¡Mina-san! Hola, ¿Qué tal han estado? Ya hace mucho tiempo que no publicaba nada por aquí pero es que la imaginación me ha traicionado y no me ha dado para las continuaciones. Bueno, sé que me querrán matar demo… ¡Es imposible evitar hacer una nueva historia! TTwTT. Cuando se sufre de Imaginitis Severus Aguda, es imposible contralarla. –Esquina depre haciendo circulitos-. Bueno, dejando de lado mis lloriqueos, les traigo un nuevo proyecto. Sería una mentira si dijera que es el último que sabemos que no es así. En fin, mis queridos chicos y chicas, les dejo el prólogo de esta historia.

"Inazuma Eleven no me pertenece, es propiedad de Level-5. Solo me pertenecen mis Oc. No me pertenece el Oc. De Roshi Matsumoto. No me pertenece la canción aquí escrita, le pertenece a su respectivo autor."

Aclaraciones:

-Los nombres de los personajes están en la versión original.

-El opening de esta historia es "Judgement" interpretado por Asriel. Esta vez, no lo desarrollare, al menos hasta que tenga una buena idea de cómo hacerlo.

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Kurikaesu ayakashi inori no tsumi ga hō o nagare

Mysterious nokotta no wa munashi-sa dake

Sā me o akete tachi noboru aka wa kinsho o yaki sekai o hanatsu

Ore-sōna kokoro yobisamasu wa anata dake

Moe agatta akatsuki o

Futari de mitai zetsubō no oka de

Night,Master,Love you.

kitsuku shibatte kono ryōte o kono inochi o ai o

Knight,Master,I miss you.

Owari ga chikai hikiyoseta nukumori yume de kisu o

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Prólogo: Nuevos tiempos…

El cielo azulado lucía hermoso aquella mañana tan especial para ambas casas. Los pájaros acompañaban con sus dulces cantares la alegría que embargaba a las familias pertenecientes a la nación del sol y la luna. Los jefes de ambas naciones habían sido bendecidos con el nacimiento de sus próximas herederas. Las lágrimas no se hicieron esperar por parte de las madres, pues esto significaba que quizás una nueva era estaba por comenzar. Pero no todo era alegría, lo sabían bien, pues una vez que crecieran, su destino tendría que ser marcado. Las visiones observadas solo por aquellos que se consideraban los más sabios de aquellas tribus, decían que dos de aquellas herederas, tomarían rumbos distintos. El corazón de una de ellas, caería en las tentaciones de la oscuridad y se convertiría en una amenaza hasta para los de su propia especie. La oscuridad, la cegaría por completo, haciéndola ignorante ante toda situación. Pero por otra parte, otra de las herederas llevaría siempre la luz en su corazón y sería quizás, la única esperanza para su nación. Solo ella derrotaría aquella oscuridad, aun sabiendo que se enfrentaba a su misma sangre, lo haría. Pero…Una de ellas, quedarían en medio de todo este caos. Esa joven, tendría que escoger su camino: El bien o el mal, la luz o la oscuridad. Dependiendo de su decisión sería instruida. Ese era el nuevo camino trazado para ambas familias, pero también estaban sus hijos. Los hombres escogerían su camino, al igual que las herederas. La visión esta vez, era distinta para ellos, pues estaba escrito, que estarían siempre de lado de la luz. Sin embargo, el destino puede hacer distintas jugadas, y quizás una de ellas, terminaría siendo que alguno de ellos terminara uniéndose a la oscuridad.

-En la casa del Sol-

El jefe de aquella nación miraba con ternura a su pequeña hija recién nacida mientras su hijo observaba curioso. Su esposa, sonrió maternalmente depositando un beso en la frente de su niña. Aquella pequeña era de cabellos castaños lacios pero a la vez algunos presentaban ondulaciones. Rara combinación, pensó su padre. Su piel era un tono claro. Aún no se sabía el color de sus ojos, debido a que la pequeña se negaba a abrirlos.

