Chapter 1: ¿Qué estamos haciendo?

You're automatic and your heart's like an engine

I die with every beat

You're automatic and your voice is electric

Why do I still believe?

It's automatic, every word in your letter

A lie that makes me bleed

It's automatic when you say things get better

But they never...

There's no real love in you

(Automatic-Tokio Hotel).
.

.

.

Katsuki Bakugou y Uraraka Ochako, ¿acaso era posible colocar una y para unir ambos nombres? ¿Cómo se los podría describir juntos? Agua y aceite; aire y fuego; bella y bestia.

Nadie, jamás, ni en sus más locos sueños podría vislumbrarlos juntos, ni siquiera All Might.

Pero, en cambio, ahí estaban…juntos en intimidad.

Una embestida.

Era de noche, tarde. Todos deben estar durmiendo o en cualquier otra inocente actividad, pero nada parecido a lo que ellos estaban.

Otra embestida.

Él siempre llegaba tarde y se iba tarde, provocando somnolencia en ella al día siguiente. Pareciera que le gustaba dejarla con secuelas después de sus encuentros.

Otra embestida.

Ella inconscientemente esperaba que se quedara a dormir, pero no. Aunque fuera tarde…tarde porque así lo decidía él, quien no se conformaba con solo un encuentro y la había vuelto adicta a eso.

Otra embestida. Bakugou la colocaba en todas las posiciones que se le ocurrieran, pero su favorita sin dudas era cuando quedaban frente a frente, y se besaban y se abrazaban y ella podía recorrer con sus delicadas manos aquella ancha y fuerte espalda. Él era fuego y ella se estaba quemando a gusto.

Le daba unas nalgadas y tiraba de su cabello con fiereza, porque también era rudo en la cama y ella había descubierto que le gustaba ser tratada así.

-¿de quien eres?- le decía al tiempo que enterraba sus uñas en las blancas caderas de Ochako. Ésta gemía mientras aferraba sus manos a la sabana, se sentía desfallecer puesto que ya llevaba varios orgasmos y Bakugou no dejaba la rudeza.

-tuya- le respondió al tiempo que giraba su cabeza hacia él para darle una mirada final.

-joder, sí- fue la inmediata respuesta de éste quien recibió la mirada y se vino dentro y sobre ella. Cayeron jadeantes, intentando recuperar el aliento de inmediato. Debían hacerlo todo con extremo cuidado porque las paredes tienen oídos, o eso solían decir los adultos. De igual manera no olvidaban que tenían una compañera con auriculares por orejas.

Bakugou siempre era más rápido y en cuanto se sentía mejor, se colocaba en pie para comenzar a vestirse y salir lo más pronto de ahí. Antes que ella pudiese decir algo o él volteara a ver ese par de chocolates que tenia por ojos.

Ella se sentaba en su cama, cubriendo su desnudez con la misma sabana que minutos antes apretaba, mientras sentía como el tibio liquido proveniente del rubio ceniza comenzaba a salir de ella. Era todo tan automático.

-¿ya..te vas?- dijo rápida, pero dubitativa. Él se detuvo. Era primera vez que ella decía algo después del sexo. Quizás esta vez él no había sido tan rápido. Otras veces notaba cuando se sentaba en la cama, pero no decía nada o no alcanzaba. Retomo su marcha y salió de ahí como alma que se lleva el diablo. Casi ni se fijo si andaba alguien que pudiera verlo, porque algo dentro de él comenzaba a quemar y eso no le gustaba. Él no estaba disponible para estupideces.

La chica de la gravedad, en cambio, volvió a caer sobre su almohada y toda la culpa recaía en ella. Odiaba ese sentir, porque pensaba que solo ella quedaba sintiéndose así, mientras él se iba de lo más bien a ducharse y dormir sin pensar en nada, sin pensar en ella.

Odiaba cada vez que llegaba el final y ya no se venia una nueva ronda sexual, porque ahí ya no era más del interés de su…¿amigo? ¿compañero? No sabia como referirse a él, porque novios no eran. ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué somos? ¿Qué estoy haciendo? No dejaba de repetirse.

