Titulo Original: ********, Titania and The Fairy.

Autores Originales: ******* escritor de *******, Titania and The Fairy; y Hiro Mashima creador de Fairy Tail y sus personajes.

Fecha de Publicación del Fic Original: 22/05/2012

Traductor: Néstor In del inglés al español latino.

—Diálogos—

"Pensamientos"

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*******, Titania y La Hada

Natsu Dragneel actualmente está jugando con Happy mientras son observados por los demás miembros de su equipo, cuando alguien inesperado se aproximó al pequeño grupo.

—Salamander —el tono condescendiente de Evergreen se abrió paso entre el barullo de Natsu y Happy.

—¿Eh? —Natsu respondió tontamente preguntándose qué es lo que ella quería; mientras todo el mundo veía la curiosa escena frente a ellos.

Evergreen internamente frunció el ceño ante lo que está a punto de hacer, vio a Titania y pudo notar con claridad el ceño ligeramente fruncido de la pelirroja. "Estoy haciendo esto por mi derrota en el festival" pensó con resolución antes de hablar: —Yo…—respiró profundo—. Quiero que salgas conmigo —dijo fuerte y claro, con el hábito de acomodarse los lentes.

—¡¿QUE?! —todos en el gremio exclamaron sorprendidos, incluso Natsu se sorprendió por la propuesta repentina.

Natsu finalmente se las arregló para reunir su ingenio y observó cautelosamente a la mujer. —Ok… Sin embargo ¿Por qué yo? —respondió en una pregunta a la vez que miraba como los labios de Erza se fruncían ligeramente.

—Quiero un hombre fuerte como mi pareja, y tú derrotaste a Laxus. Esa es razón suficiente para mí —Evergreen respondió manteniendo su genialidad bajo la atención de todos.

Natsu miró a Erza en busca de ayuda, pero en el momento en que lo hizo, ella se levantó de su silla y se marchó sin decir una palabra. Suspiró para sus adentros. —De acuerdo, saldré contigo… pero no esperes mucho de mí —respondió antes de que Evergreen lo tomará de la mano y lo arrastrará fuera del gremio—. ¿A dónde vamos? —cuestionó inseguro.

—A un trabajo —respondió lacónicamente al salir del gremio; bajo la atenta mirada avellanada de la pelirroja.

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Ha pasado una semana desde que Evergreen comenzará a salir con Natsu y el mismo tiempo en que Erza desarrollará cierta molestia por lo pegajosa que la gorgona había demostrado ser; aunque desconociera que Evergreen estaba jugando. Erza ha estado viendo secretamente a Natsu después de los sucesos en la Torre del Cielo y sus relación ha sido puramente física o al menos eso pensaba. Sus ojos se posaron en Evergreen y en cómo ella presionaba su cuerpo contra Natsu; algo que incómodo a la pelirroja. Vio que Evergreen la miraba con una sonrisa ladina adornando sus labios, eso la enfureció. Salió del gremio hasta que su ira se calmara, incapaz de comprender porque se había enojado.

"¿Me gusta Natsu?" se cuestionó mientras caminaba por las calles de Magnolia. Sabía que su preocupación por él era como la preocupación que tenía por cualquiera del gremio, pero no algo más profundo. Comenzó a recordar el tiempo que pasaron en 'Akane Resort' y las cosas que compartieron.

FLASHBACK

Erza se sentó de nuevo en una silla dedicándose a observa cómo Natsu dormía plácidamente, recuperándose después de la intensa batalla en la Torre del Cielo donde él luchó por protegerla, superando sus límites hasta quedar exhausto. Y aun así colaboró con fuegos artificiales para despedir a sus antiguos camaradas: Milliana y los demás. Después de eso, él inmediatamente se metió a la cama. Erza estaba feliz incluso si ellos tomaran caminos diferentes, pero aun sentía un vacío después de perder a Jellal y de algún modo ese vacío fue llenado sustancialmente por Natsu. Se inclinó sobre la cama observando al Slayer dormir profundamente, un mechón escarlata rozó la nariz del joven y un pensamiento la golpeó. Erza repentinamente mojó sus labios mientras lentamente cerraba la distancia entre ellos, observándolo en busca de cualquier signo de que él despertara a la vez que la brecha se hacía más corta.

