Hii! ~ ¿Pueden creer que la semana que viene ya es Navidad? Yo no, falta muy poquito. Les traigo un fic supermegaarchibizarro y con lemon(? Es decir, en todos los fics yaoi que hago siempre pongo lemon, pero con South Park me pasan cosas raras xD es como que son todos muy adorables asi que no se si hacerlo (? jajaja. Va a haber Creek (como muestro en este primer capitulo), Styleeeee, Bunny e.e. Y debido al reventón que se van a dar nuestros chicos, muchas parejas sorpresas e.e No creo que me salga taan largo, tendra poquitos capitulos considerando que no falta mucho para Navidad xD Los personajes no me pertenecen, son de Trey Parker y Matt Stone.
Y obviamente, les agradezco mucho mucho a las personas que me dejaron reviews en el último capitulo de "La píel del otro" Disfruten este fic n.n
El timbre que indicaba la hora del almuerzo había sonado hace unos diez minutos. El receso solía ser de media hora o cuarenta minutos, en definitiva todos se tomaban su tiempo para almorzar, inclusive los profesores. Era típico ver a los estudiantes conversar en las mesas de la enorme cafetería, algunos gritando y hasta a algunos estudiando para algún examen que tendrían en la próxima hora.
La hora de comer era lo máximo, en especial desde que ya no era obligatorio hacerlo en la vieja cafetería. El patio exterior era amplio y había cambiado bastante a comparación de los años anteriores. Ahora los alumnos podían acceder a éste en la hora del almuerzo si tenían ánimos de disfrutar un lindo día al aire libre y relajarse un rato sin estar encerrados. Aunque muchos preferían seguir en la clásica cafetería antes de ir afuera, pero bien, era a elección.
Generalmente en esa estación del año el clima era frío y todos eran obligados a abrigarse de muerte, el día anterior había nevado y gracias a esto el patio estaba cubierto por una delgada capa blanca y brillante. El campo se había extendido lo suficiente como para que al costado de los acostumbrados juegos, que ahora eran un simple adorno y que solo eran utilizados por los mas pequeños en otros horarios, se ubicaran unos fuertes árboles que daban sombra y hacían que el patio diera un aspecto mucho mas agradable, mas natural, mas encantador. El paisaje de invierno era hermoso en las horas de escuela, y mucho más en vísperas de Navidad.
Aquel pelinegro permanecía cruzado de piernas, sentado sobre una gruesa manta debajo de uno de esos tantos árboles que adornaban el ambiente, y apoyaba su espalda contra su robusto tronco amarronado. Una suave brisa provocaba que los cabellos que se mostraban debajo de su gorro con pompón amarillo se alboroten levemente, pero decide ignorar ese movimiento, muy concentrado en el libro que sostenía con ambas manos.
Parecía una lectura interesante. Sus ojos aparentemente indiferentes no expresaban el interés que tenía por la lectura en general (por lo menos por cosas que él consideraba que valían la pena). Aún así, pasa la pagina del libro, y no despega ni por un segundo su mirada del párrafo extenso que leía detenidamente. Le había puesto tanta dedicación a leer que se había olvidado verdaderamente del rubio nervioso que estaba frente a él, sentando de rodillas con un café muy caliente entre manos. Le estaba hablando sobre algo exageradamente incoherente desde hace casi diez minutos, sin hacer ninguna pausa relativa para poder reflexionar sobre lo absurdo que podían ser sus palabras algunas veces.
Daba igual, de cierta manera, Craig sabía que era adorable cuando estaba en "modo psicótico", por eso no le interesaba frenarlo. No tenia ánimos de prestarle atención a una de sus nuevas ideas de conspiración. Dios le perdonaría que no lo estuviera escuchando solo en esa ocasión.
Craig no puede evitar lanzar una rápida mirada hacia la entrada de la escuela, adornada con algunas guirnaldas navideñas. Todo el mundo estaba emocionado y algunos maricas se atrevían a cantar y bailar villancicos como en esa serie marica y sin sentido llamada Glee. [Te amo Sue Sylvester]
Vuelve a concentrar sus ojos en su libro, no tenía ganas de estresarse todavía. Es solo que… había tantas cosas que hablar con Tweek respecto a ese tema, sobre la Navidad más perfecta jamás planeada en su adolescencia (de verdad no había planeado nada hasta ahora) pero hasta ahora no tenía ánimos de enfrentarlas. La cuestión más simple se podría volver complicada si se trataba con el rubio.
