Titulo: Power and Glory

Autora: Tsubame Gaeishi

Genero: Religión, Romance, Drama

Advertencias: (AU) Se usan algunas citas bíblicas, si este fic es algún ataque a tus creencias, una disculpa de antemano, esto lo hago por ocio y con todo el respeto que cada religión se merece, espero no causar conflictos ni nada por el estilo, otra cosa, si no crees no poder soportar algunas cosas, por favor, evita la pena de leer y cierra.

Bien me dicen a veces que los tres temas que nunca se deben tocar son "Futbol, sexo y religión" jajajaja XD pero bueno, me aventaré a hacer esto, me acompañan a esta aventura?, sé que encontraré enemigos, personas que me detesten después de esto, muchas criticas que quizá me quiten las ganas de seguir, pero intentaré llegar hasta el final.

Espero les guste.

Agradecimientos: a Jiroh Akutagawa (ella sabe quien es xD) por el titulo General del fic, y el del primer capitulo oxo.

... un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dicen son originados en aquel único como fuente principal...

Capitulo 1 : Profecías

Había estado sentado todo el día en la oficina y realmente estaba cansado de ver la pantalla de plasma de la computadora, había estado escuchando música para pasar bien el largo día de trabajo pero tampoco es suficiente, realmente tenia los ojos cansados.

Mis piernas parecían entumecidas por haber estado sentado todo el día trabajando en mi escritorio, si no era firmando papeles, era actualizando la base de datos de la empresa, o ya sea solo contestando una llamada de alguna otra compañía, en verdad que yo debía de caminar más seguido, o eso decía el doctor.

Suspiré hondamente y agradecí no haberme traído el auto en la mañana, quería caminar y aparte por lo que veía, había un trafico del demonio, así que había sido una buena elección después de todo.

Hacía frío, era invierno y la nieve ya hacia su aparición y aunque aún faltara menos de un mes para Navidad, las calles ya parecían estar celebrando Noche Buena, y yo como apreciaba esa noche, con una bebida caliente en mi departamento, compartiéndolo con mi compañero de hace muchos años.

Gakuto Mukahi.

Y es que desde que salimos de la Universidad, él me había pedido permiso para quedarse en mi departamento y yo estando solo, en definitiva que había aceptado, poco después vino lo que yo nunca creí que pasaría entre ambos...

Un beso, una caricia... e hicimos el amor toda una noche entera.

Como había disfrutado eso, y como lo disfruto ahora y es que aunque él llega más tarde que yo, siempre llega sonriente y me abraza, cenamos y nos vamos a la cama, después de un rato de darnos mimos mutuamente, nos quedamos profundamente dormidos para el día siguiente donde él se levanta solo para darme el desayuno y despedirme.

El sale a su trabajo más tarde.

De pronto una ráfaga de viento helado me hace detenerme y giro mi cabeza, estoy enfrente de una iglesia católica, es hermosa, tiene una decoración exquisitamente barroca y contemporánea al mismo tiempo, exactamente lo que me gusta ver.

Con una sonrisa en los labios, entro cuidadosamente, el rechinar de la puerta se escucha con eco por todos lados y mis ojos azules logran ver velas encendidas debajo de las estatuas de yeso o papel maché, las figuras llaman la atención, algunas afligidas, otras que causan ganas de arrepentirse, otras que estrujan el corazón.

Gakuto detesta todo esto, yo lo admiro, me quedo embelesado viendo todo esto, estudiándolo, y es que es algo tan fascinante...

Me acerco al altar, ahí solo logro aspirar un aroma bastante agradable, es incienso, y mis ojos se giran hacia el fondo del altar, un cristo crucificado, bastante cruel la escena ya que tiene la cara completamente agachada y su cabello dañado esta cayendo por cada lado de su rostro, se ve que ha sufrido mucho.

Admiro al artista o a los artistas que hayan hecho esa imagen, captaron perfectamente la esencia de la crucifixión de Jesús, el cuanto sufrió y todo lo que llegó a callar mordiéndose los labios.

No sentí los pasos que se acercaron a mi.

-Sufrió mucho, todo por el amor que nos tiene a todos y cada uno de nosotros...

-Padre, no lo vi acercarse, buenas noches.

-Buenas noches hijo, veo que estabas admirando a nuestro señor.

-Así es... me parece... extraordinario lo que hizo.

-Y sigue haciéndolo, el perdona todos los pecados, tiene mucha paciencia... tanta que podría aguantar tu rutina de trabajo o la de quien sea con tal de hacerte descansar a ti.-sonreí.

