Cuando era un niño, Aioros fue advertido por medio de un oráculo de una maldición que podría tener nefastas consecuencias, tomando las medidas para evitar sus efectos. Ajena a todo esto, al otro lado de la ciudad, una niña comienza a explorar el mundo aunque no con el mejor de las guías.
¡HOLA A TODOS! NO tienes idea lo que me divertí escribiendo este fic. Creo que está muy dinámico y divertido, Aioros se portó muy bien mientras escribía, lo mismo Minos, aunque los puse en situaciones que no les gustaron mucho. ¡Aquí lo tienen! Espero que lo disfruten. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 5 años a las edades del canon (sí, hubo cambio de año, recuerden). O si les resulta más fácil y menos complejo, dense una vuelta por el perfil de Ekléctica, donde encontrarán la línea de tiempo oficial: al principio de cada año aparecen las edades.
Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que además de incentivarme y animarme a escribir, aplacaron mis instintos asesinos y varios personajes vivieron para contarlo.
Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y las adorables miniserie "Familia" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D
Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al genialísimo Masami Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa. D8 ¡NO TENGO FINES DE LUCRO!
ADVERTENCIA
Cualquier coincidencia con la realidad, con situaciones reales y semejanzas con personas vivas o muertas, es una mera coincidencia. Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. Debido a la naturaleza de algunas escenas gráficas, se pide extra cuidado. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.
¡No intenten nada de esto en casa!
XXIII. ANIMA CAPTI
("Alma Atrapada")
Apertura: Érase una vez
Santuario de Athena. Casa de Sagitario.
Dos años antes del nacimiento de Athena. Finales de mayo.
Mégara se asomó por encima de su hombro solo para ver a su hijo Aioros, de doce años, echado sobre el sofá de la sala, mirando la tele con total desanimo. En un muchacho tan activo como su hijo, quien simplemente no se quedaba quieto, verlo así de letárgico era preocupante, más porque era de público conocimiento que Aioros detestaba ver televisión; prefería (como su padre) estar afuera conociendo el mundo. Suspiró preocupada: la verdad no lo culpaba, la noticia que le habían dado esa tarde en Delfos le había aniquilado el buen ánimo.
Bah. Esa semana ya habían recibido demasiadas noticias malas como para tragar una más.
La mujer miró por la ventana y se presionó las sienes. ¿Cómo animar a su hijo? ¿Qué decirle?
Mégara era una mujer muy firme y peligrosa, pero llena de ternura al mismo tiempo. A simple vista parecía un ama de casa muy sencilla y quizás un poco tonta, sin estudios ni mayor preparación profesional, pero aquello era solo una apariencia. Esa mujer manejaba con ácida destreza el servicio de inteligencia y espionaje del Santuario y era conocida por su afilada astucia y despiadado proceder. Su mayor debilidad era el profundo amor que le tenía a su esposo y padre de sus dos hijos, Áyax de Sagitario, pero al mismo tiempo eso era una fortaleza incontestable. Nadie se atrevía a contradecirla a menos que tuvieran argumentos de peso y el anciano Patriarca tenía en alta estima su consejo.
Esa tarde Mégara había pretendido que fuera más distendida. La última semana había sido complicada para todos en las doce casas, pues la horrible noticia de que Beatriz, la esposa de Telémaco de Géminis, tenía cáncer de mama los había sacudido a todos. La pequeña familia de la tercera casa estaba destrozada y Aioros, al ser tan cercano con los gemelos, se había contagiado de aquél lúgubre ánimo. No era para menos, la cosa se veía muy grave y los médicos no se atrevían a dar pronósticos acabados. De la angustia, Telémaco había hablado en esa semana más de lo que había hablado en años, lo que tenía a Áyax y a Antoine muy asustados: El santo de géminis nunca había sido bueno lidiando con las muertes de sus seres queridos.
