Hola!

Bueno, lo primero, deciros que esta es la primera vez que escribo sobre esta pareja de gemelos… más que nada porque los descubrí ayer por la noche, viendo Hellboy 2 (y sin ver la uno xD). Ahora mismo no tengo mucho tiempo, así que este fic probablemente no sea muy bueno, pero en cuanto tenga un ratito, escribiré otros mejores… sobre todo algunos con incesto y otros con finales alternativos… ODIÉ el final, en serio, pero como me pareció muy "bonito" el dramatismo, quería hacer uno así, por lo que esto es POV Nuada… ay, mi primer POV… :)

Disfrutad y dejad reviews… si queréis, vamos, si no, no.

SPOILERS DEL FINAL DE HELLBOY 2, EL EJÉRCITO DORADO (?)


POV Nuada.

No podía creerlo… aquel estúpido monstruo rojo me había vencido…

Pero no querer matarme fue su error. Probablemente no lo hiciera por Nuala; si yo moría, ella también lo haría; y aquel pez azul parecía estar perdidamente enamorado de ella. De todas formas, fue un gran error que, esperaba, pronto le pasaría factura.

Y no se le ocurrió otra cosa a aquel estúpido, más que volverse. No comprendía cómo había sobrevivido tanto tiempo, con lo descuidado que era. Aquella era mi oportunidad, lo vi al instante.

Nadie me estaba viendo salvo mi gemela, pero sabía que ella me quería demasiado para hacerme daño… a veces me arrepentía por hacerle aquello, pero al instante se me pasaba; lo hacía por mi pueblo, por nuestro pueblo; los humanos debían morir. Y para que aquello pudiera ocurrir, los que se interponían en mi camino también debían morir… como el monstruo rojo, ni más ni menos.

Cogí mi adorada espada, a punto de atravesarle, y entonces… lo sentí. Un intenso dolor. Me llevé las manos al pecho; la sangre se deslizaba por mis dedos. Más dolor. ¿Qué demonios había ocurrido? Y al mirar a Nuala, comprendí.

Ella jamás me haría daño, pero no tendría inconveniente en hacérselo a sí misma por salvar a los malditos humanos… Se había clavado un puñal en el pecho, a tanta profundidad que no comprendía cómo había tenido valor. Moriría, y yo con ella.

Me tambaleé, y el monstruo rojo me sujetó, para mi sorpresa, aunque gran parte de mi atención estaba concentrada en mi gemela. Ella había caído al suelo, y estaba siendo sostenida por el pez azul, que la miraba con desconsuelo.

Mi hermana gemela, mi princesa, mi Nuala… ¿por qué nos había hecho algo así?

Cogiendo todo el aire que cabía dolorosamente en mis pulmones, le susurré al monstruo rojo su destino. Trataba de convencerle de no luchar por los humanos, sino contra ellos. No invertí más que unos pocos minutos, y me sentí satisfecho al ver la duda en sus ojos. Aquello era suficiente para mí.

Miré de nuevo a Nuala. Ella estaba muy concentrada en su querido pez azul, pero él dejó de interesarle al notar mis ojos clavados en su cuerpo. Quería decirle tantas cosas… que jamás había querido hacerle daño, que sólo deseaba proteger a nuestro pueblo, que ojalá nada de aquello hubiera sido necesario, que la quería, que me perdonara… Pero no había tiempo; mis fuerzas se agotaban, y también las suyas. Por eso me limité a transmitírselo todo mentalmente, dando gracias al cielo por el fuerte lazo que nos unía, y sentí como ella me transmitía su perdón y su amor…

Aquello era todo lo que necesitaba. Sabía que nos encontraríamos, fuera donde fuera, porque estábamos destinados a estar juntos. Sin apartar la vista de mi gemela, me llevé las manos al pecho ensangrentado, y susurrando su nombre, me convertí velozmente en piedra, rompiéndome en mil pedazos al caer al suelo…