-Es tan delicada…-Musito su madre mirando como la pequeña dormía.

-¿Cuál será su nombre?-Pregunto el padre mientras su hijo sonreía ilusionado al tener una hermana a quien cuidar.

-Eiko…Ese será su nombre-Exclamo su madre posando sus ojos color morado en los ojos azabaches de su esposo.-Niña de larga vida…

-Yo te mostrare todo lo que necesites saber…Eiko-chan.-Dijo su hermano sonriendo mientras sus padres le observaban-Yo te acompañare siempre y te guiare.

-Confió en que lo harás bien…Mi pequeño Haruto.-Contesto su padre y el pequeño asintió infantilmente.

-En la casa de la Luna-

El jefe de aquella nación se encontraba feliz con una de sus pequeñas recién nacidas en sus brazos. Su esposa sonrío en tanto vio a su pequeña dormida para después dirigir su mirada a su hijo. Los ojos ámbar del pequeño se fijaron en sus hermanas menores. Primero se acercó a su hermana, la cual descansaba en los brazos de su padre. Observo que sus cabellos eran de un tono negro pero a la vez azulado algo enrulados en contraste con su piel nívea. Se dirigió después a su madre, la cual tenía también entre sus brazos a la segunda de sus hermanas. Noto que sus cabellos eran negros, tanto como el azabache y su piel, era de un tono claro.

-¿Cómo se llamaran?-Pregunto Hiroshi con una sonrisa infantil, cosa que hizo que ambos padres se miraran ante la inocencia del pequeño.

-Ella, se llamara Yuriko-Dijo su padre mientras Hiroshi se mostraba sorprendido-Niña de los lirios…

-Y ella, se llamara Kyoka-Contesto su madre mientras la pequeña dormía-Flor de albaricoque.

-Entonces… ¿Podre decirles de cariño Ume-imouto-chan y Yuri-imouto-chan?-Pregunto Hiroshi con curiosidad, a lo que su madre asintió, lo que basto para que su sonrisa se volviera más amplia-Yo cuidare de ustedes, lo prometo.

-Eso espero…-Dijo su madre mirando con tristeza a la pequeña que tenía entre sus brazos.

Desde aquella promesa hecha por ambos niños, pasaron algunos años. Sin embargo, la alegría no solo estaba en la Casa del Sol y la Casa de la Luna. Se hallaba también en la Casa de la Luz, en la Casa de los Cristales, en la casa de las Estrellas, en la casa del Viento y en la Casa del Agua.

5 años antes…

Los campos lucían verdes acompañados de la luz del sol, el cielo despejado y el canto de las aves. Dos jóvenes corrían mientras eran seguidas por un chico. Al parecer, aun a sus 12 y 13 años correspondientes, seguían siendo unos niños. Una de las jóvenes se sentó bajo la sombra de un árbol, siendo seguida por los demás.

-¿Tan rápido te has cansado? Yuri-Exclamo riendo una joven de cabellos azabaches largos entre lacios y ondulados llegando a mitad de su espalda con unos ligeros reflejos rojizos, de ojos tan oscuros con un pequeño brillo, de piel clara y estatura normal. Tenía un vestido color plata de cuello en V largo cubriendo su calzado, una especie de tiara con una zirconia al centro y al cuello, un relicario de plata.

-¿Cómo puedes aguantar tanto? Ume-Contesto de manera divertida la segunda joven. Era de cabellos negros y a la vez azulados, rizados llegando a mitad de su espalda con un pequeño flequillo liso. Sus ojos eran negros y azulados a la vez, con un pequeño brillo, su piel era de un tono nívea y su estatura normal. Llevaba un vestido color plata de cuello V también cubriendo su calzado, una especie de tiara con un ágata al centro y en su muñeca, un brazalete del mismo material que la piedra de su tiara.

