La familia original

Hubo una época donde la familia lo era todo. Un tiempo donde lo máximo que podría aspirar alguien de una familia normal era construir un legado. Algo que sirviera para ser recordados, ya que no todo el mundo tenía la fortuna de nacer en una familia rica e influyente en un gran reino; no todos podían ser reyes y reinas, fuertes guerreros bendecidos por los dioses, princesas que hicieran caer reinos a sus pies con su belleza o genios que cambiarían la vida de miles de personas incluso siglos después. Así que los hijos eran sagrados en sus familias ya que la mortalidad infantil era muy alta. Aunque siempre había excepciones. Habían personas que nacían con regalos de los dioses: la magia.

Así empieza nuestra historia, con una bruja llamada Esther y un cazador llamado Mikael. Eran un joven matrimonio casados por amor, algo raro en esas fechas. Y eran felices, tan felices que como diría Murphy siglos después, si algo puede salir mal, saldrá mal.

La pobre mujer venía de una larga saga familiar de brujas muy poderosas, pero sólo las primogénitas ya que así la magia familiar se mantenía fuerte en vez de dividirse en varios miembros. Lo que desconocían ambas es que ningún miembro femenina que poseyera la magia de su familia no podía tener hijos, no sin ayuda de magia negra. A pesar de su buen corazón, Esther no podía dejar de tener celos de su hermana mayor Dalia por tener magia. Así que años antes de casarse y encontrarse con las consecuencias de su falta de juicio, Esther suplicó a su hermana para que le diera magia, tan desesperada estaba que aceptaría cualquier consecuencias que hubiera después. Y allí estaba, casada con el hombre que amaba y quien admiraba su magia en vez de temerla como empezaba a pasar en el sur del continente europeo. Pero a pesar de cuanto lo intentará nunca podría tener hijos. Era infértil.

Un dato muy curioso sobre la magia es que siempre te da lo que quieres pero cuanto más egoísta fuera la intención, más alto sería el precio a pagar. Supongo que así se acuñó el dicho de cuidado con lo que deseas. Debido a su deseo egoísta y lleno de celos por su hermana la magia le fue dada cambiando el destino. Aunque por otra parte el destino también podría haber escrito ese resultado, porque eso fue el comienzo de lo que sería unos siglos llenos de sangre, furia, lujuria, traición y guerra.

Así que llena de esperanza fue a su hermana otra vez para pedirle ayuda para concebir. Dalia con los años había profundizado en la magia en un intento de evitar la muerte, y con los años acabó siendo una mera sombra física de lo que había sido en el pasado. Así que en esa ocasión pidió algo a cambio, un trato. Le daría la fertilidad que deseaba y la salud para poder llevar a término cualquier embarazo con seguridad pero a cambio quería una hija. La primogénita de su hermana en términos mágicos ( o sea que fuera la primera hija en manifestar magia a pesar de no ser la primera nacida). Y Esther no pudo hacer otra cosa más que aceptar el trato.

Y así el destino del primer Mikaelson en el mundo fue sellado.