Capitulo 1.

Era una noche lluviosa y una joven sacerdotisa paseaba bajo esta aparentemente, sin preocupación, pero llorando a más no poder. Se sentía destrozada, demacrada, triste...

Kagome: Ya no puedo más... Esto se ha acabado... No puedo aceptar que esté siempre jugando con mis sentimientos... Al parecer yo no le importo nada. No, no pienso seguirle el juego. Que valla a pedirle ayuda a su amada Kikyo que yo no le pienso ayudar más. - Pensó decididamente.

La muchacha estaba empapada, y no es que estuviera muy abrigada... Sólo llevaba la falda; Que enseñaba buena parte de sus largas y contoneadas piernas, y la fina camiseta blanca; que, a causa de la lluvia se le pegaba al cuerpo marcando su figura, su cintura pequeña, sus pechos firmes y redondos. Estaba calada hasta los huesos hacía mucho viento y el agua caía cada vez más y más fuerte. La muchacha azabache fue a resguardarse en una cueva cercana. Tenía el pelo desordenado, mojado y sobre la cara. Salió una vez más a buscar un poco de leña y, cuando volvió, encendió una hoguera, se quitó la ropa y la puso cerca del fuego. Mientras se ponía el traje de sacerdotisa que, milagrosamente, estaba seco. Estaba cansada. había estado caminando durante horas. Desde que había visto esa escena; oído esas palabras... Palabras que aun resonaban en su cabeza y que aun provocaban que sus ojos se llenasen de lágrimas...

*FLASBACK*

Estaba sentada a los pies del Gosimboku cuando, a lo lejos, vio una sombra roja correr a toda velocidad hacia el pozo. La curiosidad que sintió fue superior a ella así que decidió seguir a esa sombra misteriosa... A los pocos minutos llegó al pozo, donde presenció una escena dolorosa, amarga; Al menos para ella. Y que, seguro, para los que la realizaban, era una escena preciosa, dulce y romántica...

Al llegar vio a Inuyasha abrazando a Kikyo. Pero no sólo eso. Kikyo le estaba correspondiendo al abrazo y, en un momento determinado sus manos se posaron en el rostro de Inuyasha y, con un gesto sutil hizo que el Hanyo se acercara a sus labios y empezaron a besarse apasionadamente. Kagome notó como sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas así que decidió retirarse de ese lugar. Estaba segura de que Inuyasha la había oído, que la estaba oyendo. Que estaba oliendo sus lágrimas, su dolor... Pero él había decidido quedarse con Kikyo, y no iba a ser ella la que iba a interrumpir ese momento. Antes de marcharse oyó a uno de los dos hablar, era la voz de Inuyasha.

Inuyasha: Kikyo, te amo y NUNCA dejé de amarte. Siempre has sido, eres y serás la persona más importante para mí.- Mientras Inuyasha hablaba, había aprovechado para ir despojando a Kikyo mientras la tumbaba en la hierba. Ella, por su parte, tampoco había perdido tiempo. Había desnudado a Inuyasha en un instante y ahora, sus cuerpos desnudos se acariciaban mutuamente.

Kikyo: Inu... Yasha... -dijo con la voz entrecortada, ya que el miembro erecto de Inuyasha se había rozado con su feminidad- ¿Y... qué hay de Kagome?

Inuyasha: Ella es sólo una amiga que me ayuda con los fragmentos, a encontrarlos. Sólo eso. Tú eres muchísimo más.

Eso le rompió el corazón a Kagome. No se podía creer lo que sus ojos le mostraban. Decidió, ahora sí, retirarse. Antes de marcharse de ese lugar un lugar que maldeciría durante TODA su vida; Escuchó un grito que hizo que muriera sin morir. Era Kikyo gritando el nombre de Inuyasha. Lo primero que le vino a la cabeza a la azabache era que ya habían sellado su amor eterno. Se fue corriendo y empezó a llorar a la vez que empezaba a llover.

*FIN DEL FLASBACK*

Kagome: Lleva lloviendo desde qué... desde hace horas, me pregunto si parará. -La joven no tenía buena cara. Se tocó la frente descubriendo que estaba ardiendo y se desmayó repentinamente-