-Vamos Ume-imouto-chan y Yuri-imouto-chan…-Dijo jalando las mejillas de ambas chicas un joven de cabellos castaños claros desordenados en una manera singular, de ojos ambarinos y relucientes, llenos de una inmensa alegría. Su piel era de un tono bronceado, pues al exponerse todos los días al sol, su piel se había oscurecido un poco. Su estatura normal y de buena complexión. Vestía ropa medieval en tonos grisáceos y portando discretamente, una daga para proteger tanto a sus hermanas como a él, de cualquier peligro.

-¡No nos jales la mejilla, Roshi!-Contestaron a modo de protesta Yuriko y Kyoka mientras el castaño reía divertido.

-Está bien, está bien Yuri y Ume-chan-Dijo Hiroshi riendo aún más mientras las niñas se miraban con una sonrisa.

-Por cierto, ¿Podemos ir al festival?-Pregunto Yuriko y sus hermanos mayores negaron-¿Por qué no? Nuestros padres no regresaran hasta que el último lucero de la noche se apague.

-No podemos, Yuri-imouto-chan, lo siento.-Dijo Hiroshi y la joven de ojos negros azulados se entristeció, a lo que Kyoka sonrió planeando algo.

En la Casa de la Oscuridad, todo se reducía a dolor, penas y sufrimiento. El primer heredero de aquella casa, no había logrado sobrevivir el día de su nacimiento, por lo que ahora, todo quedaba en manos del único familiar cercano. Aquel familiar era el sobrino de los jefes de aquella Casa; por lo menos tenía que tomar el control hasta que su primo, tuviese la edad. Su objetivo era reclamar a una joven perteneciente a una de las Casas para que su primo, al cumplir la mayoría de edad, se casara con ella.

-En la Casa de la Oscuridad-

-¿Me llamaba Tío?-Pregunto el joven sobrino del jefe, en un tono serio.

-Sí, llego el momento-Contesto el jefe de aquella casa girándose al muchacho-Debes reclamar, a una de las doncellas, pero no a cualquiera.

-¿A quién debo reclamar?-Pregunto su sobrino sin mostrar interés alguno.

-Si conoces la historia, debes saber que una de las hijas de la casa de la Luna, llevara la Luz en su corazón pero la otra…Llevara la oscuridad dentro de ella.-Conto de manera rápida el hombre-Entonces…Tu deberás traerme a la chica…Que lleve dentro la oscuridad.

-¿Y cómo sabré cuál de ellas la lleva dentro?-Pregunto de nueva cuenta su sobrino.

-Busca a aquella que siempre se aparte de todos.-Dijo su tío mirándolo fijamente-Aquella que lleve en su cuello, la reliquia de su madre. Un invaluable relicario hecho de la más fina plata.

Dichas estas palabras, el joven partió dispuesto a realizar su tarea. De nueva cuenta, Kyoka en conjunto con Yuriko y Hiroshi se levantaron para seguir sus juegos para después de un rato, volver a la Casa de la Luna. Yuriko fue a su habitación cabizbaja, pues realmente quería ir al festival. Nunca había salido de la Casa de la Luna, más que para jugar pero nunca para visitar otros lugares. La noche comenzaba a caer y los luceros comenzaban a aparecer. Kyoka miro a los lados, tratando de visualizar a su hermano o a alguno de los habitantes de dicha casa. Suerte para ella, no hubo ninguno, así que se dirigió a la habitación de su hermana.

-¿Estás loca?-Exclamo Yuriko cuando escucho el plan que su hermana tenia. Es cierto que quería ir al festival, pero desafiar las ordenes de su hermano, era bastante peligroso.

-Vamos Yuri-nee, es la única oportunidad que tenemos-Dijo Kyoka con una media sonrisa-¿Acaso no tienes curiosidad de saber que hay más allá de este lugar?

-Si pero… ¿Qué sucederá si Hiroshi se entera?-Respondió la joven de cabellos rizados mientras la pelinegra suspiraba.

