Heme aquí con mi nuevo proyecto, un (espero) long-fic sobre la historia de Draco y Astoria, comienza en el Sexto Año de Draco, coincidente con el Cuarto de Astoria. Sin embargo como iréis viendo quienes leáis, tendrá ciertos flashbacks y otros pairings que se irán desvelando a lo largo de la historia, más secundarios pero igual de importantes. Voy a centrarme mucho en cómo vivió Slytherin esos dos años, cómo la Guerra les transformó y pretendo rellenar algún hueco que JK se dejó olvidado no sé dónde. Pretendo además incluir argumentos secundarios que se vayan entrelazando con el original. Todo muy novelesco, vamos.

Confesiones en Negro y Plata lleva fraguándose en mi cabeza bastante tiempo, pero me faltaba darle forma y ordenar todas las ideas que tenido. Así, unos meses más y unos folios menos, este es el primer capítulo. ¡Espero que os guste, nos vemos abajo!

Disclaimer: Esto solo es mi laguna mental perteneciente al paraíso de Jota Ka.


Confesiones en Negro y Plata


EL EXPRESO ESCARLATA

El Expreso Escarlata anunció su retirada con una bocanada de humo que invadía el espacio libre entre la multitud. Si bien se decía que no había ningún lugar tan seguro como Hogwarts, las caras paternales habían abandonado su habitual sonrisa por una mueca de preocupación, el brillo de orgullo en sus ojos por un sentimiento opaco de desesperación. Ya nadie dudaba, nadie se atrevía a proponer lo contrario. El Señor Oscuro había regresado, la guerra era algo inminente.

Sin embargo dentro del tren todo era muy distinto, una vez en marcha, unos excitados alumnos invadían los pasillos de los vagones, dejando la mayoría de compartimentos libres. Todos los años sucedía lo mismo, al menos la primera hora del viaje Hufflepuff, Gryffindor y Ravenclaw compartían sus experiencias veraniegas mientras Slytherin disfrutaba de la compañía de sus propios integrantes en los últimos vagones del tren.

Una chica de estatura media pero esbelta, ataviada con la camisa Slytherin, se deslizaba entre el gentío. Su pelo castaño hacía resaltar dos mortíferos ojos de un verde casi transparente, siseante, bífido. La chica no mostraba ningún reparo en abrirse paso a trompicones y, mientras lo hacía, deslizaba su varita entre unas manos blancas en las que solo destacaba el rojo de sus uñas. Muchas miradas se posaban en ella al pasar, quizá tanto Astoria como su hermana no destacaran por su amabilidad, pero sí por su belleza.

Tras un largo recorrido llegó al primer vagón que ocupaban los Slytherin, con la mano en el pomo una voz le interrumpió, Bullstrode.

—¡Astoria! Llevo al menos veinte minutos buscándote, acabo de ver a tu hermana y dice que… —la puerta del compartimento se abrió y de ella salió un chico alto, de tez morena y rasgos elegantes.

—Astoria Greengrass, me parece que tú y yo tenemos una cita…en el vagón de Slughorn, dentro de una hora. —terminó sonriendo de forma mordaz.

—Blaise, ¿Slughorn? —repuso ella con desconfianza.

—Sí, acaba de llegar una nota. —Zabini agarró a Astoria elegantemente del brazo y se introdujeron en el vagón de Slytherin bajo la mirada atenta de unos ojos grises que hasta ahora parecían estar en la inopia. Ella sabía que Draco la estaba mirando, aunque él se sintiera tan seguro de sí mismo que se creyera indescifrable. Observó la butaca del chico, encontrando a Pansy apoyada sobre él de una forma insoportablemente empalagosa. Desvió la mirada con una rapidez felina posando sus dos ojos en la otra mesa. Sus amigas, Laura Vaisey e Illy-Anne Perks, junto con Adrian Pucey, Aeneas Urquhart y en ese momento, Zabini, jugaban a los Naipes Explosivos. Se dirigió a ellos con una sonrisa de medio lado y se sentó entre Laura y Pucey. Acto seguido Urquhart la miró con una sonrisa que ella encontró asquerosa, sus dientes demasiado grandes y descolocados le conferían una expresión de lo más Grindylow(cuente).