Aquél día, aprovechando que Áyax se había llevado al pequeño Aioria a su primer día entrenamiento, para lo cuál necesitaba toda su concentración (su leoncito era muy inquieto), Mégara se llevó con ella a Aioros. Cierto, su trabajo era más bien burocrático, pero suponía un notable cambio de aire. Así también el muchacho se daba cuenta que no solo los santos ponían sus vidas en riesgo defendiendo a la diosa, porque tanto ella como sus contactos, informantes y agentes también enfrentaban peligros. Manejar esa red de espionaje la había llevado aquél día al Santuario de Delfos, a conversar con una de las sibilas de rango medio, que le tenía una información por cierto interesante.
Mientras las mujeres hablaban, Aioros se había quedado en compañía de la aprendiza de la mujer, Julieta, dos años menor que él. No había sido algo que emocionara al muchacho, hubiera preferido la compañía de alguna chica mayor (estaba en la edad), pero bueno. Nada que hacer y mejor se resignaba.
Justo cuando había terminado de hablar con la sibila y regresado con su hijo, Julieta tuvo una premonición incontrolable. En teoría las aprendizas no podían profetizar nada, pero se comprendía que a veces, debido a su poca experiencia, controlar su don les era inútil. Allí, en presencia de las dos adultas y el aprendiz de sagitario, la niña hizo público un extraño presagio que dejó a Aioros muy bajoneado.
Le habían anunciado una muerte, justo cuando no necesitaban más anuncios de…
¡PLAAAF!
En ese momento le dieron una palmada allí donde la espalda cambia de nombre.
"¡ÁYAX!"
"Jejejeje, ¡¿Cómo estás, belleza?!"
"¡No enfrente de los niños!"
"Aioria ni cuenta se da y Aioros está zombificado viendo tele." El santo de sagitario tomó a su esposa por las caderas y tras darle un sentido beso, la abrazó lleno de amor. "¿Qué le hiciste a mi aprendiz, mujer? Te lo dejo un día y mira cómo me lo dejas."
"¡No me vengas con esos reclamos!" Mégara bufó intranquila y se cruzó de brazos. "Se llevó una buena impresión en Delfos hoy. Una aprendiza de sibila no pudo controlar sus dones y le formuló un presagio."
"Creí que no podían hacer predicciones las nenas esas." Comentó Áyax extrañado.
"No pueden, pero a veces no logran controlar sus dones." Le dijo Mégara encogiéndose de hombros. "Al menos le dijo mientras Silvina y yo estábamos ahí."
"Nunca es malo." El dorado se puso las manos en las caderas y miró hacia la sala, intrigado y quizás aprensivo. Aioros, aunque su hermanito intentaba llamar la atención, se le veía desolado. "¿Qué le dijeron al muchacho? ¿Acaso le predijeron una muerte?" preguntó medio en broma.
"Sí. Eso fue."
"¡¿QUÉ?!"
"¡SHHH!"
Áyax se tapó la boca, pero sus ojos no perdieron seriedad. Su hijo había mostrado desde muy pequeño una sensibilidad muy curiosa ante la muerte. El suceso lo estresaba un montón y evitaba el tema como a la plaga. Su primer contacto cercano con el fallecimiento de alguien habían sido las muertes de Axl y Lümi; le costó entender que nunca más los vería, lo que lo tuvo muy deprimido y le costó recuperar su natural alegría. Por si fuera poco la noticia de la enfermedad de la mamá de los gemelos estaba todavía muy fresca y los aprendices dorados no estaban indiferentes. ¡Hasta Máscara se sentía afectado! Aioros no sabía cómo animar a Saga y Kanon (quienes necesitaban más contención que nunca), o si debía hacerlo. ¿Y ahora esto?
"¿Qué muerte le predijeron? ¿La suya?"
"No. Lo que Julieta, la aprendiza, le dijo fue que si la bruja sabe que existes, tu amor del corazón morirá. Si la quieres conocer, debes desaparecer." Repitió Mégara. Áyax entrecerró los ojos.
"¡Eso no me dice nada!" Gruño el dorado. "Menos si lo formulan en acertijos de dudosa redacción."
"¿Ah no?" Mégara enarcó una ceja. "Es fácil: Solo le está diciendo que su alma gemela, el amor de su vida morirá si lo conoce, a causa de una maldición que le van a lanzar."
"…"
"¿Qué?"
