Sabía perfectamente como sucedería. Conocía todos los pasos que se llevaban a cabo pues los había visto desde el principio de los tiempos. Lo tenía grabado a fuego en la mente. Lo único diferente esta vez era que el dolor que sufría era mucho mayor. Y por encima de todo sabía que Él mismo, se presentaría a recoger tal cosecha.
Le miró desde abajo conociendo ya el fatal destino que le correspondía asumir, pero a su vez fue una mirada de satisfacción y triunfo. Un momento apoteósico tal vez. Ambos se sonrieron, el uno con lágrimas en los ojos y el otro cegado por el dolor de perderle para siempre. No había vuelta atrás.
Ninguna clase de destello ni aparición divina. Ninguna clase de efecto sonoro ni neblina. Apareció aquel ser de otro mundo y otro tiempo sin apenas notarse.
_Hola Muerte se que has venido por mi_ dijo de manera entrecortada por el dolor.
_ No es justo_ susurró el otro.
_ Hola Dean _ sonrió Él desde un rincón de aquella oscura habitación.
La sangre llegaba ya a todas partes y empapaba la ropa del herido que se encontraba sumiso en un medio estupor debido a la perdida de la misma.
_Alégrate, al fin verás a gente que hace mucho tiempo que anhelas volver a ver_
_ Pero perderé a la que más tiempo junto he querido compartir_ dijo mientras apretaba la mano del que lo sostenía en brazos con su cabeza apoyada en el pecho del otro.
El silencio llenó la habitación y fue entonces cuando se quiso incorporar más. No dejaría que la muerte lo recibiese en sus dominios de tal manera. Intentó incorporarse pero el pinchazo siguiente que le atravesó el pecho hizo que soltase un alarido de dolor. Su compañero lo agarró con fuerzas con miedo a que se fuese a desvanecer de una vez por todas como si anhelase que con ese ímpetu a la hora de sujetarlo le otorgase quedar a su lado durante más tiempo. Ambos sabían que no sería así y que el momento estaba cerca.
Tras algunos intentos fallidos consiguieron entre los dos enderezarse para ver de manera más directa a la muerte. El héroe fallido miró fijamente a su velador y dijo:
_ ¿Recuerdas aquella noche estrellada? ¿La noche en que todos los pensamientos se convirtieron realidad y se confesaron?_ paró y guiño un ojo_ ¿recuerdas las noches perfectas en un lugar u otro sólo mirando al cielo y haciéndonos preguntas?_
_ ¿Los ángeles van al cielo? ¿Qué siente el hombre cuando muere?_ le cortó el otro.
El silencio volvió apoderarse de la habitación mientras ambos se ahogaban en los ojos del otro y se daban un corto beso de despedida.
_Es la hora_ dijo Muerte
_ Estoy listo _ dijo él
Sus ojos se iluminaron de una luz nunca antes vista y entonces lo pudo ver. Las garras de la muerte se cernieron sobre su cuerpo para llevárselo lejos de la persona que amaba hasta el fin de los tiempos. Giró su rostro con su último aliento para verle por última vez y fue casi como la primera vez en que se conocieron. Ambos volvieron a sonreírse.
_ Adiós Castiel _
_ Adiós Dean_
Y no dejó nada más que la marca grabada a fuego en los brazos de su héroe, la marca de unas alas negras.
