Romeo y Julieta – Versión K-ON!

¡Hola a todos! Aquí comienza mi primer Fic en esta web. Antes de comenzar con la historia, tengo que comentar varios aspectos: Primero, este fic sera una adaptación de un anime llamado "Romeo x Julieta", habrá cambios (logicamente, ya que habrá yuri y no voy a relatar todo exactamente xD), pero el argumento será el mismo o mantendrá muchos parecidos (para los que vieron el anime, el primer capitulo les resultará familiar, pero, en serio, habrá cambios). También nombro que os sorprenderéis(para aquellos que no vieron el anime), ya que dicho anime no sigue la novela de Shakespeare, y habrá mucha fantasía :3 .

Segundo, como ya dije, habrá YURI (de mi pareja favorita de "K-ON!") entre Ritsu y Mio(quizás habrá otras parejas, pero eso ya se verá :D) .

Tercero, las actitudes de los personajes variaran un poco y lógicamente, el canon variará.

Y Finalmente K-ON!No me pertenece,ni me pertenecerá al igual que Romeo x Juliet.


En una región flotante del tamaño de un continente, hay una ciudad llamada NeoVerona, donde vive una civilización muy grande, en la cual tenían todo tipo de sustentos para poder vivir y en donde... la civilización cayo en la estupidez del amor terrenal y el dinero.

1º Capitulo: El inicio

Era invierno en Neoverona, había fuertes vientos mezclado de una blanca nieve que azotaba a toda la región, en especial en un castillo, una gigantesca fortaleza, donde en una habitación de una de las torres, un charco de sangre bañaba el suelo de dicha habitación. Un hombre sostenía una espada, cuyo mandoble tenía un escudo rojo, perteneciente a una gran familia de NeoVerona, Los Montesco, en concreto, era el cabecilla de familia. La persona que yacía en el suelo era una mujer de cabellos negros y justo a su lado un hombre que vestía un traje casual con bastantes detalles de piedras preciosas.

-¡Maldito montesco! Como te atreves a desafiar... ¡A la familia Capuleto y a Escala! -Dijo el hombre que estaba jadeando al lado de la mujer muerta.

- ¡Jamás os reconoceré! - Decía el montesco a la vez que clavaba su espada en el pecho de ese Capuleto.

Unos momentos antes, dos niñas, de 8 y 10 años respectivamente, iban caminando por el pasillo, agarradas de las manos. Se dirigían a aquella habitación... donde surgió aquel horroroso suceso. Las chiquillas no pudieron evitar ver como la espada estaba atravesada en el capuleto.

- Papa... -Dijo la más pequeña shockeada al ver la escena,lo que hizo que los malhechores que había en la habitación se decataran de su presencia.

- ¡A por ellas!¡Qué no escapen! - Gritó el montesco con ira,señalándolas para que las matasen.

La más mayor de las niñas cogió de la mano a la pequeña, diciéndole palabras para consolarla ante la trágica escena que vio, mas se vieron acorraladas cuando otros guardias le impidieran el paso, era el fin... Sin embargo... un audaz guerrero les ayudó cogiendo a ambas niñas y lanzarse por la ventana mas próxima, cayendo al vacío, donde allí les aguardaba un fugaz corcel, un pegaso, que les facilitó la huida.


10 Años más tarde~

Las calles de Neoverona transitaba todo tipo de gente, pero, en una pequeña plaza, había una agrupación de masas de gente, observando como unos soldados habían capturado a una muchacha, debido a una declaración anónima diciendo que pertenecía a los Capuletos. Si, tras aquel horroroso día, donde asesinaron al Rey de Neoverona, el cabecilla de los Capuleto, los Montesco alcanzaron el poder, comenzando un reinado, donde las clases altas tenían el poder y el pueblo vivía en la miseria. Sin embargo, aun quedaban supervivientes de los Capuleto, por lo que había un decreto real que consistía en que todo Capuleto tiene que morir.

Volviendo a lo de la muchacha, iba a ser matada en esa misma plaza, donde su querida madre gritaba que todo eso que decían era mentira y suplicaba que la liberaran, mas no surtía efecto, esos soldados recibían ordenes y como perritos del gobierno que eran, se disponían a matar a dicha chica, pero de repente...

- ¡ALTO! -Gritó una voz totalmente desconocida y desde unos tejados,un enmascarado saltó hacia la plaza - Antes de matarla, tendréis que enfrentaros a mi - Dijo el desconocido desenvainando su espada, y sin dudarlo, se abalanzó contra los guardias.