Esta noche habían tenido tres encuentros consecutivos. Parecía que cada vez aumentaban más y más, y ella no sabia de donde le brotaban tantas ganas y semen al rubio. Se sonrojó al pensar esto. Pero le gustaba saberse objeto de deseo de un hombre, porque eso era él, todo un hombre que había hecho de ella toda una mujer. Todo lo había aprendido con él, cada palabra y acción sexual. ¿Él también lo habría hecho todo con ella y solo ella? No se atrevía a preguntar, le temía a esa respuesta más que si Bakugou la dejase hablando sola. Pero, ¿con cuantas podría haber estado antes si ambos contaban con la misma edad? Sintió ganas de llorar, pero no lo haría. No finalizaría esa noche así.

Esta era la tercera vez que se encontraban, o quizás la cuarta. Había perdido la cuenta, pese a que le gustaba llevarla, porque sentía que era lo único que poseía, al no poder contabilizar meses como toda pareja. ¿Cómo habían llegado a esto sin ser novios? Ella no era puritana, sabia que esto pasaba a menudo entre los adultos, relaciones sin compromiso, pero ella lo tenia todo tan idealizado que jamás pensó se vería envuelta en algo así. Y tampoco era adulta, apenas tenia dieciséis años. Además, Bakugou como elegido. Se llevo una mano al rostro instintivamente y notó que aun tenia su olor, y luego recordó lo que le había estado haciendo con esa mano hace unos instantes atrás. Se quedó observándola y sin darse cuenta se durmió. Si había algo en lo que Bakugou era experto, era en dejarla exhausta.

Unas habitaciones más allá, cierto rubio también observaba sus manos recordando para lo que las había utilizado. Ya no solo eran manos explosivas, rasposas y con cayos, ahora también podían tocar una piel tan suave como si de un ángel se tratara. ¿Qué estaba haciendo? ¿acaso se estaba atreviendo a pensar? Él no pensaba, él solo actuaba. Por lo que se dio vuelta en su cama, colocó la almohada sobre su cabeza y se obligó a dormir. Si no contaba con alcohol para sellar su mente, el sueño también era alternativa.

X

Sonaba la alarma y lo que menos quería era dejar de dormir para levantarse, pero no iba con ella llegar tarde a clases.

Su cuerpo era una mezcla de ardor y dolor que una ducha podría apaciguar. Notó las marcas en éste. Caderas, nalgas, pechos, abdomen y cuello, una mezcla de arañazos y chupones. Si él no quería que nadie supiese, ¿por qué se empecinaba en dejar esas huellas?

Era una tortura. Tendría que andar preocupada de que nadie se las viese, en cambio, ella no dejaba rastro alguno en su cuerpo. Perfectamente podría tomarlo otra mujer y creería que es la primera que toca todo eso. Se decía a si misma que la próxima vez dejaría su huella, así como también se decía que el próximo encuentro ocurriría en la habitación de él, así era ella quien lo dejaba después, pero sabia que todo eso era poco probable, antes él la echaría a patadas.

Resopló. Tan temprano y ya pensaba en él y hasta planeaba el siguiente encuentro. ¿En algún momento pararía? Se sentía como una adicta con ese pensamiento.

Le hubiese gustado recoger su cabello en una coleta, pero el leve chupón que cruzaba su cuello se lo impedía.

Bajó a desayunar, estaban casi todos ahí, excepto el hombre de su interés y el pequeño grupo con el que se solía rodear. Conocía su rutina y sabia que no le gustaba compartir con los demás, por lo que se tomaba su tiempo. Para cuando todos terminaban de comer, él recién comenzaba a bajar. Pero ella ahora se encontraba lavando sus dientes con Tsuyu mientras notaba que su falda le tironeaba un poco.

-mm al parecer tendré que redoblar mi rutina de ejercicios porque estoy engordando- mencionó despreocupada mientras ajustaba su falda.

-no creo que sea eso- replicó su amiga- yo te veo igual de delgada que siempre…lo que puede ser es que te hayan crecido las caderas-. Entonces Uraraka cayó en cuenta. Su despertar sexual había traído cambios en su cuerpo. Se sonrojó.

-pero no te preocupes, Ochako. Puedo ayudarte con esa falda a la tarde, sabes que se me dan bien las confecciones- concluyó su amiga sin darle más importancia. La castaña se sintió agradecida y al mismo tiempo mal. Su amiga le ofrecía una genuina ayuda y ella no era capaz de comentarle sobre su ''doble vida''. ¿Cómo actuaria Tsuyu si estuviera en su lugar?