—No perderé, Erza… —murmuró mientras su rostro mostraba miedo y determinación al mismo tiempo.

Esas palabras sonrojaron a Titania cuando se cernía sobre el bello durmiente. Su corazón se aceleró; colocó el mechón rebelde detrás de su oreja y finalmente eliminó la distancia. Ella se sintió viva en el momento en que sus labios se encontraron, y el vacío en su corazón se llenó por el simple acto; cerró los ojos y así disfrutar las sensaciones que la abordaban. Después de unos segundos se retiró con lentitud y abrió los ojos, él le devolvía la mirada; viéndose mutuamente en silencio. Ella se incorporó y Natsu hizo lo mismo,

El pelirrosa colocó sus manos sobre sus hombros y lentamente la empujó sobre la cama; ella suspirando debajo de él. La correa del vestido veraniego se deslizó cautelosamente mostrando el material negro de su bikini, observando el subir y bajar de su prominente delantera; el cabello escarlata alrededor de su cabeza como si fuera un halo angelical, los labios de la mujer se abrieron ligeramente y su mirada avellana lo perforó.

—Erza… —Natsu inició, nuevamente, con tranquilidad a cerrar la distancia entre ellos.

Erza no respondió, limitándose a envolver sus brazos alrededor del cuello, acercándolo más, gimiendo cuando sus labios se encontraron… Pasaron el resto del día en la habitación, explorándose mutuamente; ahogándose en sus deseos carnales. Pero lo que Erza disfrutó la mayor parte del tiempo fue la sensación de cercanía y seguridad que obtuvo en los brazos del hombre que la salvó de sí misma.

END FLASHBACK

Sonrió mientras tocaba sus labios, reviviendo el recuerdo de los besos que la consumían como un fuego abrazador lo hacía con una polilla. —Supongo que me gusta ese idiota —murmuró antes de que ganará un brillo competitivo en sus ojos—. Es hora de que Natsu recuerde el lugar al que pertenece —añadió sonriendo predatoriamente.

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Natsu y Evergreen tomaron caminos diferentes. Él por su lado: caminó con dirección a su casa sobre la colina con vista panorámica de Magnolia. Desde que empezó a salir con Evergreen, se dio cuenta cuan diferente actuaba la mujer cuando estaban solos o en el gremio. Cuando estaban solos, ella lo trataba como un esclavo y mula de carga y sucedía lo contrario cuando estaban enfrente de sus compañeros, bajo la vista de todos sus conocidos era la novia perfecta. Pensar en eso sólo le dio un dolor de cabeza.

—Por lo menos lo que tengo con Erza no es complicado —pronunció para sí mismo, recordando las veces que compartieron la cama. El recuerdo de su cuerpo desnudo presionándolo y su aroma embriagante, provocó una erección no deseada luchando fuertemente contra su pantalón. Sabía que la única manera de lidiar con ello era ir con Erza, pero eso estaba fuera de cuestión ya que ella comenzó a evitarlo. —Supongo que somos tú y yo… de nuevo —masculló con amargura mirando su mano derecha.

En el momento en que llegó a la cima, vislumbró a la persona que lo había estado evitando; de pie apoyada contra la pared, llevando el mismo vestido que uso en Akane Resort. Erza se acercó a Natsu e inmediatamente vio el bulto en su pantalón; de manera inconsciente se relamió los labios y se estremeció al pensar en las cosas que haría con él. —Ha pasado tiempo Natsu —saludó con su rostro estoico, igual que siempre.

—S…si —respondió haciendo lo posible para resistir la tentación de tomar a la mujer, y hacerla que cambiara de expresión una y mil veces. —¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó con curiosidad. Erza simplemente sonrió. Una sonrisa seductora que hizo que su erección fuera aún más dolorosa de lo que ya era; ella colocó su mano derecha con gentileza sobre su tórax sintiendo su corazón acelerado. La sonrisa de Erza creció más, cuando lo sintió estremecerse bajo su tacto a medida que paseaba suavemente sus dedos por el torso tonificado. Estaba disfrutando provocar al Slayer a la vez que mantenía el silencio; justo cuando se estaba encendiendo l igual que el dragón y disfrutando de su calor presionando su cuerpo contra él- Natsu bruscamente se separó, colocando sus manos sobre los hombros de la pelirroja: —¿Qué quieres Erza? —cuestionó gruñendo al final. Sabía que lo que estaba pensando era incorrecto, pero Erza es alguien a quien no rechazaría aunque quisiera.