Este desconocido llevaba una capa negra junto con una vestimenta de colores azulados oscuros y su rostro era cubierto por un antifaz negro junto con un sombrero que tapaba gran parte de su pelo negrizo.

- ¡Es el torbellino Negro! -Decían las masas de gente.

Sorprendéntemente, ese torbellino combatía contra los guardias de una forma en que no los hiriera gravemente, dándole con la parte plana de la espada o directamente pegándoles a base de puñetazos o patadas. Surtió efecto, los guardias fueron vencidos, sin embargo, venían refuerzos, por lo que no le quedó mas remedio que correr por las calles, porque total, su objetivo, salvar a la chica, fue un éxito. En su huida tuvo la ayuda de un compañero suyo, también oculto con una capa, que soltó a los guardias unas bombas de humo con lo que les ralentizaría. Ambos corrieron por las calles de Neoverona a toda prisa.

- Muchas gracias Ui-san, necesitaba algo de ayuda -Sonrió el enmascarado negro a su compañera.

- De nada, de nada, pero ahora me desvió por aquí, así dividiremos a los refuerzos restantes – Acto seguido Ui se metió por una callejuela con el propósito de despistarlos.

El torbellino negro siguió corriendo por las calles, intentando despistar a los guardias, pero, para su mala suerte, se topó con otra compañera suya, la cual, nada mas verla le saludó, haciendo que los guardias se percatasen de que era compañera suya, por lo que no le quedó más remedio que arrastrala con él.

- ¡Eyyy! ¿Qué pasa aquí? -Dijo exaltada la amiga del torbellino negro.

- Te lo contaré después, mugi-chan -Dijo jadeando el enmascarado el cual volvió a correr.

La pareja se dirigía a una bifurcación donde en el medio y medio había una patrulla de soldados. El enmascarado no tuvo más remedio que ir a noquear a los soldados.

- Por la derecha.. -Le susurró el enmascarado a Mugi.

Y así fue, tras noquearles se dirigieron por la derecha.


En otra zona de Neoverona, una zona bastante elevada, donde los de clases altas tomaban su té u otro tipo de manjares, dos personas observaban lo que ocurría, debido a que había mucho escándalo en la ciudad.

- Ya están de nuevo con tonterías los pueblerinos -Dijo una joven de pelo marrón,conun largo cabello y ojos del color de la caoba,pero que sin embargo,vestía como unhombre.

- Creo... que necesitan ayuda... -Dijo el joven que la acompañaba. Su atención en todo momento era a aquella pequeña figura negra, que corría ágilmente y sutílmente por los tejados. Por lo que, acto seguido y sin dudarlo,se levantó de donde estaba sentado y se dirigió hacia su pegaso.

- ¡Corre Sawako-san! ¡Necesitan de nuestra ayuda! - Grito a sucompañera mientras que se montaba.

- ¡Ieieieiei! ¡Espérame! ¡Además, creo que no es buena idea!- Dijo cuando fue corriendo a su lado a coger también su pegaso.

[N/A: Si, en esta historia, además de caballos, hay pegasos, le da un toque de fantasía xD]


Mientras tanto, las chicas estaban en apuros, ya que tras desviarse, se toparon con un camino sin salida, bueno, había una salida, saltar al vacío. El enmascarado pensó alguna solución de huir de allí antes de que llegaran los guardias, mas era tarde, ya estaban enfrente de ellos.

Para mala suerte, la plataforma en la que estaban se desmorona, haciendo que caigan al oscuro vació... Sin embargo, un fuerte ruido de revoloteo de alas hace que la esperanza regrese, y así, como una centella, el apuesto chico recoge del brazo al enmascarado negro. Rápidamente el enmascarado alza la vista y ve a un apuesto chico que le miraba directamente con sus ojos de color ámbar que se conectaron con sus ojos grisáceos... haciéndoles sentir, que se verían próximamente, como si el destino los volviera a juntar.

- ¡Woah! Si que eres fuertes, pudiste contra esos soldados - Se reía mientras le mandaba una sonrisa el jinete del pegaso.

- ¡Suéltame... ! - Le dijo el enmascarado,ya que se había fijado que era noble.

- No puedo~~ -en un tono molesto- eso va contra mis propias leyes -Le dijo con un tono tierno.

El enmascarado ignorándolo (y por un momento con un leve rubor en sus mejillas), buscó la mirada de su amiga Mugi, que por fortuna estaba con otro jinete de pegaso, que parecía ser amigo de este molesto jinete. Por consiguiente, ambos pegasos se alejaron de la zona, dejando a los guardias atrás y sus grotescos gritos.