—Vaya, Astoria, si que te ha sentado bien el verano...Lamento haberme perdido la fiesta de cumpleaños de tu hermana, he estado casi todas las vacaciones en la final americana de Quidditch. El peor partido de la historia, si me permites, veinte días tras la Snitch…Claro que, es lo que sucede cuando celebras una final en el medio del desierto de Colorado, estúpidos organizadores Squibs…

—Vamos Urquhart—dijo Pucey con sorna— te repites más que Potter. Estamos jugando por parejas, Astoria, y dado que Laura ya ha convertido dos barajas en pura ceniza, creo que vas a ser la elegida. —Pucey, de Séptimo, al contrario que Urquhart, era muy atractivo. Tenía una barba incipiente que rodeaba una mandíbula marcada y masculina y un pelo castaño y corto que otorgaba todo el protagonismo a sus ojos azul verdoso. Tenía mucho éxito entre las chicas, pero por lo que Astoria sabía, ninguna le duraba más de dos días.

—Laura, ¿cómo has engañado a Pucey para que fuera tu pareja? Te has aprovechado de un pobre inocente que nunca te ha visto quemarte la túnica con los Naipes. —concluyó Astoria por primera vez, con un deje burlón en sus ojos. Jugaron durante media hora entre risas sonoras y comentarios maliciosos, sin apenas levantar la vista del tablero.

—¡Oh! —musitó Astoria de repente—. Lo había olvidado, he traído algo. En realidad se lo he requisado a una estúpida Hufflepuff marginada que quería presumir ante unos chicos de Séptimo, haciéndome pasar por Prefecta. —Sacó del bolsillo de su túnica una botella que a pesar de carecer de etiqueta, todos reconocieron como Whisky de fuego. Estallaron en carcajadas mientras Pucey la miraba entre la aprobación y la sorpresa, poniéndole la mano en la pierna. Astoria le regaló una sonrisa complaciente y se levantó sirviendo con un golpe de varita a todos—. Vamos Zabini, unos cuantos tragos a esto y será fácil aguantar a Slughorn.

—Repugnante…—le pareció oír a Astoria desde la mesa de Malfoy. Clavó sus ojos en Draco quien hizo lo mismo y sin retirarse de ese duelo silencioso se acercó a la puerta, corrió las cortinas y vació su vaso de una sola vez. Cuando terminó se pasó la lengua por los labios, eliminando todo rastro de Whisky y le dedicó una sonrisa de satisfacción al rubio, sentándose de nuevo, esta vez más cerca de Pucey. Draco se levantó de forma violenta y caminó hacia la salida que conducía hacia el pasillo principal.

—Draco, ¿a dónde vas? —preguntó Pansy tambaleándose debido a la rapidez con la que se había levantado Malfoy. Unos segundos después, sin obtener respuesta, se levantó para ir tras él—. ¿Quieres ir a molestar a algún sangre sucia?

—Cállate de una puta vez, Pansy. Eres insoportable. —Cerró el compartimento de un portazo, desapareciendo tras la puerta. Pansy salió por la contraria con los ojos llenos de lágrimas. Todos se habían quedado en silencio, con el vaso a medio camino entre la mesa y sus bocas.

—¿Qué coño le pasa a Malfoy? —preguntó Illy-Anne—. Normalmente se habría apuntado y lleva todo el viaje rarísimo. Quizá es por lo de su padre…

—Muy astuta Illy-Anne…—respondió Aeneas—. Sin embargo yo me sentiría orgulloso de que algún familiar mío estuviera en Azkaban por la causa del Señor Tenebroso. Y Malfoy debería. Me apostaría cien galeones a que antes de Navidad su padre está libre de cargos y ocupando su puesto. Seguro que se estaba meando. —Mientras Urquhart les ilustraba con su discurso, Astoria no había dejado de mirar la puerta por la que había salido Draco. Zabini, por su parte, contemplaba el vaso, ya vacío y murmuró algo que sonó a un "Ahora vuelvo", dirigiéndose a la puerta por la que había huido Pansy. Astoria aprovechó el momento y se levantó liberándose de la cada vez más opresiva mano de Adrian sobre su muslo.

—Blaise, te veo en media hora en el compartimento de Slughorn, voy a buscar a Daphne. —Salió hacia el pasillo principal mientras el resto seguía sirviéndose lo que quedaba de Whisky. Empezó a caminar moviendo sus ojos rápidamente, "dónde coño se habrá metido", se decía. El pasillo estaba mucho más vacío ahora, pero aun así quedaban algunos alumnos desperdigados moviéndose entre los compartimentos. Casi había llegado al inicio del Expreso cuando vio a Ron Weasley entrando en un compartimento.

