1. ¡Bienvenida!

Era un día bastante caluroso en el pueblo Karakura. El cielo estaba azul y completamente despejado. No había ni una nube. Estaban en el verano, la temporada de vacaciones, y cuando más pegaba el sol. Eran mediados de Julio y el sol pegaba fuertemente contra las calles y las casas. Algunos habitantes decidieron ir a la playa y librarse del calor sofocante refrescándose en el mar. Los demás, se encerraron en sus casas con las ventanas abiertas con la esperanza de que entrara alguna brisa y los refrescara.

La casa Kurosaki no era la excepción. En el primer piso se estaba formando un escándalo ya que entraba algo de brisa a la casa, pero aún así no refrescaba a nadie así que Karin e Isshin discutían por quien se sentaba frente al refrigerador. Yuzu les pedía que dejaran de hacer tanto ruido porque la estaban desconcentrando en su labor de hacer el almuerzo.

En el segundo piso, en cambio, todo se veía muy solitario y estaba silencioso, parecía que no había nadie.

Pero no era así. En su habitación se encontraba nuestro muy conocido chico de cabello naranja, acostado en su cama viendo al techo, distraído. Kurosaki Ichigo estaba en ese momento, perdido en sus pensamientos y solo sintiendo el calor que entraba por su ventana. Pensaba en cierta shinigami de cabello negro y baja estatura que llevaba un tiempo sin ver.

"¿Qué estará haciendo Rukia en este momento?... Seguramente está disfrutando de un clima más fresco que este…. ¿Cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que la vi?... cuatro,… no,….cinco meses, creo. Diablos, parece una eternidad…. Pero bueno, debe tener mucho trabajo… después de todo, tampoco es que sea muy sencillo ser un shinigami…... pero ojala esté aquí en mi cumpleaños"

Pues sí, el chico cumpliría años dentro de 6 días y su único deseo era que Rukia estuviera presente en él. Siguió pensado en Rukia, pero su acompañante no pudo quedarse callado por más tiempo.

- ¡Que calor hace! ¡Siento que se me derrite el relleno! – Dijo Kon acostado en medio del piso de la habitación, usando un abanico para refrescarse

Ichigo salió, a la fuerza, de sus pensamientos y respondió.

- No se puede evitar. El sol puede estar así de fuerte durante el verano

- Como quisiera que nee-san estuviera aquí, así la abrasaría todo el día – Dijo Kon abrazando el abanico en medio de una de sus fantasías en las que Rukia lo abrazaba contra su pecho fuertemente como si él fuera lo más importante de su existencia.

- ¿Eres tonto? Eso te daría más calor – Comentó Ichigo sin ánimos. Kon no le respondió, seguía imaginando cosas raras mientras repetía una y otra vez "nee-san jojojojo" – Genial… ya está alucinando…

Siguió pensando en Rukia. "Ojala nos visite pronto. Kon esta cada día más insoportable, le vendría bien una o dos de sus patadas para tranquilizarse un rato". Sus pensamientos volvieron a ser interrumpidos cuando escuchó a Yuzu llamándolo para que bajara a almorzar.

Cuando bajó fue recibido por su padre como siempre.

- ¡Te atrapéeeee! – Exclamó Isshin - ¡Patada vola…..! – El chico lo esquivó y le dio un puñetazo en la cara

- ¡Deja de hacer eso! Te dolerán los huesos cuando seas viejo – Exclamó Ichigo como algo completamente normal

- Mi hijo, como siempre tan fuerte. – Dijo Isshin sobándose su adolorida cara

- Ya paren de jugar así, es peligroso – Les regañó Yuzu mientras servía la comida en los platos

Se sentaron a comer. Todo era normal aunque Ichigo estaba muy callado, lo cual a los demás les pareció extraño.

- Nii-chan, estás muy callado – Contestó

- Tranquila, Yuzu. Ichigo siempre está así – Exclamó su padre muy alegre y dirigiéndose a su hijo preguntó: - Oye, Ichigo, ¿cómo está mí querida Rukia-chan?

Ichigo lo pensó un poco. No sabía nada de ella últimamente, así que solo le respondió bien.

- ¿Has hablado con ella? – Preguntó su padre

- No. Está ocupada – "¿Qué no me dejarán comer en paz?"

- ¡No puede ser! ¡Quiero ver a Rukia-chaaaan! – Exclamó lanzándose al piso y moviéndose como un niño haciendo un berrinche porque no le dieron un dulce.

- Tranquilízate, algún día nos visitará – Dijo Ichigo y siguió comiendo.

