Bueno, bueno, apenas acabo de empezar una y ya publico otra, pero es que estaba haciendo el siguiente capítulo y al final acabe haciendo otro capítulo pero de esta, y me dije, mejor la subes y vas alternando entre tus publicaciones, y pensé que si podría hacerlo así que, espero que esa historia sea de su agrado.
De todos los seres vivos que existían en la Tierra no sería erróneo pensar en los humanos como el único animal que asesina por placer y provoca guerras innecesarias, incluso entre los más grandes depredadores existía una razón causa-efecto, no mataban por placer sino por la necesidad.
El avance de la tecnología había demostrado (y recreado) como se veían los dinosaurios que habitaron en la Tierra hace más de 500 millones de años, sin embargo aún no se habían descubierto fósiles de algún gran animal que combinara las características especiales de un animal terrestre-volador, que se pareciera a los dragones, o tal vez lo que nosotros conocíamos como dragón fuera sólo una ilusión…
- Oye te has enterado.
- Hablas sobre el nuevo planeta que fue descubierto.
- Por supuesto, crees que sea como la Tierra.
- Lo dudo, aún no han encontrado información concreta acerca de que haya agua en otro planeta que no sea la Tierra.
- Sería genial ser capaz de ir a explorar otros mundos.
- Ja, ja, morirás sin oxígeno.
- Y que te hace pensar que no existe el oxígeno en otros mundos.
- ¿Tal vez el hecho de que no haya agua?
Estaban en la hora del almuerzo y Nico escuchaba sin muchas ganas la aburrida plática de sus compañeras de clases, no es como que no le importara en absoluto el hecho de que podrán encontrar algún otro planeta cuyas características fueran similares a las de la Tierra, no, sino que más bien no tenía nada de qué hablar, suponiendo que encontraran algún planeta similar a la Tierra, ¿tan siquiera iba a ser posible transportarse hacia allí?, por lo que ella había escuchado el viaje a otros planetas podrían constar de varios años luz, dependiendo de qué tan lejos estuviera claro, suspiro fastidiada, ella ni siquiera estaba dentro de la conversación por qué tendría que importarle lo que los demás pensaran o hacían.
- Pero aún no sabemos si no existe agua en otros mundos, además nuestro galaxia es demasiado grande puede que haya más cosas asombrosas por ahí.
Suficiente, Nico no pudo aguantar seguir escuchando una conversación que no tenía rumbo fijo, así que se paró de golpe y salió rumbo a la azotea. Se quedó reflexionando mientras comía su almuerzo, que nuestro Universo era grande, desde el punto de vista humano sí, de hecho nuestro planeta era grande, pero astronómicamente hablando nuestro galaxia era la más pequeña de todo el Universo, existan más galaxias por allí las cuales el hombre nunca iba a ser capaz de ver ni en un millón de años, solo un milagro podría hacer realidad ese sueño, un sueño absurdo que podría llegar a ser el descubrimiento más importante de la historia de la humanidad, algo así como cuando el hombre llegó a la Luna, volvió a suspirar rendida por quinta vez en el día, ¿por qué ese día había estado preocupándose por asuntos que ni le incumbían?, el Universo, las galaxias, no es como si no le importara pero no era normal en ella que se preocupara por ese tipo de cosas, inesperadamente ese día no había ido a almorzar con las demás diciéndose que no estaba de humor para eso y había acabado con más mal humor que con el que empezó.
- Oh, así que aquí estabas, Nicocchi, hace demasiado frío acá afuera, acaso esperas a que algo te caiga del cielo. -Habló Nozomi desde la puerta.
- ¿Qué quieres Nozomi? -Dijo molesta Nico.
- Se puede saber a qué se debe tu mal humor.
- No es de tu incumbencia, si me disculpas tengo que regresar a clases.
- Entonces vamos juntas, después de todo vamos en el mismo grupo. -Hablo esta vez Eli.