—¿Sabéis qué? Malfoy no está cumpliendo con sus obligaciones de prefecto. Estaba sentado en su compartimento con el resto de alumnos de Slytherin. Lo hemos visto al pasar. —comentó en tono cotilla el pelirrojo.

—¿Qué hizo cuando os vio? —preguntó Potter.

—Lo de siempre—contestó Ron—. Pero no es propio de él, ¿verdad? ¿Por qué no está en el pasillo intimidando a los alumnos de primero?

Astoria creyó que había escuchado suficiente y continuó su marcha, lentamente, asegurándose de que los Gryffindor la veían pasar. Cuando llegó al último compartimento, abrió una puerta en el costado del tren saliendo a un pequeño pasillo al aire libre protegido con una valla roja.

… … … … … … … … … …

—Sabía que estarías aquí—dijo, mientras se sujetaba el pelo entre sus manos, que a causa del viento se movía en todas las direcciones—. ¿Sabes? Todos han notado que estás raro, incluso la Comadreja. Creo que deberías…

—¿Hablar con alguien? —interrumpió girándose el rubio, que hasta entonces había estado de espaldas. Se acercó lentamente con una sonrisa rota, pero con la misma malicia de siempre—. Contigo, ¿por ejemplo? —Astoria permaneció inmóvil y callada, pero sin retirarle la mirada—. Estoy perfectamente, pero no soportaba tanta estupidez en un mismo compartimento. Pansy, tus estúpidas amigas, Urquhart, Zabini, Pucey…—continuó con tono amargo—…y tú. Te creía algo más inteligente, algo más...algo...menos fácil.

—¿Fácil? —repitió la chica en una carcajada—Vamos Draco, no me digas que estás celoso. Era lo que querías, ¿no? Eso me pediste en la fiesta de cumpleaños de mi hermana. Que olvidara todo lo que había pasado, que lo olvidara y que siguiera con mi vida. —tomó aire y siguó hablando, soltando su pelo y cruzando los brazos—. Aunque la verdad, Malfoy, no había nada que olvidar, porque un par de besos (por llamarlos de alguna forma), no significan nada.

—No llamaría un par de besos a todo el curso pasado—respondió él—. Y no, no puedo estar celoso de Pucey, me han dicho que la tiene pequeña, como dato. Aunque quizá ya lo hayas comprobado no, ¿Greengrass?

—Te han dicho mal, Malfoy. —rebatió ella casi sin pensar, sorprendiéndose de su rapidez. Obviamente no lo había comprobado, ni con él ni con nadie, ni si quiera estaba con Pucey, solo flirteaban…Draco entornó tanto las cejas que parecía que acababa de ver a la profesora McGonagall en paños menores—. No hace falta ni que me digas quién, seguro que ha sido Parkinson, dime, ¿son los perros tan fieles como dicen, Draco? A mí me da la sensación de que ella, al igual que tú, se ha tirado a media Sala Común, a medio colegio, si me apuras. ¿No fue Pansy la que, mientras tú te beneficiabas a la hermana de Higgs, acosaba a Pucey? En fin, el despecho…—terminó ella triunfal dando un paso hacia él que terminó de cortar la distancia, quedando atrapados en un roce constante entre la valla y la puerta lateral. Astoria retiró su mirada dirigiéndola al reloj de su muñeca—. Me voy. —se giró rozando más a Malfoy con toda la lentitud y alevosía del mundo y cuando abrió la puerta volteó su cabeza levemente—. Ah, Potter y sus amigos parecían muy interesados en tu paradero…y tus intenciones.—La chica salió dejándole solo y se encaminó hacia el compartimento de Slughorn. Allí vio a Zabini esperándola, apoyado en la puerta.

—¿Dónde estabas, Astoria? Tú hermana estaba en el compartimento contiguo con todas las chicas de sexto.

—Me entretuve con ese Creevey sangre sucia de Gryffindor. ¿Entramos?