-Dijo que volverá...

-Y lo hará... volverá para hacer el juicio final, para que los cabrios descarriados sean contemplados en el inagotable amor de Dios Padre.

-... Dios Padre... –

Mis ojos giraron a ver la hermosa paloma blanca que había del cristo crucificado.

-El espíritu Santo.

-Así es, Hijo... ¿vienes a confesarte?

-No Padre, muchas gracias, solo pasé a ver nada más.

-Oh, es bueno que hombres jóvenes como tú aun sigan interesados en esto.

-Los hay, padre, aún los hay ... –en ese momento, una Biblia se cayó del altar asustándonos a ambos.

El padre se aventuró a acercarse a tomarla y levantándola se le quedó mirando y comenzó a leer...

-Bienaventurado es el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, Si no que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche, será como árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; todo lo que hace prosperará...

Me le quedé mirando, el verlo leyendo aquellas palabras me hacia sentirme extrañamente atraído, algo dentro de mi me decía que terminara el versículo... debía terminarlo.

El Padre me miró y después de tragar un poco de saliva continuo...

-No así los malos que son como el tamo que arrebata el viento, por tanto no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la consagración de los justos, por que Jehová conoce el camino de los justos mas la senda de los malos perecerá... Salmos 1, versículos del 1 al 6

Cerré los ojos y suspiré.

-Me retiro Padre, buenas noches.

No oí respuesta así que salí de ahí a paso algo rápido, en realidad no sabía el por qué pero me había alterado de una forma extraña el haber escuchado esa parte de los salmos, precisamente de los salmos que se dicen los cánticos de alabanza hacia dios.

Había tomado misa alguna vez, había escuchado partes de los evangelios y escuchado cartas de Pedro hacia los corintios o tesalonicenses, a los romanos... yo se suponía debía de estar acostumbrado.

Me detuve, ya estaba corriendo, me paré en una esquina y respiré agitadamente mientras miraba hacia alguna parte, donde encontré una cafetería, quizá eso me calmara, pediría algo sencillo simplemente para calmar mis nervios.

Al entrar, el ambiente se volvió completamente pesado peor aun así me aventuré a entrar y sentarme aparentando calma, debía ser paciente para llegar a calmarme, siempre había sido así y sonriente pedí un café con leche caliente y algunas piezas de pan.

Suspiré hondamente y me recargué en el sillón.

Al traerme mi pedido, la chica se fue apresurada, vi en ella exactamente lo mismo que vi en la cara del Padre de la iglesia, algo de miedo hacia mi.

¿Por qué?...

¿Que tenia que daba miedo a los que se me quedaban viendo a la cara?

Comenzaba a desesperarme pero al tomar mi café con leche caliente, me calmé. Suspiré hondamente para después de dejar el dinero en la mesa, salir de hi en dirección al departamento.

Al llegar, simplemente me saqué la chamarra, los guantes y la bufanda haciendo algo que nunca hago, aventándolas al sofá de la sala y me metí a la recamara a tirarme a la cama, después me dieron ganas de tomar una ducha.

Me levanté perezoso y me comencé a sacar la ropa quedando en ropa interior únicamente, sintiendo inmediatamente el frío de la noche en mi piel, rezándola de inmediato, tomando la toalla me acerqué al baño y dejé mis lentes en la repisa de la entrada del baño y me metí al cuarto de baño.

Suspirando me terminé de desnudar para dejar que las gotas de agua caliente cayeran en mi espalda, seguramente estaba así de alterado por tantas horas frente a la computadora y quien no enloquecería, hasta alguien como yo que soy muy paciente.

Suspiré hondamente y sentí como el agua se calentaba un poco más, o quizá mi piel se había enfriado de más y el agua la sentía caliente.

De pronto un dolor, un dolor en mi cabeza, imágenes extrañas, sonidos de martillazos y ... mis manos, me dolían mis muñecas.

Me llevé las manos para vérmelas y abrí mis ojos lo más que pude, tenia sangre, estaban manchadas, escurriendo de sangre y descubrí que mis muñecas eran la fuente del sangrado.

Grité, grité como nunca, lo más fuerte que pude ya que dolían, y sangraban en exageración, no sabia que hacer y de pronto de nuevo los martillazos, gritos extraños en una lengua que no conozco, mi cabeza estaba dando vueltas y más vueltas.

De pronto todo se oscureció, todo lo veía negro...