Hola!
Aquí les traigo una historia que se me ocurrió en mis "escasos" ratos de ocio. Es la primera de humor que hago (por lo mismo es una historia tonta y sin fundamento xD), y espero que les guste… por lo menos que les saque una sonrisa :) No tiene gran contenido emocional, pero por eso es humor, hay que tomarse las cosas a la ligera :D Inicialmente iba a ser un oneshot, pero mientas escribía se me ocurrieron muchas cosas, así que ya no podrá ser.
No sabía si hacerlo VxB o VxTrunks… debería ser VxBxT.. jeje, pero bueeh, dejémoslo como está.
Pequeños (Gigantes) Malentendidos
Capítulo I
"No puede ser posible"
Ya habían pasado un par de años desde la pelea con Majin Boo y la paz se podía respirar en la Tierra. Era un caluroso y agradable día de verano, especial para salir con la familia a divertirse. Muchas lo hacían, iban a la playa, a los parques de diversiones o simplemente a tomar algo para poder capear el calor que embargaba cada rincón de la Capital. El intenso cielo azul era protagonista de la escena, algunas
bandadas de pájaros podían divisarse esporádicamente y una que otra nube tapaba de vez en cuando el sol por algunos minutos, nada impedía que ese día fuera perfecto. Sin embargo, en la enorme mansión que captaba la mirada de quienes pasaban frente a ella y los hacían voltear a verla nuevamente luego de haber avanzado unos metros, una familia "normal" no parecía tener ni la más mínima intención de dar un paso fuera del hogar. Si pudiera llamarse normal que hubiera aparecido un dragón gigante en más de una ocasión exigiendo a gritos, que toda la ciudad podía escuchar a la perfección, que podía concederles deseos; que frecuentaran a la casa sujetos que inexplicablemente llegaran volando, vestidos con extraños atuendos y peinados descomunales, algunas veces acompañados de gatos flotantes y cerdos parlanchines y que con mucha frecuencia se oyeran explosiones provenientes de una extraña nave instalada en el patio trasero haciendo temblar todo lo que estuviera cerca del lugar. La respuesta que ya todos los habitantes tenían adherida a su placa madre era: "Experimentos de la Corporación Cápsula", y la mejor excusa para quienes eran los causantes de tanto alboroto. ERAN COMUNES Y CORRIENTES, COMO TODOS LOS DEMÁS.
Dentro de la "nada anormal" mansión todo ocurría normalmente. Aquel hombre rudo, con un cuerpo deseable por cualquier mujer pero que solo correspondía a una y de mirada fría como témpano, entrenaba arduamente dentro de la extraña nave; una bella mujer que no aparentaba la edad que tenía, con un extravagante cabello celeste y ojos azules como el cielo jugaba con su hija de 4 años, una miniatura de ella, a las muñecas; un adolescente, de extraños cabellos lilas, sentado frente al televisor y con el teléfono apoyado entre el hombro y la oreja hablaba animadamente. Era un día normal, la cotidianeidad era palpable por donde fuese.
Ya era pasada la hora de almuerzo, pero Bulma no lo había notado, estaba tan entretenida jugando con su pequeña hija que había perdido la noción del tiempo, y no había nadie más que preparara comida, los padres de la científica habían salido temprano a disfrutar el día a la costa en un acto de cordura muy ajeno a ellos, en especial a ELLA.
Casi al mismo tiempo el estómago de ambos saiyajins rugió en señal de protesta, estaba bien soportar el hambre por un tiempo, pero llegaba un momento en que era imposible ignorarla, mucho menos siendo lo que eran. Vegeta apagó la gravedad de su cámara y salió sin prisa de ella, respirando profundamente y cerrando los ojos para concentrarse lo mejor posible en el olor de la comida que la mujer TENÍA QUE estar preparando. No notó nada especial en el aire, abrió los ojos y frunció el ceño, caminó con pesadez hacia la cocina, no estaba de ánimos para comenzar otra discusión con Bulma por la misma tontería por la que peleaban constantemente desde hace años. "Años…", sonrió ante este pensamiento y se adentró en la mansión.