Después de una aburrida reunión plagada de "lo mejor de cada casa", Zabini y ella regresaron a su compartimento. Había invitados de lo más peculiar, Longbotton, Potter, la Comadreja chica, McClaggen, Granger…Le pareció ver como Potter desaparecía de pronto, nada más salir, demasiado rápido, pero no le dio importancia. Una vez en el compartimento Blaise y ella se sentaron, después de que Zabini se encargara de la puerta atascada. Pucey y Montague jugaban de nuevo a los naipes, esta vez con Athol Vaiser, hermano de Séptimo de Laura. Malfoy se encontraba de nuevo en su butaca habitual, mirando por la ventana, junto a Crabbe y Goyle. Pansy, en el lado opuesto, leía Corazón de Bruja. Nott, aparecido de la nada, se sentó junto a Zabinni, murmurando algo que no podía llegar a entender. Astoria se sentó en la esquina de la mesa en la que se encontraban Laura e Illy-Anne y les contó con detalle y fingido interés lo que había pasado en la reunión, desviando de vez en cuando su vista hacia Draco, que había variado su postura, enfrascado en una conversación con Zabini, Nott, Crabbe, Goyle y Parkinson. Veinte minutos después el tren se detuvo, habían llegado a Hogwarts.

Todos comenzaron a coger su equipaje, Adrian apareció por detrás y cogió el de Astoria, que se lo agradeció con una sonrisa seductora, también fingida. La cogió de la cintura y salieron por la puerta, pasando cerca de Draco y Pansy. Ésta le esperaba con una mano extendida, sin embargo Draco no la tomó. Lo último que Astoria escuchó fue un, "Ve tú primero, necesito comprobar una cosa". Parkinson salió con su nariz fruncida adelantándoles. Fantástico, pensó Astoria, ahora compartirían carruaje con ella…

… … … … … … … … … …

El Gran Comedor no había cambiado nada, se presentaba tan cálido como siempre, como todo Hogwarts, contrario a la neblina exterior constante que estaba asolando a toda Inglaterra. Con la mayoría de Slytherin ya esperando al banquete, Astoria se percató de la ausencia de Malfoy y sin saber por qué, reprimió el impulso de asomarse a la puerta principal. Entró con paso firme en el comedor y se sentó al lado de su hermana, dejando un amplio hueco entre su sitio y el de Goyle, sabía que Malfoy se sentaría allí.

A los cinco minutos apareció el rubio con una mueca de desagrado y algo despeinado, como si se hubiera pasado la mano por el pelo varias veces. Como Astoria había vaticinado se sentó entre Gregory y ella. Durante la ceremonia de selección Draco no abrió la boca, abstraído. Sin embargo en cuanto Dumbledore dio paso al festín, tapándose ligeramente la boca con las manos susurró un "Potter" hacia Nott, que se sentaba en frente.

La chica no pudo evitar mirarle, y Draco en el mismo tono, sin devolverle la mirada, continuó. —Estaba espiando, en nuestro compartimento…con su capa. —sonrió—. Aunque me temo, que si el Elegido no ha tenido la puta suerte con la que suele contar, llegará a Londres en unas dos horas.

—Te equivocas, Malfoy. Acaba de entrar…lleno de sangre. —informó Zabini. Astoria le miró con los ojos muy abiertos.

—¿Te has pegado con Potter?

—No, le he roto la nariz a San Potter. Son cosas distintas, Greengrass. —Nott y Zabini estallaron en carcajadas mientras Draco representaba cómo había sido semejante escena. ¿Por qué se habría quedado Malfoy en el vagón? ¿Qué era tan importante que no podía escuchar Potter?

El festín había finalizado con el usual discurso de Dumbledore, al que por primera vez, todos habían atendido, incluso su propia casa. Habló de la guerra, de las alianzas, de la unión que debían mantener…Ella misma había tenido esa conversación con su madre multitud de veces, ella misma sabía que su padre era un Mortífago, pero hasta ahora no se había planteado la probabilidad de ser una de Ellos. Con el dosel de su cama corrido, las cavilaciones llegaron a su mente. ¿Y si el Señor Oscuro le requería? Evidentemente sería al terminar sus estudios, pues pese a su talento natural, aún no estaba preparada. Su padre estaría orgulloso, sin embargo su madre ya había mostrado su disconformidad en cuanto a que sus hijas dieran ese paso. Pero, ¿qué era lo que ella realmente quería?