-Por eso mismo pienso que, ngh, estar aquí sentados debajo de un, aghh, árbol, es lo mas… inseguro y anti-higiénico que podríamos hacer en los únicos pobres y mediocres minutos libres que nos dan de receso para almorzar. GAH, es una locura, ¿Entiendes? ¡Craig! ¡Estás apoyado sobre ese maldito árbol, no tienes idea de todos los perros que marcaron su territorio ahí! Aunque, ngh, supongo que… los perros no pueden entrar aquí, esta bien que permanezcas así de tranquilo. Pero… a-además, GAH, nos miran. TODOS NOS MIRAN OH DIOS, ¿Crees que vayan a matarnos? ¿Qué tiene de malo que estemos aquí sentados, juntos? ¡No es como si estuviéramos follando al aire libre! ¡Maldita escuela de mierda, son todos unos jodidos homofóbicos! ¡Los odio a todos! En especial al hijo de puta de Cartman, gordo hijo de puta, s-siempre manipula rumores falsos sobre nosotros. ¡Como ese que dice que nos la pasaremos follando en Navidad! ¡CRAIG! Me estresa, se supone que no debo estresarme, debo relajarme. Es casi una obligación, GAH. ¡Me asusta que me miren así! Porque nos están mirando ¿Verdad? ¡Es demasiada presión! ¡Oh Dios!-
Craig seguía con sus calmados ojos azules oscuros clavados en las amarillentas paginas de su libro. Al principio, pensaba que Tweek no podía ser como una chica, es decir, ellas solo parloteaban y parloteaban sin parar todo el tiempo y nunca nadie sabía de que rayos estaban hablando. Al tener una relación con un chico, suponía que las cosas serían diferentes.
Al final se dio cuenta de que su rubio no era tan… diferente después de todo.
Pero al notar esa voz considerablemente frenética y eufórica y levantar un poco su mirada hacia Tweek, nota que sus temblores eran más fuertes que de costumbre, como cada vez que entraba en unos de sus ataques de histeria temporal. En esos casos, su temperamento era algo delicado, había que saber como lidiar adecuadamente con eso.
Era difícil de creer, pero Tweek podía ser un verdadero cabrón si no era tratado como era debido. Desgraciadamente Craig lo había descubierto por las malas al principio de su relación. Y por supuesto que no quería volver a recibir una patada en las bolas por ser un poco descuidado. Cierra su libro, lo deja a un lado y mira con atención el rostro de su pareja.
-¡Craig! ¡Gah! ¡Entiendo que no escuches una mierda de lo que te digo porque no te importa y no te importo! ¡Pero por lo menos mírame cuando te estoy hablando, desgraciado infeliz hijo de…!- Tweek frena de golpe sus insultos, que pronunciaba con claridad con los ojos cerrados, y se queda estático. Deja de temblar al sentir que una tibia mano estaba en su mejilla izquierda y la acariciaba lentamente.
Craig siempre tenía un semblante algo estoico y neutro, ya sea en una situación cursi o violenta. No solía cambiar de expresión al menos que algo lo perturbara o le diera verdadera gracia. Esas cosas no solían suceder a menudo. Arrodillado frente a Tweek, con una mano apoyada sobre su rodilla y la otra acariciándolo para que se tranquilice, observa de reojo que no había casi ningún otro alumno aparte de ellos dos en el patio de la escuela. Era normal, hacía bastante frío. Vuelve a enfocar sus perfectos ojos en el rubio.
-Nadie nos mira.- Al decir esto, pasa su mano que acariciaba su mejilla por su cabello y le acaricia la cabeza. Entrelaza sus dedos en el rubio y alborotado cabello del chico y trata de hacerlo sentir bien. Tweek, inevitablemente, se encoge un poco en su lugar y se estremece ante sus dulces contactos. ¿Sería la única persona en el mundo que había recibido un gesto cariñoso departe de Craig Tucker? Traga saliva nervioso, sintiendo la presión recorrer sus venas.
No le incomodaba, en realidad amaba que le haga ese tipo de cosas de sorpresa. (A pesar que las primeras veces se sorprendía de tal manera que terminaba encajándole un puñetazo sin quererlo de verdad, al pobre de Craig.) Adoraba sentir que alguien lo cuidaba y lo quería. Carajo, si eso no era amor, no sabia que rayos podía ser.
-¿N-nadie? Gah…- Cierra sus ojos con fuerza y cuando trata de darle un sorbo al café que tenia entre sus manos, se da cuenta que el vaso estaba vacío. Se lo había bebido todo hace unos minutos y ni se había dado cuenta.
No era su culpa, aun no se acostumbraba a estar con Craig a solas y necesitaba dosis extras de cafeína para poder calmarse. Hablarle sobre sus ideas paranoicas de manera exagerada también era una manera de relajarse porque hablar provocaba que se sintiera bien al poder descargarse con alguien. Solo esperaba que Craig no pensara que era un jodido fenómeno anormal y que se cansara de que siempre haga lo mismo.
