Chapter 1 - Gran Noticia

Todos cometemos errores a lo largo de nuestra vida, no creo que haya una persona a la que todo en la vida le haya salido perfecto, y, obviamente, yo no soy la excepción. Siempre, o casi, logramos aprender de esos errores, aún contra nuestra voluntad. No sirve de nada tratar de cerrar los ojos y hacer como que nada pasó, el pasado siempre seguirá detrás nuestro, aunque no lo queramos.

Aunque queramos tapar con una manta el pasado, lo que hicimos, está hecho, y no hay una forma de que deje de ser así.

Pasé por el mejor y el peor momento de mi vida, cometí uno de los errores más grandes, pero no tiene remedio, y no me arrepiento, o tal vez sí. No puedo volver el tiempo atrás. Tal vez, no, tal vez no, no debí hacerlo, pero en ese momento lo sentí asi, me pareció correcto, quizás no lo pensé, no lo analicé. Igualmente, sé que de esto voy a aprender.

Puedo parecer una inadaptada, tal vez lo soy, pero solo es porque esto le dio a mi vida un giro completamente inesperado. No sé si fue el momento perfecto, creo que no, aun asi, fue lo mejor que pudo pasarme en mi corta vida. Me asusta pensar en ciertas cosas, en lo que puede pasar o no.

Ahora estoy atrapada entre mil preguntas sin respuesta, y abrumada en dudas, que, tal vez, algún día, logre (o no) resolver. Ser madre es algo hermoso en la vida de una mujer pero... ¿A los 16 años? Me resulta extraño todavía, nunca jugué a la mamá, ni pensé en tener un hijo, nunca imaginé esto... No importa lo que piensen, las personas siempre hablan, bien o mal, pero siempre opinan sobre la vida de los demás, aunque no les importe...

Es como estar atrapada en una pesadilla, o un sueño, aún no lo sé, lo único que quiero es despertar e intentar tener una vida normal.

...

Desde hacía dos meses había pasado "aquello" con Edward, y algo había cambiado, algo en mi, y no quería entender que era. El había sido mi primer novio, la única persona de la cual me enamoré sinceramente, y con quien dí mi primer beso.

- Bella, ¿Estás bien? – preguntó René, mi madre, al notar que no salía del baño.

- Si, solo que… - pensé que mentir- algo que comí en el colegio me cayó mal – bien, no se me da eso de mentir. Mi madre volvió a seguir cocinando y salí del baño. Desde ya hacia tiempo sentía náuseas y, aun peor, no me bajaba, fantástico, solo esperaba que sea un atraso normal, lo que era bastante extraño en mi.

- Baja a almorzar Bella – gritó mi madre

- No tengo hambre – mentí. Oí a mi madre subir las escaleras, toco la puerta tres veces.

- Pasa – dije mientras me acostaba en la cama y me tapaba.

- Estás segura de que te encuentras bien? Si quieres puedo llamar al médico – dijo preocupada. Lo último que hubiese querido era que Carlisle, el padre de Edward y desde hace un tiempo médico de la familia, se enterase de esto.

- Si, si, estoy bien – mentí otra vez.

- Bien, háblame si necesitas algo – dijo sonriendo, traté de devolverle el gesto.

Apenas René salió de mi habitación tomé rápidamente el celular y marqué el número de mi mejor amiga, Alice, quien casualmente, es hermana de Edward.

- ¿Bella? – respondió con su chillona voz.

- Alice, ¿Puedes venir por favor? – le dije desesperada.

- Claro, pero… ¿Qué te pasa? – Se oía preocupada.

- Ven y te lo digo – dije, sonando muy dramática por cierto.

- En un rato estoy ahí – dijo, y ambas colgamos sin siquiera despedirnos.

Llegó bastante rápido, claro, a la velocidad que solía conducir su Porshe quien no, oí que tocaban la puerta insistentemente, era ella

- ¡Hola René! ¿Está Bella? Preguntó educadamente.

- Claro, está en su habitación, pasa – respondió.

Escuché sus pasos subir rápidamente las escaleras, prácticamente corriendo, sin siquiera tropezar, lo cual, con mi torpeza, seguro me hubiera pasado.

- Bien, chica misteriosa ¿Piensas decirme que demonios te pasa? – dijo bromeando, aunque noté cierto tono de impaciencia en su voz.

- Es que… - hice una pausa, y luego suspiré – no sé como decirlo – admití.

- No creo que sea tan difícil – dijo ella

- Es que… bueno… - balbuceé – estoy, bueno, creo – remarqué la palabra- que estoy… embarazada- murmuré la última palabra.