Al salir del edificio donde todos vivían, se percato que los demás ya habían emprendido el rumbo hacia la escuela y unos metros más allá Midoriya junto a Lida la esperaban como era habitual. Sonrió y comenzó su andar cuando sintió como un aroma conocido pasaba por su lado. Era Katsuki, quien además se atrevía a rozar su mano descaradamente. Se quedó inmóvil. Sabia que había sido a propósito. Es decir, tenían todo el espacio del mundo como para que él pasara a sus anchas, pero no; decidió que era mejor pasar a centímetros de ella, inundarla con su varonil olor y, además, rozar su mano. ¿Qué acaso sus amigos no lo notaron? Claro que no, él sabia como actuar y tanto el pelirrojo como el amarillo iban ensimismados en una charla de quien sabe qué. Se decidió a reaccionar y volver a retomar la marcha, antes que Deku y Lida notaran algo unos metros más allá. ¿Por qué hacer eso Bakugou? Definitivamente le gustaba jugar…con ella.

X

Mientras esperaban a Aizawa sensei, Ochako se encontraba amena en una charla junto a Lida.

-uh Uraraka, ¿Qué es eso que tienes en tus piernas?- fue la repentina e inquisidora pregunta de Midoriya. La había estado observando y ni cuenta se había dado.

Observó sus piernas, precisamente la derecha y tuvo que levantar levemente su falda para poder mirar mejor, y ahí lo vio. Un par de rasguños que habían escapado de su conteo matutino. Cerró los ojos con pesar.

-eh…no es nada…tuve comezón anoche y no medí la intensidad para rascarme- abrió los ojos con sorpresa. No podía creer que algo tan bueno y creíble hubiese salido de sus labios tan rápido. Se cubrió lo más que pudo sus piernas con la falda a todo tirar. Instintivamente dirigió su mirada hacia el puesto de Katsuki y, oh sorpresa, él la estaba observando con media sonrisa como si quisiera decir ''esa es mi chica'' por la mentira que había lanzado a su mejor amigo.

-sé más cuidadosa la próxima vez, Ochako- añadió Lida haciendo que ésta devolviera su mirada y concentración a ellos. Él siempre la cuidaba como una hermana.

-sabes, tengo una pomada muy buena para las comezones…podría pasártela más tarde…digo, no pasártela yo por tus pier…digo, ya sabes…prestártela, o te la puedo dar, hace tiempo no la uso- continuo Deku rascándose la nuca con ligereza un tanto nervioso.

-gracias Deku-kun, pero ya pasó- respondió Uraraka con una sonrisa ligera. Volvió a mirar donde el rubio, pero éste ya estaba de espaldas. A veces sentía que alucinaba y se estaba volviendo loca. Quizás el roce de manos, las miradas, todo era una ilusión producto de su necesidad por ser amada. Un momento, ¿ser amada? Bueno, era adolescente y era un deseo propio de, pero ¿por Bakugou? No. Debía ser fuerte. Debía reprimir/eliminar cualquier sentimiento hacia él a menos que él manifestara algo hacia ella más allá de calentura. Por fin llegó Aizawa sensei y la lección pudo comenzar, así ella podía pensar en otra cosa.

Una vez en el comedor, todos hambrientos devorando sus almuerzos, comenzaron también a platicar de cualquier cosa. Villanos, combates, tácticas, distracciones, amistades, amores.

-¿supieron sobre la nueva pareja que se formó en último año? Lo escuché, ya saben- Jiro fue la primera en lanzar la piedra y cambiar el tema.

-infames, tienen las hormonas a todo dar y…les resulta- agrego Mineta hastiado. Se sabia que era el principal hormonal de su clase, pero hasta el momento no le servía de nada.

-yo supe que Aizawa y All might les dieron una clase ''especial'' a esa generación, debido a la creciente formación de varias parejas amorosas…pero nadie quiere contar sobre qué trató esa clase…al parecer se la dan a cada generación dependiendo la cantidad de amores que vayan surgiendo- comento bien informada Mina.

-pues entonces jamás tendremos esa clase- agregó con seguridad Todoroki. Todos se miraron entre ellos y estuvieron de acuerdo. Hasta el momento no sabían de ninguna pareja que se estuviese formando entre ellos, todos eran demasiado tímidos o inseguros o quedados para eso. O eso creían.

