Justo en el medio


Observa la acera, en silencio.

Está molesto.

Siente a Takashi detrás de él, pero no quiere voltearse. No está seguro de qué expresión ha adoptado, pero sabe que no es una del tipo con que le gustaría mirar a su acompañante.

Llueve. Muy suavemente, mas lo suficiente como para sentir la humedad abrazándolo, mientras que uno que otro pájaro interrumpe la calma con su trino.

Lleva varios minutos apretando los puños, sin cansarse, como si sus brazos fueran una parte muerta de su cuerpo, una parte que él no siente. Quisiera poder decir lo mismo del resto: por una vez en su vida, quisiera no sentir.

Percibe a su primo acercándose. Le gustaría ser capaz de hablar, de decirle que se vaya, que no quiere descargarse con él.

Sin embargo, cuando la mano cálida de Takashi se apodera de uno de sus puños cerrados, consigue que todo se congele, se detenga.

Y luego, por fin, Mitsukuni levanta la cabeza. No sonríe, ni siquiera hace el intento, pero tampoco está cegado por la rabia de hace unos segundos.

Podría decirse que está justo en el medio, entre Honey, el host, y su otro yo, el que da miedo. El que siempre trata de ocultar, aunque no siempre lo consiga.

- Están esperando.

No lo mira, todavía no está limpio por dentro como para mirarlo. Quiere que todo termine, volver al döjo y escuchar lo que tengan que decirle, cosas con las que nunca estará de acuerdo pero que tendrá que oír de todas formas; porque eso es lo que él es, eso le corresponde, y si Takashi puede hacerlo por él, Mitsukuni también puede hacerlo, por Takashi.

Pasa otro rato de silencio. Sus pulsaciones se regulan, ya nadie corre peligro.

Relaja sus manos, pero Takashi no lo suelta. Sabe que no debe hacerlo hasta que entren, hasta que lleguen con sus familias y reciban nuevas órdenes. Todo según el protocolo.

Un último pájaro canta. Takashi lo mira de soslayo, y piensa.

Piensa cosas que no dirá, cosas que sólo él y Mitsukuni entienden.

- Takashi.

Habla. No es la voz de siempre, no es la voz dulce de niño que come pasteles. Pero a Takashi le gusta más ésta, porque sabe que es la real, aunque sólo salga en momentos tensos, y su dueño necesite que le den la mano para no destruir todo a su alrededor.

Asiente con la cabeza, se dan la vuelta y se encaminan al döjo, juntos.


SW: (se asoma por detrás de Takashi, tímidamente) ni idea de qué me dio, sé que tengo fics pendientes; pero una lee cosas de Ouran y queda con ganas de más, y como no tengo a quién darle mandados, tuve que escribirlo yo misma.

¿Ha notado alguien más la completa penuria de KyouyaxTamaki en la que nos encontramos? ¡Justicia! Necesito leer sobre ellos y no encuentro nada de nada u.u

Whatever, gracias por leer. Nos vemos :3