Trunks apagó el televisor, pero continuó hablando por teléfono:
-Si, Goten, yo sé que puedes conseguir una cita con cualquier chica que quieras… pero tampoco es para aprovecharse tanto…- le reprochaba a su amigo, que le estaba contando que tenía por lo menos ocho citas previstas para ese fin de semana. "Es un descarado… no puedo creer que sea hermano de Gohan…" se decía internamente. Él y su hermano eran tan distintos en el tema del género femenino que si no fuera por su sangre saiyajin, pondría en duda seriamente la ascendencia de éste.
-Ay Trunks, no tiene nada de malo. No entiendo por qué tú no sales con ninguna, sabes que podrías hacerlo perfectamente- se excusaba el menor de los Son. En eso Vegeta entró a la habitación y se apoyó en la pared detrás de su primogénito cruzándose de brazos, escuchando la conversación, indiferente.
-Ya te lo he dicho cientos de veces… no hay ninguna chica que me guste, Goten-
-Por favor, no me vengas con eso… sé muy bien que más de una te gusta… no pienses que me voy a creer esas tonterías.- se burlaba su amigo, claramente divertido con el comentario de Trunks.
-Está bien… piensa lo que quieras. A mí no me importan esas cosas, tengo otros intereses.- lo escuchó asentir suspicazmente al otro lado de la línea y agregó para terminar con la incómoda conversación- ¿Tú no deberías estar entrenando?
-Si, pero me escapé un rato, estoy agotado-
- Bueno Goten… tengo que irme, la comida está casi lista- mintió.
-¡Ah, es cierto! ¡La comida! Adiós Trunks, nos vemos.- y colgó sin esperar respuesta. Para ese chico habían dos prioridades en la vida, una: comida y dos: chicas. El joven de cabellos lilas colgó el teléfono moviendo negativamente la cabeza. El estómago le rugió de nuevo y se levantó para ir a la cocina, cuando una voz lo detuvo:
-La comida no está lista-le dijo fríamente. Seguía en la misma posición, sin dirigirle la mirada.- ¿Cómo es posible que tú y ése hablen tanta estupidez junta?- no es que le interesara el tema del que hablaba su hijo, es solo que no podía creer que un guerrero con tanto potencial como él se dedicara a hablar semejantes imbecilidades.
-¡Papá! Me asustaste....- se sonrojó notoriamente al haber sido descubierto hablando de ESE tema, y precisamente por su padre, sin duda el hombre más orgulloso y arrogante que pudiera haber pasado por el universo- Emm… este, yo… -pero él seguía sin mirarlo, y lo agradeció profundamente, era tanta la vergüenza que sentía que no podría mirarlo a los ojos ni un segundo- ¿No está lista? Me estoy muriendo de hambre- se puso una mano en el estómago sintiéndolo rugir más que antes.
-No eres el único- y un inevitable sonido también se escapó desde dentro de él. Pero no estaba dispuesto a ponerse a gritarle a la mujer otra vez para que les hiciera comida, y seguramente era tanta la que tenía que hacer que iba a demorarse más de lo que su paciencia le permitía. Así que decidió ducharse y luego bajar, para matar un poco el tiempo- Trunks, dile a tu madre que se ponga a hacer la comida de una buena vez- le dio la espalda y se alejó de su hijo subiendo las escaleras claramente molesto. Cada vez que le pedía a él que le dijera algo a su madre era porque habían discutido o su padre se había enojado por cualquier sandez irrelevante. Suspiró y se encogió de hombros.
-¡Si! ¡Y que después el príncipe vaya a salvarla de los malvados en su caballo blanco antes de que sea la media noche!- decía una entusiasmada niña, con una muñeca de cabello rubio y un vestido repleto de joyas, a su madre. Sonriendo con infinita dulzura.
-Si amada mía, yo te iré a buscar, donde sea que vayas- decía Bulma poniendo la voz grave.
-Noo… que diga: te voy a rescatar, para darte el primer beso de verdadero amor y despertarte de ese largo sueño en el que estás sumida, princesa mía- la mujer quedó perpleja ante las palabras de su hija. No sabía desde cuándo había empezado a manejar tanto vocabulario, y no pudo más que sonreírle ampliamente y hacer caso a lo que decía la pequeña.
