Bienvenidos a esta Tercera y ultima parte de esta historia. Espero que disfruten el desenlace.

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Lucius miraba sin mirar hacia el campo abierto de su terreno pensativo sobre su hijo. Desde la partida de Ryddle, Draco se había recluido en su habitación, pero cuando trato de llamarle la atención por su descuido personal, su hijo se había ido a la casa de Potter. Tanto él como su esposa no sabían que hacer para corregir y arreglar el problema que Hermione le había dejado al abandonar a su hijo.

Un toque en la puerta le llamo su atención, girándose vio a su esposa entrando a su estudio con el semblante acongojado. Lucius dedujo que Narcisa tenía alguna mala noticia.

-¿Qué sucede, Cissy? –pregunto acercándose a su esposa. Ella la miro angustiada.

-Lucius tenemos que hacer algo para que Draco no se siga hundiendo… él está muy mal.

-¿Por qué lo dices?

-me acabo de enterar que Potter ha dejado de asistir a la academia hace más de dos semanas…

-¿y que tiene eso que ver con Draco? –pregunto Lucius confundido.

-le pedí el favor a mi sobrina de que me dijera sobre el estado de nuestro hijo, pero me dijo que tanto Draco como Harry… ellos… ellos están bebiendo todo los días. –le comento con dificultad. –la partida de Hermione le está haciendo mucho daño a mi hijo… a Harry. Por favor, Lucius. Ayúdame. No sé qué hacer. Draco no me permite visitarlo, me tiene bloqueada para poder visitarlo en la casa de Potter. Yo… -decía, Cissy sollozando.

Lucius la estrecho entre sus brazos, diciéndole palabras dulce para tranquilizarla en la preocupación que el mismo compartía por el estado de su hijo. Pasando un corto tiempo, Cissy se calmó.

-déjame pensar una forma de ayudar a nuestro hijo, sin que se sienta presionado por nosotros… -le comento, mirándola a los ojos. –ya me equivoque llamándole la atención, no lo volveré hacer. –le aseguro. –ahora vamos a la recamara para que descanses. Necesitas estar fuerte para poder ayudar a nuestro hijo.

Narcisa acepto, fatigada después de tres que su hijo había entrado en una profunda depresión. Lucius llamo a su elfa, ordenándole prepara una taza de té de manzanilla para que su esposa se relajara por la ansiedad que sentía. Cuando se aseguró que Narcisa se tomó el té y se recostó, Lucius la dejo descansar y se dirigió hacia la habitación de su hijo.

Entrando, encontró la habitación pulcramente ordenada. Nada parecido hace tres semanas cuando su hijo había llegado y destrozado todo por el dolor que le había ocasionado su novia. Suspirando profundamente miro la carta arrugada que estaba sobre la mesita de noche. Aunque sabía que sería una falta de respeto leer la carta que seguramente Hermione le había dejado a su hijo, Lucius quería entender de qué forma se despidió Ryddle de su hijo. Necesitaba saber si Hermione le echaba alguna culpa a su hijo inconscientemente sobre su vida o sobre algo en particular. De acuerdo a lo que leía, iba actuar. Lucius abrió la carta y la leyó lentamente.

Al poco tiempo de terminar, Lucius no podía culpar a Hermione de nada. Aunque como padre no le agradaba que ella había lastimado a su hijo, podía entender la decisión que había tomado. Pero le sorprendía que hubiera llevado a cabo su decisión tan radical. Colocando la carta nuevamente en la mesita, Lucius pensó una forma de hablar con su hijo, pero necesitaba la ayuda de su sobrina Tonks.

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En la casa de los Tonks

Nymphadora le daba de comer a su bebe Teddy de un año, cuando una hermosa lechuza picoteo en su ventana. Extrañada al no reconocer la lechuza, abrió la ventana. La lechuza voló hasta posarse frente a ella en la mesa, Tonks agarro la carta que sujetaba, dándole un bocadillo a cambio. La lechuza se quedó esperando. Curiosa por saber quién le escribía y esperaba una respuesta inmediata de ella, abrió la carta rápidamente.

