Otro día mas empezaba para Naruto, aunque no es que eso importase mucho, así como no importaba el echo de que fuese lunes o viernes, primero de mes o ultimo, o que fuese septiembre o junio, nada importa cuando todo a dejado de importarte, nada importa cuando da igual que día sea si sabes que nada va a cambiar y todo va a seguir igual.

Ese era el primer pensamiento que cruzaba por la mente de Naruto cada mañana. Cuando como cada día abría los ojos debido a la molesta alarma de su móvil, aunque esa fuera la única utilidad aparente de ese irritante aparato.

Lentamente abrió los ojos, aunque aparentemente nada cambio, dado que desde hacia bastante tiempo, su habitación estaba pintada totalmente de negro, y como algo normal en el pueblo en el que vivía, no era conveniente abrir las ventanas.

No es conveniente tener las ventanas abiertas en un lugar que tiene una media de 330 días al año de cielo nublado.

Esto no es algo que le molestase en lo mas mínimo, solo era un reflejo de cómo se sentía por dentro. Sentía que todo en su vida estaba nublado, incluso a veces tormentoso.

Como cada mañana se levanto arrastrando los pies, con paso cansado y sin entusiasmo, tomo sus cosas y se dirigió al baño. Como cada mañana abrió la ducha mientras que se desvestía para que diese tiempo a que llegase el agua caliente, agua que a pesar de todo no la sentía caliente, si no fría, el calor es algo que aparentemente se le había negado. Una vez se hubo desvestido totalmente se adentro a la ducha hasta que el agua "tibia" entro en contacto con su cuerpo, haciendo que sus pelos largos y morenos, y no es que hubiesen sido así, no, sus pelos antes eran de un intenso color rubio, pero tras un tiempo decidió teñírselo, total ¿que sentido tiene el tener un pelo tan luminoso y aparentemente lleno de vida cuando no es así como te sientes? se escurriesen por su duras facciones.

Sentía el agua tibia mas no caliente, como si fuese sangre lo que lo bañase, su propia sangre, sentía su cuerpo frió como si se le estuviese escapando la vida, mas no era una idea que le desagrada. No, no después de tantos años de vivir sin vivir ¿Qué sentido tenia vivir si no tienes motivaciones, si no tienes una luz que guié tu camino, que te de seguridad y calor? ¿Qué sentido tiene vivir en un mundo en el que todas las personas son hipócritas? tanto que no se bastan con engañar a los demás si no que además tratan de engañarse a si mismo.

No entendía la dificultad que tenían las personas para mostrarse tal y como eran. Él no tenia ese problema, se sentía miserable, solo, incomprendido, y disconforme con todas las reglas establecidas y no se molestaba en ocultarlo, es mas disfrutaba enormemente el demostrarle a todo esos hipócritas que no se creía sus mentira, que por mucho que tratasen de engañar a los demás, a el no podían. Si podría decirse que esta era la única cosa que disfrutaba de verdad.

Una vez que sintió que su cuerpo se encontraba limpio, salio y tomo una toalla con la que seco superficialmente sus cabellos morenos, para luego pasarla de la misma forma por el resto de su cuerpo, un cuerpo que para todos los demás seria el cuerpo que cualquier chico desearía.

Con su 1,80 cm de estatura sus anchos hombros largos y bien formado brazos, vientre plano y definido, mas no de una forma exagerada, y por extensión unas piernas y un trasero bastante bien formados. Aunque todo esto no es que le hiciese la vida mas fácil, o que le alegrara su vida de alguna manera, es mas no era algo que se hubiese planteado tener, o algo para lo que hubiese tenido que trabajar, era algo completamente natural, al parecer su metabolismo y genética le habían dado algo que ni le agradaba ni le desagradaba. A veces pensaba, que injusta es la vida, darme algo que no necesito y todos quieren, mientras que todos aquellos que lo quisieron no lo han obtenido.

Una vez se sintió lo suficientemente seco tomo su ropa interior y se la coloco, para luego colocarse un chaleco que a pesar de no ser muy delgado quedaba tan ajustado a su cuerpo que le marcaba bastante bien todo lo que la vida le había dado. Para la parte de abajo no eligió algo tan ajustado, no era su estilo para nada, prefería colocarse unos pantalones muy holgados de color negro, como su chaleco. Se coloco sus deportivas, negras.