-Te voy a rescatar, para darte el primer beso de verdadero amor y- se detuvo al escuchar que alguien golpeaba la puerta y la abría con cuidado. "No es Vegeta" fue su primer pensamiento.
-Disculpa mamá…. Es que… vine a decirte que mi papá y yo nos estamos muriendo de hambre…- le decía el muchacho un poco apenado- si podrías preparar la comida, por favor- ella comprendió de inmediato que realmente era Vegeta el que hacía esa petición (más bien orden si venía de su parte), así que se levantó del suelo, y se dispuso a ir a la cocina, antes de que su "príncipe azul" perdiera la compostura.
-Oh… lo siento mucho, hijo. ¿Qué hora es?- vio su reloj de muñeca, las 4:16. ¡Rayos! Estaba más que claro por qué no fue directamente Vegeta a decirle, debía estar sumamente enfadado.- ¡Por Kami! ¿Tanto me he retrasado? En un minuto tendré la comida, Trunks.- éste asintió y salió del cuarto seguido por su madre.
-¡Mamá!- gritó la pequeña Bra, Bulma se dio vuelta y la miró, aún sentada con la muñeca en su mano y con una cara de tristeza profunda- ¿Y ahora quién va a jugar conmigo?- la conmovió hasta el alma esa imagen:
-Trunks, ven aquí un momento- él se detuvo y volvió sobre sus pasos- ¿Podrías jugar con Bra hasta que esté listo el almuerzo?- el saiyajin miró a su pequeña hermana y sonrió:
-Claro, mamá.- entró a la habitación y cerró la puerta tras él, dejando a Bulma con una sonrisa en el rostro. "Que bien que no se parece en nada a él…", y bajó apurada las escaleras antes de que una retahíla de gritos y miradas de odio cayeran sobre ella.
Dentro de la habitación, la pequeña niña no dejaba de hablar tan apresurada y de tantas cosas distintas que hacían que el muchacho se mareara, perdiendo constantemente el hilo de la conversación.
-No, mejor no… juguemos a que yo soy Goten y tú eres yo…-
-¿Y para qué quieres ser Goten? Él es hombre, Bra- soltó su hermano sin comprender el verdadero sentido de lo que significaba ese "juego" para la niña.
-No importa… mira, tú eres yo… entonces yo, Goten, llegaba a la casa y te iba a buscar… y te decía: hola, Bra, que linda te ves hoy ¿Quisieras salir conmigo?- hablaba consigo misma, como si estuviera dentro de un sueño y no existiera más que ella y el muñeco que ahora era Goten. Entonces Trunks se dio cuenta de lo que realmente significaba el "inocente" juego de su hermanita, aún así le siguió la corriente para que no se enojara o se pusiera a llorar- ya… entonces como tú eres yo tienes que decir esto:…-
Vegeta salía ya de la ducha con una toalla en la cintura, y no pudo reprimir una sonrisa triunfante cuando sintió inmediatamente el olor de la comida proveniente del piso inferior. Sin pensarlo salió de la habitación y sintió el ki de sus hijos, estaban en la recamara de Bra, lejos de la cocina…. Entonces Bulma debería estar allá… sola…. Un fugaz brillo cruzó en sus ojos… pero descartó la idea casi al instante, no quería que sus hijos los vieran en eso DE NUEVO. Jamás había sentido tanta vergüenza y humillación como aquella vez.
******
Trunks en la escuela… Bra durmiendo plácidamente en su habitación… la casa para ellos dos solos. Estaba demás decir que se iban a aprovechar de la situación como mejor lo sabían hacer. Sus instintos y el deseo siempre eran más fuertes, y ellos no iban a controlarlos ni en un millón de años.