Tonks leyó sorprendida de que su tío Lucius le hubiera escrito para que le consiguiera un permiso con el ministro para poder visitar la casa de Harry. La bruja no dudo en responder a su carta, asegurándole que le conseguiría el permiso; ya que entendía el porqué. La lechuza salió volando de su casa.

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Oficina del Ministro de magia

El ministro Kingsley leía un informe presentado por el jefe de aurores cuando su secretaria le anuncio la visita de la auror Tonks. Sin poner excusa, el ministro autorizo que entrara Tonks. En unos segundos, Nymphadora entro. Saludándose, los dos se sentaron respectivamente en sus sillas.

-dime, Tonks. ¿En qué puedo ayudarte? -le pregunto Kingsley solicito.

-se trata sobre Lucius Malfoy.

-¿Qué sucede con él? ¿Está quebrantando el acuerdo? –dijo con molestia.

-no, no se trata de eso. –afirmo.

-bien, entonces que sucede con Malfoy. –pregunto intrigado.

-me ha solicitado esta mañana que le consiguiera un permiso para salir de su arresto domiciliario y permitirle dirigirse a la casa de Harry.

-¿Por qué quiere visitar la casa de Harry? –pregunto Kingsley confundido.

-su hijo está ahí, él y su esposa están preocupado por su estado depresivo después del abandono de Hermione… tanto Harry como Draco han quedado muy mal. Eso puedo asegurártelo personalmente. –respondió Tonks con sinceridad y preocupación.

Kingsley asintió, entendiendo la situación.

-¿crees que Lucius logre algo con su visita? –le pregunto a la bruja dubitativo.

-bueno, no puedo decir que conozco totalmente a mi tío, pero lo poco que he visto en estos últimos meses es que por su familia él es capaz de cualquier cosa... creo que deberíamos darle una oportunidad para que por lo menos ayude a su hijo… y así… ¿quién sabe?, Draco pueda ayudar a Harry salir de la depresión. –comento con sinceridad.

El ministro se quedó pensando por un momento hasta que asintió mirando a Tonks.

-está bien, autorizare la salida de Malfoy. Pídele a tu jefe que redacte una carta de permiso para su salida, explícale lo necesario y dile que tu será la auror que lo acompañara en su salida, respetando el acuerdo que se estableció con Wizengamot. Cuando lo tenga listo, me lo traes y yo lo firmare. –ordeno.

Tonks sonrió, agradeciéndole su ayuda. Despidiéndose, salió rápidamente de la oficina. Kingsley suspiro profundamente.

-ahora no se si fue lo correcto ayudarte, Hermione. –murmuro para sí mismo.

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Después de obtener el permiso escrito por parte de su jefe de departamento y el ministro, Tonks se dirigió sin demora hacia la mansión de los Malfoy. Sin mostrar sorpresa de tener a su sobrina en la casa en la mañana con el permiso listo, Lucius y Tonks se dirigieron a la casa de Harry.

Grimmauld Place

Estando frente a la puerta, Lucius le pidió privacidad a su sobrina para tratar a su hijo y a Potter. Un poco insegura Tonks acepto diciéndole que lo esperaría afuera. Entrando Lucius, arrugo la nariz al sentir un mal olor. Avanzando hacia la sala principal, encontró a su hijo durmiendo bocabajo en uno de los sofás mientras Harry estaba durmiendo en el otro. La mesa tenía varias botellas de Whisky de fuego, vacíos.

-Kreacher. –exclamo. El elfo de Harry apareció, temeroso.

-sí, amo Malfoy.

-Prepara algo de café, comida y ten lista la poción para la resaca. –ordeno con su habitual tono gélido. El elfo asintió, desapareciendo rápidamente.

-Draco. –lo llamo.

Sin embargo su hijo apenas se movió y Harry murmuro algo sobre mucho ruido. Molesto, Lucius los levito. Draco y Harry se despertaron jadeando por estar colgando de los pies.

-¡padre! / ¡Señor Malfoy! –dijo, Draco y Harry sorprendido.

-bien, que bueno que se despiertan. –comento, Lucius irónicamente mientras lo baja con cuidado.