El negro era el color que mas le gustaba, le permitía reflejar a los demás todo el tormento que era su vida, bueno aunque también le gustaba el gris sin vida de sus ojos, que dejaba ver el interior de su alma, como un día nublado y como con su pelo, este no era su color natural, mas bien era el resultado de las lentillas que se había acostumbrado a llevar, no soportaba el azul intenso de sus ojos sin estas lentillas, solo reflejaba una inocencia e intensidad de emociones que él no sentía en absoluto.

Para terminar su estilo de vestir, engancho el juego de cadenas a la cintura de su pantalón dejándolo caer hasta casi tocar el suelo y sus ya habituales pulseras de pincho.

Estos accesorios, le permita recordar que vivir era un condena, una penitencia, un castigo.

Tras salir del baño ya completamente vestido y habiendo colocado su cabello de una forma natural y sin mucho enredo, se dirigió a un rincón de su oscuro cuarto y tomo la moleta, sin molestarse en comprobar si llevaba los libros que necesitaba ese día, total no era algo que verdadera mente le importase, en realidad nada le importaba, bueno si solo había una cosa que le importaba, demostrar a todo el mundo lo desgraciada que era la vida. Aunque no es que fuese un martil que se regodease en su propia desgracia, no nada de eso, pero le gustaba demostrarle a los demás que la vida no es lo que ellos piensan. Había tomado esto como su penitencia, como su misión en este mundo.

Sin siquiera pasar por la cocina tomar algo de desayunar, tomo su chaqueta negra y salio a la calle, donde no se le hizo nada raro que estuviese lloviendo, eso era algo natural. Lo que si no era natural era su manera de ir a clases, no eso no lo era ya que la mayoría de los estudiantes tomaban en el autobús o iban en sus propios coches pero sin embargo él iba a diario en su moto. Por ese motivo no se molestaba en secarse su pelo cuando se duchaba, total se empaparía por el camino igualmente.

Una vez llego al instituto aparco la moto y se dirigió hacia su primera clase, no es que esa clase le importara pero se lo había prometido a su madre antes de que esta muriese, al menos terminaría el instituto. A pesar de percibir las miradas y los cuchicheos a su alrededor los ignoro como ya estaba acostumbrado, que se metieran con el que tratasen de pegarle, que le escupieran, era el pan de cada día y hoy no seria diferente.

Sin darle mayor importancia a las palabras que sus "compañeros" le dirigieron una vez entro a la clase Naruto se encamino a su ya tan habitual asiento al final de la clase donde le era fácil aislarse de la clase.

Aunque en esta clase no se aislaría. Tocaba Filosofía. Su gran enemiga. Así era, esta asignatura junto al profesor que la impartía parecían empeñarse en demostrarle que la vida no era como él lo creía y el se pasaba en vano cada hora de esta tratando de convencer a su profesor y "compañeros" que la vida es un castigo, que aunque pienses que hay siempre algo que puede salvarte de la oscuridad, no lo hay, que aunque piense que las cosas pueden ir a mejor, no lo irían.

Cada clase de esta asignatura era siempre lo mismo, aunque no lograba entender como el profesor le podía poner un sobresaliente, cuando nunca contestaba correctamente en los exámenes y nunca entregaba la tarea, aunque quizás se debiera al hecho de que era el más participativo en esa asignatura, más bien el único que participaba.

A pesar de que en esta clase si pretendía mostrar interés, no se permitió que su expresión lo demostrara, para los demás su semblante permanecía carente de emoción como cualquier otro día u otra clase.

Cuando por fin llego el profesor encargado de impartir Filosofía, muchos se sorprendieron de ver que no venia solo, aparentemente había una nueva incorporación al alumnado. Naruto no le preste mayor atención que la necesaria para percatarse que debía de ser el típico deportista popular creído hasta la medula, y como todos los demás, hipócrita.

