Si Jack Thompson dejara de ser completamente Jack Thompson, no me gustaría tanto. Puede resultar "ahostiable" (sí, me he sacado la palabra de la manga, porque tiene momentos en la serie en los que le pegaría un puñetazo sin remordimientos), pero no es mala persona y creo que para la segunda temporada –esperemos que le hagan pronto- vamos a ver un cambio notable en su relación con la agente Carter.
Así que esta es la especie de "tregua" que creo que podría darse entre ellos después de que Peggy le salvara la vida en Rusia, él le confesara lo de los japoneses y Dooley muriera. Una tregua en la que se estila el "tira y afloja" de la suerte, tentándola nada más que por no romper con la rutina, demostrando que ambos son inteligentes y que ambos tienen también sus defectos... y que se preocupan el uno por el otro aunque lo demuestren/no lo quieran demostrar de la misma forma.
También tengo que decir que el que el agente Thompson se llame Jack, el fic "Hit de road, Jack" ("Lárgate, Jack") y que lo haya escrito escuchando esa misma canción de Ray Charles buscando inspiración -aunque la música no coincida con el período histórico- no tiene nada que ver.
Summary: Juntar las palabras "tregua", "Jack Thompson" y "Peggy Carter" en una misma oración no puede terminar más que con grapadoras voladoras, té con leche y chocolate. Cartson.
Disclaimer: Todo es de Marvel. Chad Michael Murray está casado y no soy ni la mitad de Peggy Carter de lo que me gustaría, así que supongo que está todo dicho.
¡Disfrutad!
OoOoO
Llevaba un rato observándola, mirándola fijamente recostado en su silla con los pies sobre el escritorio y el bolígrafo en los labios.
Peggy se llevó la taza de té a la boca, dejando una beso de color carmín en el borde, y siguió anotando algo con esa letra cursiva, tan fina y elegante que a Jack tanto le encantaba. Parecía sacada de imprenta y fue por eso –en parte- que le dijo aquella vez lo bien que se le daba hacerlo, aunque ella lo interpretara como que solamente la estaba tachando de secretaria.
-¿Sabes en lo que acabo de caer, Carter?
-¿En que si no vas a hacer más productivo que mirarme rellenar informes en vez de trabajar en algo tú también, podrías irte a tu casa?-preguntó sin alzar la vista.
Jack se rió entre dientes, bajando los pies y apoyándose en la mesa.
-No, Peggy-cuando le escuchó su nombre sí que lo miró-. Resulta que llevas quejándote de lo sexista que es la sociedad en la que vivimos, de lo machistas que somos contigo aquí en la Agencia... pero no consideraste a la actriz psicópata rusa una amenaza, teniéndola viviendo bajo tu mismo techo. Lo que me lleva a pensar en que, aunque no quieras, también tratas como un hombre inconscientemente a las de tu mismo género.
Peggy boqueó indignada. Parpadeó, con esas largas pestañazas capaces de crear tsunamis, el doble de lo normal, agitándolas con la misma intensidad y velocidad que cuando registraba y tenía que digerir algo.
Sabía que la había dejado sin palabras. Sabía que tenía razón. Y sabía que no había respuesta que devolverle.
-No es... reprochable que intente desprenderme de algo tan incrustado en nuestra mentalidad-se intentaba exculpar-. Es arcaico y carece de sentido pensar...
-Pero no me lo estás negando.
Peggy Carter entrecerró los ojos, con algo oscuro en el pecho, deseando borrarle esa sonrisilla prepotente de un puñetazo y estamparlo contra la pared y...
-Lárgate, Jack.
Ja. Mandarle al jefe, mandarlo a casa, eso sí que tenía gracia.
Muy pagado de sí mismo, pasó por su lado y se llevó la montaña de informes que la británica había terminado y organizado con lo que le quedaba de té, frío.
Se encargó de prepararle otro, con leche, y se lo dejó a un lado con un bombón en el platillo, junto a la taza de porcelana. Ella alzó la mirada de los papeles, sorprendida por su gesto y Thompson se encogió de hombros.
¿Esa era su forma de disculparse por decir la verdad?
-He oído que el chocolate hace milagros en esos días.
Jack se agachó justo a tiempo para esquivar el improvisado proyectil que le disparó directo a la cabeza. Resultó ser una grapadora, que terminó estampándose contra la pared verde de enfrente.
Se rió entre dientes, sentándose a trabajar en su sitio con un brillo travieso en los ojos.
Podría llegar a resultar peligrosa con una pistola en la mano enfadada, vaya, pero eso no lo echó para atrás en absoluto. Se preguntó si hubo algún tipo de discusión amorosa con el Capitán América de ese calibre y negó con la cabeza, para sí mismo: ya había tentado a la suerte suficiente por hoy.
No hacía falta que Peggy estuviera en sus días del mes para que siguiera doliéndole la pérdida de Rogers y tampoco quería verla triste, ni quería acabar con la grapadora incrustada en ninguna parte de su cuerpo.
Ella lo fulminó un par de veces con la mirada antes de decidir pasar de él. Fingió que no existía unos minutos... hasta que dejó de salir vapor del té con leche que le había dejado al lado y mordisqueó el chocolate, sin dejar de escribir, con una pequeña sonrisa.
OoOoO
N/A: Por si no se ha entendido... el pique final (y el despegue de la grapadora) se da porque Jack juega con la carta sexista de "tiene cambios de humor, está con la regla" para restarle importancia al hecho de que él también puede hacer de secretario y servirle un té sin necesidad de que ella se lo pida, a pesar de que él sea el jefe.
Es un detalle por su parte –no solo el traerle té y chocolate-, dado que puede hablar de ello (bromear, de hecho, no como en los primeros episodios en los que todos los hombres de la oficina hacen muecas al escuchar a Peggy pedir un día libre por "cosas de mujeres") para encubrir su preocupación e intención por complacerla por el simple y mero placer de hacerlo porque quiere.
En fin... me hace ilu comentar que aunque la foto no sea gran cosa, la he tomado yo y que lo que se ve escrito no son informes de la Reserva Científica Estratégica, sino mis apuntes de Neurolingüística Aplicada a la Traducción, como si se tratara de parte del escritorio de Peggy Carter. El chocolate negro y el té (también negro, me gusta PG Tips) con leche sin lactosa (por eso sale más claro el color) estaban de lujo, oye.
Espero que os haya gustado, gracias por leer.