Despejó su mente, aún era pronto para planteárselo y sabía que si se diera el caso no tendría elección. Miró su reloj, la una de la madrugada y ella con los ojos abiertos como un búho. Volvió al tema de Draco, inevitablemente, aunque ya hacía semanas que se había prohibido pensar en él. Desde las vacaciones, Malfoy siempre tenía pinta de estar cansado y a pesar de que algunos Slytherin habían planeado un viaje a una de las propiedades de los Malfoy en Sussex, éste había desaparecido durante todo el verano del mapa. Daphne, persuadida por Astoria, había escrito a Malfoy, sin obtener respuesta. No fue hasta la propia fiesta de cumpleaños de su hermana cuando le volvió a ver, bastante más frío y distante con el resto.

La decoración del jardín de la Mansión Greengrass era espectacular, repleta de candelabros flotantes en tonos blancos. Magos y brujas de todas las edades se encontraban charlando en pequeños grupos con una banda musical de enanos por coro. Los elfos domésticos ofrecían Hidromiel Reserva o Vino de Elfo a los invitados.

Narcissa Malfoy apareció acompañada de su hijo, ambos con un tono de piel más claro que el habitual. Algunos invitados dejaron de hablar y se giraron para observarles. La señora Greengrass recibió a ambos y la fiesta continuó. Avery tomó el brazo de Narcissa y caminó junto a ella hacia Nott y el señor Greengrass. Draco se acercó a las hermanas, felicitó a Daphne besándole la mano y miró fijamente a la pequeña. Daphne debió entenderlo, cogió a Nott del brazo y se alejaron para dejarles a solas.

Tenemos que hablar…—soltó Malfoy de sopetón. —Espérame dentro en cinco minutos. —Tomó una copa de hidromiel de un elfo que pasaba por allí y bebió, mientras metía su mano izquierda en el bolsillo.

A un paso más bien lento por los tacones, Astoria se encaminó hacia la casa. ¿Qué coño le pasaba? El último día se habían despedido de forma tan cariñosa y ahora…y ahora esto. Cruzó el recibidor trasero y se desvío hacia la izquierda, donde se encontraba la biblioteca. Se sentó en la mesa, taconeando sobre el suelo con impaciencia y mirando repetidas veces el reloj de caoba que tenía a su derecha. A los seis minutos apareció Draco, cerrando la puerta tras de sí y sellándola con un movimiento de varita.

¿Te ha seguido alguien? —preguntó Astoria ocultando con ironía su molestia.

Tenemos que dejar de vernos. —respondió Draco obviando su broma—. Sé que hemos estado genial, que quizá no sea equiparable a nad…—cortó enseguida lo que estaba diciendo, como midiendo sus palabras—. No quiero romper algo así, pero necesito tiempo…

Tiempo…¿Tiempo para qué, exactamente? Vaya, Malfoy…Y yo que pensaba que estabas reformado, pero se ve que a tu varita le gusta explorar. Agradezco no haber sido tan estúpida como para convertirme en una de ellas.

Sabía que ibas a salir por esas…—dijo pasándose la mano por el pelo. Se acercó a ella y colocó una mano a cada lado de sus piernas, aproximándose a su boca. Por un segundo Astoria pensó que la iba a besar, pero él bajó la cabeza—. Debí suponer que no lo entenderías…

Oh, por supuesto, te presentas en la fiesta de cumpleaños de mi hermana sin apenas mirarme, musitando palabras vacías y se supone que tengo que entender algo. Pero, ¡qué decepción! Solo el cerebro de Draco Malfoy alcanza esos niveles de sabiduría superior. He entendido todo a la perfección, ahora, si no te importa…—Astoria cogió de la mano al chico para poder salir del hueco en el que se encontraba. Él solo movió su mano para cogerla de la nuca y unir sus labios, sin llegar a besarla.

Tienes que olvidarte de todo el curso pasado, tienes que hacer como si no hubiera sucedido nada. No debes contárselo a nadie. —la soltó y la chica caminó hasta la puerta—. Tienes que ser feliz.

Descuida, Malfoy. Lo soy y sin que tú influyas en ello, ¿sorprendido? —Astoria musitó un Alohomora y se perdió tras la puerta, al llegar al recibidor le pareció escuchar algún improperio.

Eso había sido todo, el curso pasado, había coincidido con el pleno desarrollo de Astoria. Siempre fue muy guapa, pero por su edad no había sido hasta el año pasado cuando le habían empezado a llover los pretendientes. Y menos al lado de su hermana.