"¿Cómo supiste todo eso?"
"Porque pedí una aclaración a la maestra de la aprendiza. Aioros quedó algo afectado: eso de ser culpable de la muerte de alguien lo dejó así." Mégara suspiró angustiada por primera vez. "Le compré un pote de nutella para él solo y ni así se animó."
"Grave." Comentó Áyax parpadeando. "Si la nutella no lo animó, es grave. ¿Qué más te dijo Silvina?"
Mégara suspiró y, tras echarle un ojo a Aioros (quien por fin comenzaba a hacerle caso a Aioria), le indicó a Áyax con el dedo a que la siguiera al lavadero. Una vez ahí, y tras asegurarse que sus hijos seguían en la sala, se sopló el flequillo. Su esposo la miraba muy atento.
"Espero que lo que Silvina te dijo no sea grave ni largo." El dorado puso una traviesa sonrisa y la tomó por las caderas y la abrazó juguetonamente. "Así tú y yo podemos jugar a…"
"¡No Con Los Niños Tan Cerca!" Mégara se retorció divertida. "¡Ya deja, hombre! ¡Luego!"
"¡Aaaaw! ¡Me rechazas, Mujer!"
"¡Sagitario tenías que ser! Ya deja: más tarde." Le reclamó con picardía. Áyax le dio un beso en la mejilla.
"Te la voy a cobrar, Megs." El dorado se compuso. "Ya dime: ¿qué averiguaste sobre esa profecía?"
"Aioros tiene un alma gemela, está unido a ella por el hilo rojo." Comenzó explicando Mégara. "Sea quien sea esta persona, es una chica, me dijeron que tiene una mente muy inquieta y productiva. Cuando sea mayor, descubrirá una ilegalidad, Silvina no supo decirme qué tan grave, pero sí que no dudará en denunciarla. El problema es que debido a esto, le echarán una maldición encima."
"¿Eso qué tiene que ver con Aioros?"
"Que si la bruja descubre que él existe al momento de lanzar la maldición, ella morirá en el acto. Si no lo sabe, tiene una oportunidad."
"Aunque Aioros no conozca a esta chica, igual pueden descubrir que él existe si revisa si el lazo del hilo rojo existe."
"Exacto. Tendrías que enseñarle a camuflar el hilo rojo." Le dijo Mégara, tomando la mano de Áyax. "Como hiciste con el nuestro."
"Es un riesgo: esa técnica es muy útil cuando quieres proteger al otro extremo… pero si pasa mucho tiempo, Aioros podría convencerse que se va a quedar solo o… tomar actitudes poco apropiadas."
"Como te pasó a ti."
"Pues sí. Eso no es lindo." El dorado puso una sonrisa interesante y tras acercarse a ella, le acarició la mejilla. "Pero al final te encontré, ¿no?"
"Tampoco es lindo que se muera su alma gemela." Insistió su madre, sujetando la mano de su marido, evitando que se paseara mucho. "¿Puedes hablar con el muchacho?" Preguntó muy seria.
"Claro que sí, amor." Accedió Áyax tragando saliva. Hacía mucho tiempo que había aprendido a no impacientar a su mujer. Mégara sonrió coqueta.
"Bien. Dejando eso de lado… ¿seguro que los niños están en la sala?" Le preguntó con picardía.
Áyax de Sagitario miró a su mujer con astucia y en un solo movimiento, se la echó al hombro y se la llevó hacia el interior de la casa.
Atenas, Centro Comercial.
En esos momentos.
Abrió los ojos a toda capacidad y pegó, literalmente, la carita a aquél escaparate. Estaba a la salida de una juguetería, en cuyas vitrinas se exhibía un popular modelo de Barbie. Aquella muñeca, con un vaporoso vestido lleno de brillos y extravagante peinado, era en esos momentos la más codiciada por cualquier niña de su edad, incluida ella.
Era una muñeca preciosa, hay que decirlo, con su vestido de fiesta y todos esos accesorios. Los ojitos le brillaban y no se cansaba de verla. Se imaginó jugando con ella, combinando nuevas prendas, cambiándole el peinado. Imaginó escenarios y situaciones, quizás hasta podría llevarla con ella a clase para mostrarla a las nuevas amigas que tendría. Su mamá le había prometido un regalo por haberse portado bien. ¿Y si le pedía…?
