Lamentablemente, para muchos, todo esto pertenece a Rowling y a algunos más.
¡Ah! y esto va a ser Slash más adelante.
UNA CASA DE LOCOS
Habían días en que Ron Weasley creía que se iba a volver loco.
Todo había comenzado más o menos dos años atrás. Hermione había sido trasladada al Departamento de Aplicación de la Ley Mágica, y él había tenido que reducir su jornada en Sortilegios Weasley para poder cuidar de los niños. Fue por esa época en que su querida hermana se fugo con un jugador de quidditch sueco varios años más joven, y dejo a Harry con sus tres hijos y su ahijado, que había tenido que irse a vivir con ellos después de la muerte de su abuela. Y su madre había tenido un problema del corazón y no podía cuidar de sus doce nietos por mucho que ella dijera que sí.
Y era por eso que Ron se encontraba ahora viviendo con un metamorfomago adolescente que se pirraba por la música alta y con su ahijado James de ocho años quien tenía un ligero problemilla de hiperactividad y amaba volar con su escoba de juguete por la casa. También estaban Albus y Rose quienes eran los más tranquilos, pero que le daban escalofríos a Ron porque Albus tenían una especie de vena exhibicionista y prefería pasearse desnudo por la casa y Rose había salido inusualmente lista ya que a veces le ganaba al ajedrez, y eso era algo que Hermione no había logrado todavía. Y finalmente estaban los pequeños Lily y Hugo. Lily estaba en los dulces cuatro añitos, y todas sus frases comenzaban con un porqué y Hugo de tres que era la timidez en persona y se pasaba el día con su fénix de peluche.
Nunca pensó que lo haría, pero daba gracias a Kreacher por su ayuda.
Hermione se pasaba el día metida en el Ministerio, y dando guerra a los viejos del Wizengamot y Harry había sido nombrado también Jefe de los Aurores, y habían días en que apenas tenía tiempo para estar en casa. Así que Ron se había convertido en algo parecido a un amo de casa que cuidaba de los niños cuando no estaba en Sortilegios Weasley por las mañanas, porque de limpiar y cocinar se encargaba el elfo domestico, gracias a Merlín, su destreza con los hechizos de limpieza era espantosa y la comida se le solía quemar.
Y entonces ocurrió el Gran Desastre.
Ron nunca imagino que otro niño iba a encontrarse viviendo con ellos, por eso en cuanto Harry apareció con un niño por la chimenea se quedo completamente petrificado. Además con ese color de cabello y ojos sólo podía ser hijo de una persona, el hurón.
- Tenemos un problema.
No hacía falta que Harry lo dijera, Ron ya se daba cuenta de que había un problema, porque no había ninguna otra forma que un Malfoy, aunque fuera pequeño, apareciera por la actualmente casa Potter-Weasley.
- Draco Malfoy ha desaparecido y hemos encontrado a Astoria Malfoy… ya-sabes.
No, Ron no sabía, pero lo sospechaba. Y el niño no tenía otro lugar en el que quedarse y Harry se debía sentir responsable y lo había adoptado como a un perrito perdido. Aunque en este caso se trataba de una serpiente en miniatura.
- ¿Realmente tiene que quedarse aquí?
- El asunto está algo complicado y aquí estará seguro. No creo que nadie pueda con las defensas que los Black instalaron hace años, ni con las de Dumbledore que aún permanecen.
- Esta bien, supongo.
Harry dejo al niño en el suelo y se puso de rodillas para hablar con él cara a cara y explicarle la situación.
- Este señor de aquí es Ron Weasley - y Harry lo señalo - va a cuidar de ti hasta que yo vuelva por la noche. Vas a vivir con nosotros hasta que encontremos a tu padre ¿vale? - el niño asintió con la cabeza mientras no despegaba sus ojos de Ron y seguía agarrado a la túnica de Harry - Ron - llamo su atención Harry - este es Scorpius Malfoy.
- Encantado de conocerle Señor Weasley.
Si que era educado el niño, pero no podía esperarse otra cosa del descendiente de los elegantes y distinguidos Malfoy.
- Igualmente - le contesto Ron algo inseguro - ¿Qué edad tienes?
- Seis años.
- Tienes la misma edad que Rose y Albus. Sera mejor que te los presente, puedes quedarte un momento en ese sofá - y cuando vio que el niño se iba y se sentaba miro a Harry con ojos suplicantes - Harry…. Es el hijo de Malfoy…
- Ya lo se - le respondió su mejor amigo - mira, hemos encontrado a su madre muerta por un Avada en el Callejón Knockturn, y Malfoy lleva dos días desaparecido. Por la forma en que esto está pasando creo que es gente que se quiere vengar por lo que hicieron durante la guerra, he hablado con los Nott, que son familiares, y dicen que estaban recibiendo amenazas. Y no podemos contactar con los Malfoy mayores, al parecer están de vacaciones en algún lugar perdido. Es sólo un niño, no quiero que se vea envuelto en toda la mierda que Voldemort dejo detrás.
- Supongo que puedo ocuparme de él.
Harry se desapareció con rumbo a su oficina y él se giro para ver que hacía con el pequeño hurón, pero un muy desnudo Albus se le había adelantado y se estaba presentando.
- ¡Albus! ¿Qué te he dicho de andar desnudo por la casa? - le pregunto mientras le invocaba una túnica.
- ¿Qué puedo hacerlo siempre que quiera? - le respondió Albus sonriendo inocentemente. Ron no sabía de dónde había sacado los genes caraduras - ¿puedo llevarme a Scorpius arriba?
- Claro - y así también se libraba del pequeño Malfoy.
Ron vio como Albus se llevaba al Malfoy hacia la escalera mientras él se dejaba caer agotado en una silla. Veía su futuro muy parecido al infierno. Se suponía que no debería beber alcohol mientras cuidaba de los niños, y nunca había tenido la tentación de hacerlo hasta ahora, pero una copita de Whiskey de Fuego no iba a hacerle daño.
