Una mañana ordinaria
Recién comienza a amanecer y los rayos del sol se abren paso por los pliegues de las cortinas, pequeños destellos de luz intentan colarse para iluminar todo lo que hay alrededor, por unos instantes añoro esa oscuridad que nos envolvía hace unos minutos apartándonos de aquella realidad que nos agobia día con día; embovedando nuestros momentos en mágicos recuerdos donde tú y yo somos el único universo, convirtiendo esta habitación en nuestro pequeño refugio impenetrable ante tanta falsedad.
Me pregunto qué es lo que estarás soñado tú, tus ojos cerrados fuertemente me hacen pensar que no estás pasándola tan bien como quisiera, deslizo mi mano por tu mejilla queriendo inmortalizar ese momento y así poder calmar un poco tus penurias, el roce áspero de mis nu-dillos con la textura aterciopelada de tu piel es tan contrastante que no puedo dejar de observar tus gestos, aquellos que quizás puedan reflejar alguna inconformidad ante la invasión de tu espacio. Pero tú aún sigues durmiendo ausente del mundo que te rodea, algo que aprovecharé con mucho gusto. Dirijo mi vista a tus labios rosados tan finamente delineados, que hacen que desee morderlos, pero estás enfrascada en esos sueños que por un instante te apartan de mí...
Tu respiración está comenzando a inquietarse así que dejo por unos instantes. Te aprisiono con mis brazos lentamente permitiéndome embriagarme de tu olor de esa calidez que desprende tu cuerpo ese que me tiene hipnotizada desde el día que tus labios se posaron sobre los míos, tú, mi fruto prohibido, mi perdición, no puedo concebir la vida sin tu presencia, no sé en qué momento te volviste mi droga, cómo es que comenzó todo esto, cuándo te volviste esta adicción incontrolable de no poder vivir sin ti.
Agradezco aquellas personas que se toman en tiempo en leer las historias que un fan como yo escribe.
Esta historia es de como Haruka contempla a su hermosa sirena
