Nota original de autor:

Me gusta mucho los AU cardverse, y me apena no ver muchas historias de este tipo que sean Gerita, lo cual es entendible ya que Himaruya puso a Kiku como la reina. Pero he decidido cambiar eso para la historia, seré muy lenta en el avance de esta mientras termino Amor Aeternus, solo quería dejar este capítulo listo para dar comienzo a esta trama. Espero lo disfruten.

Notas adicionales:

Hola, me tome la libertad de traducir este fic del inglés al español. Como dice el titulo el autor de este fic es worldwidecupcake, yo solo he traducido tan maravilloso trabajo. Si por allí encuentran algunos errores por favor avísenme para poder mejorar la traducción. También hay algunas cosillas que me dieron tremendo dolor de cabeza. Es un fic Gerita mayoritariamente (aunque también hay mención de otras parejas) ubicado en un universo cardverse. Sin más, espero disfruten la a historia tanto como yo.

CAPITULO 1

Existen cuatro reinos en este mundo. Están Tréboles, Diamantes, Espadas y aquellos en los que vamos a enfocarnos, Corazones. El reino de corazones era orgulloso de si como cualquier otro reino, con abundancia en cultura, historia y tradición. Eran ampliamente conocidos por su dedicación a las artes, evidenciado en cualquier parte, desde sus paisajes hasta su arquitectura. También eran conocidos por su severidad y en el honor que encontraban en mantener una imagen orgullosa y respetuosa ante otros reinos.

Los reyes y reinas eran educados para mostrar estas cualidades, una pareja de poder y alcurnia que continuaría manteniendo al reino con esa prosperidad que nunca había dejado de tener. Los ciudadanos del reino los admiraban, pues era su unión la que llenaba de vida y riquezas a la tierra, y como tal eran tratados como dioses a los que debían de adorar, dándoles grandes cantidades de dinero para que pudieran mantener su lujoso estilo de vida, uno que los complaciera y a la vez motivase para seguir haciendo lo mejor para su reino.

El Jack estaba a cargo de cerciorarse que tanto el rey como la reina fueran leales a su pueblo, que sus trabajos, así como sus deseos fuesen cumplidos como deseasen. Ellos trataban de mantener a los monarcas unidos, con una relación armoniosa, así como su entorno. El Jack era tan importante y poderoso como un rey o una reina y, por lo tanto, tan respetado como uno.

Por años, la provincia italiana era la encargada de ver nacer, criar y entregar en su momento un Jack al reino, para servir al rey y a la reina en la ciudad capital en la provincia alemana. En el pasado, por los días donde el reino aún era nuevo y, como muchos creen, atravesaba su época más próspera, la provincia italiana era la encargada de traer el mundo a los reyes, muchos de los cuales fueron los más poderosos e ilustres. Pero conforme el tiempo fue pasando, la provincia alemana tomo esa posición, y por siglos ha continuado siendo quien dé a los reyes.

La reina podía ser de cualquiera de las tres provincias principales, pero en un pasado solían nacer principalmente de la provincia japonesa. Eso también cambio hace un par de años, y muchas de las reinas han sido también de la provincia alemana, el Jack podía ser tanto japonés como italiano.

Pero este año, todo cambió

Por primera vez en siglos, una reina había nacido en Italia. El reino e incluso personas fuera de este celebraban tal acontecimiento; ya que un rey o reina italiano usualmente significaba una época de cambios o la oportunidad de obtener nuevas riquezas o grandes ideas para los años venideros. Augusto, el orgulloso abuelo del bebe, decidió dar un gran baile para celebrar el nacimiento de su nieto.

La familia Vargas era una de las grandes familias nobles en Italia, se rumoreaba que provenían del linaje del gran Rómulo, uno de los mayores reyes de Corazones. Por lo tanto, tenían un hogar lo suficientemente amplio para albergar a todas las personas que fuesen a la celebración.

