Capítulo 1: ¿Qué ocultas?
Era un día como cualquier otro en Konoha. Como era costumbre, después de la gran guerra, la aldea gozaba de una paz y prosperidad sin igual, con todos los aldeanos y ninjas realizando sus labores cotidianas en gran armonía.
Nos encontramos en la torre de la hokage. Es allí donde la rubia miraba desde su ventanal la aldea, no obstante, a pesar del bienestar de la aldea ella parecía absorta en su pensamiento. Algo cruzaba la mente de esa bella mujer y la distraía de sus labores, las cuales se acumulaban en grandes torres de documentos en su escritorio. Era su fiel asistente, la pelinegra, Shizune, quien debía hacerse cargo de las responsabilidades de su mentora para evitar que se siguieran acumulando.
–Lady Tsunade, disculpe que la interrumpa, pero, ¿no cree que debería estar revisando todos estos documentos? –dijo Shizune mientras hacia el trabajo de Tsunade y fingía una sonrisa.
–Ahora no, Shizune. No tengo ganas de estresarme con esas tonterías –fue la respuesta de la hokage, quien seguía mirando por la ventana.
–disculpe, ¿le ocurre algo? –preguntó la pelinegra al notar la extraña actitud de su maestra.
–No es nada importante –respondió ella al instante. Pero solo aumentaba la curiosidad de su asistente por su extraña actitud.
–¿Está segura? Lleva un largo rato solo de pie allí mirando la aldea –insistió Shizune, dejando de lado lo que hacía.
La insistencia de su asistente terminó por hacer mella en la seriedad de la rubia, logrando hacerla revelar lo que la mantenía distraída.
–Shizune ¿Crees que Naruto ha cambiado? –fue lo que la rubia respondió.
–¿Naruto? ¿Cambiado? –Shizune no entendió a que venía esa pregunta, ni tampoco la entendía en sí–. No estoy segura a que se refiere, mi lady. Pero a decir verdad, ahora que lo pienso, desde hace no mucho tiempo Naruto ha estado actuando un poco extraño –fue pues, que tras meditarlo un poco ella también notó el repentino cambio en la actitud del ninja.
–A eso me refiero. Naruto ha sido el mismo desde siempre, incluso después del final la guerra. Pero, desde que volvió de su última misión, algo cambió en él y no ha querido hablar de eso. ¿Lo recuerdas? Estuvo en el hospital por varios días.
Flash back
Todo parecía normal en el hospital de Konoha. Ese día Tsunade, Shizune y Sakura se encontraban muy tranquilas conversando en una mesa del jardín. Desde hacía un par de meses la pelirosa se volvió la directora de dicha institución y ocasionalmente recibía visitas de su maestra. Este era uno de esos días. Las tres estaban almorzando bajo un viejo roble dentro de las inmediaciones del hospital. Todo parecía tranquilo hasta que sonó la alarma de dicho lugar. Eso solo ocurría cuando llegaba un paciente en estado grave.
–¿Qué está pasando? –cuestionó Shizune sorprendida ante la repentina alarma.
–Alguien está grave. Debo regresar de inmediato –dijo Sakura dejando de lado su comida. Se dispuso a ir tan rápido como pudo, dejando a sus acompañantes en ese lugar.
Fue Ino quien se acercó a Sakura. Ella se veía asustada y preocupada. Rápidamente le informó de lo que pasaba a Sakura no pudo evitar gritar impactada lo que su amiga le informaba.
–¡Naruto está grave! –exclamó Sakura.
–¡¿Qué?! –gritó Tsunade igual de impactada al escucharla.
Ninguna de las ninjas allí podía entender como era eso posible. Las cuatro salieron corriendo a toda velocidad de regreso al hospital. ¿Cómo era posible que él estuviera herido? Naruto se había convertido en el ninja más poderoso de todo Konoha. ¿Quién podría haberlo herido? Además debía ser algo grave para haber hecho sonar la alarma del hospital.
