Prólogo
Un auto se cruzó en nuestro camino. Se escuchó el rechinar de las ruedas en el asfalto de la fría carretera, que solo era iluminada con los faros de aquel coche que nos volcó.
Lo último que recuerdo es a Jacob sobre mi prominente vientre de cuatro meses, impidiéndome que me lastimase más de lo que ya lo estaba. El automóvil empezó a arder envuelto en las llamas que solo por ahora atacaban la parte frontal de nuestro vehículo, en donde estaban mis padres.
Jacob besó la alianza de compromiso en mi mano y susurró "Se feliz" antes de que la luz de sus ojos desapareciera.
Alguien se acercó corriendo, me sentí como flotar y una voz totalmente desconocida pero tan suave como el terciopelo me decía al oído "Por favor, resiste".
Escuché una explosión, unos cuantos gritos y la voz de terciopelo se volvió desesperada.
Pero ya no escuché más, solo me dejé ir.