Ya ves no hacia falta nada mas que echarle una ojeada para percatarse de ello; cabello moreno largo, no mucho, le llegaba a la altura de la barbilla, ojos igualmente negros, debía medir aproximadamente como el mismo, centímetro arriba centímetro abajo, con una complexión muy semejante a la suya, para nada delgado un cuerpo bastante ancho pero muy definido. Tenia una postura altiva y unos andares sumamente prepotente, y para completar el cuadro su piel nívea hasta lo imposible, como si fuese un noble el cual se digna por vez primera a salir de sus aposentos para mezclarse con la servidumbre.

Y esa solo fueron las deducciones que el mismo pudo llegar a sacar solo con verlo. Pero tras oírlo hablar y verlo como se movía y trataba a los demás compañeros con una indiferencia que hasta ese momento era característica en este centro por una sola persona, Naruto mismo, no hicieron otra cosa que reafirmar su opinión respecto a este nuevo "compañero".

Así se encontraba sumergido en sus divagaciones sobre una persona más de lo debido cuando hasta sus oídos llegaron las palabras del profesor.

–Hoy puede sentarse con el alumno Uzumaki ya que es el único asiento libre, mas tarde podrá elegir su asiento si ese no le parece adecuado. Dijo el profesor en un tono que pretendía ser cortes y acogedor como tratando de que el nuevo alumno no se sintiese incomodo.

Pero este muy lejos de sentirse así o de simplemente utilizar algún monosílabo para contestar de alguna manera, se limito a asentir de una manera bastante fría y descortés.

Bueno eso que me ahorro, por lo que se ve el pasa de todos como yo, así que mientras él no trate de decirme nada, yo tampoco tendré que hacerlo, como si no existiese. Pensaba Naruto.

Conforme se acercaba junto a Naruto, este se dedico a colocar en su semblante su expresión más neutral y carente de emoción que tenia y no dijo ni una palabra cuando el joven al cual había oído mencionar el profesor como "Sasuke Uchiha" se sentó en el asiento contiguo al suyo.

Bueno tenia claro que el no iba a saludarlo, pero no se consideraba una persona maleducada así que si el otro hubiese tenido la decencia de saludar, el lo hubiese echo aunque tan solo fuese con un asentimiento de cabeza, pero nada este joven parecía tan carente de expresión como de vocabulario.

La clase paso sin mucho revuelo, ciertamente como algo anormal en esta clase Naruto no participo. No es que hubiese algún problema ni nada por el estilo, tan solo que como era el primer día del semestre el profesor tan solo se limito a comentar las vacaciones a informar de las nuevas lecturas que harían durante este semestre y demás tontería sin sentidos de las que hablan las personas hipócritas por excelencia.

A pesar de lo aburrido que se hallaba, no pudo dejar de percatarse del hecho de que el chico a su lado tampoco prestaba la más mínima atención al resto de la clase, ni tampoco parecía que fuese a participar en las conversaciones que se mantenían por toda la clase. Por el contrario saco un libro, el cual me sorprendió, no veía a un tipo como el leyendo ese tipo de cosas, libros los cual creía ser el único en la escuela en haber leído.

Cuando finalizo la hora, sin nada de mayor mención. Una chica de cabello rosa se acerco hasta la mesa del joven sentado al lado de Naruto, con una mas que clara intención de seducirlo. Parece que la Haruno facilona ya encontró nueva victima. Pensó Naruto para si y soltó un casi imperceptible suspiro que no paso inadvertido para el joven sentado a su lado, aunque no dijo nada al respecto, tan solo se limito a levantar la vista para fijarla en una pelirosa, que venia hacia el con un contoneo suave de caderas que pretendía ser sensual y atrayente. Sin poder evitarlo Naruto puso los ojos en blanco y casi le suelta lo muy zorra que era en voz alta, pero eso hubiese sido mostrar mayor interés por algo de lo que era su actitud habitual.

–Hola, encantada soy Sakura Haruno. Dijo mientras levantaba su mano en pos de que el chico junto a Naruto se la estrechase y se presentara, pero este tan solo se limito a observarla por unos segundos para después soltar en un susurro apenas audible que como mucho abría sido capaz de oír la Haruno y Naruto.

–Sasuke Uchiha. Mientras volvía a fijar su mirada en el libro sin tan siquiera hacer el intento de estrecharle la mano.