Estuvieron volando hasta llegar a una zona en ruinas, donde aterrizaron sin problemas. Al instante de que ambos pegasos estuvieran en tierra, el enmascarado bajo, dándole la espalda a sus héroes.

- ¡Ey! Al menos podrías darnos las gracias -Dijo el jinete que llevó al enmascarado poniendo un puchero.

- ¡No tengo porque dároslas! Si de verdad queríais ayudar, tendríais que haber rescatado a la muchacha de la plaza -Dijo el enmascarado en un tono serio.

- ¡Pues entonces os ayudaré para la próxima! -Le dijo mientras le sonreía

El enmascarado vio esa faceta, lo que no pudo evitar sonrojarse un pelín, ya que, ninguna persona que no fuera su amiga le había ayudado así. Además se fijo en como era su "héroe", llevaba un traje de colores azules claros junto con algo raro que no suelen llevar los hombres, llevaba una diadema de color negro, con lo que hacía ver esa frente que tenía.

- Etto... Gracias -Dijo en voz baja el enmascarado y cogiendo a su amiga,se fueron de nuevo cara la ciudad.

Al irse la pareja, Sawako no pudo evitar fijarse en su acompañante, estaba feliz de poder haber ayudado.

- Esto, Ritsu, ¿No crees que te has precipitado un poco? -Le dijo en un tono preocupado.

- ¡Naa! Creo que le volveré a ver. Venga vayámonos. - Y alzaron con sus pegasos de nuevo a aquella zona de la nobleza.


Por otro lado, la pareja se reencontró con aquella chiquilla que le había ayudado a huir.

-¡Lo has hecho muy bien Mikio-kun! -Dijo Ui haciendo el signo de la victoria

-¡A ver si para la próxima vez no me llevas por delante Mikio-kun, además, te dijeron que no llamases tanto la atención! - Le sermoneo Mugi a el ya no tan enmascarado joven.

- ¡Lo siento , lo siento, pero tenía que hacerlo! Además, para la próxima no me saludes, que así ya no te descubren -Dijo entre risas, mientras se quitaba ese antifaz y sombrero, con lo que permitía ver a un joven de pelo corto y negro,con una tez blanca de piel y esos ojos grisáceos.

- Venga, regresemos a casa - Dijo Mugi

Durante el trayecto hasta su hogar, iban hablando sobre lo acontecido en la ciudad: de como Mikio combatió contra aquellos malvados soldados y, sin lugar a dudas, hablaron de sus héroes que les rescataron, mas Mikio quería evadir el tema, no le resultaba muy gracioso que unos nobles les hubieran ayudado.

Ya a casi llegar a su destino, entraron por una torre en ruinas, que conducía a una gran plaza con un "pequeño castillo", ese era su hogar, laresidenciadelosShizuchi.Los Shizuchi es una familia rica que se caracterizan por ser durante largas generaciones famosos dramaturgos de Neoverona, es por ello que tenían un gran escenario de teatro, el cual es muy famoso y vienen entidades de todos lados.

El grupo se encontró con el que es la cabecilla de dicha casa y teatro, Aika Shizuchi.

- ¡Holaaa Aika-san! -Saludó enérgicamente Mugi.

- ¡Ainnnnnnns! ¡Siento que mis obras nadie las comprenderá! -Sollozaba Aika ,al ver que la obra que estaban interpretando no tenía mucho público a la vez que ignoraba el saludo que Mugi le dió.

- ¡Normaaaaal~! Tus obras son algo aburridillas -Decía Ui entre risas,por lo que llevó un golpe por parte de Mikio.

- No le digas eso, que ella está poniendo muchas ansias en sus obras

- ¡Ay! Mikio, tu si que me comprendes! -Decía Aika en un tono de gratitud-Además, te has vuelto un galán, debes de ser el centro de atención de todas las damas de Neoverona -Le guiña un ojo Aika.

- Ettooo, creo que será mejor que nos vayamos -Dijo Mikio al instante que se llevó a los otros dos, aunque, de todas formas, lo que le esperaba,no era mejor.

Al ir subiendo las escaleras para llegar hasta su casa se toparon con una puerta, la cual abrieron, accediendo ya a la cocina de su hogar. Allí les esperaban 3 personas, donde una de ellas, les recibió de una manera especial...

- ¡MIKIO! ¡Ya has vuelto a hacer una de las tuyas! -Le gritó un hombre un tanto mayor

- ¡Anda! ¡Si están aquí Yui y Nodoka! -Mirando a las dos personas que estaban detrás de aquel anciano.