No tardaron nada en llegar al quirófano donde lo tenían. Al abrir la puerta su sorpresa no pudo ser mayor. El rubio estaba inconsciente, sudaba a raudales, y tenía moratones y cortes por todo el cuerpo.
–Está ardiendo en fiebre –fue lo primero que revisó Tsunade al tocar su frente.
–Su pulso está muy bajo –agregó Sakura tomándole el pulso..
Naruto abrió con dificultad sus ojos, notándose sus pupilas dilatadas. Pasó la mirada por las cuatro mujeres que lo examinaban. Las detalló a todas hasta fijarse en una de ellas.
–T-tú…eres tú –musitó sin que lo oyeran.
–Naruto ¿Naruto, estas consiente? ¿Puedes escucharme? –decía Sakura tomando suavemente su rostro para que la mirara–. No responde, sigue inconsciente.
–S-Sakura…no me siento bien… ese sujeto no mentía con lo que m-me advirtió –él trataba de hablar, pero sus labios apenas y emitían unos leves sonidos inentendibles.
–Comencemos el tratamiento de emergencia. Preparen las inyecciones con la dosis máxima. A este paso tendrá un paro cardiaco –ordenó Tsunade quitándose su haori.
–¡Sí! –respondieron Sakura y Shizune alejándose para buscar el equipo médico necesario. Mientras tanto Ino preparó el brazo de Naruto.
–I-Ino… ¿no me escuchas?...no sé qué es lo que pasa, no sé qué técnica usó sobre mi…p-pero me va a matar si…si…si e-ella no se acerca –hacia todo lo que podía para poder hablar, pero su voz no salía, solo movía los labios.
Está vez volvió a cerrar los ojos cayendo desmayado. Las cuatro mejores ninjas médico de la aldea lo atendieron por horas. Ya por la noche lograron estabilizarlo. Aun no lograban entender que fue lo que le ocurrió a Naruto para terminar en ese estado, no había muestras de alguna enfermedad o veneno. Esa noche quedó en observación bajo el cuidado de Sakura e Ino, quienes no se repararon de él en toda la noche. Inexplicablemente, a la mañana siguiente estaba completamente curado. Su energía estaba al máximo, su fiebre desapareció e incluso las heridas físicas también desaparecieron.
Las cuatro kunoichis le preguntaron ese día, y los días posteriores, que fue lo que le había ocurrido. Pero él se negaba a responder con claridad, solo decía que lo atacaron mientras dormía, usando una técnica que no conocía ni entendía.
Fin del flashback.
–A partir de ese día él comenzó a actuar de forma extraña. Como si siempre estuviera nervioso o distraído. No es solo mi percepción, es también la de Sakura, Ino y otros ninjas. Naruto oculta algo, y debe ser algo muy delicado. –dedujo Tsunade.
–¿No le estaremos dando mucha importancia? Quizás solo está algo conmocionado por haber sido vencido. Puede que en poco tiempo se le pase –sugirió Shizune restándole importancia.
Tsunade no estaba tan de acuerdo con ella, pero poco podía hacer. Igual mantuvo esa duda en su mente por el resto del día. Mientras eso ocurría en la oficina de la hokage, el ninja de quien ellas hablaban se encontraba no muy lejos de ese lugar, en la gran biblioteca de la aldea. Era por mucho extraño toparse con Naruto en ese lugar.
Naruto parecía inmerso en su lectura, la cual era un viejo pergamino. No notó que su amiga y compañera, Sakura, pasaba por allí para archivar nuevos documentos. Al notar la presencia del rubio no dudó en acercarse, extrañada de verlo allí.
–¿Naruto? –Llamó ella acercándose–. ¿Qué haces aquí?
–¡Sakura! –exclamó él al verla de reojo. Al instante saló de la silla y escondió el pergamino tras de sí–. Hola, Sakura, ¿cómo estás? –dijo sonriendo nerviosamente, tratando de no mostrarse nervioso. Cosa que no lograba.
–Bien, supongo. ¿Y tú? –Arqueo la ceja ante su rara actuación–. ¿Qué ocultas, Naruto?