Por la expresión de la haruno era fácil descifrar que se hallaba muy extrañada y por no mencionar desilusionada. Pero aparentemente eso no la iba a amedrentar.

–Bueno mis amigos y yo nos preguntábamos si no te apetecería venir a sentarte a aquella zona de la clase, para que nos conocieras y así te integrases en el grupo. Dijo con una voz que pretendía sonar calmada y agradable pero en el que se detectaba un atisbo de desconfianza mas en si misma que por la del chico.

El chico sentado junto a Naruto levanto la mirada la observo por unos segundos, para luego dirigir la misma hacia la zona que la chica le había mencionado con una expresión aburrida y hasta cierto punto exasperada para luego decir casi resoplando.

–Honestamente preferiría no hacerlo, no me gusta relacionarme con gente bulliciosa y que se limita hablar de cosas banales e insustanciales totalmente carentes de sentido, prefiero el silencio que me permite concentrarme en la lectura, algo que si tiene bastante mas sentido que vuestras ridículas conversaciones, ahora si no te importa me gustaría terminar de leer esto.

Sus palabras dejaron por un instante sorprendido a Naruto. Parece ser que mis prejuicios me llevaron a concebir una idea equivocada sobre la actitud de este chico, creí que era un chulo, frió, engreído y altanero y resulta que más bien es completamente como yo. Pensaba Naruto bastante sorprendido.

Aunque bueno, todo esto podría deberse al simple echo de que simplemente fuese así de frió y cortante con todos por que tuviera una creencia de ser superior a los demás. No seria ni el primero ni el último que se encontraba así. Seguía pensando para si mismo.

A los pocos minutos de ese incidente y sin que pasase nada fuera de lo común llego la profesora de la clase siguiente, esta no le interesaba a Naruto así que con todo el descaro del mundo saco su mp3 y se puso a escuchar su grupo favorito, sin prestar la menor atención a nada mas.

Durante toda la clase no pudo evitar sentirse observado, y no sabia porque tenia la sensación de que quien lo observaba era el chico que se sentaba a su lado, pero no le dio mayor importancia, siguió con los ojos cerrado disfrutando de la música.

Cuando el primer disco llego a su fin, abrió los ojos, como quien se despierta de un largo letargo, apago el aparato y lo aguardo con tranquilidad, para segundos después escuchar la campana que señalaba la hora del descanso.

Dispuesto a salir y marcharse a algún rincón en el que pudiese estar asolas, sin nadie que lo incomodara con su presencia, fue a agarrar el libro que debería estar en su mesa, mas por pura fachada que por verdadera necesidad. Cuando se percato de que no estaba, desconcertado giro la vista de un lado a otro de la mesa tratando de hallar el dichoso libro. Cuando de buenas a primera el libro llego hasta el desde su derecha, acompañado de la mano y el brazo del chico que se había sentado a su lado.

– Lo tome prestado, supuse que no lo ibas a necesitar teniendo en cuenta que te hallabas completamente abstraído con la música, y como yo aun no tengo los libros me tome la libertad de cogertelo, espero que no te importe.

Sin dejar entrever ni una pizca de su asombro ante las palabras del chico sentado a su lado Naruto tomo el libro con una mano y lo lanzo al interior de su mochila. –Para nada, así al menos alguien lo abra leído alguna vez. Dijo con su mejor cara de indiferencia total, y su mirada mas ausente posible.

Sin decir nada mas se levanto de su sitio, dispuesto a irse a la azotea o la parte trasera del edificio para pasar con tranquilidad el descanso. Pero debió suponer de antemano que esto no seria tan fácil como él pensaba cuando apenas había dado unos quince pasos desde su aula sintió como era agarrado y lanzado contra una pared, por uno de los chicos que menos le soportaba, bueno no solo a él si no a sus verdades.

–¿Se puede saber a donde vas tan rápido? Le pregunto con una sonrisa burlona mientras le apretaba contra la pared con el antebrazo apoyado en su garganta mientras era respaldado por sus amigos.

Sin molestarse en contestarle Naruto se limito a alzar la vista hasta encontrarse con los ojos de este sujeto, con la mirada más vacía e inexpresiva que estos habían visto alguna vez.