Después del almuerzo el tiempo había transcurrido ligeramente rápido, ahora ya era un poco tarde y habían acordado reunirse para pasar el rato pero ella no se encontraba de muy buen humor que digamos y en este momento se encontraba camino a casa, aunque no podía llevar ese mal humor consigo, así que antes de llegar decidió tomar el camino que pasaba por el bosque, ahorraba tiempo y además era relajante, lo cual necesitaba en estos momentos, ni siquiera había recorrido la mitad del camino cuando encontró un extraño objeto tirado en el suelo, con varias lucecitas y extraños símbolos, 'no recojas cualquier cosa que encuentres tirada por ahí, podría ser peligroso', por supuesto su madre se lo había dicho muchas veces y sin embargo siempre lo hacía, además nada peligroso había pasado y esta no sería la excepción… o al menos eso creía Nico… Se agacho a recoger el extraño artefacto y para su sorpresa este emitió una brillante luz al momento del contacto, una luz que la envolvió por completo y antes de que se diera cuenta estaba en un lugar completamente diferente, de repente le dolía la cabeza, estaba en un bosque pero no era el mismo en el que había estado segundos atrás, estos tenían hojas con tonalidades azules, violeta y naranja, no era raro encontrar árboles cuyas hojas fueran de color naranja, pasaba siempre que llegaba el otoño, el problema era que no estaban en la estación de otoño y los árboles ya habían perdido sus hojas, hacía frío, más frío que antes además de que ya estaba oscureciendo y Nico no sabía en donde se encontraba, preocupada se recargo en uno de los tantos árboles que se encontraban cerca, "las cosas no podían resultar peor", se dijo así misma, que equivocada estaba…
Alguien salió de la multitud de árboles que se encontraban rodeándola y se paró enfrente de ella mientras la observaba, Nico aliviada de que alguien más se encontrara allí se acercó y quiso preguntar en donde se encontraba, para su sorpresa el desconocido arremetió contra ella lo cual hizo que Nico retrocediera asustada y chocara contra el árbol.
- ¿Qué hace un humano como tú aquí en Ashbell? -Fue la pregunta del misterioso sujeto.
- O-oye espera un minuto, como que humano, acaso no eres tú también un humano -respondió asustada y a la vez molesta Nico.
- No me compares con ustedes, la raza humana es despreciable, no sé cómo es que llegaste aquí pero definitivamente has cometido el más grande error de tu vida.
- ¡Espera!
Instintivamente Nico puso ambas manos para protegerse de cualquier cosa que el extraño sujeto le fuera a hacer, contrario a lo que ella pensaba se detuvo, sintió como agarraba su mano y fue tomada del suéter.
- ¿¡Cómo es que tienes esto, donde lo conseguiste!? , ¡Responde! -señaló el objeto en su mano, Nico ni siquiera se acordaba de seguir teniendo eso, todo había sido demasiado extraño que no se había detenido a pensar en el objeto que posiblemente había sido el causante de todo esto.
- Y-yo no lo sé exactamente, me encontraba en el bosque y eso estaba en el suelo y parpadeaba, lo tome y antes de darme cuenta me encontraba aquí con un fuerte dolor de cabeza.
- Y como se supone que te crea eso.
- Ah, ¿cómo? dices.
Termino por explotar
YO SOY LA PRUEBA, no entiendo nada de lo que está pasando, ni siquiera el porque te refieres a mí como humano, que quieres decir con Ashbell, por que los árboles son tan extraños, de repente me intentas matar, soy yo quien está confundida. -Exclamó.
- Tienes agallas, te concedo eso, a pesar de que eres un simple humano como parte de la raza Dragonaid debo agradecerte por haber encontrado esto.
- Espera un minuto sigo sin entenderte, me podrías explicar todo esto.
- Pronto terminara de anochecer debemos regresar, sígueme y no te apartes.
Nico iba al lado de este extraño ser, de la forma más calmada que podía, decía que tenía valor eh, en realidad solo había descargado su mal humor en ese momento, llegaron a una parte clara de lo que le parecía era un inmenso bosque que era extrañamente iluminada por tres lunas, mientras que una de ellas era blanca al igual que la de la Tierra y parecía ser más grande que las otras dos, las otras que eran del mismo tamaño tenían un color rojo y violeta, con ayuda de la luz que le proporcionaban las lunas Nico pudo ver con claridad al sujeto. Tenía una tez blanca, y unos ojos rasgados que brillaban un poco más de lo normal, su cabello era rojo, se dio cuenta de que era una chica, solo por su comportamiento no había nada fuera de lo normal, además de que podía observar un bulto a su espalda y… una cola… Nico dejo de caminar abruptamente en cuanto descubrió eso, la extraña volteo a ver a su acompañante en cuanto esta se detuvo, entonces vio la mirada aterrorizada que esta tenía y sonrió con satisfacción.
