿Pasa algo malo?- dijo su mujer.
-Sentí unas presencias malignas- le dijo- tal vez me equivoque pero uno de ellos es demasiado poderoso.
-Bromeas- le dijo Krilin- nadie es más fuerte que tú, incluido Picoro.
-Ojalá fuera cierto- intervino el maestro Roshi.
Los Saiyajin caminaban por Leewod, algunos estaban un poco asombrados porque no les temieran, pero a Vegeta no le preocupaba mucho. Ellos no tenían por qué saber del verdadero poder de los Saiyajin, se notaba a la legua que eran simples humanos y no guerreros como toda su gente.
-Los humanos son muy extraños- señaló uno de sus hombres- por lo visto llevan una vida demasiado despreocupada.
-¿Importa acaso?- lo miró- allí hay algo que los humanos llaman restaurante- les señaló- vamos a provocar estragos en este pueblo y empezar la conquista junto con una buena comida.
-A sus órdenes.
Vegeta los miró cargar energía.
-¡Esperen! Si destruyen el pueblo nos van a dejar sin comida.
-Es verdad ¿qué hacemos entonces?
-Primero que nada ¿recuerdan lo que pasó en Neichi?- ellos se miraron y asintieron- entonces, ataquemos las defensas de la ciudad, el resto lo dejaremos intacto ¿entendido?
-¡A su orden!
Lo primero que hicieron fue atacar un edificio que era distinto de los demás. Por casualidad se trataba de la municipalidad (alcaldía) del pueblo y de inmediato llegaron allí la policía y el ejército.
-¡Vaya! Por fin hacen algo bien- los felicitó y todos se pusieron en guardia- recuerden, no destruyan ningún edificio o se las verán conmigo.
Picoro dejó su entrenamiento al sentir los poderosos kis de los Saiyajin no muy lejos de donde él estaba. Los humanos estaban siendo atacados violentamente y nada podían hacer para evitarlo. Se elevó para ir a averiguar y sintió como todo se quedaba en silencio, al parecer los enemigos habían vencido ya que su energía se había calmado.
-¿Quién diablos podrán ser estos tipos?- se dijo mientras se dirigía a averiguar quiénes eran.
Los Saiyajin miraron a su alrededor asombrados ¿habían vencido con tanta facilidad? Vegeta se elevó hacia el cielo y vio como los humanos que no habían intervenido en la batalla huían despavoridos.
-Humanos estúpidos- dijo y lanzó un poder contra el túnel que le permitía escapar- les irá peor si no se someten a las fuerzas Saiyajin- dijo descendiendo junto a sus hombres- veamos que tienen estos tipos.
Los Saiyajin revisaron todo a su alrededor y sacaron todo lo que se podían comer. El ataque y el hecho que no hubiesen comido antes de salir de la nave madre le hacía devorar con mayor velocidad cuanto tenían, manteniendo su distancia con el príncipe, no querían hacerlo enfadar.
El radar del superior detectó una presencia mucho más fuerte que las combatidas anteriormente y dejó de comer para concentrarse en el poder que marcaba.
-Marca 800- dijo molesto- ¿por qué será que mandan insectos a molestar justo cuando uno está comiendo?- gruñó el príncipe molesto mientras miraba a sus ayudantes, cualquiera de ellos podía hacerle frente con facilidad, pero quería entretenerse un poco antes de la llegada del gran Vegeta- No se muevan de aquí, pase lo que pase.
-Su alteza, hay varios humanos en los alrededores.
-Déjalos, los vamos a asustar un poco- se elevó por encima de los edificios y se encontró con Picoro- ¿un namekuseijin?- lo miró extrañado- no importa.
-¿Quién demonios eres?
-No soy un demonio- le replicó cruzando los brazos sobre el pecho y frunciendo el ceño- Soy Vegeta, príncipe de los Saiyajin.
-Y eso, ¿se come?- se burló el hombre verde.
-Muy gracioso, pero pronto no te burlarás de uno de los guerreros más fuertes del universo- levantó el mentón con altivez- vamos, veamos qué es lo que puedes hacer.