–Te e hecho una pregunta, responde. Dijo casi gritando, aparentemente perdiendo la poca paciencia con la que la vida lo había dotado.

– ¿Importa? Se limito a responder con una voz fría y carente de emoción. Al parecer esa no era la contestación que el chico esperaba por lo que en cuestión de segundos se puso colérico.

– ¿Qué si importa? Aquí las preguntas las ago yo, limítate a responder si no quieres que te rompa la cara.

– ¿Te sientes mas hombre por pegarle a alguien que no tiene intención de defenderse y rodeado por tus amigos? Dijo Naruto con la mirada fría pero una media sonrisa en los labios.

Esto le hizo estallar, por unos segundos pareció que le hubiese caído un balde de agua fría encima, para un instante después lanzar su puño hacia atrás para golpearlo con todas sus fuerzas en la mandíbula. Naruto ni siquiera trato de detenerlo o cerrar los ojos, simplemente se quedo mirando como era golpeo. A pesar de que su cara había girado debido al golpe, y se notaba a metros que tenia el labio inferior roto, tan solo atino a alzar la mirada y encararlo.

–¿Satisfecho? ¿Te sientes desahogado ahora que as descargado tu frustración? ¿Te sientes menos inferior ahora que me has golpeado? Dijo con una media sonrisa en sus labios mientras la sangre escurría por su barbilla hasta caer al antebrazo del chico que aun lo apretaba con este en el cuello.

–¿Sabes? No deberías seguir riéndote solo conseguirás que te pase esto. Mascullo entre dientes antes de alzar la mano de nuevo para golpearlo otra vez.

Pero justo antes de que su puño llegase a impactar sobre el rostro de Naruto, otra persona había golpeado al chico lanzándolo al suelo debido a lo inesperado del golpe.

Desde el suelo alzo la cabeza para ver quien era, mientras yo gire mi rostro para igual que él saber quien había sido mi "salvador" para encontrarme con la sorpresa de que era mi "compañero" de asiento, el tal Uchiha Sasuke.

–¿Por qué no le golpeas a alguien que si se defienda? ¿O acaso solo lo golpeas porque sabes que no se va a defender, pero aun así traes a tus amigos por si acaso? Dijo Sasuke con su pose altiva, con sus manos metidas en los bolsillos, y de apariencia tranquila, aunque con la mirada bastante crispada, por la injusticia que acaba de ver.

–¿Cómo te atreves a golpearme? Mal nacido, esta me la vas a pagar. Dijo con voz entrecortada mientras se ponía en pie y se marchaba con sus amigos.

–¿Te encuentras bien? Le pregunto Sasuke a Naruto una vez los otros se habían perdido de vista.

–Si, y no era necesaria tu intervención. Dijo con un deje carente de emoción.

–¿Bromeas? Lo que no entiendo es por que no te defendiste tu mismo, tienes cuerpo para quitarte de encima a esos niñatos.

–No merece la pena golpear a todos lo que son igual que el, si lo hiciese así, me pasaría el día golpeando a todo. Dijo mientras cogía su mochila que había quedado en el suelo y le daba la espalda para dirigirse a la parte trasera del edificio para así alejarse de todos los malditos hipócritas de ese edificio.

Mientras tanto Sasuke se había encaminado a paso lento hacia la azotea del edificio quizás con la esperanza de cruzarse con ese chico que tenia como compañero. Aunque a simple vista se podía percibir su escepticismo hacia la mayoría de las personas, habiéndose cerrado en banda a relacionarse con cualquiera, se podía entrever que tenia una forma de ser bastante peculiar.

Desde allí diviso al objeto de sus pensamientos recargado, solo, en el tronco de un árbol. Parecía que de nuevo andaba oyendo música, sin saber muy bien por que a su mente llego la duda de que clase de música escucharía, tratándose de él seguro no era cualquier música.

Será interesante, saber quien de los dos lleva la razón. Sin saber como ese pensamiento había cruzado su mente, no sabia de donde venia o que lo provocaba, pero si sabia algo, verdaderamente seria interesante comprobarlo.