Así que mientras "todo pasaba" en la sala de estar, no oyeron ni por si acaso que la puerta de entrada se abría y el mayor de sus hijos entraba muy tranquilo. No se fijó en ellos, que estaban ocultos detrás del sillón, los hubiera escuchado CLARAMENTE de no haber sido porque venía escuchando música a todo volumen con los audífonos puestos. Subió aún sin sospechar nada a su habitación. Tiró al suelo su mochila y tarareando se dirigió escaleras abajo, pero se detuvo para echarle un vistazo a su hermana menor. La sorprendió despierta, aún acostada con los ojos muy abiertos, en cuanto lo vio le sonrió con ternura mostrando sus pequeños dientes y estiró los brazos para que él la cargara, a pesar de que sabía caminar a la perfección, no era nada tonta y se iba a permitir esos caprichos hasta que se hartara (entiéndase NUNCA). El joven tomó en brazos a la criatura y se sacó los audífonos para poder oír lo que le decía:
-Trunks… tengo hambre- pues claro, podía ser mujer e indiscutiblemente más educada que ellos en este tema… pero de todas formas era mitad saiyajin.
-Jaja, yo también hermanita, vamos abajo a que mamá nos prepare algo delicioso- le dijo regodeándose con la idea de un sabroso sándwich con lo que fuera.
Bajó las escaleras, aún inocente de lo que pasaba abajo… sin imaginar TODO lo que pasaba abajo. Cuando llegó al pie de la escalera se detuvo:
-Aaah! Siiii!! …Vegetaa… dios!!! Ooh…- gemía Bulma ya sin ningún reparo en que alguien la escuchara o no.
-Ohhh… mujer… ya… cállate… aah…-
Una idea horrible acudió a su mente, pero no la creyó posible, y pensó que solo era su imaginación, así que siguió caminando. Cuando iba a entrar a la cocina se dio cuenta que las "palabras" provenían desde atrás del sillón. Se seguían escuchando gemidos y jadeos… no estaba seguro si quería ver o no lo que se estaba imaginando (pero qué hijo querría ver a sus padres en ESO), aún así se acercó cautelosamente y se asomó al sillón. Se quedó paralizado y un calor intenso, el mayor que había sentido jamás se apoderó de él, su cara se tornó de todas las tonalidades posibles del rojo y abrió los ojos horrorizado. Todos los vellos del cuerpo se le erizaron y sintió como si una descarga eléctrica pasara por su corazón y pulmones dejándolos incapaces de funcionar. Creía que después de la pelea con Boo no iba a ver nada más traumatizante en su vida, pero estaba claro que al ver eso… se había equivocado. Bra inocentemente y sin atisbo de pudor pegó un fuerte grito:
-¡MAMÁAAAA!- al parecer creía que algo malo le ocurría a su madre, que debajo del saiyajin no paraba de gemir ni emitir sonidos nunca antes escuchados por un ser vivo. La pareja se dio vuelta al instante, sus rostros se desencajaron, poniendo la mayor cara de espanto que se les hubiera visto, sus ojos desorbitados miraban a sus dos hijos, el mayor igual de paralizado y aterrado que ellos, se pusieron rojos en un segundo y el sudor se les heló, al igual que la sangre. Fueron los segundos más intensos, largos, incómodos y abrumadores de toda su vida. Bra habló de nuevo, para mala suerte de todos- ¿Mamá? ¿Qué te hace mi papi?- preguntó con sincera curiosidad ladeando la cabeza. A Trunks le parecía increíble cómo no había soltado a su hermana, con tamaña sorpresita que se había encontrado. Sentía como si estuviera al final de un túnel, y esa escena estuviera ocurriendo muy lejos de ahí, se estaba mareando, y el corazón le latía como si estuviera a punto de estallarle.
-¡¡¡¡TRUNKS FUERA DE AQUÍIII!!!!- le gritó Vegeta luego de haber vuelto su alma al cuerpo, pero el color seguía aumentando, apoderándose ya casi de toda su cara. El chico aún shockeado, tardó en asimilar las palabras de su padre, se dio vuelta lo más rápido que pudo y subió corriendo las escaleras. No iba a ser capaz de ver a sus padres a la cara nunca más en la vida. Se quedó parado en el descanso de la escalera, aún sin poder respirar fácilmente mirando al vacío, parecía como si hubieran pegado una fotografía en su retina de la peor imagen que podría pasarse por la mente de un adolescente. Sentía igual que si le hubieran abofeteado millones de veces tan fuerte que lo mareaba. Nunca jamás iba a poder superar ese momento… ¿CÓMO IBA A MIRAR A SUS PADRES A LA CARA AHORA?