Sabía que el chico estaba en su límite y la forma en que pronunció su nombre mando un fuerte escalofrío por su espalda. Se retiró del agarre; vistiendo la misma sonrisa de antes y con voz sedosa pronunció: —A ti…—una respuesta con sencillez y él espetó. Sus labios chocaron bruscamente; un brazo envolvió su delineada cintura, presionando su cuerpo y aplastando sus pechos contra su tórax. La otra mano del joven se coló en su cabellera sedosa y con aroma a fresas, manteniéndola donde él quería. Gimió cuando la lengua de Natsu comenzó a explorar su boca, mientras manoseaba su trasero. Conocía de antemano que él no se negaría, pero también sabía que no podía mantenerse alejada de él. Se siente atraída, al igual que la polilla hacia la llama, y después de lo que compartieron y realizaron, se dio cuenta de que estaría perdida si Evergreen se lo quitaba.

Envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Natsu mientras él agarraba fuertemente sus nalgas; se dirigieron a la casa y con una patada de animal el hombre abrió la puerta. Natsu rápidamente se dirigió a su habitación e hizo lo mismo que con la otra puerta; y arrojó a Erza sobre su cama; se quitó el chaleco y velozmente se cernió sobre la mujer. Capturó sus labios en otro beso caliente, envolviendo su lengua contra la de ella, mientras colocaba su mano en el pecho derecho de la pelirroja; apretó el orbe carnoso hasta derramarlo entre sus dedos para luego acariciarlo rústicamente. Dio ligeros golpes a los pezones rígidos de Erza, haciéndola gemir y que arqueara la espalda a causa del placer recorriendo su cuerpo.

Se sentía viva cada vez que Natsu la acariciaba; mientras el falo que se presionaba entre sus piernas crecía y exigía atención. Con sus manos libres llegó al pantalón de Natsu, se deslizó por debajo y rápidamente se apoderó de la furiosa polla del hombre. —Oh —escuchó el gruñido, apenas audible, salir de los labios del hombre mientras estos se presionan contra su cuello; el gruñido reverberó por todo su cuerpo incitándola a continuar con las caricias.

—Cambiemos —susurró al oído de Natsu, mordiéndolo ligeramente; él asintió.

Natsu se quitó de encima de la pelirroja, para luego sentarse en la cama. Titania lo ayudó a quitarse el pantalón y tirar dicha prenda lejos del lugar. Erza hizo lo mismo con su vestido veraniego mientras los ojos de Natsu ardían con lujuria al observar los pechos de Erza rebotar cuando se quitaba el vestido que al final terminaba en el suelo. La siguió con la mirada y a ella parecía no importarle; demasiado enfocada en la tarea que tiene en las manos. Envolvió sus dedos alrededor del pulsante pene, viendo como el líquido pre seminal fluye libremente en sus manos y lo utilizó como lubricante. Erza llevó su rostro más cerca del miembro viril y el fuerte olor abrumó sus sentidos, se relamió los labios para después arrastrar su lengua a lo largo de la base; ascendiendo con lentitud.

—Erza —gruñó, paseando su mano por el cabello suave de Erza, observándola dar toda su atención a su pene.

La susodicha continuó lamiendo la vara de carne, espumeando con su saliva, acariciándole las bolas con sus hábiles dedos. Después de una lamida final, finalmente se lo metió en la boca y su lengua se enrolló alrededor del glande antes de profundizar más la mamada; comenzó a menear su cabeza a un ritmo constante. Cada gemido y gruñido proveniente de Natsu sólo la incitaba a hacer más y hacerlo sentir mejor.

El placer se volvió muy grande para el joven asesino y la necesidad de terminar se hizo casi insoportable. —Erza… Voy a acabar… yo —gimió forzando a Erza a detenerse. Natsu miró a la mujer con ojos suplicantes. —Todavía no —musitó ella con simpleza; su mano derecha apretó la base del pene mientras acariciaba el resto con la mano izquierda antes de soltarlo. Agarró sus pechos y los dejó caer sobre el pene, y dicho trozo de carne se hundió entre ellos; mirando como la polla se sacudía con vehemencia enviando pulsos entre sus pechos, ella comenzó a amasar sus tetas, apretando la virilidad inició a devorar el pene una vez más.