-quizás alguien debería fingir para que pudiéramos tener la bendita clase- agregó divertida Tsuyu- quizás esos podrían ser Izuku y Ochako- añadió pícara pensando que así podría ayudar a sus amigos con su sentir mutuo, solo que ella no sabia ese sentir había dejado de ser mutuo hace tiempo.

-como si necesitaran fingir- se precipitó Kirishima con un tono bromista. Todos rieron por lo bajo, si había algo que les gustaba hacer era molestar a esos dos. Ninguno nunca se había molestado y habían dado indicios en el pasado de que les gustaba el otro, por eso quedaron en la memoria de todos como la más posible futura pareja de la generación, solo que no sabían cuando se atreverían a dar el paso, pero ya todos los veían teniendo su primer beso juntos y algo más, quizás hasta casados y con hijos. Los aludidos abrieron los ojos, se miraron mutuamente y luego siguieron comiendo. Izuku más sonrojado que Ochako. Pero había una tercera persona que también había alzado la vista cuando su amigo habló. Lo fulminó con su mirada por haber alentado esto, pero su amigo ni por enterado se dio.

Odiaba eso, odiaba que todos le pintaran un futuro perfecto a Midoriya, pero ahora además odiaba que le pintaran ese futuro junto a la chica que el había hecho mujer. ¿Qué acaso no podían verla con otro hombre? Quizás con él, o pensar en él como pensaban en Izuku, pero él con Uraraka. ¿Qué estaba pensando? Mejor se paraba y se largaba de ahí. Todos eran tan pendejos e idiotas para él. Pero la necesidad de seguir escuchando fue más fuerte.

-ya déjenlos en paz- intervino Momo- por cierto, Ochako, no te lo había dicho, pero creo que últimamente estas muy linda…más de lo usual- ahora si que Uraraka terminaba de hundirse en su asiento.

-por favor Momo no me ayudes tanto- le decía con una gota de sudor corriendo por su sien.

-es mi deber como amiga hacértelo saber, estoy segura tu harías lo mismo por mi…y ya que ninguna de estas bestias tiene los cojones para decírtelo- dijo mirando a todos los chicos. Nadie se dio por aludido.

¿seria cierto? ¿realmente se vería más linda, tanto como para que su amiga lo notara? Y si era así, ¿a que se debía? ¿seria él? ¿seria el sexo…o amor?

Bakugo por su parte sonrió para dentro satisfecho, después de todo tenia ''buena mano'' porque tenia a Uraraka radiante.

-pues yo sí me atrevo a decírtelo Ochako…estas bellísima, pero siempre lo has estado para mi, eres…- Bakugo estuvo a punto de darle un golpe certero al enano entrometido de Mineta, pero Lida, que estaba más cerca fue más rápido.

-ya Mineta, a las damas se les respeta- dicho esto todo concluyó en el casino.

X

Ya era de noche y Ochako se encontraba sobre su cama. Había terminado con sus deberes y sinceramente ya había tenido suficiente por hoy, pero ella no sabia que su turbulenta historia esta recién comenzando.

Tenia tantas preguntas en su mente, partiendo por la principal: ¿Qué estamos haciendo? Y es que realmente Bakugo ocupaba el 95% de sus pensamientos. No sabia si dejarse llevar sin cuestionamientos o exigir respuestas. ¿Qué haría él? Luego pensó en sus padres y en lo decepcionados que se sentirían si supieran que su hija no llegaría virgen al matrimonio, como se lo habían enseñado, y que lo más probable era que no se casara con el hombre a quien le había entregado su pureza. Fue sacada de este pensamiento abrumador por un toque en su puerta.

Ahí estaba frente a ella Izuku, sonriente, pero nervioso como casi siempre que debía interactuar con ella de forma cercana e intima. Agradeció por él y su repentina interrupción, puesto que la sacó del pensamiento en el que estaba cayendo.

-sé que dijiste que ya había pasado, pero prefiero dejártela de todos modos…te puede ayudar a prevenir- le dijo extendiéndole un pequeño frasco. Era la pomada para su comezón inexistente. Ella solo pudo sonreír agradecida por la preocupación y cariño del buen amigo que le había tocado.

-gracias Deku, de verdad- se quedaron ahí unos segundos. No sabia si él pretendía que lo invitara a su habitación o que.