-Nadie.- Tucker le revuelve el cabello con su mano y luego la baja para dejarla sobre su otra rodilla. Seguía arrodillado frente a Tweek y acababa de bajar la mirada. Tweek comienza a temblar otra vez cuando él deja de acariciarlo, estrecha el vaso entre sus manos y tuerce una mueca de inseguridad.
-M-me odias, ¿Verdad? Perdón… ¡CRAIG, PERDÓN! Yo solo estaba preocupado… mierda, soy un idiota. Siempre arruino todo, ¿No es así? GAH, estoy tan… perseguido, ngh, siento que todos nos observan aunque no es así. Perdón por ser de esta manera, ¡No puedo cambiar! ¡Daria mi vida para ser diferente pero Dios me odia y mis padres también y en fin, soy una lacra para esta sociedad! Yo solo quiero estar contigo porque siento que gracias a ti, puedo ser normal aunque sea por tres condenados segundos. Y eres… el único que ¡GAH! no me juzga. O por lo menos eso pienso, quizás lo haces pero simplemente no me lo dices. No te contengas, aghh, si quieres mandarme a la mierda tienes todo el derecho del mundo a…-
-Tweek.-
Y sin verlo a los ojos, Craig le toma un brazo suavemente y jala su descuidada camisa en señal de que se calle y que lo escuche. Desde que estaban ahí sentados no había pronunciado ni diez palabras. Tweek abre bien los ojos, impresionado por el gesto y le dedica una expresión casi atemorizada al pelinegro que ahora levantaba su mirada para chocarse con la de él.
-¿Me abrazas?- Pregunta ladeando su cabeza con ojos de cachorro adorable. De esos que se te quedan mirando con grandes ojos curiosos y que causan ganas de arrojarte sobre ellos y besarlos un millón de veces.
El rubio se le queda mirando anonadado y se sonroja fuertemente sin poder despegar sus ojos verdosos de los azules de Craig. Se pregunta una y otra vez en su mente (Que solía procesar a mil por hora) cómo era posible que ese pelinegro que era una completa amenaza busca pleitos al que todos temían, pudiera ser así de…
Tierno. Jodidamente tierno sin tener intenciones de serlo.
-¡GAH!- No necesitaba pensarlo demasiado. Tweek se le arroja encima violentamente, tumbándolo de espaldas contra el césped y haciendo que cierre los ojos al sentir como su espalda se estrechaba contra el suelo sin previo aviso. El pequeño rubio se le aferra en un brusco pero calido abrazo y estrecha su rostro contra el pecho de Craig. El pelinegro no tarda en rodear su espalda con ambos brazos y la acaricia de arriba hacia bajo para calmar otra vez, sus temblores. Cierra los ojos y se relaja. Sentir a Tweek sobre él, su calidez, su aroma, su cuerpo, todo… era lo único que quería.
-¿T-te lastimé? ¿Te rompí la columna? ¡OH DIOS! ¡No quise hacerlo, en serio! ¡Ahora morirás y será mi culpa! ¡Craig! ¡RESPONDEME!-
-Estoy bien, Tweek.- Tucker le acaricia la espalda para que se trate de relajar un poco, a veces ese chico se tomaba las cosas muy en serio.
-¿En serio? ¿No lo dices solo para calmarme? ¡Aun podemos llamar a una ambulancia para evitar que…!- Pero Tweek siente como el pelinegro lo abraza con más fuerza y deja escapar un suspiro. Por lo menos eso le da la seguridad de que Craig aún seguía con vida.
-De verdad estoy bien. Solo cierra los ojos y no te muevas. Quiero que aprovechemos estos minutos.- Responde al momento que cierra sus ojos con calma, para intentar transmitírsela al pobre de Tweek. Él, en cambio, traga saliva y hace un gran esfuerzo para no temblar y para lucir más estable y tranquilo.
-E-esta bien. Lo intentaré.-
-Te quiero.- Ese tipo de palabras que venían de la nada misma, provocaban que el rubio prácticamente salte de su lugar de la impresión. Se sonroja y se oculta lo más que puede sobre el pecho de Craig.
-¡GAH! Yo… ¡Yo más!-
-Eso es imposible.-
-No lo es, ngh. Te quiero demasiado, Craig.-
-Yo mucho más.-
-No, yo… GAH.-
Y antes de seguir discutiendo de esa manera tan cursi y sentimental, que solo sucedía cuando estaban completamente solos sin que nadie los escuchara… Un celular suena.
Tucker gruñe en señal de molestia, sin verdaderos ánimos de atender. Se lleva una mano al bolsillo derecho y encuentra el aparato, maldiciendo al idiota que interrumpía su momento con su pareja.