Gohan estaba sentado frente el televisor junto con el maestro Roshi y Oulong viendo un programa de TV cuando éste fue interrumpido por una información urgente.
-Nuestro corresponsal informa desde el pueblo de Leewod, que recientemente fue atacada por 16 hombres extraños que destruyeron a toda la policía y el ejército del pueblo en apenas unos minutos.
-Aquí ha ocurrido un gran desastre, estos hombres son muy fuertes y, al parecer, las balas no les hacen daño, lo peor es que pueden volar y lanzar extraños rayos de energía- las cámaras apuntaron al cielo- ahora se encuentra uno de ellos, al parecer es el jefe, peleando en el cielo.
-Ese que se encuentra peleando con el extraño ¿no es Picoro?- dijo el maestro Roshi.
-Sí, es él, pero parece que no se la va a poder con el extraño- dijo Goku preocupado- pareciera que se entretiene haciendo rabiar a Picoro.
Vegeta sintió el pitido en su rastreador, señal inequívoca de que el Gran Vegeta le ordenaba comunicarse. Lanzó a Picoro de un golpe contra un edificio lejano antes de responder.
-Gran Vegeta.
-¿Has comenzado el ataque?
Vegeta miró el pueblo desolado antes de medir su respuesta.
-Sí, hemos comenzado, pero esperamos refuerzos, este planeta tiene muchos pueblos.
-Te serán enviados- le cortó de nuevo.
-Oh, muchas gracias- dijo sarcástico mientras veía como Picoro volvía la ataque- se acabó el juego, tengo muchas cosas que hacer para estar jugando con un guisante- le dio un solo golpe que dio por tierra con Picoro y descendió junto a sus hombres -¿están listos?- ellos asintieron- bien, tenemos mucho trabajo que hacer, el Gran Vegeta ya está aquí.
-A sus órdenes, Su Alteza.
En pocas, horas todo el ejercito de la Tierra trataba de defenderse del ataque masivo de los Saiyajin, pero no conseguían mucho, las defensas eran rotas de manera muy efectiva por pequeños grupos de guerreros que no estaban armados más que con sus propias fuerzas.
A las seis de la tarde ya diez de las doce ciudades principales habían caído en poder de los Saiyajin y sólo quedaba la capital del Norte y la del Oeste. Nadie sabía ya que hacer para evitar el convertirse en esclavos de esos extraños.
Vegeta, silencioso y diligente, averiguó cual era la sede principal del poder y se dirigió allí para tomarse el poder antes que el gran Vegeta, así el planeta sería suyo.
Luego de vencer a los guardias del palacio del Rey de la Tierra, avanzó por los angostos pasillos hasta encontrarse con una puerta de acero reforzado. Para él no representaba ningún obstáculo, empujó con ambas manos y la puerta cedió. Ocho guardias le rodearon, pero él ni se inmutó, sabía que no podían hacerle ningún daño.
-Humanos tontos- elevó su poder haciendo aparecer un aura azul a su alrededor que los desarmó- es mejor que se rindan ante mí, si no quieren que el Gran Vegeta los extermine.
-¿Quién eres?- le dijo un hombre con cara de perro.
-¿A quién debo responder?
-Al rey de la Tierra.
-Entonces, su majestad, el Príncipe de los Saiyajin le exige su rendición incondicional- miró a los aterrorizados guardias- tal vez yo sea más compasivo que el Gran Vegeta.
-¿Su padre?
-El rey de los Saiyajin- lo corrigió- o se rinden o los entrego al saqueo, usted decide.
El rey de la Tierra lo miró en silencio unos segundos, se notaba que era un guerrero despiadado y no sabía si debía confiar en su palabra.
-Un Saiyajin cumple su palabra por encima de todo y de todos, incluso si ello puede representar una traición- le dijo al verlo dudar- y yo, menos que ninguno, no rompo mi palabra.
-¿Y eso evitaría que sigan matando gente?
-¿Capitulará?- se tocó el rastreador- Gran Vegeta, el planeta es nuestro.