–¿Yo? ¿Ocultar algo? No sé de qué hablas. Solo vine a leer algo acerca de…de…pues de historia –pensó arduamente, sin tener algún resultado útil. Lo cual solo aumentó su nerviosismo.
–Qué extraño. Tu solo lees mangas y novelas pervertidas –sonrió ella–. ¿Sobre qué es ese pergamino que tienes allí escondido?
–¿Qué? ¿Esto? –rápidamente hizo un cambio con el pergamino leía y otro que llevaba consigo. Guardando el primero en su pantalón–. Solo es un viejo pergamino de técnicas de taijutsu. No es nada del otro mundo.
Ella le miró incrédula. Juraría haber visto una gran cantidad de letras en el pergamino cuando se acercó. Se cruzó de brazos y lo miró un rato de forma seria, esperando que los nervios lo traicionaran y dijera la verdad. Pero no funcionó, él solo sonreía de forma tonta.
–Has estado actuando raro desde hace un tiempo –comentó ella–. ¿Estás bien?
–Estoy de maravilla Sakura, no tienes de que preocuparte. ¡Cielos! Mira la hora que es. Quedé con Shikamaru y Choji para comer algo. Nos vemos luego, Sakura –y tan rápido como pudo salió de ese lugar. Dejando con una gran duda e intriga a la pelirosa. No podía ser más obvio que Naruto ocultaba algo. Después de todo Choji y Shikamaru no estaban en la aldea desde hacía un par de días.
Una vez fuerza de la biblioteca. Naruto deambulaba por la calles de Konoha con las manos en los bolsillos y la mirada gacha.
–Eso estuvo cerca –se dijo así mismo con respecto a lo antes suscitado con Sakura. Quien casi descubre lo que sea que él estaba leyendo.
Al parecer no quería que nadie lo supiera. Durante su trayecto no habló con nadie de las personas que lo saludaban al verlo pasar. Al parecer el ninja se encuentra en un dilema que lo mantiene pensativo.
–Por más que lo pienso, no tiene sentido. Simplemente no puede suceder ella jamás lo permitiría, y es probable que se burle de mi si tan siquiera lo menciono…o peor, puede que se enoje mucho y termine por alejarse de mi –meditaba en voz baja su predicamento–. Tal vez si se lo comento a alguien puedan ayudarme. ¿Pero quién? Ninguna de las mujeres de la aldea podría, cualquiera terminaría por hablar con ella y decírselo…y enterarse por boca de alguien más seria aun peor.
Siguió avanzando entre las calles hablando consigo mismo, lo cual llamaba la atención de las personas que le miraban como un loco. Hasta que pasó frente a un salón del té, donde estaban los dos ancianos del consejo, Homura y Koharu.
–Allí va el futuro de la aldea –comentó la anciana mientras tomaba de su taza–. Hablando solo como un loco.
–Así es el chico, no lo molestes. Naruto se nota más fuerte cada día. No hay nadie que merezca más el título de hokage que él –alegó apaciblemente Homura.
–¿Chico? No te confundas, él ya no es un chico. Es todo un hombre de veintiún años de edad.
–Eso es verdad. El tiempo vuela, ¿no? –rio él viejo ante eso.
–Sí. El tiempo. ¿No has te has notado algo extraño en él? –cuestionó ella bajando la voz un poco pero con un serio semblante.
–¿Extraño?... para nada –negó encogiéndose de brazos el anciano mientras bebía de su té.
–Por favor, ¿Qué no es obvio? –arqueo la ceja la anciana–. Con la edad que tiene no se ha interesado en ninguna chica de la aldea, a pesar de que, podría decirse, que muchas están detrás de él –planteó de forma seria, incluso dejando de lado su té.
–¿A qué viene eso? –Al principio el viejo Homura no entendió el motivo del planteamiento–. Un momento… ¿no pensaras que él? –parecía haber captado, a lo que su acompañante asintió–. ¿Tendrá una novia en otra aldea? –Koharu negó.
–No, me he encargado de averiguar eso, el muchacho simplemente no frecuenta o se interesa en ninguna chica de ninguna aldea –la mujer se tornó más seria.