-¿Qué haces aquí? –pregunto, Draco molesto mientras se masajeaba la cabeza.

-he venido a buscarte; ya que no has regresado a la mansión. Además, tu madre está preocupada por ti. –comento. Draco hizo una mueca.

-aunque lo siento mucho por mi madre, no pienso regresar a la mansión para que me sigan sermoneando. –afirmo, molesto.

Lucius lo miro por un momento.

-piensas seguir lamentándote por el abandono de tu novia.

Draco lo fulmino con la mirada.

-¿o tú? de tu "hermana" –dijo, Lucius burlándose de Harry.

-¿Cómo se atreve hablarme de esa manera? –comento, Harry entre diente.

-lo hago porque puedo, Potter. Ustedes dos son tal para cual. –aseguro, Lucius con frialdad. –Se la pasan lloriqueando, lamentándose de que Ryddle los abandono. ¿Y qué hacen?... hundiéndose en la miseria y viviendo en la miseria. –comento mirando con desdén todo el desorden que había en la habitación. –con su comportamiento solo me indica que Ryddle solo le ha servido para traerle desgracia a sus vidas.

-eso no es cierto. –vocifero, Draco.

-Hermione nunca sería una desgracia en mi vida. –afirmo, Harry furioso.

-si eso fuese verdad, no estarían aquí lamentándose y bebiendo hasta perder el sentido. Estarían más bien buscándola y saber a dónde está ella. A donde se fue y con quien. –aseguro, Lucius con burla. Draco y Harry lo miraron sorprendido.

-pero según ustedes, hay que dejarse hundir en esta vida por alguien que tomo la decisión de abandonarlos pensando que era lo mejor para ustedes. –continuo sin misericordia. –algo me dice que después de todo Ryddle tomo la mejor decisión de haberlos dejado y no ser testigo de cómo ustedes se hunden cada día por la desgracia que ella le ha tocado vivir por la decisión que ella tomo de ayudar a otros.

-Hermione no tomo la mejor decisión, se equivocó. –afirmo, Draco iracundo.

-entonces, demuéstrenselo. Si de verdad ella se equivocó, deben demostrárselo con hechos y no con palabras. –le reto, Lucius.

-¿y cómo haremos para demostrárselo? –pregunto, Harry un poco calmado.

Lucius se encogió de hombro.

-ese no es mi problema, eso tendrán que resolverlo ustedes. –comento, Lucius despectivamente. –ahora que sé que siguen vivo, regresare a la mansión y decirle a Cissy sobre ti Draco. –comento, dirigiéndose a la salida.

Sin esperar una despedida de su hijo, Lucius salió de la casa. Tonks la miro.

-Draco no quiso escucharte. –comento, la auror.

-ya veremos. –respondió, Lucius.

Nymphadora no le dijo nada más, desapareciendo junto a su tío de regreso a la mansión.

-tu padre tiene razón. –comento, Harry mientras se masajeaba la cabeza por el dolor a la resaca provocada por tomar tanto Whisky. –nos hemos estado comportando como unos idiotas.

-sí, lo sé. –acepto, Draco con una mueca por la resaca. –pero ahora necesito tomar una poción para quitarme esta resaca y pensar bien que hare para encontrar a Hermione.

-Kreacher. –exclamo, Harry.

-sí, amo- dijo, el elfo apareciendo.

-por favor, Kreacher consíguenos poción para la resaca y has algo de café. –ordeno.

-sí, amo. Kreacher está para servirle. –respondió, el elfo apareciendo una bandeja con dos tazas de café humeantes y un par de botellitas.

Harry lo miro sorprendido de que tuviera todo listo tan pronto.

-pronto estará la comida lista, amo. El amo Malfoy lo ordeno. –le comunico, desapareciendo.

Draco ladeo una sonrisa.

-mi padre siempre está un paso delante. –afirmo con un poco de orgullo mientras se tomaba de un solo trago la poción.

-sobre lo que dijiste de encontrar a Hermione… creo que lo mejor es unirnos y buscarla juntos. –afirmo, Harry con seriedad mientras tomaba su café.

