DISCLAIMER
Ninguno de los personajes me pertenecen, y la historia propiamente tal es creacion de Stephanie Meyer.
Hola, Comienzo a escribir New Moon desde el punto de vista de Jacob Black. Me metere en su mente desde el momento en que Bella llega a su casa. Espero que les guste. Dejen Reviews ;) Y pronto subo otro capitulo. CARO.
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Prefacio.
El amor, como el fuego, no puede subsistir sin un movimiento continuo; deja de vivir en cuanto deja de esperar o temer.
--- Francois, Duque de La Rochefoucauld
Sorpresa.
Trabajar en mi auto siempre me apasionaba durante los últimos meses, pero ese día me sentía extrañamente solo. Mi padre, Billy, no asomaba nariz por el garaje, su silla de ruedas no daba para eso. El trabajo en mi clásico Volkswagen me estaba medio frustrando, aunque ya casi estaba terminado. ¿Dónde estarán Embry y Quil para que me echen una mano?
De repente sentí un familiar ruido afuera. ¿Será Charlie que viene a ver a Billy?- me pregunté. No, definitivamente ese no sonaba como su auto de policía, era algo más fuerte. Decidí ir a asomarme por la ventana para ver de qué se trataba. Tenía una vaga intuición de haber escuchado ese ruido antes… ¿La vieja camioneta? Imposible, murmure para mis adentros, pero estaba en lo correcto, lo comprobé al mirar al exterior.
Salí por la puerta delantera y caminé unos cuantos metros.
-¡Bella! Exclamé. No pude evitar sentir alegría y una gran sonrisa atravesó mi rostro.
Bella estaba cambiada, sin duda. Su rostro parecía medio vacío y parecía como si no hubiese esbozado una sonrisa hacía mucho tiempo. Recordé lo que me había dicho mi padre el día en que se fueron los Cullen, Bella se había extraviado en el bosque, por su culpa y Charlie había comentado que desde ese día era como si estuviera muerta en vida. Pero eso ya no importaba, ella estaba feliz de verme, al igual que yo a ella.
-¡Hola, Jacob! – Su voz expresaba entusiasmo y parecía sorprendida. Di unos cuantos pasos más hacia ella y me detuve, era tan pequeña y se veía tan frágil. Me miró con asombro inclinando hacia atrás la cabeza. La lluvia corría por su rostro.
-¡Has vuelto a crecer!- comentó aún asombrada. Me sentía tan feliz de verla que no podía evitar sonreír cada vez que me dedicaba una palabra. Bella me agradaba muchísimo.
-Uno noventa- proclamé orgullosamente y con una grata satisfacción.
-¿Es que no vas a parar nunca? Te has puesto enorme.- Su rostro expresaba que aun no se lo podía creer. Vamos, no es para tanto- Pensé. ¿O si? La verdad nunca me había preocupado demasiado en mi aspecto, auque era verdad que yo había cambiado bastante desde la última vez que nos habíamos visto… En su baile de graduación.
-La verdad es que estoy hecho un espárrago- admití con una mueca. La lluvia aumentaba su intensidad y ya estábamos bastante mojados.- ¡Entra!-La invité. Te estas poniendo perdida.
Caminamos hacia mi casa, el pelo me molestaba cuando estaba mojado así que me hice una coleta.
-Hola, papá- llamé al pasar por la puerta. Había mucho viento asíque sostuve la puerta con mi mano mientras Bella se asomaba y entraba. Mira quien se ha pasado por aquí- Dije, feliz.
Mi padre se acerco en su silla de ruedas y se puso frente a Bella.
-¡Vaya, pero esto que es! Cuanto me alegro de verte, Bella. La saludó y le dio un apretón de manos.
-¿Qué te trae por aquí?- Inquirió papá. Yo también quería saber esa respuesta, aunque por el motivo que fuera, estaría feliz de todos modos. ¿Todo va bien con Charlie?- Quiso saber.
-Si, fenomenal. Solo quería pasar a saludar a Jacob.-dijo y se me soltó otra sonrisa cuando pronunció esas palabras.-Hacia mucho que no lo veía- Concluyó Bella. Y vaya que yo tenía ganas de verla, noté que mi rostro no había dejado de sonreír desde que había oído el motor de la camioneta.
-¿Podrás quedarte a cenar?- Preguntó Billy tan entusiasmado como yo.
-No, he de hacer la cena para Charlie, ya sabes.- contestó.
-Puedo llamarle- sugirió papá-. El siempre está invitado.-insistió.
-No es que no nos vayamos a volver a ver. Te prometo que estaré pronto de vuelta, tanto que terminarás harto de mi.- prometió Bella. ¿Es que pensaba venir a menudo? La idea me gustó, muchísimo.
-Vale, quizás la próxima vez- contestó papá riendo.
-Bueno, Bella, ¿Qué quieres que hagamos?- pregunté. Y me revente la cabeza pensando en que podría entretenerla.
-Lo que quieras. ¿Qué hacías antes de que te interrumpiera?- me preguntó.