Natsu apretó fuertemente las sábanas en un intento de no subir su cadera cuando Erza comenzó a acariciar su glande con la lengua, sintiendo como su virilidad era apretado entre la suave piel de esos pechos firmes y aun así suaves. Erza continuó el masaje alternando entre lamidas y succiones, llevando a Natsu al borde dándose cuenta por la expansión que sufrió el pene. Decidió finalizar el sufrimiento del joven, así podría saborearlo, una vez más dejó que su lengua corriera por el glande, hundió su lengua en el pequeño orificio y se deleitó con el gruñido gutural del hombre. Erza observó como el líquido lechoso surgió, manchando su rostro y cabello en el proceso, después de la corrida abismal el trozo de carne hizo una parábola en descenso.

Ver a Erza bañada con su semen -rostro, cabello y una pequeña laguna de leche entre los pechos-, sólo causó que su erección se irguiera de nuevo. En silencio apreció a detalle como Erza se limpiaba, lamiendo sensualmente cada gota de su cuerpo. Después de asegurarse que todo se había ido vio a Natsu y sonrió con picardía, ofreció su mano a lo que él la tomó y poniéndola de pie la ayudó a subir a la cama. Incapaz de soportar más tiempo se posicionó entre las piernas de la mujer para después hacer a un lado el diminuto bikini y en un hábil movimiento hundió su pene hasta la base haciendo que la mujer gimiera de placer en un sonoro grito: —¡AHJJ! —. Natsu se inclinó hacia adelante presionando sus labios contra los de ella, sofocando sus gemidos a la vez que atacaba su boca.

Natsu retrocedió, succionando su lengua en el proceso. —He estado muy frustrado, Erza —gruñó apretándole el pecho derecho, haciéndola gemir mientras recordaba los grandes pechos de Evergreen presionándose contra sus brazos. —Yo te quería hacer gritar, pero has estado evitándome… No sé lo que hice, pero perdón por cualquier cosa que haya hecho. —La voz la calmó y despejó toda lujuria que nublaba su mente. Erza colocó suavemente su mano sobre la mejilla del hombre, le sonrió cálidamente:

—No hay nada que disculpar Natsu, no es tu culpa. Necesitaba aclarar algunas cosas, es por eso que estuve evitándote —respondió, con su voz carente de cualquier rencor entre ellos. Eso le recordó el tiempo que pasaron en Akane y a Erza, como simplemente Erza y no la orgullosa reina de las hadas. Compartieron otro beso esta vez lento y suave, y eso hizo que Erza se enamorara más del Dragón Slayer. En el momento en que se separaron, ella sonrió con lujuria y habló en voz baja llena de sensualidad:

—Yo también he estado muy frustrada, Natsu. Así que se un buen chico y cógeme duro —pronunció; Natsu estaba más que feliz de hacerlo, conociendo de antemano que ella no utiliza palabras sucias, esta vez era una ocasión especial.

Se echó hacia atrás y firmemente agarró la cintura de la mujer y sin preámbulo alguno sacó su virilidad hasta dejar sólo la cabeza en la húmeda entrada. —¡Ahora! ¡Estoy encendido! —rugió antes de empalarla de un simple golpe haciendo que ella se retorciera por el repentino aumento de placer. Empezó a follarla a un ritmo constante provocando que los jugos comenzaran a derramarse del conejo rojo. Amaba la sensación de como su virilidad era envuelta y lo quemaba en cada golpe. Metió ambas manos por debajo de la espalda, la levantó de la cadera e incrementó el ritmo del coito con la intención de sacar su pene con todo y cuello uterino. Ella por su parte gritó de placer; sus dedos de los pies se tensaron; su cuerpo entero se tensó; su prominente delantera se tambaleó de adelante hacia atrás con duros golpes hasta que sus pechos se deslizaron fuera del bikini, exponiendo los pezones erectos.