Asistió gente de todas las provincias, incluso de otros reinos. Llenaron los terrenos con coloridas banderas y todo tipo de regalos: carruajes, caballos, dragones, fénix y otras formas de animales que asombraron a todo niño presente. La música estaba en el aire, canciones de suerte, de bendiciones y alegría para él bebe. Incluso con lo espacioso que era el terreno de los Vargas, no había suficiente espacio para todas las personas, quienes se hallaban amontonadas fuera, esperando su turno para poder ver a la próxima reina.

Augusto, su hija, Renata, y su esposo se aseguraron de atender a todos los que asistieron, incluyendo aquellos que esperaban fuera, con la mejor comida de la provincia, esperando que cada uno pudiera entrenarse entre conversaciones y la excitante atmósfera del ambiente por la nueva vida que se encontraba presente.

La casa estaba preparada para la ocasión, la mayoría de los muebles y la decoración había sido trasladada para tener más espacio y todo había sido decorado con flores rojas características del reino, como un símbolo y señal de bienvenida al recién nacido. Eran en su mayoría los miembros de la nobleza y amistades cercanas a la familia Vargas los que se encontraban dentro de la casa, cada uno admirando la belleza del bebe, de tan solo cuatro meses de edad, quien recibía a todo quien fuera a verlo con risas.

"oh, pero si eres el niño más lindo que he visto". Canturreo Elizabetha, la joven princesa de Tréboles, quien disfrutaba el tiempo con la futura reina de corazones, jugando con todos los juguetes que su familia le había comprado, así como con aquellos que eran regalos.

"¿Podría cargarlo, Signora Vargas?" le preguntó a Renata, quien estaba conversando con la madre de Elizabetha.

Se disculpó amablemente y fue en dirección a la ricamente decorada cuna, cargando al bebe de forma dulce y amorosa, ambos compartiendo sonrisas similares.

"por supuesto que puedes, cariño" dijo mientras le pasaba el bebe a la niña, quien nerviosamente empezaba a sujetarlo, asegurándose de sostenerlo de manera correcta, como la madre del niño había hecho.

"ten cuidado con su cabeza, ahora sostenlo firmemente por el cuerpo" le guió, hasta que Elizabetha estaba segura de estar sujetándolo bien, meciendo al bebe mientras ambos compartían la misma risa que habían tenido mientras jugaban.

"oh Renata, es una ternura" Expreso la madre de Elizabetha

"sí que lo es. El será la reina más hermosa que este reino haya tenido" Augusto anuncio alto para que todo el mundo pudiera escucharlo, habiendo llegado desde fuera, sosteniendo al hijo mayor de Renata y el hermano mayor del bebe, Lovino.

"¡oh papa! "Renata pareció sermonearlo, pero dentro de sí misma esperaba que su padre tuviera razón.

De pronto noto las lágrimas en los ojos de Lovino, además del raspón en la rodilla del niño.

"Lovino, tesoro, ¿qué sucedió?" confiando que Elizabetha sostendría bien al bebe, se acercó al lado de su padre, buscando cargar a su hijo de dos años, meciéndolo y aliviándolo de cualquier daño por el cual haya pasado

El pequeño se limpió las lágrimas y se acomodó en el pecho de su madre, envolviéndola con sus brazos. A Renata no le incomodo esta acción, abrazándolo de la misma forma, acariciando su espalda esperando que esa acción lo calmara.

"vio uno de los grifos que los reyes de diamantes trajeron, lo persiguió por todo el lugar y no lo dejo tranquilo hasta que el animal chilló por haberle agarrado su cola. Fue entonces cuando cayó al piso y empezó a llamarme" conto Augusto conteniendo la risa.

Renata no pudo evitar sonreír también, con su brazo aun sosteniendo firme y dulcemente a su hijo mientras se quedaba dormido. Su otro hijo, viendo las lágrimas y la tristeza en el rostro de su hermano mayor, empezó a llorar fuertemente sin importar los esfuerzos que hacia Elizabetha por calmarlo.