- ¿Q-q-qu-qué eres? -preguntó Nico.
- No te lo dije soy parte de la raza Dragonaid, acaso me tienes miedo, y yo que te creí con más valor que eso. -dijo sin dejar de lado la sonrisa que se había formado en su rostro previamente.
- Drago-dragonaid, ugh, un Dragón dices. -Habló con cautela.
- Si, puedes llamarme así y dime ¿me tienes miedo? -Tomó del mentón a Nico obligándola a que la mirara.
Entonces lo que se encontraba a su espalda eran sus alas, si la veía así de cerca podía notar sus ojos lavanda que brillaban con diversión, su cálido aliento y sus labios curvados en una sonrisa, era hermosa, si dejaba de lado los afilados caninos que podía notar.
- S-supongo que cualquier humano que se encontrara en mi posición lo tendría -y luego recordó a Honoka- a menos que fuera un idiota.
- Eres interesante -frunció el ceño- como sea tenemos que salir de aquí.
- Le tienes miedo a algo o alguien.
- Nuestra raza es una de las más fuertes, no le tenemos miedo a nada, vamos.
Esta vez la tomo del brazo y empezó a caminar, a pesar de traer su suéter Nico pudo sentir el frío que provenía de la mano ajena, intentó hacer memoria y dio con lo que buscaba, si no se equivocaba esta chica era un dragón y los dragones eran reptiles, los reptiles son animales de sangre caliente, de pronto todo encajó para ella.
- Espera un momento.
- ¿Qué quieres ahora?
Se quitó la bufanda que traía y se la colocó en el cuello.
- ¿¡Qué haces!?
- Trato de ayudarte, tranquila.
Una vez que Nico había terminado de acomodarle la bufanda se separó.
- No creo que te sea de mucha ayuda pero algo es algo. -Dijo Nico.
- Hmmp, quieres ser de ayuda eh, tengo hambre ¿podrías ayudarme con eso?
Nico sabía cocinar por supuesto, el problema residía en que la chica frente a ella no estaba hablando sobre que le preparará comida, sino que fuera su comida.
- B-bueno yo... no creo que te agrade mi sabor, probablemente te cause indigestión, sí, eso es.
Tuvo que pensar rápidamente para dar con una respuesta que ella creía audaz.
- Entonces porque no mejor lo comprobamos.
Nico no captó el significado de aquellas palabras rápidamente, pensó que se había librado de esa, para su mala suerte no fue así, retrocedió un poco, los ojos que la miraban le recordaban a un depredador y también había algo más en ellos que no pudo descifrar, quería huir pero al mismo tiempo sus piernas no le respondían completamente.
-¿¡...!?
Sintió como algo la sujetaba por la cintura, algo que estaba segura no eran las manos de aquella chica, vio como lentamente dirigía su rostro hasta su cuello y una vez allí inhalaba profundamente, el cálido aliento de la chica golpeaba contra su cuello y Nico maldijo mentalmente por pensar que era agradable aun sabiendo que iba a ser comida. El dolor se hizo presente una vez que la chica la había mordido, Nico pudo sentir como sus colmillos le atravesaban la piel, como si no hubiera otra forma de disminuir el dolor se aferró a los hombros de la Dragonaid, todo su ser temblaba, el frío que la había estado congelando de repente se había esfumado, se preguntó si fue porque ya no tenía conciencia de sí misma o el hecho de que el cuerpo ajeno estuviera desprendiendo demasiado calor, no lo sabía con exactitud, luego una combinación entre cálido y húmedo que recorría su cuello fue lo único que sintió antes de quedar inconsciente...
Se escuchaban voces, al parecer se encontraban discutiendo, en cuanto abrió los ojos lo primero que pudo ver fue a dos personas que se parecían entre sí.
- Vaya ya despertaste.
La persona que le hablo tenía una voz distinta a la que recordaba y sin embargo Nico podía jurar que tenía su misma apariencia.
- ¿Qué... ocurrió?
- Nada importante solo quedaste inconsciente durante unas horas.
Esta vez dirigió su mirada a la otra persona, sin duda ella si era aquella chica que conoció en el bosque, se preguntó si aún estaba dentro del sueño si era así se encontraba divida entre querer despertar y no hacerlo...
- Lamento desilusionarte niña, pero esto no es un sueño, nosotros somos tan reales como tú, si quieres puedo hacerte sentir dolor para que veas que no podrás despertar.