- ¡No es suficiente! ¡Por que no te preocupas más por Rukia-chan! – Isshin le dio desde el suelo una patada en la cara que lo llevó al otro lado de la habitación

Ichigo se levantó y fue a donde su padre

- ¡¿Estás loco o que te pasa?! ¡Eso fue peligroso! – Exclamó agarrando a su padre por la camisa

- Quiero ver a Rukia-chaa~n – Dijo Isshin llorando en modo catarata

En ese momento alguien llamó al timbre. Ichigo soltó a su padre llorón y fue hacia la puerta para ver quien era. Abrió la puerta y entró el calor, pero lo que vio hizo que valiera la pena.

- ¡R-Rukia! – Exclamó Ichigo sorprendido

- Hola, Ichigo – Saludó la chica alegremente. Llevaba un vestido lila. Además traía un sombrero.

Isshin la escuchó y le dio una gran bienvenida llena de lágrimas. La invitó a entrar. La chica estaba empezando una historia para que le dejara quedarse en la casa por una semana, pero no fue necesaria ninguna historia salida de una novela dramática barata para lograrlo. Isshin estaba tan feliz que parecía que le suplicaba que se quedara con ellos, a lo que, obviamente aceptó.

La chica acomodo sus cosas y luego visitó a Ichigo en su habitación para hablar con él. Cuando entró, el chico estaba sentado frente al escritorio

- Hola otra vez. – Dijo Rukia sentándose en la cama, como de costumbre.

- Hola….ti

- ¡NEE-SAAAAAAN! – Interrumpió Kon lleno de felicidad saltando hacia Rukia esperando aterrizar en sus….

La chica le dio su patada de siempre.

- Como decía, tiempo sin verte, Rukia – Dijo Ichigo como si nada hubiera pasado

- Solo fueron cinco meses, ¿o acaso me extrañaste? – le preguntó la chica en broma.

"¿Por qué me ignoran?... ¿he hecho algo malo acaso?... ¡SNIF!" Pensaba Kon tirado en el suelo llorando.

- Para nada… ¿y porqué razón viniste? – le preguntó Ichigo con curiosidad

- Bueno, vine porque necesitaba un descanso, he tenido mucho trabajo últimamente, estaba cansada ya, así que pedí una semana de vacaciones, y decidí tomarlas aquí en el mundo de los vivos para poder visitar a todos – Contestó Rukia

- Ya veo

Se quedaron callados un par de minutos. Ambos se alegraban de ver al otro, sus caras lo mostraban, aunque, claro, no lo querían decir en voz alta.

Rukia era una shinigami muy buena y el trabajo que le habían asignado no era tan agotador. La verdadera razón de la visita de Rukia no eran solo vacaciones…...

- Bueno, iré a avisarles a Ishida, Inoue y a Chad que llegaste, seguro querrán verte – Dijo Ichigo y levantándose de la silla.

- S….si, adelante – Respondió ella. El chico salió de la habitación.

Rukia se acercó a la ventana. Inhaló aire fresco y se sentó en el marco a ver el cielo.

"Nada había cambiado desde la última vez que estuve por aquí" pensó la chica sonriendo. Lo que había visto del pueblo Karakura desde que llegó no había cambiado mucho. Las casas estaban igual que siempre. La familia de Ichigo se veía tan agradable y graciosa como la recordaba. "Esta habitación no ha cambiado casi nada" pensó mientras volvía a mirar al interior "Cuanto extrañé pasar un rato aquí". Volvió a ver el cielo. "Me pregunto si Ichigo ha cambiado en algo"

- Ichigo…. – Soltó Rukia sin darse cuenta en medio de sus pensamientos

- ¿Dime? – Contestó

El chico ya había regresado sin que lo notara. Cuando escuchó su voz, a Rukia casi le da un ataque. Dio un pequeño grito y se cayó de la ventana a la cama acabando acostada en una posición muy rara. Ichigo se le quedó viendo sorprendido por ese sobresalto

- ¡¿Qué te pasó?! – Le preguntó sorprendido. La chica enseguida se enderezó y se volvió a sentar en la cama

- ¿A mi? no, nada jajajaja – Respondió Rukia riéndose forzadamente, lo cual a Ichigo le pareció aún más raro. Ella se había sonrojado un poco. "¡Que vergüenza!" Pensó Rukia.

- ….. si tú lo dices…..

Por suerte, la sorpresa había hecho que el chico se olvidara de que Rukia lo había llamado, así que no menciono nada al respecto y solo le comunicó que los chicos irían a la casa esa misma tarde y, para burlarse de ella, le dijo que intentara comportarse como una persona normal.

Una hora después, ya todos habían llegado a la casa y estaban ahora reunidos en la habitación de Ichigo, sirviéndose galletas que Yuzu había preparado y una jarra de jugo.