"Renata!" llamo a la madre

Ella, quien había aprendido en los pasados meses a lidiar con el peso de sus dos hijos, se apresuró a tomarlo de los brazos de la niña, meciéndolo inmediatamente mientras el bebe dejaba de llorar, viendo la sonrisa amorosa y protectora que Lovino le dedicaba. El bebe empezó a reír, moviendo sus piernas y levantando sus manos, como pidiéndole a su hermano que jugase con él.

"mis adorados niños" murmuro su abuelo, acercándose para acariciar el cabello de Lovino y la mejilla del bebe. "Lovino y Feliciano"

Era una escena tan hermosa que muchos de los presentes observaron, sacándole una sonrisa incluso al rostro más serio. Tan solo el fuerte sonido de las puertas hizo que todos salieran de si hipnotismo. Vicenzo, el padre del niño, entró en la habitación con sus ojos violetas llenos de pánico que puso a todos en la habitación nerviosos.

"el rey! "exclamo. "el rey Aldrich está viniendo" y la habitación entera se volvió un loquerio

Incluso Augusto y Renata empezaron rápidamente a ordenar cualquier cosa que se halla desordenado o movido de su lugar mientras celebraban. Feliciano fue puesto de nuevo en su cuna, observando como las personas empezaban a correr por toda la habitación, erguidas con su mejor postura, arreglando sus trajes y vestidos, volviéndose tan tiesos como si de estatuas se tratasen. Incluso los Vargas, quienes se encontraban al lado de la cuna pasaron por la misma transformación. Solo Feliciano permaneció como siempre, moviéndose de un lado a otro esperando que su abuelo o su madre lo volviesen a cargar.

Un largo carruaje, tirado todo el camino por cuatro majestuosos caballos, llego a las puertas de la casa, Deteniéndose en el espacio disponible entre los demás carruajes que se encontraban, dejándoles el camino libre a la casa de los Vargas. Hubo silencio, pero también muchos murmullos de personas que sabían que el carruaje traía ni más ni menos que la familia real de corazones. Las puertas del carruaje se abrieron y de ellas salió el rey, con un lujoso traje rojo y dorado, alto, firme y poderoso, pero con movimientos tan gráciles y admirables que muchos se inclinaron ante su presencia. Detrás de él vino la gran y honorable reina, con un lujoso atuendo que combinaba con su esposo, luego de ellos salieron su hija y su esposo con sus dos pequeños hijos.

Todo el mundo sabía que el hijo menor de la princesa Monika, el príncipe Ludwig, había nacido con la marca, y que después de Aldrich sería el próximo rey y probablemente el futuro esposo de la pequeña reina. Por supuesto que lo habían traído también para ver, Aldrich, sosteniendo al pequeño de un año en un brazo avanzo hacia la casa, saludando a todo aquello que se reverenciaba ante el mientras pasaba. Dos sirvientes le abrieron las puertas principales, y Aldrich, habiendo estado allí antes, guió a su familia por los conocidos pasillos. La cantidad de personas que llenaban el salón se sobresaltaron, reverenciándose y dándoles espacio para avanzar hasta que llegaron al salón principal. Una vez dentro, todo el mundo presente se inclinó ante ellos inmediatamente, sincronizados perfectamente, lo cual lo volvió incluso un bello espectáculo.

"su majestad" Incluso Augusto se había reverenciado y se refería a él por su título.

"vaya, sí que es una sorpresa" se burló Aldrich

Augusto no era alguien que solía referirse a él de esa manera. En otra ocasión, lo hubiera abrazado, dado unas palmadas en la espalda e incluso dado un beso en la mejilla. Pero esta vez, lo recibió con el respeto correspondiente para un rey, ni siquiera acercándose, sino solo extendiendo sus brazos para recibirlo en su hogar y presentando a su familia, sobre todo a el nuevo miembro, quien era la razón por la cual la familia real habían viajado y estuvieran visitándolos; así como la gran celebración en el ambiente.