Me miró fijamente por un momento, y luego curvó una gran sonrisa, hasta que estalló en carcajadas.

- Muy buena broma, Bella, casi te creo – dijo secándose los ojos.

- No es una broma – dije con una expresión seria en el rostro.

La cara de Alice se transformó, se volvió seria, como pocas veces solía estar.

- P… pero… ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? – tartamudeó insistiendo con las preguntas.

- Tranquilízate… fue hace dos meses – admití.

- ¿¡Por qué no me lo dijiste! – gritó furiosa.

- Porque no estuve segura hasta hoy – fui sincera.

- ¿Quieres que compre una prueba? Ya sabes un… ¿Test? – dijo murmurando arrodillándose al lado mío.

- ¿Lo harías? – pregunté.

- Claro… pero ¿Piensas decírselo a Edward? – preguntó con un tono de preocupación en su voz.

- Si, mas adelante, tal vez

- Es que, tiene pensado irse, por un tiempo – dijo triste.

- Q… ¿Quiere irse? N… no sabía nada – dije sin pensar en las palabras que salían de mi boca.

- Bueno, iré a la farmacia, pero ¿Qué le digo a tu mamá? – preguntó

- Inventa algo, no lo sé, eres buena para eso… - varias veces me había salvado mintiendo por mi bien.

Fue hasta abajo y no logré escuchar lo que dijo, solo escuché el sonido de la puerta cuando salió.

Las cosas empeoraban, Edward planeaba irse, y yo ni siquiera había pensado en contárselo, cada vez me sentía peor. Miles de cosas pasaban por mi mente y no sabía que hacer, había estado, no sé si ignorándolo, pero me había alejado un poco de él desde ese día, no sé ni porque, estúpida, lo sé, si se llegase a ir me odiaría por esto.

Tocaron la puerta de mi habitación, sacándome de mis profundos pensamientos.

- Pasa Alice – Había ido y vuelto demasiado rápido, o tal vez mis pensamientos hicieron que pareciera así. Entró.

- Encontré esto – dijo mostrándome el test – es la mejor marca o algo así, ahora, ya sabes… - dijo evitando el final.

Me dirigí al baño, seguí las instrucciones del test y volví a mi habitación donde me esperaba Alice.

- ¿Ahora? – pregunté estúpidamente.

- Si tiene dos rayas… - dijo sin terminar.

No tenía el valor para verlo, sabía lo que me esperaba, junté valor y lo acerqué a mi, como acto reflejo cerré los ojos.

-¡Abre los ojos Bella! – me gritó.

- Si, lo siento – miré el test, si, dos rayas ¿Y bien?

- Bella – insistió - ¿Y? ¿Qué salió? – preguntó curiosa.

- P… positivo – tartamudeé nerviosa, sin lograr apartar la vista del test.

La sonrisa de Alice se curvó rápidamente, mientras que mis ojos se llenaban de lágrimas.

- Vamos Bella, Alégrate – trató de animarme

- Alice, por favor, ¡Tengo 16! No es motivo para estar feliz. – dije al borde del llanto

- Sabes perfectamente que eres más madura que las demás chicas de tu edad, además, amas a Edward, y el te ama – me animó, aun sin éxitos.

- Lo sé, pero… no estoy lista – admití.

- Nadie lo está, créeme – dijo palmeándome un hombro - ¿Cuándo le contaras a mi hermano? – insistió.

- No lo sé – dije secándome los ojos.

- Si se lo dices no se irá – siguió intentando darme ánimos

- No me creerá – dije negativa

- Claro que si – dijo y luego miró su reloj – debo irme, háblame si me necesitas-

- Pero, prométeme que no se lo dirás a nadie, por favor - le rogué

- Claro, a nadie – levantó su meñique y yo hice lo mismo – no te preocupes – dijo sonriendo.

Nos despedimos y ella se fue. Ahora me invadían las preguntas ¿Cuándo se lo diría a Edward? ¿Cómo se lo diría? ¿A René y a Charlie, mi padre? No imaginaba si quiera como reaccionarían al enterarse, ni quería saberlo aún.

Al fiiiin me decidí en hacer el fic! Estoy muuuuy poco familiarizada con la pag todavía, aasi que si tardo en actualizar es por eso, además de que se me vienen varias pruebas y lecciones encima -.- Espero que les guste la historia, la tengo pensada desde el año pasado y se me ocurrió convertirla en un fic (: Sé que puede estar aburrida, por ahora, después se pone interesante, y esperen a Edward que ya va a aparecer :D Espero Reviews