Título de la Obra: Episodios, memorias de Britania

Título del Capítulo: Llegada de Galahad a Britania

Personajes del Capítulo: Galahad, Arturo, Gawain y Tristán.

Notas de la Autora y Advertencias: Retomo el tema, esta vez con un formato diferente. No será un unitario pero tampoco llevará un hilo argumentativo: cada capítulo relata distintos episodios en las vidas de los caballeros u otros personajes relacionados, llana y simplemente eso. No sé cuánto durará, pero por de pronto haré lo posible por mantener un orden cronológico. Tampoco habrá una extensión determinada para los capítulos, habrá algunos medianos como este, otros largos y otros muy cortos. Hablaré de cuantos personajes me sea posible, pero es probable que predominen Tristán, Gawain y Galahad por ser éstos los personajes que más me gustan. Empiezo por la llegada de Galahad a Britania, como indica el título, y su iniciación como caballero. No sé con qué seguiré después, pero pueden hacerme algún pedido o sugerencia en los reviews, aunque no prometo nada. Por supuesto, los personajes no me pertenecen y me esforzaré en no inventar ninguno. En cuanto a las advertencias, por el momento no tengo planeado relatar nada de contenido exclusivamente adulto y en el caso de que me meta con eso, con la homosexualidad u otro tema que pueda generar incomodidades, pues, avisaré al principio del capítulo en que lo haga. Eso es todo, ahora, lean y disfruten. Por cierto, todos mis fics de esta película están escritos con en vez de con vos porque me siento más cómoda, supongo que no puedo imaginarme a un caballero tratando a otro de vos. Pero si prefieren que retome mi estilo acostumbrado, pueden pedirlo en los reviews, y si son muchos pedidos, puedo cambiarlo. Ahora sí, ya está.

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Galahad pensó: quiero volver a casa.

La habitación en la que el guardia romano lo había dejado estaba oscura. Esperaba. Pero no sabía a qué. O a quién. Sus delgadas piernas de sólo 12 largos inviernos temblequeaban. Entonces, una cortina fue hecha a un lado y lo vio.

El llamado Artorius era mucho más alto que él. Su capa roja era resplandeciente y su rostro tajeado infundía respeto. No temor. Respeto. Le extendió la mano.

-Tú debes ser Galahad. Yo soy Artorius Castus, pero mis caballeros me suelen decir Arturo y así puedes hacerlo si lo deseas.

Galahad titubeó. Finalmente estiró el brazo para estrechar su mano. Sintió su fuerza y, de algún modo, su corazón agradeció que éste fuera su capitán y no otro. No obstante, cuando lo soltó, su mente retomó las palabras "mis caballeros"... ¿Cuántos serían? ¿De qué edad? ¿Se burlarían de él por ser el más chico? ¿Estaría siempre solo ahora que había dejado a sus amigos atrás, en Sarmatia?

-Ven, te presentaré.

El niño dio un paso atrás, hacia lo oscuro. Arturo se mostró preocupado y se acercó, nuevamente ofreciéndole su mano.

-No tengas miedo. Los caballeros te acogerán bien: son buenas personas, puedo poner las manos en el fuego por ellos y, pronto lo verás, ellos las pondrían por ti. Ven, les diré tu nombre y ellos te dirán el suyo. Quiero que te sientes junto a Gawain. Se llevarán bien. Ven, ya verás.

Aún dudando, Galahad se dejó conducir hasta un recinto amplio, cuya luz era tan intensa que le cegó por un instante. De pronto, estuvo frente a frente con 12 caballeros, mesa redonda de por medio.

Galahad pensó: ¿Mesa redonda? Nunca antes vi una mesa redonda.

Aunque se olvidó de eso para recuperar su miedo a los desconocidos. Galahad era un niño valiente, pero si había algo que lo asustaba enormemente, era la gente. No le gustaba conocer personas nuevas, él estaba contento en su pueblo, con su familia, con sus amigos, detestaba tener que estar allí. Quiso morderse un labio pero los nervios se lo impidieron.

-Caballeros. –Dijo Arturo, con su voz clara y poderosa. –Este hombre que ven aquí es Galahad, su nuevo compañero. Preséntense ante él, por favor.

Uno a uno los caballeros fueron presentándose, algunos casi tan niños como el propio Galahad, y acaso haya sido por el terror, pero se aprendió los nombres de todos en el primer momento que los oyó. Dos personas le llamaron la atención: una un adolescente bien formado, cuyos ojos brillaban extrañamente, parcialmente ocultos bajo sus cabellos oscuros, y dijo llamarse Tristán; otra que le llevaría no más de tres años, un poco más robusto que él, con un cabello corto, rubio y enrulado, y dijo llamarse Gawain. Al acabar de hablar el último caballero, Galahad observó a Arturo con timidez y, tras una mirada de asentimiento de éste, se dirigió hacia Gawain, como le había sido indicado. Se sentó junto al muchacho con los ojos fijos en la curiosa mesa y se quedó callado.

Arturo dijo unas palabras de bienvenida y luego fue traída la comida. Se extendió un murmullo suave y Galahad se entumeció de tal modo en su silencio que casi no podía comer. Gawain le dio un codazo para llamar su atención, mirándolo con inocencia.

-Oye, tú, el nuevo, come algo, hombre, o te va a hacer mal.

-Es que yo...

-¿Qué?

-No, nada. –Y levantó el tenedor con la intención de comer, pero Gawain volvió a hablarle.

-Así no, que no ves que es pollo. El pollo se come así. –E hizo una demostración, tomando un trozo con las manos y mordisqueándolo.

-Pero yo...

-Vamos, no seas tímido, Gala... ¿Cómo era?

-Galahad.

-Eso. Gala... Gala... no me sale.

-Galahad. Ga-la-had.

-Ah, ya. Galahad.

Galahad asintió sonriendo. Gawain le parecía simpático. Extraño, pero simpático.

-Y tú eres Gawain, ¿Cierto?

-Ajá. Gawain, valiente guerrero del este. Llevo aquí unos cuantos años ya... y aprendí a comer pollo correctamente, así que hazme caso.

Galahad volvió a sonreír, esta vez un poco más suelto.

-Está bien.

Dio el primer mordisco.

Galahad pensó: qué bien sabe. Y el resto fue una noche más entre compañeros, una entre tantas que vendrían después.

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PD: Lo olvidaba, que si me confundo con algún dato de la película o incluso de las leyendas, porque admito no saber nada, pues, avísenme, y si es un error muy grosero, trataré de arreglarlo. Gracias. Y por favor, dejen reviews. Gracias de nuevo.

Lila Negra

Sábado, 02 de Octubre de 2004