Cada uno se dio el tiempo de saludar a todos los presentes uno por uno, hasta que solo quedaba el pequeño Feliciano. Aldrich, con su nieto aun en sus brazos, fue el primero en acercarse hacia la cuna para ver él bebe, quien dejó de moverse para mirar al extraño y curioso hombre mirándolo completamente. El rey se quedó observándolo fijamente por un largo tiempo, sin siquiera ofrecerle una sonrisa, una mano o siquiera un ataque de cosquillas como los demás lo habían hecho al conocerlo. El joven príncipe tenía la misma reacción, mirándolo completamente indiferente, buscando algo más interesante para entretenerse.

"Pensé que habías dicho que era un niño"

"Bueno, lo es" Augusto se sintió casi insultado que haya dudado sobre eso.

Aldrich arqueó una ceja, pero decidió no seguir hablando del tema

"Se parece mucho a tu hija" eso llamó la atención de Renata, quien sonrió y se inclinó ante el rey de nuevo

El silencio continuó, el rey siguió mirando, sin decir ninguna palabra, pero con una mirada analizante. Todas las personas presentes esperaban nuevos cumplidos o incluso insultos, pero nada de eso llego.

"Louis!" llamó y la reina se acercó a la cuna luego de una corta charla con Renata y Vicenzo.

Bajo su mirada hacia él bebe con los mismos ojos desinteresados, pero era menos intimidante que los otros dos hombres. Puso a Feliciano a sonreír y reír, con sus manitas incluso extendiéndose a ella como pidiendo que lo tocase o incluso que lo cargase. Louis no pudo contener su mirada seria por más tiempo. Sonrió de vuelta al bebe e incluso agarro sus pequeñas manitos, haciendo sonreír al bebe por la suavidad y la pequeña muestra de afecto.

"que encanto" finalmente un cumplido de parte de los Beilschmidt, de la reina nada menos.

Un suspiro de alivio se dejó oír en toda la habitación

Las cosas se calmaron y el salón continuo con su anterior celebración, incluso los Beilschmidt se unieron al baile, hablando y bebiendo.

La reina había tomado cierto gusto por la joven reina, cargándolo e incluso dándole una bendición especial usando magia, deseándole una feliz y larga vida. Deseando pasar el tiempo con los demás Vargas, dejo al bebe de nuevo en su cuna, dejándolo solo por un momento mientras los demás invitados estaban distraídos con la compañía de los demás y con todo lo que el festín ofrecía.

Solo un invitado parecía lo suficientemente intrigado para acercarse de nuevo a la cuna, el pequeño príncipe de un año, Ludwig, quien aún no entendía porque ese bebe merecía tanta atención. Espero poder quedarse lo suficiente para saber la razón, mirando al bebe, quien sonreía y trataba de llamar su atención como ningún otro. Ludwig no se atrevía no se atrevía a tocarlo, queriendo probar que él no caería en cualquier encanto que el bebé pudiese tener para atraer la atención de todos los adultos presentes. Aun así, Feliciano continúo riendo y sonriéndole, esperando que eso hiciera que el propio príncipe sonriese. Ludwig apoyo su cabeza al filo de la cuna, empezando a sentirse cansado y esperando poder ser cargado por su madre o su abuela. Pensó que sería una mejor idea correr hacia ellas que siguiendo esperando que algo interesante viniese del bebe.

Y de pronto, llegó.

Lo único que hizo falta fue un simple toque en su brazo, agarrándolo firmemente en su lugar. Ludwig giro la vista hacia el bebe y quedo impactado por sus grandes ojos. Que parecían estar rogándoles para que se quedase, para que continuara haciéndole la compañía que buscaba. La sonrisa, el brillo y la necesidad en esos pequeños dedos, hicieron que Ludwig se acercara y entrelazase sus dedos con los de Feliciano, quien se movía entusiasmado al haber finalmente llamado la atención y sacado una sonrisa a su nuevo amigo.