"¡Liliana! ¿Qué haces? Estás empañando ese cristal y ni sabes qué mugre pueda haber ahí pegada." La mujer la tomó del brazo y la alejó del escaparate, agachándose al mismo tiempo para arreglar su peinado. "¿Qué tanto miras ahí?"
"¡La Barbie, mamá! ¡Esa es la que quiero!"
"¿Una Barbie?" La mujer giró la cabeza para mirar el juguete aludido. "¿Tú para qué quieres eso?"
"¡Sirven para jugar! ¿Me la puedes comprar mamá?"
Teresa Castaldelli miró a su hija con neutralidad en la mirada. Suspiró derrotada. ¡De nuevo con la manía de las barbies! La mujer se levantó y tomó la mano de su hija de nueve años. Comenzaron a alejarse de la juguetería a paso tranquilo, con la niña torciendo la cabeza para mirar atrás.
"¡Mamá! ¡Pero la Barbie…!"
"Liliana, ya estás muy grande para eso."
"¡Pero…!"
"¡Nada! Ese juguete no me gusta, lo sabes."
Liliana se soltó de su madre y se detuvo, dando un golpe con el pie en el suelo, cruzándose de brazos.
"¡Pero a mi me gusta!"
"Ya dije que estás muy grande. ¡No me gusta que juegues con eso! Esa muñeca hará que seas anoréxica, sumisa y se reirán de ti. Cuando tengas novio rico, no sabrás ni como te llamas. ¡Las barbies son para tontas!"
"¡Pero Yo Quiero!"
"¡Pero Yo NO Quiero que la tengas! Y no me vengas a hacer berrinche, que de un chanclazo te bajo los humos… o lloras con ganas. ¡Tú decides!"
"¡Mamá!"
"¡Basta Liliana! No estás en edad, nunca lo estuviste. Esas muñecas harán que te pongas tonta. ¡No lo eres! Además estás en la universidad. ¿Crees que se va a ver bonito que sigas jugando con muñecas? ¡Quizás qué van a pensar de ti!"
"¡Pero me he sacado buenas notas!" Insistió la pequeña, pero su madre siseó y de un rápido movimiento, la tomó del brazo y la obligó a caminar con ella, alejándose cada vez más de la juguetería.
"¡Crece ya de una vez, Liliana!"
Por más que tironeó, Lily no pudo soltarse del agarre de su madre, quien la sacudió una última vez para que dejara de plantar sus pies en el suelo y así seguir caminando normalmente. La verdad había que ser dicha: Liliana tenía buenas notas, era una niña buena y nunca daba (muchos) problemas. Quizás los dos años que alcanzó a estar en la primaria fue una niña difícil, pero eso se había debido a que se aburría como no tienen idea. Sin embargo, desde que estaba en la universidad, sus travesuras casi habían desaparecido. Su tío Luciano, estudiante de segundo año de ingeniería, había descubierto por accidente el talento de su sobrina e hizo algo al respecto. La llevó con sus profesores, quienes sorprendidos pidieron una evaluación más acabada, que incluyó pruebas psicológicas y estudios de su cerebro, que concluyeron que en efecto, el talento de Lily era muy real. De ese modo, y tras conseguirle una beca, Luciano consiguió que a su sobrina la aceptaran en la universidad a los nueve años, para cursar licenciatura en matemáticas, carrera en donde estaba sorprendiendo a casi todos los adultos que se cruzaban con ella.
Lily tenía un coeficiente intelectual de 157, que por fortuna estaba poniendo a buen uso… pero pese a eso, seguía siendo una niña de nueve años.
"¡Por favor, mamá! ¡Me porto bien!"
"¡Dije que Nada de Muñecas!"
"¡Pero Mamá!"
"Una palabra más y te quito el libro del árabe ese."
"¡No es árabe, es cubano!"
¡ZAPE!