–Menos mal, eso nos traería problemas diplomáticos –suspiró aliviado. Hasta que captó algo implícito en lo que ella dijo–. Espera, ¿lo estás espiando?
–Tranquilo, él no se enterará de nada. Además, es por seguridad. Debemos conocer bien al siguiente Hokage –sonrió de lado mientras bebía de su té.
–Obviando eso, que está mal. Si no frecuenta o se interesa en ninguna chica, ¿Cuál es el problema?
–No se te ha pasado por la cabeza que él… ya sabes, simplemente no le gusten las mujeres –bajó un poco la voz e hizo un gesto con los ojos.
–¿Crees que Naruto es gay? –Cuestionó impactado por tal suposición–. ¿Cómo puedes pensar en eso, Koharu? Es ridículo, él no es gay –sin notarlo, el impacto de la teoría de ella le hizo alzar la voz.
–Baja la voz –reprendió la anciana–. Y tengo motivos para pensarlo. Uno de mis espías le escuchó hablando con Sasuke Uchiha. Hablaban acerca de su última misión. Entonces el rubio mencionó haber conocido a un hombre que le cambió la vida y lo hizo darse cuenta de lo que realmente siente. Lo dijo de esa misma forma, mi espía afirma que se ponía nervioso cuando hablaba de eso. ¿Tú que crees que signifique? –se acercó a él para hablarle casi susurrando–. Además, he notado que desde que regresó de esa misión ha estado nervioso, como si ocultara algo. Cuando una sus amigas se le acerca busca evitar ese tema en particular, y solo habla con sus amigos de eso. Curiosamente, con ellos se nota más relajado.
–Me cago en… no puede ser, el próximo hokage… ¿pero que estoy diciendo? Eso no es verdad son solo figuraciones tuyas. Eso no prueba nada –negó rotundamente, aun así volvió la mirada al chico que caminaba aun por esa zona.
–Necesito decírselo a alguien, necesito un consejo, o al menos alguien que me escuche –se decía a sí mismo con cierta frustración mientras pensaba en alguien a quien confiarle eso. Entonces pudo ver al mismo Sasuke acercarse por esa zona acompañado de Sakura. En ese instante los ojos de Naruto brillaron y encontró la solución a su dilema– ¡Sasuke! –gritó corriendo hasta él.
–¿Qué quieres, Naruto? –Respondió con seriedad–. No tengo tiempo para tus tonterías, yo y Sakura…
–¡En verdad necesito hablar contigo ahora! –exclamó rápidamente. Entonces se acercó a Sasuke y le susurró algo–. Sé que no quieres estar aquí, solo sígueme.
–Gracias por salvarme –respondió el Uchiha suspirando aliviado.
–¡Lo siento Sakura, no iremos un rato, vale, luego te lo devuelvo! –rió enormemente tomando a Sasuke por el cuello y yéndose por una calle antes que siquiera la pelirosa pudiera hacer algo o decir.
–¿¡Que le pasa a este loco ahora!? Íbamos a tener una cita Sasuke y yo –alegó molesta con una vena resaltada en su frente.
Sin que lo supieran, los dos ancianos habían presenciado todo. Koharu miraba con una sonrisa, pues eso solo solventaba su teoría. Mientras que el viejo Himura veía con sorpresa lo ocurrido, comenzando a convencerse de lo que su acompañante decía.
–¿Entonces? –sonrió ella más segura de su suposición.
–Debemos hablar con Tsunade de inmediato, ella debe enterarse de esto y hacer algo al respecto –ordenó el viajo aun con sorpresa en su rostro.
FERSAW: ¿Como estáis gente? espero que bien. Bueno, he aquí el comienzo de un nuevo fic mio. Aunque este estará mas orientado al romance y el drama, dudo mucho que haya acción. También debo decir que es un mini proyecto, así que los caps serán cortos, así como que la historia no tendrá tantos, planeo un máximo de quince y un mínimo de ocho. veremos cuantos son al final. Que lo disfruten. No se olviden de dejar un comentario. Nos vemos.