- ¡Pero bueno! ¡No me ignores! ¡Qué se que has vuelto a armar escándalo en la ciudad! -Le volvió a gritar y cada vez más enfadado

- ¡Pero abuelo! Él ha vuelto a sal... -Fue interrumpido con otro grito de ese anciano.

- Nee neee, tranquilo Conrad-Sama, seguro que todo salió bien -le animó Yui-

- Ya, ya, pero si no le paramos ahora Yui-san, podría suceder que... -Paró, cuando se fijó que Mikio se había escapado de su regañina- Maldito mocoso... -dijo entredientes.

En la habitación de Mikio le acompañaba Mugi, la cual le estaba preparando una muda después de tanta "fiesta" que tuvieron hoy.

- En fin, hoy pasaron todo tipo de cosas, ¿Verdad? -Comentó Mugi

- Si... -dijo Mikio- nunca me imaginé que un noble nos ayudaríaPensó

- Te notó algo enfadada...bueno, debemos agradecer de que nos ayudara.-Dijo Mugi acercándose a él.

- Anda siéntante, que voy a cepillarte el pelo -Le indicaba Mugi con sus manos para que se sentase en la banqueta más próxima al espejo de su habitación.

- Está bien. -Dijo y llevándose su mano a la parte de su nuca deshizo una trenza apenas visible con lo que hizo que cayera una hermosa cabellera negra.

- Eres hermosa, Mio-chan. -Sonrió Mugi cuando empezó a cepillarle el pelo.

Si, Mikio en verdad era una mujer oculta en un hombre, las razones, ni ella misma lo sabía...


En otro sitio de esa enorme ciudad, un hombre con una gran capa con atuendos oscuros y de anciana edad, observaba una competición de pegasos mientras tomaba un vaso de vino. Esa persona... ocultaba muchos secretos... entre ellos, uno que abarcaba a su hijo.

- Mercucio, ¿Sabes donde está mi hijo? Tengo que hablar con él -Decía aquel hombre con una grave voz.

- No lo sé su majestad, debe de estar haciendo el tonto volando por la ciudad -Señaló

- Estoy aquí Padre -Apareciendo de un lateral,aquel chico, que salvara esa misma tarde a un gran héroe de Neoverona.

- Muy bien, Ritsu, dime, ¿Qué estuviste haciendo?

- Pues, estuve pensando... que cuando llegué a ser Rey, escucharé lo que me diga mi pueblo

- No, Ritsu, debes entender una cosa, fíjate en los pegasos, ellos sólo observan un único camino, el que conduce al bien, a la exaltación de sus poderes, y para ello necesitan de la ayuda del hombre. Es por eso... que debes aplicar lo mismo para la naturaleza del ser humano. Debes de ser el látigo que controle la la civilización y guiarlos por el buen camino. Y ahora, ha llegado Hermione, la hija de un político muy importante, ella será tu prometida.

- Pero... pero padre, ¿Ella sabe que...? -Toltamente sorprendido-

- Si, pero tu sabes, que para ser rey, tienes que gobernar como un hombreno puede haber ningún impedimento, así que, no me deshonres. -Dijo y con una señal,mandó traer a aquella muchacha

Ella era rubia, con unos ojos azules, por su vestimenta, se podía decir que pertenecía a una familia muy adinerada. Sin embargo, al príncipe no le atraía, no sentía ese algo, ese sentimiento fuerte...

- Ritsu, por favor, guíala y ayudale en lo que ella te pida -Ordenó su padre

- Si, Padre. - Se volteó hacia la chica tendiéndole la mano,con un poco de mala gana- Por favor, sígame- Y ella le cogió de la mano.

- Espero no ser un impedimento... -musitó la chica.

- Para nada- Le sonrió un poco triste, ya que,su padre le había comprometido-pero.. por favor, guarda el secreto de...

- Si, tranquila – Le devolvió la sonrisa y acercándose un poco más -Guardaré el secreto de que en verdad eres una chica -Le susurro de forma provocativa lo que estremeció a Ritsu y continuaron con su trayecto.


En el hogar de Mio, se estaba dando una pequeña "revolución". Una de sus amigas del teatro de Aika iba a ir a un baile real con su amante, y no sabía que ponerse, además de que tenía vergüenza de ir solamente con su amante. Así que sin dudarlo, le pidió a Mikio (ya que ella no sabía que en verdad era una mujer) que le acompañase.

- ¿¡Quéééééé...! ettooo, no puedooo, yo... yo... -Se ruborizó al solo pensar que llevaría una prenda que nunca en suvida llevara,un vestido, ya que siempre vestía como un hombre.

