Lo que mal empieza, bien termina
Hay días en los que es mejor quedarse en cama y no salir; días en los que algo te dice que no salgas, y sin embargo sales, ignorando por completo las advertencias.
Eso fue exactamente lo que hice.
Y todo empezó porque olvidé programar mi despertador anoche. Me levante tarde. Me perdí de un examen que valía la mitad de la calificación anual, y todo porque decidí tomarme una noche y dormir un poco tarde viendo una película de Vin Diesel en el televisor.
No podía explicármelo, yo siempre era muy cuidadoso con ese tipo de detalles, siempre me preocupaba por tener todo en orden y bajo control. ¿¡Cómo pudo pasarme esto!?
Camino cabizbajo por el estacionamiento de la universidad en la que estudio—Seishun Gakuen— traté de convencer a mi maestro de que me dejara reponer el examen, pero no me dio oportunidad en cuanto le expliqué lo que paso. ¡Era una mala excusa, lo sé! ¿Pero que mas podía decirle?
Suspiro. Este día no había empezado muy bien para mí. —Y eso que aun no había iniciado— Me dirijo donde suelo aparcar mi auto y...
Un momento...
¡No está! ¡Mi auto no está! ¿Pero cómo? ¡Si lo deje aquí! ¡Me lo robaron...!
Estupendo. Primero el examen y ahora...mi auto; definitivamente hoy no es mi día. Miro por todos lados buscando algo que me ayudase con este problema. Veo un teléfono.
¡Genial, un teléfono! Así podré llamar a la policía, reportar el robo y, de paso pedir algún taxi para así llegar a casa. Doy un paso fuera del estacionamiento, y me cae una gota...
Y otra; y otra más. Antes de siquiera salir del lugar un diluvio ya caía sobre mi cabeza. ¿Acaso alguien está en contra mía hoy?
Corro; atravieso la calle para evitar mojarme mucho y en eso lo último que escucho es el sonido del claxon de un automóvil.
Después de ahí todo se volvió oscuro.
Abrí despacio mis ojos y todo lo que veía eran paredes blancas. Trate de incorporarme hasta que sentí el pesado yeso que envolvía mi brazo izquierdo.
-¡Nya, despertaste!- Escuche una voz y en cuanto me di vuelta, pude apreciar al joven que se encontraba a un lado de la cama. Sus rojos cabellos resaltaban como llamas ante la blancura de las paredes y, sus brillantes ojos azules me mostraban inocencia y arrepentimiento al mismo tiempo.
-Perdóname, es que no te vi…-admitió con algo de vergüenza este pelirrojo con aire gatuno.
¿Y yo que podía decir? Solo sonreí.
Tal vez este día no iba tan mal después de todo…
Fin
Mi primer fic de la Golden y mi primer intento de Shonen- ai -w-
Ooc? Muy plagoso empalagoso? xD opiniones por favor owo…
