Isabella, miro afligida sus libros, mientras recordaba sus últimas calificaciones parciales, o se ponía las pilas o por primera vez en sus dieciséis años de vida, reprobaría tres materias de un golpe, cosa increíble para una chica que ni en el kínder había sacado menos de ocho.
- Maldición – gruño contra su almohada, la preparatoria era más complicada de lo que parecía, más teniendo en cuenta si le añadías, ser ahora la responsable distrital de ocho tropas de exploradoras, el club de lectura infantil de la biblioteca comunitaria y ser parte del consejo estudiantil, miro de nueva cuenta los tres libros que estaban sobre su mesita.
Algebra trigonométrica, era el más pesado, ¿Porque tenía que aprender algebra trigonométrica en primer lugar? En si las matemáticas ya eran demasiado complicadas a veces como para que las letras les diera el afán de ser números también.
Siguió bajando la vista, literatura inglesa ¿dios como podía reprobar literatura inglesa? era casi imposible, incluso Buford había sobre llevado la materia, a un que sospechaba que cierto hindú estaba detrás de ese portento.
Y por último pero no menos importante Ciencias Sociales, esa clase era un aburrimiento total, con un profesor que simplemente estaba carcomiéndose lentamente la vida en esa aula, incluso juraría que en ocasiones podía ver como se desintegraba partícula por partícula de polvo ante sus ojos, era tediosa aburrida, y lo peor era complicada al menos para ella, era difícil y no entendía porque era en si – Fuck you - grito pegada sobre la almohada evitando que su madre la escuchara hablar así.
Se levantó malhumorada, y con ganas de morder a cualquier persona a la menor provocación, se alisto como pudo, para variar se le había hecho tarde, quizás perdería la primera hora, corrió como pudo tomo su bicicleta mientras intentaba no caerse mientras su mochila colgaba de su brazo, miro la hora, si perdería la primera hora, lo peor es que llevaba la misma ropa que el día anterior, y conociendo a sus amigas y compañeras, podría suponer que los chismes volarían.
Miro la manzana, tenía hambre pero su dinero estaba en su bolsa la cual estaba en su mesa de noche, en su casa a unas cuarenta cuadras de distancia, demasiado para ir y regresar antes de que terminara la hora de la comida.
- Ten – repuso una voz dejando una bolsa transparente con un emparedado y un jugo de guayaba – come antes de que se te haga tarde – repuso el característico acento del inglés mientras se sentaba a su lado y continuaba leyendo un libro de portada negra.
Regreso pensativa, había intentado obtener asesorías para sus materias, pero notaba que no era la única que cojeaba en esas en particular no había ningún tutor, se sintió frustrada hasta que miro su pizarrón de caucho donde colgaba sus fotografías, sonrió para sí, quizás Phineas la distrajera pero, conocía a otra persona capaz de ayudarla
- Hola Candance – repuso – habla Isabella - - ¿se encuentra Ferb de casualidad? -
