Disclaimer: Ninguno de los personajes de Naruto me pertenecen ya que éstos son exclusivamente de Masashi Kishimoto.
–Diálogos de los personajes–
N/A: Aquí mi regalo de navidad de mí para ustedes. Esta vez será un fic cortito, como máximo 3 capítulos –estimo yo– por lo que será algo rápido (¿Notaron que aún continúo con mi vicio de los títulos en inglés? :D). Subiré capítulo hoy, mañana y finaliza el 24 de diciembre –Noche Buena–. Espero que les gusté y se lo dedico a todos los que leen mis fics y dejan reviews, y para los que solo leen también :)
Advertencia: Algunos datos, tales como fechas de nacimiento y cosas así, han sido modificados con el único propósito de darle sentido a la historia.
"An important date"
22/Diciembre
Dos días faltaban para la Noche Buena, dos días restantes para su cumpleaños y no podía creer que ella lo hubiese olvidado. Creía que cualquiera podría hacerlo, sus compañeros, sus amigos, incluso sus mejores amigos, pero no ella y eso era lo que le dolía más.
Era normal que todos sus conocidos lo olvidaran, siempre era más importante Navidad. Siempre se encontraban ocupados en comprar los últimos regalos, adornar sus hogares, buscar estúpidos muérdagos para poder besarse. Todo, absolutamente todo era mucho más importante que recordar que, desafortunadamente, en esa misma fecha era su cumpleaños. Y ese año no era cualquier cumpleaños, era su cumpleaños decimoctavo. Ese año se convertiría en mayor edad, ese año sería considerado todo un hombre, y a nadie parecía importarle, ni siquiera a la mujer más importante en su vida –después de su madre–.
Pateó una piedra, molesto por sus propios pensamientos. Cuando era menor le importaba mucho, se sentía solo y olvidado, pero a medida que creció fue restándole importancia al hecho, hasta el punto de casi olvidar él mismo su propio cumpleaños. Nunca se molestó en decirle a alguien en que día cumplía años, nunca se molestó en recordárselos al momento en que intercambiaban obsequios, nunca. Sin embargo, aquel año parecía importarle y eso lo irritaba.
–¿Sucede algo, Shikamaru?– escuchó como preguntaba una voz a su espalda.
Con pereza se volteó y encaró a quien le había hablado. Se trataba de Tenten, la chica que siempre se veía acompañada por su, ahora, novio, el Hyuuga ése. Hacía poco tiempo que había comenzado a frecuentarla más, desde que ella se había integrado a su escuadrón ANBU específicamente, pero no eran más que conocidos, compañeros de escuadrón como mucho.
–Nada importante– una vez más se encontró a sí mismo restándole importante a algo que cualquiera consideraría casi el hecho más importante del año. Cualquiera menos él.
–Si tú lo dices– dijo ella para luego desviar su mirada en dirección a una de las calles principales que conducían al centro de la aldea –Oye, ¿tienes algo importante que hacer ahora?– preguntó con una sonrisa dibujada en su rostro.
Él negó con un cansino gesto con la cabeza. Quizás pudo haber respondido: Si consideras importante ir a recordarle a la mujer que amo que en dos días cumplo años y que, como todos, lo ha olvidado...entonces sí, pero se contuvo. Además de la flojera que le daba hablar tanto, nunca en su vida admitiría que le dolía que nadie recordase su cumpleaños. Aquello no figuraba en sus próximas o lejanas metas.
–Entonces, ¿puedes acompañarme a comprar algo?– preguntó educadamente, recordando que, a pesar de ser un "amigo" como ella lo consideraba, era su superior primero.
No pudo evitar que una punzada de dolor recorriera fugazmente su pecho al escuchar la palabra "regalo". Por más que se dedicara a intentar borrar aquel estúpido sentimiento de olvido y soledad, no lo lograba. Analizó sus opciones para responder y optó por aceptar con flojera. Pensó que seguramente se trataba de un regalo navideño y aquel pensamiento logró hastiarlo, pero aceptó.
Ambos comenzaron a caminar por la calle que anteriormente había señalado ella con su mirada, rumbo hacia el mercado de la aldea ubicado en el centro de ésta. Su andar fue mucho más lento del que hubiesen deseado, la gruesa capa de nieve producto de la nevada de anoche hundía sus pies hasta los tobillos y eso los retrasaba mucho. Tras casi veinte minutos de caminata, divisaron a lo lejos la muchedumbre que abarrotaba las calles del mercado a esas horas.
–Compradores navideños– fue el único pensamiento que surcó sus mentes al mismo tiempo.
Les tomó un par de minutos más llegar junto a aquel gentío y cuando estuvieron junto a ellos, entre codazos y manotazos se abrieron paso con dificultad en aquella multitud. El frío aire que antes respiraban fue reemplazado inmediatamente por uno denso y caliente. El calor humano allí dentro era de tal magnitud que llegó a sofocarlos. Tardaron más de cinco minutos en salir de aquel cúmulo de gente y, al lograrlo, salieron respirando agitadamente, ligeramente transpirados y con las ropas un poco desacomodadas.
–Que gente más salvaje– fue el único comentario que salió de los labios de ella al lograr salir.
Él no dijo nada y tras arreglar sus ropas y cabellos –más ella que él– se dirigieron hacia un sector más alejado del abarrotado mercado. Pasaron varios puestos y tiendas, que para su suerte tenían considerablemente menos clientela, hasta llegar a los puestos más alejados del mercado.
–¿Qué estás buscando?– preguntó finalmente tras un largo tramo del camino en silencio. La curiosidad por saber lo estaba carcomiendo lentamente y eso lo estaba desesperando más que el hecho de tener que soportar otra "perfecta navidad" con su familia –aunque no lo admitiera nunca, era bastante curioso–
–Un regalo de aniversario– respondió ella sonriendo con cierta tristeza. El Nara se extrañó que no se tratara de un regalo de Navidad, por lo que decidió seguir escuchando –En dos días, Neji y yo cumplimos un año de noviazgo, pero él lo olvidó por completo– agregó aclarando todas las dudas del pelinegro.
Éste se sorprendió al escuchar tales palabras. Era cierto que había escuchado sobre ellos, es más, siempre se les veía juntos cuando alguno de ellos no estaba en misión, pero no sabía que exactamente el 24 de diciembre sería su primer aniversario. Al ver la tristeza en sus ojos chocolate, pudo comprender perfectamente cómo se sentía. Quizás su pena no admitida no era por la misma razón, pero de todos modos ambos sufrían en silencio por aquella cercana Noche Buena.
Sin más palabras llegaron a la tienda deseada por la kunoichi, una tienda de armas. Entraron en la tienda e inmediatamente ella escogió el obsequio de aniversario para su novio –ya lo tenía escogido de antes– por lo que la compra no demoró mucho.
Al salir de la tienda, se cruzaron sin notarlo con dos personas más que, sin saberlo, también sufrían silenciosamente por aquel cercano, pero a la vez lejano 24 de Diciembre...