-quieres…- estaba por hacerle el ademan de invitación.

-no te preocupes…aun no termino mis deberes y no quiero atrasarme…así que, buenas noches Uraraka-san- se despidió alzando la mano. Se fue y ella cerró la puerta, dejando la pomada sobre el cajón más próximo. Se iba a dirigir a su cama cuando sintió que alguien entraba a su habitación veloz como un ninja. Apenas se giró sobre si misma cuando vio al rubio ceniza sobre ella.

- no vas a tener nada de ese idiota en esta habitación- le dijo bruscamente mientras tomaba la pomada y la destruía con una mini explosión.

-¡¿Qué has hecho?! Ahora no podré devolverla y qué le diré a Deku…-

-le compras otra y ya está, para que tantas explicaciones a ese imbécil-

-no pienso comprar algo que no destruí- a Bakugo no le gustaba tanta charla y menos a nombre de Midoriya, por lo que no encontró nada mejor que besarla brusca y posesivamente.

La atrajo a él para empezar a manosearla, pero por primera vez Uraraka fue fuerte, rápida y se desprendió de su abrazo.

-esta noche no puedo, me ha bajado el periodo- dijo secamente, pero aun así con un dejo de vergüenza por confesarle algo tan intimo.

-ingenua, crees que eso me detendrá- se miraron unos segundos. Dos chocolates se enfrentaban a dos llamas, y comenzaban a derretirse. Él la volvió a tomar y ella ya no opuso más resistencia. Y así fue como cumplió con su palabra. La hizo suya y la deseó aunque no estuviera en su mejor momento. Sentía que ya no había nada intimo que no compartieran si él la había tratado de igual manera aunque estuviese sangrando.

Pero cuidadoso Bakugo no era e hicieron un desastre en las sabanas de ella.

Genial, pensó Uraraka, ahora tendré que volver a lavarlas igual que anoche luego de manchar con los fluidos de él.

Una vez que finalizaron, Ochako ni se preocupo de recobrar el aliento o esperar a que él comenzara a ponerse en pie. Simplemente habló.

-Kacchan, ¿Qué somos?-

Silencio.

-Ka…-

-no me llames así…y no somos nada-

-esto no es nada- estaba determinada.

-esto se llama sexo casual-

-ves que todo tiene nombre- el rubio chasqueo la lengua hartado.

-¿Por qué las mujeres siempre quieren nombrar todo? Arruinar todo-

-si no vas a ser capaz de darme respuestas, entonces ya no quiero más sexo casual contigo- estaba siendo tan ruda como podía, como cuando se enfrentaron. Odiaba ser tan seca como él para referirse a ellos, odiaba usar la palabra sexo y más aun acompañado de casual, pero si quería comunicarse con él, tendría que utilizar sus propias palabras. Aunque para ella todo era hacer el amor.

-claro y así puedes aceptar regalitos del inepto ese, y dejarlo pasar a esta habitación- los había estado observando.

- es mi amigo, mi mejor amigo- respondió dándole énfasis a la palabra mejor- así que no hay nada de malo en lo que pasó-. Diablos, esa castaña le estaba dando pelea, sentía su paciencia a mil por hora, sus venas hincharse, pero al mismo tiempo era tan excitante que se parase frente a él y no desistiera.

-con un demonio, esta bien!- en parte gritó. Ojalá nadie anduviese cerca- somos amigos- le dijo observándola de frente con los ojos encendidos- amigos con MUCHOS derechos- aseveró apuntándola con el dedo mientras ella de pie se reclinaba levemente hacia atrás.

Eso la dejaba conforme…por ahora.

.

.

.

N/A: esa última imagen la visualice como la imagen del Joker apuntando a Harley. Si no la han visto, búsquenla.

Después de leer una montonera de fics sobre esta pareja-dispareja me anime a volver con uno. Es que no puedo evitar que mi mente corra a mil e imagine una historia o quiera cambiar/añadir en las historias que he leído, por eso que mejor crear algo con mis propias reglas.

Por ahora partí suave, o eso creo, pero se vienen muchos celos, peleas y lemon, así que si no se sienten preparados, mejor no sigan (aunque ya deben hacerse grandes).

Fans de Kacchako se que están por ahí y son muchos, así que espero les guste mi contribución y si tienen algo que decir no sean tímidos, todo será tomado en cuenta.