—¡Oh…! ¡Tan rico…! ¡Natsu…! ¡Asombroso…! —gemía mientras su intimidad se volvía más sensible y su interior temblaba de alegría. Repentinamente el intruso se retiró, causando que gimiera de disgusto y lo mirara, alcanzando a ver la polla reluciente bañada en jugos haciéndola sonrojar de vergüenza y excitación. Así como salió, volvió a ingresar logrando que Erza chillará de gusto cada vez que sucedía el proceso; una y otra vez. La habitación fue inundada por sonidos obscenos; aumentando la lujuria de la pareja.

—¿Lo quieres… más profundo… Erza? —interrogó con la respiración errática deleitándose con sólo ver a la mujer ahogándose en placer.

Erza miró a Natsu con los ojos entrecerrados. —¡Sí! ¡Más profundo…! ¡Hazme sentir mejor…! —respondió de igual manera.

—¡Erza! —rugió, enviando su cadera hacia adelante aplastando a la mujer debajo de él, ella se aferró a su cuerpo como si fuera un salvavidas y ella a punto de hundirse en la profundidad del océano. Sus grandes pechos chocando contra el duro tórax del hombre; sus rígidos pezones los únicos en ofrecer resistencia. El cuerpo de la pelirroja temblando en éxtasis mientras dejaba que la anatomía del hombre ahonde más en su coño.

Natsu sintió cuan caliente y excitada estaba Erza a causa del coito; dio una lamida a la nuca de porcelana antes de sacar su cintura y enterrar su polla profundamente hasta llegar a la entrada uterina. Continuó con los embistes contra la entrada como forzando su entrada al paraíso, causando que el coño de Erza apretara con fervor al entrometido. El asalto implacable produjo que Erza comenzara a convulsionar de placer.

—Eso es demasiado Natsu… nunca antes… y yo…!— declaró incluso cuando su cuerpo se deleitaba en las sensaciones que Natsu le brindaba. Le asustaba que pudiera experimentar más a pesar de saber que eso era suficiente.

—Está bien Erza… Voy a hacer que te sientas aún mejor… —le susurró al oído; aumentó el compás de los embates. Erza se estremeció de placer, e incluso con su negación de antes, con sus piernas aprisionó a Natsu al igual que su intimidad apretaba con fiereza como si lo guiara más profundo. Continuó golpeándola mientras cantaba el nombre de la mujer, y con cada golpe a la entrada se las arregló para penetrarla con la punta de su falo.

—¡AHHH! —vociferó cuando su límite fue puesto a prueba, mientras Natsu miraba su rostro contorsionado de placer. Instintivamente buscó más placer incluso si su mente quería parar, apretó el pene. Natsu dejó un chupetón en su cuello antes de retirar su cadera, dejando abierta la entrada uterina; volvió a ingresar acercándose al clímax junto a Erza. Apretó el cuerpo de la mujer entre sus brazos, ambos llegando al clímax.

—¡NATSU! —exclamó llena de felicidad con su cuerpo temblando, sintió como el pene del hombre se expandía depositando directamente la semilla en su útero. Quemándola por dentro.

Natsu se aferró a Erza, e igual a ella, temblando de placer, llenándola. Pudo escuchar la voz jadeante de Erza mientras ella enterraba las uñas en su espalda a causa del descontrol. Lentamente se retiró de ella, mirando que Erza tranquilizaba su respiración y en su rostro una sonrisa de satisfacción. Admiró la cavidad intima, de la cual escurría la evidencia del encuentro furioso que acababan de concretar. Miró en silencio como Erza daba un largo suspiró, haciendo que sus melones subieran y después bajaran con parsimonia.

Después de unos minutos Erza finalmente se las arregló para tranquilizar su respiración; se sentó y le sonrió a Natsu. —¿Quieres otra ronda?—. Los labios del hombre chocaron contra los suyos, como respuesta a su pregunta. A medida que se besaban, Natsu se las ingenió para colocarla a cuatro patas; el beso se rompió. Erza suspiró al sentir la erección presionar contra su coño húmedo y luego ser frotado a lo largo de su rajadura, las burlas continuaron haciendo que gruñera con molestia.