-Bien, que las tropas se detengan- se escuchó un ruido extraño- Además, este planeta es tuyo ahora ¿no?- agregó el rey sarcástico cortando la comunicación.
-Gracias- le replicó del mismo modo- quiero que le comunique a toda la gente de este planeta que han caído en el poder del poderoso imperio espacial de los Saiyajin y que si no quieren problemas, tendrán que someterse a nuestras leyes. Todos aquellos que son considerados bandido por vuestras leyes o se reivindican o mueren, no haremos juicios contra ladrones o asesinos, no los diferenciaremos tampoco, en ambos casos morirán, no habrá excepción.
La dura ley Saiyajin se impuso en el planeta, aunque todavía había por allí pequeñas resistencias, en especial las zonas alejadas de las capitales centrales. Goku y sus amigos conformaban uno de ellos, pero no conseguían mucho.
Bulma curioseaba entre las naves de los Saiyajin, tenía gran curiosidad de saber de dónde venían y cómo era que eran tan fuertes y tenían tanto poder y lugares conquistados, si eran tan pocos. Además, casi no se veían mujeres entre los guerreros.
-¿Qué crees que haces, humana?- le dijo una fría voz desde atrás- este lugar tiene prohibido el ingreso de cualquiera que no sea Saiyajin- le dijo siempre con el mismo tono- ahora, largo de aquí.
-¿Por qué tengo que obedecerte?
-Porque yo si soy Saiyajin, mujer- le dijo rodeándola con la cola- ¿alguna otra pregunta?
-Sólo tengo curiosidad por ustedes.
-¿No será que eres una espía de los pocos rebeldes que quedan por estos lados?
-Yo...
-Lo sabía- la atacó y la hizo desmayarse entre sus brazos- humana tonta, hermosa, pero igual tonta.
Goku se paseaba por el bosque preocupado por su amiga, ella había ido a ver si encontraba una manera de vencer a los Saiyajin, si esto tenían un punto débil, pero eso había sido hacía mucho y temía que la hubiesen atrapado husmeando. No podía volar, sabía que dé más ellos lo podían detectar por medio de aquellos rastreadores que llevaban. Mejor regresaba con Krilin y los demás, a lo mejor Bulma ya estaba de regreso y él se estaba preocupando demasiado por ella.
-Alto allí- le dijo una voz muy parecida a la suya.
Goku se puso en guardia y vio aparecer al hombre por entre unos matorrales. Asombrado se dio cuenta de lo parecidos que eran.
-¿Kakarotto?- le dijo el hombre.
-Mi nombre es Goku- le replicó molesto.
-Yo sabía que aquel enano era hijo de Saiyajin y que me era familiar, si se parece a mí- se burló- aunque por ahora es sólo un mocoso llorón, como lo fue su padre.
-¿De qué hablas?
-Eres un Saiyajin, Kakarotto, una poderosa raza de guerreros espaciales- lo miró- ¿y tú cola?
-La perdí hace mucho, pero eso no tiene...
-Entonces, eres un traidor a tu propia gente, hijo querido- le dijo sarcástico- ya veremos que piensa Su Alteza de todo esto- se lanzó al ataque y Goku apenas lo evitó- veo que sabes pelar bastante bien, pero aún no sacas afuera todo tu potencial, aún no estás maduro como guerrero.
-¡Que no soy un Saiyajin!
-Menudo golpe te debes de haber dado en la cabeza siendo pequeño- le replicó- ésa debe ser la única explicación que hay.
Los golpes iban y venían, ambos guerreros medían fuerzas y no conseguían desnivelar hasta que un golpe dio por tierra con Goku, perdiendo éste el conocimiento.
-¡Raditz!
Vegeta se sentó en el trono del rey de la Tierra mientras escuchaba el informe de Bardock de que había reducido a un grupo rebelde un bosque no muy lejano y que entre ellos se encontraba el Saiyajin que habían enviado tiempo atrás a conquistar ese planeta. También revisaba el caso de la mujer que el mismo había encontrado espiando en uno de los hangares el día anterior.
-¿Qué va a hacer con ellos, Su Alteza?