"Por retrucarle a tu madre y llevarle la contra: Si digo que es árabe, ¡Lo es!" La mujer siguió caminando. "¡Pobre De Ti Si Se la Pides A Tu Abuela!"
Teresa siguió arrastrando a su hija por la calle, quien tras el zape decidió tragarse las lágrimas y morderse la lengua, con las mejillas bien infladas y la cara bien roja. Lily miró una última vez hacia atrás, pero no pudo ver ya la juguetería y tuvo que aguantar un nuevo tirón del brazo que la obligó a trastabillar y mirar para adelante. Su madre no daría el brazo a torcer.
Nunca lo haría.
Lily suspiró y siguió caminando. Mejor se resignaba.
… aunque siempre podía pedirle la muñeca a su tío Luciano…
Santuario de Athena. Techo de la Casa de Sagitario.
Esa noche.
"Estás callado hoy." Comentó de pronto Áyax. "Yo aquí contándote historias simpáticas de las constelaciones y no me has dado ni bola. ¿Qué sucede, aprendiz?"
Aioros pestañeó casi con dulzura y arrugó el ceño, antes de suspirar y dejar caer los brazos. El muchacho pateó una piedra imaginaria y miró al cielo, al tiempo que su padre lo despeinaba. No le pasaba nada, era cierto, solo estaba algo… inquieto.
"Nada…"
"¿Ah no?" Áyax levantó una ceja y se agachó hasta quedar al nivel de su hijo. "¿No pasó nada interesante esta tarde?"
"No, la verdad no." Dijo Aioros tragando saliva.
"Hmm. Entonces nunca más te dejo ir con tu mamá a esas diligencias suyas. ¡Me cambiaron al aprendiz! No me gusta que tomes las mañas del servicio de inteligencia."
"¿Y cuáles son esas?"
"Son varias: como ocultarle información a tu maestro, por ejemplo." Áyax bufó fingiendo indignación. "Eso es algo bajo, propio de un espía. Además tu maestro lo sabe todo."
"¿Incluso que mamá puso micrófonos aquí y que seguramente te escuchó?"
Rápidamente Áyax carraspeó para cambiar el tema, sintiendo un apretón en el estómago, mientras rogaba en silencio a la diosa para que Mégara no se tomara a mal el comentario y lo enviaran al sofá toda la semana.
"Dije que tu maestro lo sabe todo." Áyax abrió los ojos y los fijó en su hijo. "Supe lo que te dijo la Sibila."
Aioros miró a su padre con ojos grandes y enseguida frunció el ceño. Se cruzó de brazos y bufó. Áyax casi se largó a reír, pues esa actitud de su hijo casi le recordaba la suya propia. ¡La manzana no caía lejos del árbol! El hombre le dio un empujón para desconcentrarlo.
"No quiero tener alma gemela."
"Tarde, ya la tienes." Gruñó Áyax, siguiéndole el juego. "¿Por qué no quieres tener una?"
"Porque entonces no podré salir con otras chicas."
"¡¿Huh?!"
"¡Tendré que tener una sola mujer! Como tú con mamá. ¡Yo quiero tener muchas novias!"
Por instinto Áyax hinchó el pecho y reprimió un puchero, sintiendo un paternal orgullo por su hijo, que sabía que no debía incentivar. Cierto, Aioros todavía era un chiquillo, pero ya lo notaba desde hacía un tiempo tratando de tener más contacto con chicas. ¡Encima precoz el desgraciado! Tendría que darle la charla de nuevo, esta vez con más énfasis en el auto respeto que en lo biológico, pero no estaba demás prevenir.
El trabajo de un padre nunca terminaba.
"Ah, eso, muchacho. Aparte que estás muy chiquillo todavía, no es malo." El dorado suspiró. "Todavía no conoces a esta persona y te falta mucho por crecer."
"¡No es justo!"
"La vida no lo es. Y el que tengas alma gemela no quiere decir que no puedas tener otras novias. Mientras las respetes, y te respetes, todo… ¡Argh! A lo que voy: se fiel mientras estés con una chica, porque por dorado que seas, y por cuidado que pongas en que tus parejas no se conozcan, si te descubren en una infidelidad, ¡Ni la diosa te va a salvar el pescuezo!"