-vamos, Potter. Tu y yo sabemos de qué si hemos hablado, ha sido por Hermione. ¿Crees de verdad que podemos trabajar en equipo sin querer matarnos entre nosotros? –comento con burla.

-entonces, remediemos esto. –dijo, Harry con seriedad colocando la taza de café en la mesa y levantándose.

Draco se levantó a la defensiva, pensando que el mago lo iba a golpear. Pero se sorprendió al ver que Harry extendió su mano.

-cuando nos conocimos, me extendiste la mano y yo la rechacé. Esta vez son quien te la ofrece. Pero entenderé si la rechaza como venganza de lo que te hice cuando éramos adolescente.

Draco lo miro por un momento, hasta que le estrecho la mano con firmeza.

-ya no somos esos adolescente, Potter. –afirmo, soltándose las manos. Harry sonrió.

-especialmente tú… -comento con burla. Draco hizo una mueca. –y ahora que somos amigo, puedes llamarme Harry. –el rubio elevo una ceja. –lo sé, costara llamarte por tu nombre también.

Draco ladeo una sonrisa.

-si Hermione estuviera aquí, estaría muy contenta con nosotros.

-ella lo estará cuando la encontremos. –afirmo, Harry con una sonrisa. Draco asintió.

El elfo apareció anunciándole que la comida estaba lista. Después de almorzar y acomodar el desorden que habían hecho en la sala, Draco y Harry empezaron a hablar.

-debemos averiguar quién ayudo a Hermione salir del hospital. –comento, Draco.

-sí, pero ¿Cómo? –pregunto Harry.

-lo podrías hacer si regresas a terminar tu entrenamiento y te conviertes en un auror oficial. Tendrías mayor acceso para averiguar su desaparición en el hospital y en otros lugares que soliciten algún permiso.

-eso es una buena idea. Pero aun así no podemos esperanzarnos de que sea la única forma de encontrar información sobre el paradero de Hermione. Además, tú estás bajo vigilancia de los aurores, si te encuentran haciendo algo ilegal, puedes meterte en un gran problema.

-sí, tienes razón. –acepto, Draco con molestia.

Los dos se quedaron callado, pensando la forma de encontrar una solución hasta que Harry lo miro con una sonrisa.

-¿Qué sucede? ¿Has pensado en algo? –pregunto, Draco.

-sí, pero no creo que te agrade la idea. –respondió, divertido.

Draco lo miro con recelo.

-¿de qué se trata?

-de que te conviertas en auror.

Draco hizo una mueca, arrugando la nariz.

-sabía que no te agradaría la idea, pero es la mejor solución para que me ayudes con la investigación. Siendo auror tendrías más oportunidad de investigar sin levantar sospecha y de no dar malos entendidos. Y también de poder tener la libertad para moverte adentro y fuera del país sin un escolta que este humeando tus pasos. –afirmo, Harry con seriedad. Draco asintió.

-tienes razón. Siendo auror nos da más oportunidad para mover mis influencias y encontrar información sobre Hermione, sin encontrarnos con algún problema con la autoridad. –comento. Harry asintió.

-mientras no seamos aurores tendremos que investigar con lo que tengamos a la mano. –sugirió. –empecemos con la carta que nos dejó...

-¿Qué pasa con eso? –pregunto, Draco confundido.

-tu y yo estamos seguro que Hermione lo escribió… la pregunta es… ¿estamos seguro que lo hizo a conciencia o bajo coacción? –pregunto mientras sacaba una libreta. –yo estoy totalmente seguro que ella lo escribió a consciencia y ¿tu?

Draco pensó por un momento recordando las palabras escritas en la carta, hasta que asintió.

-Ella definitivamente lo escribió a consciencia. Tuvo mucho cuidado de lo que quería decirme como siempre, la carta fue como si ella me lo estuviera diciendo personalmente. –afirmo, Draco.

Harry asintió, apuntando algunas palabras en la libreta.

-bien. Sospechas de alguien de confianza que Hermione podría haber recorrido para pedir ayuda. –pregunto, el pelinegro.

-por supuesto, Pucey. –respondió, Draco levantándose rápidamente del sillón.