Podríamos decir que todo empezó con ese pequeño toque.

Era importante para el rey y la reina tener una relación sólida desde el primer momento de conocerse, siendo bebes, niños, adolescentes, adultos o incluso después. Es por eso que los Beilschmidt continuaron con sus visitas por los siguientes meses, para que los dos futuros gobernantes pudiesen conocerse. Claro que ambos no podían hacer mucho siendo infantes, pero habían pasado suficiente tiempo juntos para reconocerse o incluso llamarse entre ellos pos sus nombres para jugar mientras su vocabulario crecía. Su familiaridad hizo que su amistad empezase a crecer junto frente a los ojos de sus familias. Algunas veces en el palacio, Ludwig rogaba para poder ver a su amigo y que Feliciano llorase noches enteras si Ludwig no estaba. Estaba volviéndose bastante común que Ludwig se quedase una temporada en los terrenos de los Vargas, ya sea jugando en los campos, en la casa o quedándose despierten la noche por horas hablando o leyendo los libros que Feliciano tenía en su habitación, inmerso totalmente en las historias o las ilustraciones que ofrecían. La familia Vargas ya no se preocupaba de preparar la casa para su visita o de actuar formalmente. Él se había vuelto otro miembro más de la familia, causando los mismos destrozos que todos estaban acostumbrados a ver.

Era un bello día de primavera, el sol brillaba en un cielo casi despejado, todos los verdes campos estaban brillantes y las flores eran tan coloridas como los arcoíris que decoraban el cielo algunas veces. Era el ambiente perfecto para relajarse, tomar una siesta, leer un libro o disfrutar de un picnic. Pero con el constante ruido de metal atravesando los campos, no parecía la mejor opción.

Feliciano asomo su cabeza en la cima desde la cima de una colina, escondido tras una pared, con una gran olla roja en su cabeza que delataba su posición fácilmente, pero este niño de apenas cuatro años no lo sabía, para él era su movimiento más estratégico, una victoria limpia para él y su compañero. Ludwig se asomó junto a él, localizando su objetivo cosechando algunos tomates de una gran plantación.

"tienes lista tu espada?" susurro Feliciano, haciendo que Ludwig levantase una escoba que habían tomado de la cocina.

"¿qué me dices de tu escudo?" pregunto esta vez Ludwig, y Feliciano alzo un viejo panel de espuma.

Estaban listos, soltando pequeñas risas mientras se paraban, bajando lentamente por la colina. Pero, aun así, las armaduras que habían conseguido hechas de sartenes y sogas seguía estrellándose entre ellas, causando suficiente ruido para delatarse. Afortunadamente, Antonio, el sirviente de diez años de edad, estaba lo suficientemente distraído con los tomates para percatarse de los pequeños soldados listos para atacar.

"Por la gloria!"

"por el honor y la riqueza!"

"Por los dioses!"

"Por corazones!" gritaron alternándose, para luego gritar y correr bajo la colina, haciendo suficiente ruido para captar la atención de Antonio, así como también de algunos jardineros que estaban trabajando tranquilamente.

Todos rodaron sus ojos cuando se dieron cuenta que eran tan solo el príncipe y el joven amo. Antonio, por el contrario, entro en pánico, soltando su canasta de tomates y buscando un lugar para esconderse antes de que pudiesen derribarlo. Felizmente para él, el impacto nunca sucedió, ya que los niños habían menospreciado el terreno aun fangoso por la lluvia que había caído en la provincia los días anteriores. El pie de Ludwig quedo atrapado en la tierra, atrayéndolo hacia el suelo hasta que aterrizo en un gran charco de lodo. Feliciano se tropezó de igual manera cayendo en el mismo charco. Su elegante ropaje blanco se había ensuciado completamente y los niños aun no lograban salir de donde estaban, avergonzándolos completamente como para poder pararse para mostrar sus sucios rostros a aquellos que presenciaron la escena. Muchos de los jardineros se reían, pero no hacían el menor intento por ir a ayudarlos, incluso Antonio seguía en shock, debatiéndose si debía correr o ayudar a los jóvenes amos.