Todavía se le retorcía algo por dentro cuando pensaba en cómo había empezado todo. Respiró profundamente y esta vez sí que cortó el hilo de sus pensamientos, tratando de dormir, cosa que parecía imposible. Un momento…

¿Y Adrian? ¿Qué pensaba hacer con él? Si hace un par de años se lo hubieran dicho, jamás lo habría creído. Era uno de los chicos más guapos de Hogwarts y estaba mostrando un gran interés en ella. Astoria se imaginaba el porqué. No estaría mal…

La luz del amanecer la despertó escasas horas después, se levantó automáticamente la primera y fue al baño. La imagen que le devolvía el espejo era espantosa, tenía unas pronunciadas ojeras azuladas por lo que utilizó un poco del maquillaje que Illy-Anne se llevaba a todas partes. Quince minutos después estaba vestida y bajó a la Sala Común, aún quedaba una hora para que se sirviera el desayuno y en, consecuencia, un rato para que el resto comenzara a despertarse.

Se sentó en el sillón de cuero negro que tenía las vistas más próximas a las oscuras aguas del lago y cogió del propio sofá con curiosidad un libro revestido de piel que no mostraba ningún título.

—¿No te han enseñado a no tocar posesiones ajenas, Greengrass?

… … … … … … … … … …


Well...final del capítulo 1. Lo primero...y como habréis notado Draco y Astoria ya se habían "visto" el curso pasado, pero, ¿cómo y por qué? Pues eso, queridas, queridos,se desvelará un poquito más adelante. Son dos personalidades que en mi cabeza tienen mucha fuerza, pero eso también lo iréis viendo.

N/A: A ver, no quiero que esto parezca la juega padre, peeeeero.

-Draco, el que conocimos hasta La Orden del Fénix jamás se habría permitido a sí mismo dejarse llevar tanto por sus sentimientos. Así que antes de que los amantes del IC (entre los cuales me incluyo) hagan un piquete en la puerta de mi casa, me gustaría invitaros a pensar que quizá (y eh, solo quizá) lo que le pasa a Draco en HP6 le cambia un poquito. No deja de ser un Malfoy, pero apuesto a que tiene menos paciencia.

-Alguien podría decir. ¿Por qué juegan a las cartas o todos son happyeverafter si la guerra es inminente? Pues Fuck it, they're Slytherin. No me los imagino llorando.

Segundo, ¿quién será el último personaje? ¿Cliché? ¿Inesperado? Hagan sus apuestas.

Iré subiendo el rating de la historia según se vaya caldeando el ambiente, de momento solo han aparecido un par de improperios y roces castos JÉ.

Finalmente y para volver esto un poco más gráfico, os dejo aquí una entrada a mi LJ con los personajes que han aparecido en este capítulo, iré haciendo lo mismo con el resto según vayan presentándose. Ya sabéis, copiad, pegad, juntad espacios...

inffamy . livejournal 552. html

O si en su defecto os da pereza podéis buscarme como Inffamy en LJ, o accediendo desde el Link de mi perfil.

EDITO: Para no infundir a error. No es tan raro que en una fiesta de Sangre Pura haya Mortífagos, aunque no estén cumpliendo con sus funciones. Si la memoria no me falla no es hasta 1998 cuando Voldemort empieza a regular su libertad, quedando confinados la mayoria del tiempo en Malfoy Manor. Las miradas a Narcissa no expresan un "¡Tú marido es un Mortífago!", todos lo sabían y la mayoría de integrantes lo son. Muchos Slytherin y sus familias se unirían al final de la Guerra a Voldy, por parecerles el bando ganador. Las miradas, como decía son en plan "A tú marido le han cazado, se le acabó el chollo".Aún así me niego a pensar que Lucius no tuviera amigos que apoyaran a su mujer.

Además, la fiesta es un ambiente perfecto para trapichear, con el Ministerio controlando todas las redes comunicativas ¿no?

Y lo último, pero no menos importante:

Me gustaría recibir vuestra opinión sobre el capítulo, un review toma menos de un minuto y como la mayoría sabréis se agradece recibir críticas constructivas, apoyo o un simple emoticono. Muchas gracias por llegar hasta aquí, ahora que tengo tiempo iré actualizando cada poco. Un review una ilusión xD

¡Nos vemos en el próximo capítulo!