Sabor a...

#1.Lengua

En realidad Hannah no tiene envidia. ¡Pfff! ¡Claro que no!

Porque, en realidad, ella no se está muriendo de ganas de ser ese helado de vainilla que Susan sostiene con cuidado entre sus manos, con delicadeza propia de ella, para lamerlo feliz, e inconciente de que está sometiéndola a la más vil tortura.

Oh, sí, porque eso es lo que es, tortura.

O sería, porque en realidad Hannah no quiere ser ese helado. Claro que no. Tampoco quisiera pasar su lengua por los mismos lugares que la lengua de Susan ha recorrido. No. Y menos quisiera enredar su lengua con la de esa encantadora pelirroja. ¿Quién te ha dicho eso?

Porque es una total mentira.

Hannah está completamente segura de que Susan es una chica guapa, agradable, delicada, dulce, inocente, ingenua, amable, y muy linda, pero de tener una lengua apetecible, nada. Pero nada de nada.

En realidad sólo quiere helado, se convence, porque Susan está comiendo un helado.

Y la está mirando.