"¡ÁYAX DE SAGITARIO!" Bramó la voz de Mégara, desde uno de los parlantes ocultos.
No se necesitó decir más. Áyax tragó saliva, al tiempo que Aioros le daba unas palmaditas en la espalda. El dorado carraspeó.
"AHEM. Como decía aprendiz, puedes tener las novias que quieras, mientras le seas fiel… pero cuando conozcas a tu alma gemela… ¡no querrás separarte de ella! Y no habrá otra persona que acapare tu mirada. Será la única."
"¡Eso es lo que no es justo! Se va a morir si me conoce y le cae esa maldición…"
"Pero que eso no te detenga."
"¡No quiero que se muera!" Exclamó Aioros. "No porque me vaya a dejar, pero… pero… ¡no quiero que se muera!"
"¿Ah no?"
"No conozco a esta persona, pero seguro tiene sueños igual que yo. Y es una persona justa: me dijeron que por denunciar un crimen la maldicen. ¡Eso no se vale! ¡Es trampa resentida! Yo… yo quiero que tenga una vida larga, incluso si no es conmigo."
"¿Hijo?"
"Yo no sé cuanto viva." Confesó casi con un tono grave. "Pero quiero que conozca gente y tenga novios. ¿Y si tengo novia para cuando la conozca? ¿Y si ella tiene novio y es feliz? ¿Y si por conocerme todo se arruina?" Aioros empuñó las manos. "Ella tiene que vivir, con o sin mi, me conozca o no… pero no sé como protegerla."
Aioros se quedó mirando a su padre como si Áyax supiera todas las respuestas de la vida. En verdad el dorado no pudo menos que sentirse apabullado por este conocimiento y más por el peso con el que los ojos de su hijo se fijaban en él. El muchacho se encogió de hombros y ladeó la cabeza. Tragó saliva y endureció la mirada: algo le iba a preguntar y Áyax tenía una sospecha al respecto.
"Papá. Sé que sabes cómo puedo protegerla. Leí de una técnica esta tarde, ¿la conoces?"
Áyax asintió con lentitud. Se puso las manos en las caderas y miró al cielo, como lleno de una súbita nobleza. Esa noche no había luna, por lo que la vía láctea se abría ante ellos en su máxima expresión y belleza.
"Dice una leyenda que dos almas gemelas están atadas entre sí por un hilo rojo que suele ser invisible al ojo común. Este hilo puede expandirse, contraerse y enredarse, pero ni los mismos dioses son capaces de cortarlo. En épocas y guerras pasadas, Hades el invisible, aprovechando su capacidad de ver estos hilos, le enseñó a sus espectros a verlos y seguirlos, de manera tal que pudieran encontrar a las almas gemelas de los santos de Athena. Así los asesinaban infringiendo un terrible daño emocional en los santos."
"Les rompían el corazón."
"Pero no su voluntad de lucha. Aún así quedaban muy vulnerables luego." Áyax se tomó un tiempo y tomó aire. "Pese a eso, los santos descubrieron una forma de proteger a sus almas gemelas, gracias a una técnica desarrollada por un santo de bronce, ocultando el hilo que los unía a sus parejas."
"¿El hilo desaparecía?"
"No. Parecía que se desvanecía, pero en verdad se teñía de dorado, consiguiendo que el ojo de Hades y sus espectros no pudieran verlo. No obstante, el juez de Griffin se las ingenió para descubrir los hilos una vez más y…"
"¿Qué ocurrió?"
"Eros y Psique intervinieron. La señora Psique fue ante Zeus y le pidió que prohibiera estas tretas durante las guerras santas, y mientras eso no ocurriese, el señor Eros eliminaría la libido de todo ser viviente en la tierra, incluyendo a los dioses. No hubo reproducción, ni nadie pasó tiempo de calidad con nadie… y bueno…"
"¿En cuántas horas el señor Zeus accedió al ruego de la señora Psique?"
"Dicen que se tardó un día, pero yo creo que menos." Áyax carraspeó. "Nadie volvió a usar esa técnica, pero ni los espectros olvidaron como encontrar los hilos, ni los santos olvidaron como ocultarlos. ¡Ven muchacho!"