-Bueno, tú sabes perfectamente que estos asuntos se resuelven en un juicio Saiyajin y que los dirime el Gran Vegeta, yo nada tengo que ver en el asunto.
-¿Qué cree que resuelva?
-No lo sé- se puso de pie- creo que es mejor que los prisioneros sean informados de sus posibilidades, pero sin que lo sepa el Gran Vegeta.
-Sí, Su alteza.
Goku despertó en un calabozo junto a todos sus amigos y su hijo. En la celda vecina estaba un Picoro muy amurrado. En eso vio aparecer al hombre que se le parecía tanto ordenando al guardia que saliera un momento por órdenes del príncipe.
-Veo que al fin despiertas, Kakarotto.
-Ya te dije que mi nombre no es Kakarotto sino Goku.
-Está bien, ya sé que no recuerdas que eres un Saiyajin- le dijo- yo tampoco lo soy tan así- le señaló al guardia- estoy preocupado por la decisión que vaya a tomar Su majestad con respecto a tu vida, al final de cuentas, aunque tú no lo recuerdes, eres mi hijo y no me gustaría tener que matarte.
-¿Qué dices?- lo interrumpió Krilin- ¿qué nos van a hacer?
-Bueno, ustedes son humanos y lo más probable es que sean dejados al servicio de Su Alteza, así que no corren mayores problemas. La chica que fue descubierta espiando y Kakarotto... Goku- se corrigió- son los que se la tendrán que ver con el juicio Saiyajin.
-¿Bulma?
-Bueno, existen dos probabilidades. Debido a que olvidaste tú pasado por ese golpe en la cabeza siendo niño, puede que su Majestad reconsidere y seas dejado bajo mi custodia, aunque lo dudo mucho, el Gran Vegeta no es famoso por ser compasivo; y la otra es que tengas que luchar por tu vida contra algún guerrero designado por él. En cuanto a la chica, el asunto es distinto.
-¿La van a matar?
-No lo sé, es un caso aparte y fuera de nuestras leyes.
-Yo la protegeré.
-Salva primero tu vida- se despidió- les enviaran de comer en un rato más, Su alteza no suele dejar que sus prisioneros se mueran de hambre.
Vegeta estaba vestido como debe ser un príncipe Saiyajin mientras esperaba que se reuniera en concejo Saiyajin para el juicio y que los prisioneros fueran llevados allí. Le parecía extraño que el rey decidiera hacer el juicio presencial, no era algo que se acostumbrara, si bien no estaba fuera de sus leyes. También le parecía extraño que hubiera Saiyajin ajenos al consejo en el juicio ¿qué planeaba hacer el rey? ¿Acaso quería hacerle una demostración del poder que tenía?
No dejó de pasearse por la sala hasta que los vio entrar, pero igual tuvo la sensación de que algo malo le iba a pasar, en especial cuando entraron Broli y Turles, dos que tenía entre cejas porque solían saltarse sus órdenes cuando por desgracia caían en su servicio.
-¡Que traigan a los prisioneros!- ordenó el gran Vegeta.
De inmediato fueron introducidos a la sala los humanos, el namekuseijin y Goku, quien se notaba un poco alterado por la presencia de su hijo.
-Por ley, los humanos y el namekuseijin me pertenecen- dijo Vegeta acercándose a ellos y Bulma se dio cuenta de a quien le había parado gallos (le había echado la bronca. Krilin, Yamcha, Tenshin Han y Gohan fueron liberados y sacados de la sala.
Goku miró al Saiyajin más tranquilo.
-Comencemos- miró a Vegeta que debía de hacer de fiscal.
-Al Saiyajin llamado Kakarotto, hijo de Bardock, se le acusa de traición y rebeldía, con la atenuante de que siendo niño se golpeó la cabeza y no recordaba que era un Saiyajin. La humana se llama Bulma y fue encontrada espiando en uno de los hangares principales, delito que se agrava al declararse en rebeldía contra la persona del príncipe de los Saiyajin.
-Ni siquiera sabía quién era.
-Silencio- le dijo cortante.