- Vengaaaaaaa. Mikiooo, que sé que aunque seas un hombre, podemos ponerle solución - Le guiño un ojo pícaramente.Y sin dudarlo,le empujó adentro obligándole poner un vestido.

Pasaron unos minutos, y la chica se impacientaba, quería saber como le quedaba. Por lo que rápidamente abrió la puerta de par en par y vio a una hermosa mujer. No se creía que a un hombre le quedara también un vestido, además, NO SABÍA QUE TENÍA EL PELO LARGO.

- ¡GUAUUUU! ¡Te queda hermoso el vestido! Asi que decidido, ¡Te vienes conmigo!, solo dame un segundo que voy a por unas cosas -Dijo mientras salía del cuarto.

Mio no se creía lo que veía, ¡Llevaba un vestido!. Para comprobar si era cierto lo que veía, se pellizco. Sí, sintió dolor pero a su vez una felicidad inmensa. Siempre quiso poder llevar estos atuendos, mas no sabía el porque, pero siempre tenía que ir de hombre, así que siempre le preguntaba a su mejor amiga Mugi el porque tenía que ir de hombre y siempre le respondía con un : "Cuándo tengas 18 años lo sabrás todo". Sus ganas de saber quienes eran sus padres, el porque vivía en la casa de un famoso dramaturgo, el porque engañaba a todos siendo un hombre,... se aclararía todo mañana, ya que... era su cumpleaños y cumpliría los 18. Sin embargo, en esos momentos no estaba pensando en eso, sino en como gozaba el poder sentirse mujer.

De repente, un hombre de mediana edad interrumpe su mundo de fantasías llevándola al real.

- ¡Mi amor! Vayamonos, que nos es tarde~ El baile esta apunto de empezar -Dijo mientras le agarraba del brazo y se la llevaba sin poder decir que se equivocaba de persona.


Mio iba en un carruaje con aquel hombre, que solo le hablaba de su vida, de como consiguió vender unas propiedades que.. ¡Bah! La verdad es que no interesaban. Mas no todo era aburrido, ya que observaba las calles en plena noche y lo mejor de todo... ¡Tuvo el honor de poder entrar en el castillo!.

Después de que el carro se parara, ella bajo junto con el amante de su amiga, observando la gran cantidad de gente que había y como estaba todo iluminado, era fabuloso.

Sin mas dilación, ambos entraron dentro del castillo. Allí había gente de clases altas, banquetes, orquestas, gente que bailaba, había de todo.

Sin embargo, a la de ojos grisáceos, le sonaba todo, como si en verdad hubiera estado allí, hasta que le vino unos recuerdos a la cabeza, en donde veía a un hombre en un balcón, que parecía tener muchos poderes, agarrando la mano de una dulce niña de pelo negro y... ojos grisáceos. ¿Era ella aquella persona tan pequeñita? ¿En verdad estuvo allí de pequeña? Y lo más importante... ¿Que hacia ella ahí? Fueron todas esas preguntas las que se le pasó por la cabeza, y entrando en un estado de confusión y aprovechando que "su amante" no estaba, salió corriendo de la sala principal, dando a los jardines.

En esos jardines, había millones de flores bonitas y una fuente... que la atrajo, se sentía atraída, por lo que se acerco, arrodillándose a la vera de la fuente. En ella había muchas flores que habían caído, mas solo una hizo que la recogiera de esas aguas frías, una flor blanca, blanca como la nieve, que si cayera algo de sangre, se teñiría de rojo. Era un lirio. Lo observaba tan fijamente, tan sumamente, que no se dió cuenta de que una persona, se acercaba.

- Disculpa... ¿Se encuentra bien? -Dijo, aquella persona ,de ojos color ámbar y que usaba aquella diadema negra para recoger el flequillo.

Mio, rápidamente se gira, y a su sorpresa, se encuentra con aquel chico, aquel chico que la salvó, que hizo pensar en él gran parte de la tarde...

Por parte de la otra muchacha, se sorprendió ante tanta belleza nunca antes vista, nunca la había visto, quería conocerla, su corazón lo deseaba. Sus miradas se habían cruzado y en sus mejillas se teñían de un leve rojo, ya que, transmitían un sentimiento, nunca jamás sentido, que nunca creyeron que caerían en él. Era amor. Un amor predestinado.

Mientras ellos aun seguían con aquella intensa mirada, el viento soplaba, llevando de la mano, aquel Lirio que hizo que les uniera.

FIN 1º CAPITULO:INICIO

Y aquí acaba el primer capitulo! Espero alguna review _ y tranquilos! Hay cosas que quedaron en el aire, pero se irán descubriendo jijijiji.