Áyax caminó hasta el otro extremo del techo, como buscando la posición ideal para ver mejor la constelación de sagitario. Aioros no se hizo de rogar y lo siguió con ansiosa calma. El dorado se cruzó de brazos y mantuvo una dramática pausa.
"Lo que te voy a enseñar va a ocultar el hilo que te une a tu alma gemela. Nadie podrá verlo, ni siquiera los espectros de Hades, pero es el juez de Griffin el único que puede develar los hilos. Esto implica riesgos." Áyax miró a su hijo con mucha severidad. "Una vez usé esta técnica, para proteger a tu madre… pero…"
"¿Papá?"
"Uno de los extremos siempre se sentirá desolado y a la deriva… me costó convencer a tu madre que la adoraba con toda mi alma… Ella sufrió mucho."
Aioros se mantuvo en expectante silencio, como procesando las palabras de su padre, tratando de dilucidar qué significaban. Hizo un puchero y apretó los puños.
"Quiero intentarlo."
"Muy bien. Entonces presta atención."
Ahí, a la sombra de la noche y las estrellas, Áyax de Sagitario le enseñó a su hijo aquella antigua técnica y del mismo modo… Aioros la puso en práctica.
…
Casi de inmediato Lily, quien estaba en su casa, resolviendo a escondidas algunos ejercicios de su libro de Álgebra de Baldor (se supone que debería estar durmiendo ya), sintió un pequeño tope eléctrico en el dedo meñique de su mano izquierda. Apenas fue perceptible, lo suficiente como para que la niña mirase su dedo molesta pero, tras una rápida inspección, descartó daño alguno y siguió con sus ejercicios…
… olvidando lo ocurrido.
Pasarían años antes de que volviera a pensar en ello.
Continuará…
Por
Misao–CG
Próximo Capítulo: Traumas Familiares
… rojas de la indignación. Honestamente ella no había terminado de procesar lo que había pasado en el café con la súbita aparición de un medio hermano del que no tenía idea que existía. Nunca se había imaginado aquél escenario ni por si acaso, aunque si lo pensaba, las probabilidades de que ocurriera eran bastante altas. Lily bajó las manos…
Nota Mental: ¡HOLA A TODOS Y GRACIAS POR ESTAR AQUÍ! =D Aquí voy de nuevo con esta historia que espero les haya interesado. Sé que los hice esperar y me disculpo, no tuve todo el tiempo que hubiera querido. Lo que sí, me divertí mucho escribiendo todo esto, insisto en esa cuestión, por lo que ojalá no se decepcionen demasiado. Mis agradecimientos a Maritere, Abby Lockhart1 y a Laura (mi contacto en Noruega), por la asistencia médica y técnica, pues sin ustedes, creo que mis errores hubieran sido aún más garrafales. ¿Una buena noticia? El fic está completo, solo falta publicarlo. Algunas pequeñas generalidades… la historia se traslapa a algunos otros, por lo que tuve que prestar mucha atención. Si tuve algún error muy notorio, les ruego asilo político, pues creo que Ekléctica me asesinará lentamente por no haber prestado suficiente atención. OmO Por favor, si detectan algún error tipográfico, de ortografía y redacción, me avisan para que lo pueda reparar. ¡MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEER!
