Parasites- Parks, Squares and Alleys
DISCLAIMER:Ni las canciones de los títulos ni fairy tail me pertenecen.
Despertaba con una pesadez habitual, a pesar de ser sábado a las once de la mañana se sentía cansada, con toda la pereza de la que era posible se levantó y se fue a la cocina por un vaso de agua,ahí encontró una nota encima del desayunador junto a una lista de supermercado.
"No vuelvo hasta mañana a las 10 de la noche aproximadamente, pero te encargo que vallas a comprar la despensa, ya no hay nada"
Atte: Papá
Era bueno que no hubiera nada ¿No?, Lucy arrugó la lista y la metió en el bolsillo de su pantalón de piyama, se dirigía a su cuarto cuando sintió un retortijón en el estomago, con molestia agarró una mandarina del frutero casi vacío y subió a cambiarse. Ya en su cuarto, se puso una sudadera grande sobre su piyama y se calzó unos tenis, el cabello se lo amarró en un moño mal hecho, no tenía ganas de salir, en cuanto a la mandarina, tuvo tentación de tirarla a la basura, pero decidió dejarla en su escritorio, sería su comida del día. Tomó sus llaves y su monedero y salió de casa.
En camino al supermercado el estomago le seguía reclamando por la falta de alimento mientras ella lograba ignorarlo sin problema alguno. Al llegar agarró una de las canastas metálicas que ahí se encontraban y directamente se fue por una bolsa de semillas de chía, ayudaban a quitar el hambre, luego agarró una bolsa llena de uvas, dos calorías por cada uva, así fue escogiendo sus alimentos, no llenaba ni la mitad de la canasta y sin embargo ella sentía que llevaba comida para toda la quincena. Ahora comenzaba la parte difícil, debía ir a seleccionar los alimentos que su papá le había escrito, comprar la despensa le había traído muchos sentimientos encontrados desde hace un tiempo, Jude era el que usualmente iba a comprarla, pero en momentos en los que él se iba en sus viajes de negocios le tocaba a ella hacer la tarea, a ella no le gustaba comprar tanto, no por el dinero, si no porque no se lo comía, aprovechaba que casi siempre comía sola y tiraba a la basura porciones considerables de comida para que su papá no sospechara de sus métodos extremos para adelgazar.
Estar rodeada de tanta comida y de tantos olores la mareaba -Aun que no fuera solo el olor lo que le causaba los mareos- sin embargo sintió que lo sobrellevó bastante bien, ya había terminado de pagar cuando su malestar incrementó, la falta de alimento le estaba haciendo efecto, sentía que el peso de la canasta se le sumaba a ella y la cabeza le daba vueltas, le empezaron a dar escalofríos, se sentía enorme, demasiado pesada como para sostenerse, estaba a punto de soltar la canasta y tirarse al suelo a llorar cuando una alarma anti incendios comenzó a sonar seguido de un rociador de incendios que empezó a tirar agua por todo su alrededor, eso solo logró aturdirle más los sentidos.
-¡Mierda, mierda, mierda!- Escuchó la voz de un chico seguido de un fuerte empujón que la hizo caer- Perdón ¿Estas bien?- Preguntó, Lucy solo atinó a negar con la cabeza, todas sus compras estaban rotas y pisoteadas- Rayos, no tengo tiempo- Dijo, mientras Lucy sentía como la cargaban como si de una princesa se tratara.
–¡Hey! ¡Detente ahí muchacho!- Gritaban a lo lejos, se imaginó que eran los guardias de seguridad del supermercado ¿Qué estaba pasando?
Lucy pudo entrar en si en cuanto sintió que el sol le pegaba en la cara y sentía al chico correr, la vista aún la tenía nublada, sin embargo podía distinguir que se dirigían a un parque solitario delante del supermercado, poco a poco comenzó a recuperar la conciencia.
–¡Bájame! ¿Quien eres? ¡Bájame!– Comenzó a decir tratando de gritar y patalear con las pocas fuerzas que tenía, la persona bajó la velocidad y logro esconderse tras unos arbustos altos–¿Qué está pa...- No pudo acabar pues el chico le había tapado la boca, iba a morderlo y empezar a gritar hasta que escuchó a los guardias de seguridad pasar, pasaron un buen rato así, en el que ella pudo observar los rasgos del muchacho con suma atención, era moreno, sus ojos eran verde oscuro, afilados y su cabello tenía un extraño color rosado, era muy guapo. El chico se aseguró de que los guardias se hubieran ido para soltarla y dejar escapar un gran suspiro.
–Estuvo cerca... ¿Te encuentras bien?- Preguntó, Lucy asintió con la cabeza- Menos mal, estas tan delgada que creí haberte roto algo con el empujón que te di- ¿Estaba ciego a caso?
-¿Qué pasó?
-Ah, accidentalmente quemé unos estantes.
-¿Qué?
-Un imbécil me retó a prender fuego con un encendedor y spray para cabello, quién diría que la sección de servilletas fuera tan inflamable– Dijo después de una pequeña risa.
-¿Es en serio?