-¿Adrián? ¿Estás seguro? –cuestiono, Harry levantándose también.

-sí, muy seguro. Tiene el poder y la disponibilidad para ayudar a Hermione en cualquiera necesidad. Y este ha sido una buena ocasión. –afirmo, Draco molesto. – ¿Por qué no lo había pensado antes?

-pero Pansy no dijo que él se había ido a Brasil con su mamá. –comento, Harry inseguro.

Draco se quedó pensativo mientras caminaba de un lado a otro, hasta que se detuvo. –recuerdo que Hermione me dijo que cuando Pucey se ofreció ayudarla con respecto a visitar la tumba de su madre, le dijo que lo contactara por medio de su elfa… mmm, Selfy.

-cierto. Y Adrián continúo su ofrecimiento de estar para ella si lo necesitaba. –apoyo, Harry.

-debemos ir a la casa de Pucey y saber a dónde está. Si fue él quien la ayudo, entonces la encontraremos junto a él. –afirmo, Draco agarrando su varita.

Sin perder más tiempo, los dos se dirigieron a la casa de Adrián. Pero desafortunadamente para ellos, solo encontraron a la elfa Selfy. Ella le comunico que Adrián y su madre estaban desde las pascua en Brasil y que no sabía cuándo regresaría. Decepcionados, Draco le dejo un mensaje al elfa para que se lo entregara a su amo cuando regresara o lo viera.

Pensando en sus amigos, Draco le sugirió visitar a Blaise y de ahí tratar de reunir a sus amigos para que los ayudaran. Harry acepto.

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Mansión Zabini

Blaise se sorprendió al ver a su amigo y a Harry aparecer en su chimenea.

-Draco, Potter ¿sucede algo?

-hola, Blaise. ¿Cómo estás? Yo bien, gracias por preguntar. –dijo, Draco bromeando.

Su amigo lo miro sorprendido al verlo tranquilo después del abandono de Hermione.

-veo que has recuperado tu característico humor.

-puede decirse que así es gracias a mi padre. –afirmo, Draco mientras caminaba junto a su amigos hacia la sala.

-¿y tú que, Potter? También has recobrado tu espíritu de Gryffindor.

-se podría decir que sí. –comento mientras se sentaba.

Blaise asintió y miro a su amigo.

-¿y porque están aquí? ¿Han sabido algo de Ryddle?

-no, por eso estamos aquí. Necesitamos tu ayuda, Blaise… y la de nuestros amigos.

Blaise frunció las cejas.

-¿Cómo podríamos ayudarte? ¿Crees que alguno de nosotros ayudo a Ryddle a irse?

-no. –respondió, Draco frunciendo las cejas. –en realidad nunca he pensado que algunos de ustedes se hallan prestado para hacer lo que me hicieron. –aseguro.

-eso es verdad. –apoyo, Harry. –Además, si lo pensamos bien. Hermione no le hubiera pedido ayuda alguna de ustedes al tener una relación muy estrecha con Draco. Ella siempre ha estado a favor de la paz y la amistad, no de la contienda que se podría haber formado entre algunos de sus amigos y nosotros como podría haber ocurrido si le pedía ayuda.

-Potter tiene razón. Hermione siempre ha sabido tomar las mejores opciones, tratando de evitarles problemas a otros. –aseguro, Draco. –además nuestra sospecha esta en otra persona que siempre le ha brindado su ayuda desde que la conoció.

-¿Quién? –pregunto, Blaise.

-Adrián Pucey. –respondió, Harry.

-¿pero él no está en Brasil? A mí me parece que Pansy me dijo que Pucey se había ido de viaje antes de lo ocurrido en Hogwarts. Es más, ¿Él sabrá si al caso lo que le sucedió a Ryddle? –pregunto su amigo inseguro de su conjetura.

-no lo sabemos, es por eso estamos investigando y porque necesitamos ayuda de todos. –respondió, Draco con seriedad.

-entiendo. Entonces les escribiré a nuestros amigos que vengan aquí, además de aprovechar para hacerle una despedida a nuestra querida Pansy que próximamente se va.