Me dejaron algunos reviews en estos meses:
Simone me dejó un review en el epílogo de Divina Calamita, y me alegra saber que a la vuelta de los años el fic te siga gustando. Creo que ha sido uno de los más divertidos que he escrito: Hades es muy buleable el pobre. ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER "DIVINA CALAMITA" Y CUÍDATE MUCHO! =D
Oooh, lo lamento, Newfan, me demoré en escribir este fic. u^^ Pero espero que la universidad no te haya dado una paliza muy seria, eso nunca es divertido. Ojalá que este nuevo proyecto te guste: creo que está algo más dinámico n.n ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER "FACTA NON VERBA" Y CUÍDATE MUCHO! =D
¡Querida BloodyP! No sabes cómo me alegra verte por aquí, me has dejado el corazón con un lindo latido. Sin duda que ha pasado un montón de tiempo y no sabes lo mucho que disfruté saber que te gustaron los fics nuevos. Admito que reencontrarme con este hobbie me ha hecho muy bien y si bien metí a todo mi universo a la licuadora emocional, estoy contenta con los resultados. He vuelto a disfrutar escribir y créeme que el día que deje de hacerlo, dejaré de escribir. Eso sí, lamento bastante haberme perdido tanto tiempo. Nada más espero que la musa dure más en esta ocasión. Quiero dejar los ciclos cerrados al menos esta vez. Y sí, desde ya Kyrus y Lizzie están shippeados. Un par muy tierno, sin duda. ¡Y antes que se me olvide! Tu nunca fastidias. Me gusta leer los comentarios que me dejan, porque es la forma que tengo de saber si lo que escribo está bien o mal y así puedo hacer las correcciones que hacen falta ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER *UN MONTÓN DE FICS* Y CUÍDATE MUCHO! =D
BRÚJULA CULTURAL
Traída a ustedes gracias a Wikipedia o alguna otra página, según corresponda. Las traducciones son gracias a Google Traductor y a Laura que me dio algunos tips de noruego.
Cáncer de Mama: Es una proliferación maligna de las células epiteliales que revisten los conductos o lobulillos mamarios. Es una enfermedad clonal; donde una célula individual producto de una serie de mutaciones somáticas o de línea germinal adquiere la capacidad de dividirse sin control ni orden, haciendo que se reproduzca hasta formar un tumor. El tumor resultante, que comienza como anomalía leve, pasa a ser grave, invade tejidos vecinos y, finalmente, se propaga a otras partes del cuerpo.
Los principales factores de riesgo de contraer cáncer de mama incluyen una edad avanzada, la primera menstruación a temprana edad, edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber dado a luz, antecedentes familiares de cáncer de mama, el hecho de consumir hormonas tales como estrógeno y progesterona, consumir licor y ser de raza blanca. Entre 5 a 10 % de los casos, el cáncer de mama es causado por mutaciones genéticas heredadas.
Del total de los carcinomas de mama, menos del 1 % ocurren en varones (sí, también les da a los hombres). El Día Internacional del Cáncer de Mama se celebra el 19 de octubre,3 tiene como objetivo sensibilizar a la población general acerca de la importancia que esta enfermedad tiene en el mundo industrializado.
Chicas del mundo, revísense y no subestimen los bultos extraños. Mientras antes se detecte, más probabilidades se tienen de sobrevivir esto.
Sibila: Personaje de la mitología griega y romana. Se trata de una profetisa, inspirada en ocasiones por Apolo, capaz de conocer el futuro.
Según algunas tradiciones, hubo una joven hija del troyano Dárdano y de Neso (hija del gobernador Teucro) que estaba dotada del don de la profecía y tenía una gran reputación como adivina. Esta joven se llamaba Sibila y por eso desde entonces vienen llamándose así a todas las mujeres que ejercieron esa capacidad de profetizar. La más importante de todas en la mitología romana era la sibila cumana. Otras tradiciones afirman que su padre fue Zeus, fruto de su relación con una hija de Poseidón llamada Lamia, por lo que su don es de origen divino. También hay tradiciones que citan a Herófila como hija de Zeus.
Las sibilas tenían su vivienda en las grutas o cerca de corrientes de agua. Las profecías eran manifestadas siempre en estado de trance y expresadas en hexámetros griegos que se transmitían por escrito.
Aurelio Ángel Baldor de la Vega: (La Habana, 22 de octubre de 1906 – Miami, 2 de abril de 1978) fue un matemático, profesor, escritor y abogado cubano autor del libro Álgebra de Baldor publicado en 1941 y reeditado en numerosas oportunidades. Otros libros suyos son Aritmética de Baldor y Geometría plana y del espacio y Trigonometría de Baldor. En la portada de Álgebra de Baldor aparece Al–Juarismi, un matemático, astrónomo y geógrafo persa de origen musulmán, que vivió aproximadamente entre 780 y 850.