—Deja de jugar conmigo, Natsu o yo t- —Erza nunca llegó a terminar su diatriba ya que Natsu la penetró de un golpe. Los golpes a lo bruto proporcionados por el hombre mataron cualquier pensamiento que se formaba en su cabeza mientras jadeaba y gemía con lujuria.

Natsu continuó con las rudas penetraciones; los brazos de la mujer fueron incapaces de sostener su propio peso, aplastando su busto en el proceso y luego sus pezones fueron presionados contra la textura rugosa de la sábana. Natsu se inclinó hacia adelante; su mano derecha avanzaba alrededor de la delgada cintura de la fémina para finalizar en el botón rosa deseoso de atención, lo presionó con el dedo pulgar e indicé haciéndola jadear de gozo. Cambió su mano derecha por la izquierda, y llevó dicha mano hasta la boca de la pelirroja y ella ansiosamente limpió sus dedos, pasando su lengua alrededor de cada dedo y chupándolo como si fueran dulces. Satisfecho con el trabajo de Erza, tomó el pecho derecho de y procedió a pellizcar los pezones… y momentos después hizo lo mismo con el izquierdo. La levantó de la cama en un ángulo de 45 grados y uso el busto para empalarla continuamente; la nueva posición le permitió golpear otro punto dulce de la mujer.

La niveló contra su tórax, enganchó las piernas de la mujer con sus brazos mientras él se sentaba de rodillas y continuó empujando su cadera hacia arriba y ella hacia lo posible de responder el coito. Continuaron en esa posición por un largo tiempo hasta que Natsu se vino llenando nuevamente el vientre de la pelirroja. Los dos pasaron el resto de la noche, teniendo sexo tanto como Erza deseara; disfrutando de la cercanía que mantenían.

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Evergreen tenía curiosidad, ya que no estaba recibiendo ninguna reacción por parte de Natsu. Ha pasado un mes desde que empezó a salir con el joven Dragón Slayer con el objetivo de fastidiar a Titania y conseguir una victoria sobre ella al robarle al hombre que dicha mujer desea. Evergreen encontró que debajo del comportamiento molesto y a veces infantil del pelirrosa, era un tipo bastante decente y muy a su disgusto él se las arregló para entrometerse en su corazón. Vio a Titania ingresar al gremio y de inmediato frunció el ceño cuando Erza caminaba en su dirección.

—¿Qué quieres Titania? —exigió ya que Erza se limitó a observarla, una sonrisa se deslizó hasta sus facciones y desapareció como si nunca hubiera sucedido.

—Natsu —dijo ignorando y a la vez respondiendo la pregunta de Evergreen.

Natsu se encogió ante la voz de Erza preguntándose que había hecho mal esta vez. —¡No hice nada malo! —. Exclamó colocando a Evergreen en frente suyo.

—Ven —dijo claramente. Y cualquier respuesta que pudiera haber dado murió en su garganta a causa de la mirada penetrante dirigida para él. Natsu de un salto se puso de pie, justo al lado de la pelirroja. —Voy a tomar prestado a tu novio por un tiempo —pronunció enfatizando la palabra novio mientras usaba la misma sonrisa causando que Evergreen echará humo de ira.

Evergreen miró como Natsu seguía a Erza hasta la parte trasera del gremio, desapareciendo a medida que cruzaban la esquina. —Tal vez lo utilizo para llegar a ti, pero el sigue siendo mi novio, Titania —murmuró sintiendo los celos borbotear en su interior.

Natsu en silencio siguió a la pelirroja, preguntándose lo que ella quería. Después de la noche que pasaron en su casa hace tres semanas; ambos eran casi inseparables y la mera silueta de ella hacia que quisiera acostarla y hacerla gritar sin control, entonces hacia un gesto hacia Erza, ya sea una mirada directa o un simple reto para un duelo y con eso bastaba para que lo hicieran sin control alguno, siempre escondidos de las miradas ajenas. "¿Porque Erza siempre me llama, cuando Evergreen está cerca?" Una vez la increpó sobre ello cuando la pelirroja le proporcionaba una mamada, y como respuesta en esa ocasión Erza se alejó ya casi cuando estaba por correrse y no lo hicieron en lo que quedó de ese día.