Pasaron mucho tiempo discutiendo hasta que por fin, Yuriko se decidió. Sabía que le iría mal pero en realidad, quería descubrir que había más allá de todas esas barreras que siempre le habían impedido saber. Vestidas con un vestido verde largo cubriendo su calzado y con cuello en V, en conjunto con una capa blanca con capucha, esperaron a que Hiroshi se distrajera y salieron rápidamente al establo, donde montaron 2 caballos y partieron al festival. Pasaron horas hasta que por fin, ambas decidieron regresar pero no contaban con que su hermano se enterara de su pequeño escape:

-Esta peineta plateada me encanta, y sobre todo sus detalles-Dijo Yuriko emocionada mientras su hermana sonreía.-Y conocimos a nuevos amigos. Ojala que algún día nos encontremos de nuevo con ellos. O podríamos ir quizás a la Casa de la Luz, a la Casa del Viento, a la Casa de los Cristales, a la Casa de las Estrellas o la Casa del Agua.

-A mí también me gusta la peineta que compre…-Dijo Kyoka sonriente cuando noto que su hermano estaba en la puerta de la Casa con un semblante no muy amigable.

-Estamos en problemas.-Musito Yuriko algo asustada a lo que su hermana asintió con la misma reacción.

-Entren…Ahora.-Dijo Hiroshi con bastante molestia y con una seriedad que no habían visto antes ninguna de las 2.-Dejen los caballos…Están en problemas.

Ambas hicieron lo que el chico les había indicado y al terminar su tarea, entraron a casa. Al estar enfrente de él bajaron la cabeza mientras su hermano solo les miraba. Estaba más que molesto, estaba enfadado o incluso peor. El joven de ojos ámbar comenzó su regaño hacia ambas, empezando por decirles que lo habían decepcionado. ¿Cómo era posible que se fueran solas y sin que nadie se diera cuenta? Mientras más cosas decía Hiroshi, peor se sentían ambas chicas. En un momento, el castaño dio media vuelta y dijo que él no diría nada sobre su escape pero que, de todas maneras, sus padres se enterarían.

-¿Es así como quieres que pasemos el resto de nuestra vida?-Exclamo Kyoka y el castaño se detuvo para mirarla-Dime Hiroshi…

-Ume-nee…-Dijo Yuriko preocupada pero su hermana no le hizo caso alguno.

-Vete a tu cuarto, Yuriko-Ordeno Kyoka a la joven de cabellos negros azulados, quien dio un suspiro pesado y se dirigió a su cuarto.

-¿Qué no comprendes?-Dijo Hiroshi con el ceño fruncido a lo que la joven se quedó sin mover un solo musculo-Sus vidas peligraron esta noche. ¿Qué hubiera pasado si no hubiesen vuelto a casa hoy? ¿Qué les hubiera dicho a nuestros padres? Ya no son unas niñas Kyoka, entiende. Tienen 12 años, déjate de niñerías y empieza a madurar.

-¿Qué me deje de niñerías?-Exclamo Kyoka con un tono de molestia-Tu eres el que debe dejar su sobre protección a un lado. Serás un año mayor que nosotros pero no te da el derecho de mandarme.

-Soy tu hermano mayor quieras o no.-Dijo Hiroshi con seriedad mientras Yuriko permanecía escondida escuchando todo-El día en que nacieron yo hice una promesa de guiarlas en su camino, mantenerlas a salvo y lo que terminan haciendo hoy es lo contrario. Y si es necesario tener que alejarlas del mundo lo hare, por su bien.

-Pues yo no me pienso quedar aquí.-Finalizo Kyoka saliendo de la Casa mientras Hiroshi observaba.

-¡Espera Kyoka!-Grito el castaño pero solo recibió el golpe de la puerta como respuesta por parte de la pelinegra.

