Hola!

Como están? Que gusto regresar y escribir algo. Es pequeño, y un tanto cursi. Pero ando en humor bonito, según mi hija, así que salió esto.

Es corto, pero me encantó.

Disfrútenlo!

Nos vemos abajo!


No podía creer lo absurdo de la situación. ¿Qué hacía despierto a las 2 de la mañana y bailando? Acababa de llegar de una misión y sólo llevaba un par de horas de sueño. ¡Se caía de cansancio! ¿Por qué estaba haciendo esto?

-Estúpida mujer…

Un quejidito lo alertó y se balanceó con más ganas. Aunque, con cierta sutileza.

Tomó aire muy fuertemente, no lo admitiría en voz alta, pero amaba su olor. Tan suave, sutil… Duraznos, él mismo escogió esa esencia. La fruta la representaba tan bien. Tan suave, dulce, y jugosa… Si, definitivamente jugosa también encajaba.

La canción que se repetía una y otra vez, la calmaba en esas noches que nadie más que él podía consolarla.

La estrechó, y su delicado y pequeño cuerpo le hizo sonreír.

-Eres preciosa…

Una leve sonrisa en respuesta a su voz, le fue concedida.

-Eres mañosa, hasta hace unos minutos estabas histérica… Apenas sientes mi humillación y todo se te pasa. –Se acurrucó aún más en sus brazos. –Eres tan chantajista… Mujer tenías que ser.

Se acercó a la ventana, desde esa ventana había una vista espectacular de los jardines de la Mansión Vongola. Adoraban sentarse a ver hacer la noche en ese lugar, pero en esta ocasión la luna estaba en su máximo esplendor.

-Tengo luz del sol, en un día nublado. Cuando esta frío afuera, tengo el mes de Mayo. Imagino se preguntarán: ¿Qué puede hacerme sentir así? –Le besó sus finos cabellos. –Mi chica, estoy hablando de mi chica.

-¿Se ha despertado?

-Shhhh.

Haru sonrió hasta que las mejillas le dolieron. No era la primera vez que iba a esa habitación y esta imagen la recibía. Pero juraba, que cada vez amaba aún más a ese hombre.

Su esposo –sí, leyeron bien, esposo- estaba sólo en pantalones de pijama con su pequeña bebé de 6 meses en sus brazos. Isabella Gokudera, aferraba su manita al brazo de su padre. Mientras él le susurraba y mecía, desde el umbral de la puerta pudo distinguir esa mínima sonrisa que adornaba su rostro varonil.

-No necesito dinero, fama o fortuna. Tengo todas las riquezas que un hombre puede tener, nena. –La castaña abrazó por la espalda a su esposo, donde le deposito un beso y abrazó hasta donde le dieron los brazos a sus dos amores. - Imagino se preguntarán: ¿Qué puede hacerme sentir así? Mi chica, estoy hablando de mi chica.

-Te quiero, Hayato.

El italiano se giró en su abrazo y suavemente le besó en los labios. Bella, al fin dormida entre ellos, ni siquiera se enteró de esto. –Yo también, mujer. Deja la coloco en la cuna y en un momento voy a la cama.

-No te quedes observándola, tienes que descansar.

-Ve.

Nadie sabía de esta faceta de su esposo, seguramente lo negaría mientras portaba un sonrojo extremo, pero no le importaba. Ella lo amaba por esas pequeñas cosas que sólo ella sabía.

-Descansa, Bella mia. –Un beso en su frente y se enderezó. -Tengo luz del sol en un día nublado. Con mi chica. Incluso tengo el mes de mayo.Con mi chica.


Notas de la autora.

Awwww, Gokudera papá taaaan lindo. ¿Quién quiere uno?

Cómo vieron, no es como tal de nuestra pareja adorada. Pero me nació poner a un Hayato así, en la intimidad.

Un review?

POR CIERTO. MUCHAS GRACIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE LEEN MIS HISTORIAS, DEJAN RWS Y ME PONEN EN ALERTAS O FAVORITOS. INFINITAS GRACIAS.

Saludos!

aDiOs!

"Solo puedes dar tu corazón una vez, después de eso, todo lo demás perseguirá a tu primer amor"

The Opportunist, Tarryn Fisher.