-Atiende, agh. Podría ser alguien importante, podrían ser tus padres, ¡Quizás sucedió algo en tu casa! ¿Y si se incendió y necesitan que vayas a rescatarlos? ¡Oh Dios! ¡Si vas podrías morir con ellos! ¡Demasiada presión, no quiero que mueras!-
-En realidad es un mensaje de Token, nadie me esta llamado.- Contesta tranquilamente, destrozando la muralla de teorías que estaba edificando Tweek en menos de treinta segundos. El rubio traga saliva y tiembla avergonzado por haberlo hecho otra vez. Decide olvidarlo y se levanta su mirada para enfocar su mirada en el imperturbable rostro de Craig.
-¿Y que dice?-
El pelinegro estaba escribiendo un mensaje de texto mientras que con su otra mano seguía sosteniendo la espalda de Tweek. Se queda en silencio unos segundos, y cuando presiona la tecla "enviar", coloca el celular en su bolsillo y le dirige la mirada a su rubio.
-Hoy nos quedamos a dormir en su casa. Todos los del grado, solo seremos chicos. Dijo algo de navidad, da igual, no importa.- Antes de que Craig pudiera volver a aprisionar entre sus fuertes brazos el cuerpo de Tweek, este lo empuja contra el suelo nuevamente con ambas manos y abre bien los ojos, sorprendido. Tucker queda arrinconado y adolorido por el repentino empujón contra el piso, ¿Qué diablos…?
-¡GAH! ¿QUÉ? Navidad… ¿Qué dijo de Navidad? ¡Faltan unos días! Y es… tan estresante, hay muchos duendes. Los gnomos y los duendes son básicamente lo mismo, ¿Qué no sabías eso?-
-En realidad, esa no era la cuestión del mensaje de texto. Pero si, creo que son lo mismo.- Sabía que la conversación carecía de sentido, pero si quería un poco de acción en algún momento libre de ese día, debería seguirle la corriente a Tweek aunque sea unos minutos más, de esa manera no se enojaría con él. Aunque de alguna manera, algo hace "click" en su cabeza. Que Tweekers estuviera más nervioso de lo normal esos días se debía a eso seguramente, la víspera de Navidad. O como él le decía… el día en que los gnomos te jodían a media noche. Lo ignora y continúa dándole un par de explicaciones para que se calme de una vez.
-Por cierto, se que suena gay. Ya sabes, una fiesta llena de chicos en lo de Token. Pero habrá bebida gratis, así que por eso prometí que iríamos.-
-¡¿Estás enfermo de la cabeza o que? ¡En esta época del año, esos jodidos gnomos están acechándonos como luna jauría de lobos a su presa! Es muy arriesgado ir a una fiesta antes de Navidad.- Desde el punto de vista de Tweek, su argumento era totalmente convincente. No quería perder toda su ropa interior antes de llegar a esas fiestas, por eso debía estar alerta todo el tiempo que le fuera posible.
-O… key. ¿Cuál es el problema? La pijamada gay que organiza se realiza porque en Navidad todos estaremos con nuestras malditas familias y no podremos salir de fiesta. Solo adelanta un poco el festejo, no es una idea tan mala.- Siendo honestos, Craig era adicto a las fiestas que tuvieran alcohol y por qué no alguna que otra cosa para fumar. Aunque la idea de que muchos chicos se acumularan en una casa un viernes era totalmente homosexual, iría para saciar su sed. Además estaría Tweek a su lado y podría hacerle muchas cosas geniales cuando lograra emborracharlo también.
-¡Kenny me violará! ¡Siempre me mira el trasero de una forma espantosa y horrible en las fiestas!- El rubio no le tenía nada de confianza a McCormick, era una de sus tantas razones para no ir.
-Pero sabes que cada vez que hace eso, lo asesino. No habrá diferencias esta vez.- Tucker quería disfrutar del reventón de su vida ese viernes, las últimas semanas había tenido más detenciones de las acostumbradas porque se salteaba las clases con Tweek. Debido a eso, sus padres lo habían mantenido en su casa encerrado y no había podido disfrutar de su adolescencia como era debido en ese tiempo. Necesitaba volver a vivir una fiesta, por eso tenía tantas ganas de ir.
-Me da miedo, Craig.- Se aferra con mucha mas fuerza a su pecho, temblando como un condenado a muerte. Craig suspira y lo abraza de manera protectora, volviendo a hacer el intento de calmarlo.
-Yo te cuidaré toda la noche. De Kenny y de los gnomos.-
-¿D-de verdad? ¡Jura asesinarlos si tratan de hacerme algo!-
-Lo juro.-
-Ngh, entonces supongo que esta bien.-
-Será divertido.- Dicho esto, Tucker lo sujeta y logra girarlo hacia su costado. Ambos se quedan frente a frente, contemplándose. Tweek se estremece y tiembla como era costumbre desde que consumía cafeína, pero deja de hacerlo cuando Craig le proporciona un suave beso en los labios. Solo uniéndolos con los suyos y quedándose de esa manera por bastante tiempo.
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