-se me había olvidado. –murmuro, Draco.

-es verdad. –dijo, Harry avergonzado.

-bueno con lo que han pasado en estos últimos meses creo que es entendible que ninguno de ustedes se acordaron, pero por lo menos todavía no es tarde para despedirse de nuestra amiga. –afirmo, Blaise mientras agarraba algunas hojas y se lo entregaba a los magos. –escríbanle a nuestros amigos, iré a buscar la lechuza mientras tanto.

-no es necesario, podemos enviarle un mensaje usando el Patronus. Es más rápido y seguro. –afirmo, Harry.

-Potter el único que puede hacer eso eres tú, nosotros no sabemos nada de eso. –afirmo, Draco.

-bueno tendrás que aprender. –comento, Harry antes de conjurar su Patronus y enviar su mensaje.

Draco hizo una mueca, pero no le refuto su palabra.

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Arashiyama, Japón

-espero que te agrade la casa. –comento, Adrián.

-está muy bonita y se ve acogedora. –aseguro, Hermione mirando la sala y el paisaje que se visibilizaba por la puerta y la ventana de vidrio. –gracias por ayudarme. –dijo mirando con una sonrisa.

-ya te dije que no debes agradecerme nada. Te di mi palabra y ofrecimiento si me necesitaba, y es lo que haré… -comento, Adrián con sinceridad. –además, quedamos que yo sería como tu hermano mayor. Y un hermano haría lo que fuera por el bienestar de su hermana. –afirmo con una sonrisa.

Antes que Hermione dijera algo, el timbre de la casa sonó. Disculpándose el mago, se fue hacia el recibidor. En poco tiempo apareció, pero esta vez acompañado por una bruja japonesa. Presentándola como Taiga Kugimiya, Adrián le comunico que la joven estaría pendiente de todo lo que ella necesitara y la que estaría en contacto con él mientras esta fuera del país. A Hermione no le agrado la idea.

-sé que no te gusta la idea, pero eres mi hermana y cuidare de ti. –sentencio, Adrián con seriedad. –ahora deberías descansar, te ves fatigada y has estado viajando de un país a otro. –ordeno. Llamando a un elfo, Spot.

Aunque a Hermione no le gustaba estar molestando a Adrián con su situación, la verdad es que sentía agradecida por su apoyo y disposición incondicional. Cuando el elfo apareció, Adrián le ordeno que la llevara a la habitación, pero antes de irse y despedirse, Adrián le volvió tocar el tema que desde hace un mes le decía que lo pensara.

-Hermione decide sobre lo que te dije.

-no lo sé, Adrián. No estoy segura de eso.

-pues yo pienso que deberías intentarlo, por algo te he traído aquí. Japón es unos de los lugares conocido por su uso de las medicinas alternativas. –afirmaba. Hermione lo iba interrumpir. –y aunque suene duro lo que te diré, es la verdad… ¿que podrías perder o que podría empeorar en tu situación? Nada… si lo intentas y falla la cura que te encuentre el sanador, entonces puedes darte por vencida y reasignarte a esta vida… pero primero date la oportunidad de mejorar… -Hermione no dijo nada. –Además, recuerda que tú y yo no tenemos una relación como lo tenías con Harry y con Draco… -Hermione lo miro, sin entender sus palabras. –yo sí te obligare si es necesario para que vayas a ver un sanador especialista y te de un diagnostico que nos de esperanza para que vuelvas a caminar. –aseguro.

-entonces, ¿Por qué esperas tanto de mi decisión, si de todos modos me obligaras? –rezongo, Hermione molesta.

-porque es mejor contar con tu propio deseo de salir adelante, en vez de hacerlo obligada. Estoy seguro que eso ayudara mucho para tu salud. –comento. –ahora debo regresar a Brasil, tengo asuntos que arreglar. Pero vendré en una semana y espero que hayas pensado bien lo que te conviene. –dijo, despidiéndose de Hermione antes de que elfo se la llevara con cuidado a la habitación.

-ya verás que algún día tendrás todo lo que te mereces, Hermione. –prometió, Adrián desapareciendo.