- ¿Qué?
- Oh estas sorprendida, a diferencia de ustedes nosotros poseemos distintas habilidades.
- Madre la estas asustando.
No sabía que era lo que estaba pasando pero eso explicaba el gran parecido.
- En fin ahora que despertaste permíteme comprobar que no eres un asqueroso Spriggan-
- Madre ya le dije que no es así.
- Una opinión sin argumento no es válida, lo sabes bien.
- E-este yo... no sé qué son esos Spr-spring-
- Spriggan -termino la chica por ella, se veía preocupada.
- Sí, eso, pero les juro que soy una humana completamente inofensiva.
- Eso no cambia nada, los Spriggan se aliaron a la raza Humana hace tiempo -contesto esta vez la que parecía ser la madre de aquella chica.
- Ella no tiene nada que ver con ellos, como le dije no note ningún olor perteneciente a los de los Spriggan en ella.
- Así es, ni siquiera sé cómo llegue aquí.
- A menos que me comprueben lo contrario no permitiré que siga con vida.
Al oír esto la Dragonaid se tensó, Nico no sabía que decir era demasiado extraño todo eso, jamás se había quedado callada en una discusión pero aquí parecía que nada de lo que dijera fuera a funcionar.
- Si esto vale para usted madre, yo me encargare de ella a partir de ahora, procurare no causarle muchos problemas y por cierto…
- ¿Sí? -le insto la mayor al ver que su hija no continuaba.
- …Dijo la verdad, es raro encontrar a un Humano que no mienta estando en peligro de muerte.
- Así que me estás diciendo que te ibas a comer a esta chica humana.
Dijo después de leer su mente.
- ¡No!, d-después de todo ella encontró el artefacto que había perdido.
- ¡Pero si me estabas devorando con la mirada!
- ¡…!
La Dragonaid sé sorprendió ante el comentario tan repentino, Nico se maldijo mentalmente, cuantas veces más iba a meter la pata aquel día, todavía que la chica la estaba ayudando.
- N-no, quiero decir… es un mal hábito mío hablar sin pensar, perdónenme por favor. -Agregó rápidamente.
- Esa no es prueba suficiente, pero si está bien para ti tú decidirás que hacer, tengo asuntos importantes que atender, ven en cuanto hayas terminado.
La Dragonaid se le quedo mirando fijamente con el ceño fruncido en cuanto su madre se fue.
- ¿Cómo te llamas?
- ¿Ah?
- Te pregunté que, ¿cómo te llamas?, es falta de educación no decirle al menos tu nombre a la persona que te acaba de salvar la vida.
- Salvar dices, ¡tú querías comerme, eso contradice lo que dijiste antes!
Nico se paró de la cama para enfrentar a la Dragonaid, pero para su sorpresa esta uso su cola para tomarla de las manos y regresarla de nuevo a la cama, la cual le pareció suave a Nico considerando que ellos eran… pues dragones, dragones que se parecían a los humanos cabe recalcar, para empezar de no ser por la cama Nico ni siquiera se hubiera enterado de que ellos también dormían, lo cual fue algo agradable de saber, al menos no eran como los vampiros, considerando el hecho de que exis-
- Digamos que dices la verdad, qué diferencia hay, soy más fuerte que tú así que si quiero puedo acabar con tu vida, si yo hubiera querido matarte lo hubiera hecho en aquel bosque y ahorita no estarías aquí -se posiciono encima de Nico- así que dime ahora ¿quién es la que lleva la ventaja aquí?
- Yazawa Nico -hablo desconcertando por completo a la chica que estaba sobre ella- q-querías saber mi nombre no, pues bien me llamó Yazawa Nico, me suelen llamar Nico-chan. -Dijo mirando hacia algún otro lugar donde no estuviera en su rango de visión aquella chica.
Una vez que obtuvo su respuesta, la chica sonrió levemente.
- Pues bien Nico-chan, yo soy Maki, Nishikino Maki.
La tomó del mentón obligándola a mirarla, "esto parece algún tipo de deja vú", pensó Nico, y como si fuese en cámara lenta la Dragonaid depositó un beso sobre sus labios, Nico abrió los ojos sorprendida.
- Y desde este momento tu vida me pertenece…
Chan, chan, no sé que les pareció?, la verdad solo se me ocurrio mientras recordaba un juego de face, jaja, que paen un buen día.