Una sirvienta, que había estado buscando las ollas cantantes toda la mañana, presenció la escena y fue rápidamente a contarle los hechos a la Signora Vargas, quien detuvo su pequeña clase de cocina con Lovino para ver si su hijo y el Príncipe se encontraban heridos y tratar de reconfortarlos. Mientras se acercaba a los niños, asegurándose que ella misma no terminase cayendo en el lodo, vio que los niños no tenían nada más que ropa, cara y cabellos sucios. Se veían adorables tratando de salir y limpiarse todo el doblaje pudieses, sacándose sus "armaduras", "escudos" y "armas" de paso. Renata río por lo bajo, ayudándolos a regresar al pasto sin importarle que su falda o manos se ensuciasen.

"¿Qué guerra se desató para que ustedes enviaran sus ejércitos?" Preguntó en tono juguetón mientras una sonrisa se formaba en su rostro, dejando ver que eso no sería un sermón.

"Estábamos castigando un crimen" trato de defenderse Ludwig

"Un crimen horrible que merece ser pagado con la vida, por su falta de respeto hacia los próximos rey y reina" esa declaración no sonaba nada amenazante viniendo de un niño de apenas 4 años.

Renata dirigió su mirada hacia Antonio, quien seguía petrificado en el mismo lugar, sin entender a que se referían los pequeños lords. No había hecho nada digno de la muerte.

" pero que pudo haber hecho el dulce Antonio?"

"Se comió todos los tomates de la cosecha de la semana pasada!" Acusó Feliciano, apuntando su improvisada espada hacia Antonio, esperando que con eso su madre entendiese y les dejase vengar la casa por la comida robada. Renata no podía creerlo.

"En serio lo hizo?" Hubo silencio mientras los dos niños lo pensaban detenidamente.

"No lo sabemos realmente" admitió Ludwig

"Pero Lovino nos dijo eso" trató de defenderse Feliciano, ya que su hermano mayor siempre decía la verdad.

Renata lanzó un suspiro molesto, pensando en el regaño que le daría a su hijo mayor después. Respiro suavemente tratando se calmarse, aún tenía que solucionar esto.

"Feliciano, caro mío, no fue Antonio quien lo hizo. Estaba igual de desilusionado cuando paso"

Ambos muchachos, desilusionados, dejaron caer sus armas; manchando aún más sus finas ropas, así como las de Renata.

"Entonces, ¿quién fue?" Preguntó Feliciano

"Lo atraparemos!" Proclamó Ludwig, cogiendo nuevamente su espada, preparándose a combatir un nuevo enemigo.

Renata los atrajo a ella, limpiando sus rostros lo mejor que podía con su delantal.

"¿Qué les parece si vamos a darles un baño y luego a comer unos deliciosos bocadillos? Yo misma lidiare con el culpable después.

Los niños no podían negarse cuando había bocadillos de por medio.

Notas finales:

Y aquí está el primer capítulo, en realidad tenía planeado colgarlo el 14 pero mi laptop se malogro.

Como ven en este universo los gobernantes nacen con una marca que los indica como los siguientes, es totalmente aleatorio y no influye el género. Así que por eso Feliciano es la nueva ¨reina¨ aunque un poco confuso tener que usar artículos femeninos cuando se refiere a su título.

Espero sus reviews que con gusto haré llegar a la autora si ella no lo lee primero, o sugerencias de traducción. Estaré publicando los capítulos semanalmente entre sábado y domingo.