La joven salió y se corrió hasta llegar al árbol donde aquella mañana habían jugado. Se sentó y abrazo sus piernas mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Claramente no era por lo que Hiroshi le había dicho, era por orgullo. No quería aceptar que tenía que crecer y que tenía que obedecerlo quisiera o no. De repente una bruma comenzó a surgir y la joven levanto su mirada, cristalizada. Frente a ella un joven cubierto por una capucha negra apareció a lo que ella se levantó rápidamente. Por su parte, Hiroshi se encontraba sentado sin saber qué hacer. Quizás había muy duro con Kyoka, así que decidió ir a buscarla. Supuso que estaría debajo del árbol así que con calma camino hasta allá. Sin embargo a solo unos pasos, diviso a su hermana tratando de zafarse del agarre de joven encapuchado:

-¡Kyoka!-Grito alarmado Hiroshi en cuanto vio que su hermana se desvaneció y aquel encapuchado la sujeto.- ¡No!

-No te preocupes, la tratare bien.-Dijo el joven en una forma burlona-Sera una gran esposa para mi primo y una gran heredera de la Casa de la Oscuridad.

-¡Eso jamás!-Grito Hiroshi tratando de alcanzarlo pero en un momento, la bruma envolvió a aquel joven llevándose a su hermana sin dejar pista.-Kyoka… ¡Kyoka!

El castaño cayó de rodillas mientras tomaba el relicario de plata que yacía en el suelo. Aquella noche, la Casa de la Luna había perdido a una de sus herederas. Los padres de Hiroshi y Yuriko se quedaron estáticos ante aquella noticia. ¿Qué iba a suceder ahora? La profecía comenzaba a cumplirse. Una de las herederas había sido reclamada ya por la Oscuridad… ¿Qué sería de la siguiente heredera? ¿Qué elegiría?

5 años después…

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¿Qué les pareció? Este es mi nuevo proyecto trabajado en conjunto con mi hermano. Esta historia tendrá de todo: Desde romance hasta el drama. Sé que no estuve muy activa pero la imaginación no ha estado de mi lado. A continuación, les dejo unas cuantas preguntas:

-¿Qué les pareció el prólogo?

-¿Qué sucederá ahora que Kyoka fue reclamada por la Casa de la Oscuridad?

-¿Qué camino escogerá Yuriko?

Bueno, como se me ha hecho costumbre les dejare una ficha por quien quiera integrarse a la historia. Hay 4 casas disponibles que no tienen herederos y 4 que tienen ya un heredero a cargo:

-Nombre Japonés

-Significado (Tendrá cierta importancia en la historia)

-Edad: (16-17)

-Apariencia (Detallada)

-Personalidad (Detallada)

-Casa a la que pertenecen

Casa de la Luna (A cargo de Hiroshi y Yuriko. Su símbolo es una luna brillante)

Casa del Sol (A cargo de Eiko. Su símbolo es un sol brillante)

Casa de la Oscuridad (A cargo de Kyoka. Su símbolo es una especie de bruma)

Casa del Agua (A cargo del Oc. De LoveTheWayYouChoose. Su símbolo es una gota de agua)

Casa de la Luz (Su símbolo es una antorcha)

Casa de las Estrellas (Su símbolo es una estrella blanca)

Casa de los Cristales (Su símbolo es un rubí de corte estrella)

Casa del Viento (Su símbolo es una ráfaga de viento)

-Historia (Un pequeño resumen de su vida en la casa donde habitan y como descubrieron el poder su símbolo. En caso de ser heredero como es que surgió su símbolo)

-Relaciones con las demás Casas (Si tienen parentesco o amistad con alguna casa, a excepción de la Casa de la Oscuridad)

-Hermanos (En caso de tenerlos, estos serán un año mayor)

-Símbolo (Cada habitante tiene un símbolo diferente pero solo los herederos comparten uno en especial. En caso de ser herederos deben darme el color que tendrá su símbolo. En caso de ser habitantes deben decirme la tonalidad que este adquiere cuando el peligro se avecina)

-Pareja (Es un punto opcional, pueden tenerla o no. Están reservados Hiroto, Suzuno, Toramaru y Handa)

-Curiosidades (Algún punto extra que quieran agregar)

Sin más, espero actualizar pronto. ¡Matta ne, Yatze!