- Kuchiki-san, ¡Que bien que hayas venido! ¿Por qué la visita tan repentina? – Le preguntó Orihime mientras ambas comían galletas

- Simplemente quería unas vacaciones y aproveche para venir a visitarlos – Contestó Rukia

- ¿Y por cuanto tiempo te quedas? – Le preguntó Ishida

- Me dieron una semana de vacaciones. Me voy temprano el día 16 – La chica tomó un poco de jugo

- ¿Eh? ¿Tu último día aquí será el 15? ¡Que coincidencia! – Exclamó Orihime sorprendida

- ¿Hm? ¿Por qué? – Preguntó Rukia con curiosidad

- El día 15 será el cumpleaños de Ichigo – Dijo Chad señalando al pelinaranja que estaba sentado en su escritorio.

- ¡Celebremos el cumpleaños de Kurosaki-kun y la despedida de Kuchiki-san al mismo tiempo! – Sugirió Orihime

Ichigo no había estado prestando atención a la conversación hasta que noto que hablaban de él. Rukia lo miró. Así que pronto cumpliría años.

- ¿De verdad, Ichigo? – Le preguntó Rukia sonriendo

- Si. Ya lo escuchaste, dentro de seis días será mi cumpleaños – Respondió el chico

- Ya veo. Te vas a hacer viejo – Le dijo la chica riendo

- Hmmmm…. Mejor no hago comentarios acerca de eso… - Respondió Ichigo

Rukia entendió que con eso quiso decir que debía ahorrarse esos comentarios ya que ella era mucho mayor que él…. La chica no respondió a eso. Iba a agarrar otra galleta pero vio que ya no había más.

- No hay más galletas – Comentó Rukia – Iré a buscar más.

- No te preocupes por eso, yo iré… – Decía Ichigo

- Aunque sea una invitada, quiero hacer algo – Dijo Rukia levantándose

Bajó a la cocina y llenó el plato con más galletas. "Así que es el cumpleaños de Ichigo. Tendré que regalarle algo. Hay tantas posibilidades. ¿Qué puede ser?" Pensaba Rukia. Dejó el plato en la mesa un momento mientras pensaba

"Hay tantas posibilidades. Tiene que ser algo que le guste, por supuesto. Eso sería… podría ser… sería un… No….. Podría más bien ser… no, eso tampoco. Podría ser… no… ¿no?... ¡¿Qué demonios?! ¡¿Dije que había tantas posibilidades y no logro encontrar ni una?! ¡No tengo idea de qué cosas le gustan a Ichigo!"

- ¡No puede ser! – Exclamó la chica con sus manos en las mejillas como si hubiera pasado una tragedia griega (tipo la pintura El Grito). "¡¿Es tan difícil encontrar algo que regalarle a un chico?! ¡Hay que ver que nunca se sabe que quieren! Este Ichigo… ¡Debería ser un poco más comunicativo!" Pensaba Rukia

Rukia siguió intentando pensar, pero…. Mientras tanto, alguien bajaba por las escaleras cantando alegremente en voz baja. Cuando entró a la habitación y vio al comedor, esa persona vio a Rukia. La vio tan solitaria y sombría en esa ocasión. Esa persona era Yuzu y se preguntaba si alguien había castigado a Rukia o algo por el estilo. Yuzu se acercó a Rukia para saber que le sucedía.

- Rukia-chan ¿te pasa algo? – Le preguntó Yuzu mientras alargaba el brazo para tocar el hombro de Rukia

En cuanto Yuzu le toco el hombro, Rukia se volteó lentamente.

- Estoy… bien – La chica terminó de voltearse. Le mostró a Yuzu la expresión más deprimente y sombría que esta había visto jamás.

La hermana de Ichigo se asustó y empezó a exclamar a cuatro vientos su preocupación.

- ¡Rukia-chan! ¡Rukia-chan! ¡¿Qué te sucede?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Por qué tienes esa expresión?! ¡Dímelo por favor! – Exclamó Yuzu llorando y sacudiendo a Rukia por los hombros.

Pero al parecer la sacudió muy fuerte porque en cuanto se detuvo, Rukia no respondió. ¿La había dejado inconsciente?

- ¡No! ¡Rukia-chan! ¡Regresa! ¡Regresa! ¡Perdón! – Yuzu lloraba más fuerte. En el cuarto de Ichigo nadie la escuchó pero Karin apareció corriendo para ver que le sucedía

- ¡Yuzu! ¿Qué sucede? ¿Qué le pasa a Rukia-san? – Preguntó cuando llegó

- ¡Waaaaaa! ¡Karin-chan! ¡Creo que mate a Rukia-chaaaaaan! ¡AHHHH! – Contestó Yuzu viendo que Rukia no respondía.