Obviamente con aquella grata sorpresa la pareja no pudo seguir con lo que estaban A PUNTO de terminar. La frustración casi podía sacarse a pedazos del aire que respiraban, mientras se sentaban lo más dignamente que les era posible y se vestían, aún ruborizados por completo sin atrever a mirarse.
******
Desde aquel fatídico acontecimiento pasaron 6 meses. No entendía cómo Bulma había podido superar "el gran trauma" tan fácil. Él no podía ni mirar a Trunks a los ojos por la vergüenza que le daba. Sabía a la perfección que a su hijo no se le iba a olvidar jamás lo que ocurrió ese día, y a él menos. Agradecía que Bra fuera muy pequeña para entenderlo, aún así las preguntas indeseables salían a veces de sus labios para tensar al saiyajin y hacerlo ruborizarse de nuevo. Sacudió la cabeza para alejar ese condenado recuerdo, y comenzó a vestirse.
Mientras se ponía una polera negra, pues no tenía ánimos para volver a entrenar, estaba totalmente desmotivado ese día, vio algo en la mesita de noche de Bulma que le llamó la atención, se acercó para averiguar de qué se trataba: era una de las estúpidas revistas que solía leer, donde lo único que se hablaba era de actores, distintas e infinitas maneras de adelgazar, perfumes, ropa, y muchas otras cosas igual de idiotas. No obstante lo que realmente le había causado curiosidad era el hombre que estaba en la portada: musculoso ("je… si es que a eso le puedes llamar músculos… insecto"), en zunga, mostrando una deslumbrante y "estúpida" sonrisa según el príncipe y rodeado de bellas mujeres de esbeltas figuras en bikini. Al verlas no pudo evitar recordar a Bulma con esos mismos atuendos, y luego sin ellos… pero la imagen desapareció cuando leyó lo que había en el encabezado: "La Homosexualidad: Tema Para La Juventud Actual.", debajo de esto en letras más pequeñas se leía: "¿Sabemos realmente lo que nuestros hijos sienten?". El príncipe soltó un hondo suspiro y tiró la revista al suelo, "Que estupideces… todos ellos están enfermos." Un escalofrío lo recorrió al recordar una escenita que hizo Kakarotto cuando estaban dentro del cuerpo de Boo, que lo hizo desconfiar de las verdaderas intenciones de aquel idiota clase baja.
La científica sacaba cuencos, platos, sartenes e infinitas cosas preparando el generoso almuerzo para sus saiyajins, moviéndose de un lado para otro con acostumbrada agilidad. Metió algunos platos en el microondas y otros en el horno, secándose el sudor de la frente con una mano, "¿Por qué cocino yo? Tengo robots... bueno, lo hecho, hecho está". A pesar de quedar agotada haciendo tanta comida, se sentía inmensamente feliz cuando veía a su familia devorarla saboreando cada bocado, pidiendo más y acabando con absolutamente todo lo que había hecho. Sus hijos con enormes sonrisas le decían que había estado delicioso, él se limitaba a limpiarse los labios con una servilleta y mirar el plato vacío, lo que ella había asumido hace tiempo como "me encantó, gracias", en vez del habitual "está asqueroso" que recibía cuando apenas había llegado a la Tierra.
Se dio vuelta justo para verlo aparecer por la puerta, con cara de pocos amigos y cruzado de brazos, dejándose caer secamente en una silla. No la miró ni por un segundo, y no parecía que quisiera hacerlo, a pesar de que se encontraran solos en la habitación. Se acercó rauda donde su hombre y lo abrazó por detrás agarrándose a sus fuertes hombros. Él no se inmutó y siguió igual de tenso. Empezó a darle pequeños besos en el cuello intentando girarlo para llegar a sus labios, pero un movimiento hosco hizo que se detuviera.
-¿Qué te pasa, Vegeta?- inquirió sin comprender la actitud del saiyajin.
-Nada- respondió lacónico.