Se enfocó en Erza, quien caminaba a unos pasos frente a él, contoneando su cadera y su melena carmín acariciada por el viento. "¿Qué significas para mí, Erza?" sabía que la amaba, pero desconocía si ese amor era más grande que el amor hacia sus amigos. Entonces sus pensamientos vagaron hacia Evergreen. Después de pasar algún tiempo con ella, se dio cuenta que ella era casi una réplica de Erza: perfeccionista, tono condescendiente y mejor persona de lo que parecía a primera vista. Al principio lo regañaba y lo golpeaba en la cabeza cuando destruía cosas que no debía destruir y comenzaba a compararlo con los otros miembros de la Tribu Raijin y Laxus, pero con el tiempo resultó ser una mujer amable y fácil de tratar. Después de la primera misión que realizaron juntos, comenzó a llamarlo por su nombre y sólo lo reprendía cuando se le iba la mano y destruía más de la cuenta; se hicieron más cercanos y empezaron a pasar más tiempo juntos, incluso si no estaban bajo la atenta mirada del gremio.

Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que Erza entró a los baños femeninos, llevándolo hasta el último cubículo. Lo único que escuchó fue el sonido característico de Erza cuando desactiva su magia dejándola vestida con un sujetador de encaje color rojo. Ella inmediatamente asaltó sus labios mientras acariciaba su virilidad por sobre la ropa. Lo empujó hacia el asiento del inodoro; se arrodilló y le quitó el pantalón, después el calzoncillo; ella comenzó a acariciar la virilidad que se erguía con soberbia.

—Erza… podemos ser atrapados… —gimió cuando Erza chupó su glande—. No quiero que esos pervertidos nos vean —añadió mientras colocaba una de sus manos sobre la melena carmín.

Erza retrocedió unos centímetros y lo miró directamente a los ojos, sin dejar de masturbarlo. —No te preocupes, estamos en el lado de las damas—. Respondió categóricamente y reanudó sus lamidas.

—¡¿Qué?! —exclamó sorprendido antes de gemir de dolor.

—¡Estate quieto o alguien podría encontrarnos! —siseó—. No quiero ser atrapada en el baño de hombres, así que estamos aquí —indicó con claridad antes de engullir golosamente el epitome de virilidad, comenzó a bombear su cabeza a un ritmo constante mientras acariciaba el resto. Incapaz de contenerse a sí misma, se puso de pie y se encaramó sobre Natsu alineando el pene con su intimidad antes de lentamente envolver la polla y lanzar un gemido de aprobación. Natsu fue sofocado por la gran delantera de la pelirroja, aprisionándolo con sus brazos y empezando a cabalgarlo sin control.

Después de unos minutos cambió de posición a la mujer de tal modo que fue capaz de meter sus manos entre el sostén de encaje negro, manoseando los delicados botones de la dama.

Mientras tanto Evergreen entró en el baño, con sus pensamientos llenos por cierto Dragón Slayer. Estaba a punto de alcanzar el grifo para poder lavarse las manos cuando un gemido resonó por toda la habitación.

—¿Titania? —susurró con asombro.

Erza colocó sus pies contra la puerta dejando caer todo su peso en la cadera del hombre mientras era golpeada interiormente sin descanso; ya no le preocupaba si alguien escuchaba sus gemidos estaba demasiado concentrada en hacer el amor y llegar al orgasmo como para pensar en banalidades. Natsu una vez más incrementó el ritmo antes de correrse en el interior de la mujer y llenarla con su esencia.

—¡Nat…su! —jadeó cuando alcanzó el anhelante orgasmo.

Eso fue todo lo que Evergreen necesitó oír, así que dejó la habitación echando humo. —Esa mujer… usando su cuerpo para tratar de robarme a Natsu. Dos pueden jugar ese juego —masculló entre dientes, decidida a darle a Salamander una razón para abandonar a Erza para siempre.

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—¡Hola! —Nestor In mueve la mano como saludo de manera enérgica—. Espero les haya gustado la primera parte de la historia, originalmente era un solo capitulo, pero para animarlos y dejarlos con ganas de mas, decidí dividirlo en tres partes. La segunda parte la subiré el viernes 18.

—¿Habrá sabrozura en la siguiente parte? —Nestor In sonríe perversamente. —¿Sera el turno de Evergreen o Erza lo impedirá?

—¡Bye ni!