El rey miró a la chica antes de mirar a su hijo, no muchas veces encontraba con que le había gustado una mujer y negaba sus sentimientos de esta manera. "Un punto débil" se dijo malicioso y pensó que por allí lo iba a herir y humillar una vez más.
-Al Saiyajin llamado Kakarotto se le otorgará el perdón única y exclusivamente si es capaz de vencer a Broli y la humana deberá defenderse de Turles.
-Ella no es guerrera, es científica- gritó Goku.
-Y según las leyes Saiyajin, si ella es vencida por Tarles será su esposa- dijo Vegeta mirando molesto al Rey- pero yo soy el dueño de este planeta y puedo dar la sentencia final sin modificarla demasiado ¿no?- miró a Turres.
-Estas actuando de fiscal- le recordó el Gran Vegeta.
-No hace diferencia ¿o sí?
-No.
-Bien, la sentencia final es la siguiente, Kakarotto deberá vencer a Broli si quiere seguir vivo, pero yo pelearé por la humana- un murmullo corrió por la sala.
Turles miró preocupado al rey, sabía de sobra que no podía vencer ni de broma al príncipe, menos podría matarlo.
-En el caso de ganar yo, ella sería mía, en el caso contrario, Turles verá que hace con ella.
-Dudo mucho que Turles pueda vencerte y lo sabes ¿no es verdad? Pues no te enfrentarás a Turles, si no que a mí- le dijo el rey- pero Kakarotto tendrá que luchar primero.
-Desafío aceptado Gran Vegeta, pero recuerde que si lo venzo tendrá que dimitir (renunciar) en mi favor como emperador de los Saiyajin- le dijo burlón- se ha terminado el juicio.
Bardock miró a Turles y se sonrió burlón, se notaba que había sudado la gota gorda ante la idea de enfrentarse a su alteza, eran pocos los que conocían su verdadero poder pero muchos se imaginaban que era tan fuerte como el Gran Vegeta. Pero también estaba preocupado por Kakarotto, todos sabían que era un desquiciado sanguinario y que su poder era enorme, como que se podía convertir en Súper Saiyajin.
-Pronto habrá un nuevo rey entre los Saiyajin- dijo Vegeta al pasar y tomó a los prisioneros PATRA llevarlos al patio de entrenamientos- esta farsa ha sido una estupidez rematada ¿qué diablo cree el Gran Vegeta que hace?- los miró molesto antes de soltar a Goku- ¿cuánto poder realmente tienes?
-No pude vencer a mi padre.
-Porque Raditz te atacó a traición- dijo Bardock.
-Veamos si se puede hacer algo por ti, no voy a permitir que el Gran Vegeta se salga con la suya, ya me tiene cabreado (cansado) de tanta tontería y demostración inútil de poder, todo por humillarme- miró a Goku- enciende todo tu poder.
Goku lo obedeció y encendió al máximo su poder, pero su estómago protestó violentamente.
-Lo siento, es que tengo hambre.
-Bardock, ordena de comer.
Por la tarde Vegeta estaba entrenando un poco con Goku, le parecía que tenía mucho potencial, pero Broli tenía tanto poder que sería difícil, a no ser... A no ser que él también se transformara en Súper Saiyajin.
-No nos queda de otra, Broli es casi tan poderoso como yo y si quiero vencer al rey, debo deshacerme de él antes- le dijo- así que vas a tener que transformarte en súper Saiyajin de aquí a mañana.
-Eso es imposible, su alteza, hay muy poco tiempo.
-Yo sé de un lugar en que podemos entrenar lo de un año en tan sólo un día, pero quien sabe si Kamisama nos permita usar esa habitación.
-¿Quién es ese tal Kamisama?
-El Dios de la Tierra.
-Lo que me faltaba, un Dios- gruñó Vegeta- pero si con ello libero a los Saiyajin y al universo de la tiranía del Gran Vegeta, soy capaz de casi cualquier cosa.
-No es bueno que hable mal de su padre- le dijo Bardock y recibió en respuesta una mirada asesina.
-Nadie te ha pedido tu opinión.