- ¿Eh? Deja de bromear, Yuzu – Le dijo Karin creyendo que su hermana se había vuelto loca

Pero al fin Rukia dio señales de vida de nuevo. Levantó la cara dio suspiró y se quedó viendo al techo.

- ¡Rukia-chan! ¡Regresaste! ¡Cuánto me alegro! ¡Pensé que te habíamos perdido! – Exclamó Yuzu feliz todavía con los ojos llorosos.

- ¿Pero qué está sucediendo aquí, eh? – Preguntó Karin que no entendía nada.

- Rukia-chan se veía muy deprimida y me asusté – Contestó Yuzu secándose las lágrimas con su brazo

- Ya veo…. Hmm… tienes razón…. Rukia-san, te ves deprimida, ¿te sucede algo? – Preguntó Karin

Rukia se preguntó si estaría bien decirles. De repente no le pareció nada raro el hecho de comentar su problema con los regalos, así que les contó que hace pocos momentos se había enterado de que pronto sería el cumpleaños de Ichigo y que no se le ocurría qué regalarle. Las chicas se sintieron aliviadas.

- Ya veo, así que se trataba de eso – Dijo Karin más tranquila

- Menos mal, pensé que se trataba de algo muchísimo más serio, que susto – Yuzu soltó un suspiro de alivio.

- Si, es solo acerca de un regalo – Dijo Karin

- ¡Karin-chan! Los regalos son algo serio, y son aún más difíciles de escoger cuando son para un varón. ¡Es difícil saber que quieren o en que piensan! Especialmente en la edad de Ichi-nii – Le regaño Yuzu a su hermana

- ¿Verdad? Por mucho que lo piense no logro encontrar nada. Su hermano es bastante reservado…. – Dijo Rukia desanimada.

Las hermanas fijaron la vista en ella y luego entre ellas mismas. Sonrieron. Entendían un poco su situación y querían hacer lo posible para ayudarla.

- ¡Tranquila, Rukia-chan! – Dijo Yuzu alegremente

- Nosotras te ayudaremos – Dijo Karin sonriéndole

- ¿En serio? – Preguntó Rukia con los ojos brillándole de la emoción y la alegría como si fuera un cachorrito.

- Por supuesto, empezaremos mañana – Le contestó Yuzu

- Por ahora será mejor que regreses con los demás. – Dijo Karin

- Tienes razón, quizá ya se preguntan por qué me tardo tanto… - Dijo Rukia pensativa

La chica caminó de regreso a la habitación. Luego se detuvo porque recordó que le faltaba algo.

- ¡Muchas gracias! – Siguió caminando pero se volvió a acordar de algo. - ¡Dejé las galletas!

Fue a buscarlas y cuando desapareció de su vista camino al cuarto, Yuzu y Karin hablaron solas.

- Pobre Rukia-chan – Comentó Yuzu

- Bueno, no se puede evitar – Dijo Karin

- Yo estaba decidida a ayudarla, Karin-chan, pero me sorprende que te ofrecieras también – Le dijo Yuzu sorprendida

Karin la miró con sorpresa pero luego soltó una sonrisa

- Claro que la ayudaré. Rukia-san me agrada mucho, además, ¿no lo notaste?

- ¿A qué te refieres? – Preguntó Yuzu con curiosidad

Karin hizo una pausa viendo hacia donde Rukia había desaparecido. Luego volvió a hablar en un tono alegre

- ¿No notaste que… Ichi-nii se puso muy feliz cuando regresó?

Yuzu sonrió también.

- Si…. ¡Tienes razón!

Las chicas regresaron a sus rutinas, teniendo en mente la manera en que ayudarían a la visitante y por efecto, a la felicidad de su querido hermano mayor.

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¡Hola! ¡Por fin hice lo que llevaba tiempo queriendo hacer! Y eso era publicar un nuevo fic IchixRuki. Es mi segundo fic de esta pareja que es de mis favoritas de Bleach y espero que me haya quedado bien, o al menos aceptable jajajaja, de todos modos, son los lectores los que dirán eso jeje.

¡¿Qué le regalo?! Es un fic IchixRuki que llevo pensando desde que recordé que se acercaba mi cumpleaños. Fue esa fecha la que me dio la idea de escribir algo como esto. Cuanto me alegro de haber terminado el primer cap tan pronto. Como terminé este cap ayer, que fue el día anterior a mi cumpleaños, decidí hacerme un regalo y publicarlo hoy.

Si quieren leer otro fic IchixRuki, pueden leer Vacaciones en el Hotel Komamura, que es un fic que llevo mucho más actualizado, acabo de publicar el octavo capítulo y todavía le falta para terminar, pero de vuelta a este fic, ¿Qué les pareció el primer cap? Ojala les haya gustado, y dejen reviews, agradezco los comentarios sean buenos o malos :)

¡Nos leemos! xD