-Supongo que ya no puedo ir ahí
-Esto es increíble, ahora debo regresar y volver a comprar las cosas- Trató de levantarse pero el mareo hizo que perdiera el equilibrio, gracias a que el chico pirómano estaba ahí no se cayó.
-¿Segura estas bien? Parece que en cualquier momento vas a desplomarte.
-Si si, estoy bien, solo necesito descansar- Comenzó a caminar dirección a su casa, las compras podían esperar a mañana.
-Espera, déjame hacer algo para compensártelo ¿si?- Iba a contestar que no, pero gracias a él había gastado dinero por nada y ganado un buen golpe con la caída, seguro podía sacarle provecho en algo.
-Bien, mañana me llevaras a comprar las cosas que perdí por tu culpa, y tu pagas ¿Ok?
-Uh.., esta bien- Dijo un poco de mala gana.
-¡Natsu! ¿Donde estas cerebro de lava?- Los dos voltearon a ver quien gritaba, era un chico pálido de cabello azul oscuro que comenzaba a quitarse la playera.
-¡Aquí estoy maldito exhibicionista! No andes gritando como desquiciado, espantas a la gente- Contestó el chico "Así que se llama Natsu" Pensó Lucy.
-¿Que no grite? ¡Me abandonaste en el puto supermercado! ¡Casi me hacen pagar por TUS daños!Menos mal que logré escapar...
-¡Pero tu me retaste, parte de la culpa es tuya!
-¿Para qué me haces caso imbécil?
-Si ya sabes como soy ¿Para qué me retas? Mal nacido...
-Supongo de que es hora de que me valla...- Dijo Lucy mientras trataba de alejarse lentamente, sentía que hacía mal tercio.
-Te acompañamos, no tenemos nada que hacer- Dijo Natsu, a Lucy le sorprendió como dejó a un lado su enojo para contestarle de buena manera.
-Natsu ¿Quien es ella?-Preguntó el chico pálido.
-Ah, ella es... ¿Quién eres?- No podía ser posible
-Me llamo Lucy.
-Gray, esta es Lucy, la atropellé huyendo de los guardias de seguridad, Lucy, este es Gray, le gusta desnudarse en lugares públicos.
-Oye, no es que lo haga a propósito,no le creas Lucy, tiene el cerebro fundido.
-Mira quien habla señor "pensé que el sexo oral era decir palabras sexuales a otra persona"
-¡Ya supéralo teníamos doce años!
Prácticamente así fue el camino a casa, Lucy estaba empezando a cuestionar su sanidad al dejar que dos completos extraños la acompañaran a casa, no se veían como malas personas, a pesar de haber incendiado los estantes del supermercado, y aún estaba mareada así que no podía arriesgarse a regresar sola y desplomarse en la calle. En el camino se enteró que Natsu y Gray eran amigos desde el jardín de niños, bueno, más bien rivales, y que ambos atendían a la preparatoria contigua a la suya, incluso eran del mismo año.
-Entonces han de conocer a Erza Scarlet- Dijo Lucy, Erza era su amiga de la infancia, sus madres eran muy buenas amigas y ellas dos convivían mucho, después de la muerte de la madre de Lucy, Jude se encargó de cortar contacto con todas sus antiguas amistades, así que Lucy solo hablaba con Erza de vez en cuando. En cuanto Lucy la mencionó los dos chicos hicieron cara de disgusto.
-No hablemos de ella por favor...-Dijo Natsu.
-¿Por qué no?
-Erza es un ser enviado del infierno, encargado de hacer nuestras vidas miserables..-Dijo Gray con la cara aún más pálida.
-¿Tan mala es? Yo recuerdo que conmigo era muy amable, si, tenía su carácter pero nunca fue grosera ni nada...
-No la conoces Lucy, y es mejor así- Dijo Natsu, ¿Tanto había cambiado? Pensó en mandarle un mensaje más tarde. En cuanto menos se dio cuenta ya estaban en la entrada de su casa, debía admitir que sus peleas eran muy entretenidas.-Entonces..¿Paso por ti mañana?- Preguntó Natsu.
-Sí, a las doce ¿Te parece?
-A las doce será.
Lucy se despidió de los dos chicos y entró a su casa, estaba agotada, no solo físicamente, si no mentalmente también, subió a su cuarto, agarró el resto de mandarina y se lo comió junto con dos vasos de agua mineral, un buen truco para engañar al estomago y que el hambre no la molestara tanto. Comería una manzana antes de las 7:00 pm y ya podía darse por servida. Prendió su laptop y comenzó a ver una película de romance de su repertorio, no podía dejar de pensar en Natsu, se sentía inevitablemente atraída a el, tal vez era su vitalidad o su personalidad tan segura y alegre, cosas que a ella le faltaban, esa tarde se la pasó mucho más tranquila y no pensó en su figura hasta que fue momento de tomar un baño, esperaría con ansias el día siguiente.
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ATENCION!
Espero que les haya gustado el capítulo, como notaron, este fanfic abarca temas delicados, así que recomiendo discreción para leerlo, se que en el primer capítulo no se le da la importancia que debe ni nada, pero la trama irá creciendo y con ella la angustia, no se preocupen ;)
Agradecería sus consejos o que me digan si algún dato esta mal, comenten mucho! Publicaré seguido.