-Pues yo no lo creo…- se puso frente a él y le robó un beso. Vegeta la miró ceñudo y se levantó para alejarse lo más posible y apoyarse en un mueble. Ella lo miró sorprendida, él nunca se le había negado de manera tan tajante, por lo menos no desde que naciera Trunks… hace ya bastante tiempo. Cuando comenzó a acercarse otra vez él la detuvo con su fría voz:
-No, mujer- ahí comprendió el quid de la cuestión, y el recuerdo la hizo ruborizarse un poco. Se dio vuelta y le dijo en un murmullo:
-Llama a los niños, ya está casi listo- presintió que un fuerte grito iba a escapar de su garganta para llamar a sus hijos, pero en vez de eso Vegeta salió tan cabizbajo como había entrado. "¿Qué le estará pasando ahora a este hombre?".
Seguía rondando en su cabeza ese recuerdo, hace tiempo que no lo recordaba tan vívido. Muchas veces lo hacía claro, cada vez que se cruzaba con Trunks, pero nunca había vuelto a sentir casi lo mismo que en aquel momento, Bulma solía repetirle: "Son cosas que pasan… ya se le olvidará". Él no lo creía, y ciertamente su mujer tampoco, pero ella parecía restarle importancia al asunto y fingir que nunca pasó. Cavilaba caminando mecánicamente al cuarto de Bra. Solía gritarles desde la cocina cuando Bulma le pedía que los llamara a comer, pero esta vez simplemente no quiso hacerlo. Cuando llegó a la puerta del dormitorio se detuvo, no quería ver a sus hijos a la cara. ¿Por qué demonios ese maldito recuerdo no lo dejaba en paz? Ya era suficiente, no podía seguir mostrándose así frente a ellos, no debía seguir mostrando debilidad, mucho menos frente a Trunks. Sin embargo seguía titubeando frente a la puerta, no se había percatado de las voces que se oían dentro, y se quedó escuchando con atención:
-¡Oh, no! ¿Me lo dices enserio?- hablaba la pequeña niña con evidente sorpresa.
-Si… no puedo sacármelo de la cabeza- decía Trunks, luego de escuchar cómo su hermana le daba órdenes con los distintos diálogos que debía decir fingiendo ser ella.- Es tan guapo, varonil, caballero. Es todo lo que pido en un hombre- se sonrojó ante esto, ¿Cómo era posible que a su tierna e inocente hermana se le ocurrieran semejantes cosas?- Lo peor es que es mi mejor amigo, y dudo que alguna vez se fije en mí. Lo amo tanto, sería la persona más feliz del mundo a su lado.- suspiró tal y como le habían dicho que hiciera, como si estuviera completamente encantado con el relato- Aaah… Goten.- "Esta niña tiene unas ideas terribles." Por supuesto, por todos es sabido la gran vanidad e inmenso gusto por los hombres que tenía esa niñita… a tales extremos de exponer así sus verdaderos sentimientos por el mejor amigo de su hermano… ERA INCREÍBLE QUE TUVIERA 4 AÑOS.
Afuera de la habitación, un hombre completamente pálido, al borde del tono azulado, a punto de desmayarse, con la boca abierta y los ojos como platos, escuchaba esta conversación.
"…no hay ninguna chica que me guste…", "…tengo otros intereses…", "¿Sabemos realmente lo que nuestros hijos sienten?", "… es todo lo que pido en un hombre… lo peor es que es mi mejor amigo…". Todas las ideas se aglomeraban en su cerebro… sencillamente no era posible, NO PODÍA SER POSIBLE que su hijo, sangre de su sangre, descendiente de la gran familia real de saiyajins, el niño por el que había sacrificado su vida, un hombre al que creía haber educado como correspondía… "se le hiciera agua la canoa".
Continuará…
"se le hace agua la canoa", "se le quema el arroz"… y no sé infinitos términos para referirse a este tema xd (y no piensen que soy homofóbica, en absoluto) me pareció gracioso imaginar qué hubiera pensado Vegeta si su hijo no fuera tan hombre como él… fíjense en el cap. 275 como por el final… yo morí de la risa xD!
Jeje, bueno dejo de promocionar…
Este capítulo no tuvo mucha gracia, pero es el comienzo, las dudas y confusiones ya atacaron a nuestro amado saiyajin, que ya estaba realmente humillado después de … algunos hechos xd.
Bueno,
Ojala les haya gustado tanto como a mí me está gustando escribirla.. jeje. Siempre son bienvenidos los comentarios n.n!
Besos!