-Me dirigía justo ahora a trabajar en mi coche, pero podemos hacer cualquier otra cosa…
-¡No, eso es perfecto!- interrumpió-. Me encantaría ver tu coche. – Esa respuesta me sorprendió.
-De acuerdo- contesté con inseguridad-. Está allí afuera, atrás, en el garaje.
Bella sonrió y enseguida saludo a papá con la mano.
-Luego te veo- le dijo.
La conducí por el camino al garaje y finalmente llegamos a donde se hallaba mi coche.
-¿Qué clase de Volkswagen es éste?- me preguntó.
-Es un viejo Golf de 1986, un clásico. –comenté triunfal.
-¿Y como van los arreglos?- Quiso saber Bella.
-Está casi terminado. Mi padre mantuvo su promesa de la primavera pasada.- Comenté, refiriéndome al extraño trato que había hecho con él en el baile de graduación de Bella.
Debía decirle a Bella que se alejara del vampiro, a cambio de las piezas de mi coche y algo de dinero. Te estaremos vigilando- recordé.
-Ah- contestó con algo de incomodidad.
-Jacob, ¿sabes algo de motos?- me preguntó, cambiando de tema.
Me extrañó la pregunta. Me encogí de hombros.
-Algo. Mi amigo Embry tiene una porquería de moto; a veces trabajamos juntos en ella. ¿Por qué? –le pregunté.
-Bien…-dudó.- Hace poco adquirí un par de motos y no están en muy buenas condiciones. Me preguntaba si serias capaz de ponerlas en marcha.
-Guay- sonreí, me gustaban los desafíos y aun más si estos consideraban pasar más tiempo con Bella, además tenía ganas de trabajar en algo más que no fuera mi coche- Les echaré una ojeada.-continué.
Levantó un dedo, en señal de advertencia, o algo así.
-La cosa es- explicó- Que a Charlie no le gustan las motos. Francamente, le daría un ataque si se entera de esto. Así que no se lo puedes decir a Billy- me pidió. Esa no era una tarea muy difícil de cumplir.
-De acuerdo, vale.-. Me hago cargo.- prometí.
-Te pagaré- continuó. Eso no me gustó, yo de veras quería ayudarla, sin nada a cambio.
-No. –dije tajante. Quiero ayudarte. No admitiré que me pagues.
-Bien… ¿Y que tal si hacemos un trato?- sugirió. Yo solamente necesito una moto, y también me hará falta recibir lecciones ¿Qué podemos hacer al respecto? Podría darte la otra moto a cambio de que me enseñes.
Esa me pareció una buena idea.
-Ge-nial- dije entusiasmado.
-Espera un minuto ¿tienes ya la edad legal? ¿Cuándo es tú cumpleaños?
-Te lo perdiste- dije como si estuviera resentido, bromeando- Tengo ya dieciséis.
-No es que la edad te lo haya impedido antes- murmuró- Siento lo de tu cumpleaños.
-No te preocupes por eso. También yo olvidé el tuyo. ¿Cuántos has cumplido, cuarenta? – bromee
-Cerca.- contestó siguiéndome el juego.
-Podríamos hacer una fiesta compartida para celébralo. Sugerí.
-Suena como una cita.-concluyó. Esas palabras sonaron mucho mejor, me entusiasmé de verdad.
-Quizás cuando terminemos las motos, que serán una especie de autorregalo- añadió
-Trato hecho. ¿Cuándo me las traerás?
-Las tengo en mi coche- dijo algo avergonzada. Mientras antes empezáramos, mejor.- Pensé
-Genial- contesté.
-¿Las verá Billy si las traemos aquí?- me preguntó algo preocupada.
Le guiñé el ojo para calmarla.
-Seremos astutos.- comenté.
Nos acercamos a la camioneta, escondidos de la mirada de papá, pegados a los árboles. Saqué rápidamente las motos de la parte trasera del vehiculo. Bella me miro con una leve admiración.
-No están tan mal- comenté mientras las empujaba bajo los árboles-. Esta de aquí tal vez llegue a valer algo cuando acabe con ella. Es una Harley Sprint.- concluí.
-Ésa entonces para ti- me ofreció.
-¿Estás segura? – le pregunté.
-Totalmente.- contestó. Me gustaban las motos, me atraía la velocidad, asíque me hacia feliz que me la haya dado.
-Esta otra, sin embargo, va a costar algo de pasta- advertí mientras observaba lo oxidada que estaba.- Tendremos que ahorrar para comprar algunos componentes primero.
-Nosotros, no- rectificó. – Compraré todo lo necesario si tú haces esto sin cobrar.
-No lo sé…- murmuré. No estaba seguro de dejarla cubrir todos los gastos.
-Tengo algún dinero ahorrado. Ya sabes, mi fondo para la universidad.
Asentí. Me pareció bien, aunque aún dudaba. Era mejor si no teníamos que perder tiempo ahorrando dinero. Estar con Bella me hacía muy feliz.
