Disclaimer: Harry Potter no me pertenece ni ninguno de sus personajes, sino a la mente de J.K Rowling. La trama de esta historia es mia, levemente influenciada por la canción de Gorillas "Fell Good Inc". Derechos reservados a sus respectivos creadores.

"Participante del Retos a la Carta de la casa de Slytherin"

N/A: El título de este one-shot no tiene nada que ver con el contenido (?) Este es mi primer one-shot de tres :v los centrare en Daphne y su influencia en tres chicas diferentes, la primera será Ginny :3 La verdad es que todo está raro con referente al contenido, no sé si considerarlo lemmon o lime, tampoco sé cómo empezó de una forma y termino de otra. Dilemas de la vida (?)

Título: La fábrica de la satisfacción.

Summary: Eran más que vanas esperanzas, quería creer que Daphne se mortificaba como ella. Y aun así ni ella se la tragaba.

Numero de palabras: 1067


Madmuasel Selt con un entremés especial de la casa.

"La fabrica de la satisfacción"

Selt Cunnighan.


Siéntete bien…

Toca su fino cuerpo, Daphne toca la piel de porcelana de Ginny y no puede evitar gemir levemente cuando se da cuenta de lo suave que es. Traga saliva mientras siente a la pelirroja sentarse sobre sus piernas.

Esta jodidamente excitada.

¿Se siente bien Daphne?

La rubia asiente con la cabeza en señal de aprobación, Ginny le sonríe satisfecha. Lleva sus manos a su espalda y se desabrocha el sostén que tanto le hostiga en esos momentos. Devuelve su mirada a Daphne y se acerca lentamente, rosando sus labios con los de ella. Nunca creyó que haría este tipo de cosas con ella. Pero a medida que avanzan, con la inexperiencia de la rubia y las prisas por tocarse, se da cuenta de que no le importa.

Las torpes manos de Daphne le acarician los brazos, poco a poco va ganando confianza y sus toques son más satisfactorios.

Soltando otro gemido al momento de sentir la lengua de la rubia sobre su pecho, se da cuenta que no le importa nada más en estos momentos.

Incluso si la ciudad callera sobre la espalda de un camello, no le importaría.

Todos no eran más que unos fracasados, quizás tenían que largarse.

Gime más y más cuando es acorralada contra el escritorio del profesor de química, Daphne se está poniendo ruda y le encanta. Siente una mordida en su cuello, suelta un gritito, pero no sabe si es de dolor o placer. Sus piernas son abiertas y las manos de Daphne se deslizan sobre estas, bajando las medias de a rayas que tanto le encanta, dejando leves besos a medida que la piel expuesta aparecía.

Incluso en medio de este placer, se da cuenta de que la ciudad sigue siendo melancólica. ¿Por qué hacía esto para empezar? Quizás era porque odiaba a su hermano Ron, lo odiaba y para vengarse se ha liado a la chica que le gusta a él. No quería verlo sonreír como idiota nunca más.

¿Se siente bien Ginny?

No responde, la rodea del cuello con sus brazos, entrelaza las piernas en su cintura y se desenfrenan en un beso húmedo, donde sus lenguas se encontraban y luchaban tan eróticamente que casi podía sentir venir el orgasmo.

Las manos de Daphne le tocan los pechos, los acaricia, los aprieta, pellizca sus pezones y le hace gemir en medio del beso mientras siente como todo aquel liquido fluía por su entrepierna en señal de evidente excitación. Daphne se separa de sus labios, la mira con aquella típica fría expresión en el rostro por la que era conocida en la escuela, deja de jugar con sus pechos y comienza a bajar lentamente la mano. Más abajo, un poco más, ahí en ese punto en el que el fuego acrecentaba. Siente la humedad chocar contra sus dedos y la acaricia sobre las bragas.

D-Daphne…

Ginny gime su nombre, gime más y más ante cada caricia. Aun si los dedos de Daphne no entraban en ella, el placer causador por aquellas simples caricias la volvía loca. Pedía más y más, era desnudada sin darse cuenta, se aferraba a la espalda de Daphne mientras estaba al fin metía un dedo en ella, sintiendo la viscosidad y calidez de aquella zona.

Ginny podía saber pocas cosas de Daphne Greengrass, sabía que la chica venia de una familia acaudalada, que si quería arrasaría con todos a su paso. Y aun así no le importaba para nada.

Casi podría pecar —enamorarse— por ella.

Escuchando el tic-tac del reloj de la pared, no sabe cuánto tiempo ha pasado desde el inminente orgasmo. No sabe ni siquiera en qué momento se ha dormido entre los brazos de Daphne, en el frio suelo de aquella aula de clases vacía.

Tenía que irse.

Quiere huir.

La culpa de pronto la persigue y siente que todo fue un error.

Un excitante y maravilloso error con sabor a sexo.

Pero en el fondo de sus pensamientos, deseo por un momento permanecer al lado de la rubia por siempre.


— ¿Te sientes bien Weasley?

La fría voz de Daphne a la mañana siguiente se siente como el hielo, Ginny se sonroja sin poder evitar recordar lo último de la tarde de ayer. De su estúpida y cobarde huida, aun cuando ella es quien sedujo a Daphne.

—Y-yo… No lo sé.

Es todo lo que es capaz de contestar, ni siquiera puede mirarla a los ojos, esta arrepentida.

— ¿Sabes Weasley? Estoy destinada a estar sola —dice Daphne de repente, captando la atención de la pelirroja— A pesar de que sientas que lo de ayer fue un error, sinceramente te agradezco.

Entonces extendió su mano hacia Ginny y le acaricio la mejilla, le dedico una leve sonrisa y tomo la mano de la pelirroja.

—Lamento si a partir de ahora nada es igual, aun así quiero que tengas esto.

Y le entrego una simple pulsera de plata, no era la gran cosa y aun así era hermosa. El corazón de Ginny empezó a latir a mil por hora.

—Gracias…

Ni siquiera sabe que responder.

—Algún día nos encontraremos en la tierra prometida, así que hasta entonces.

Y a paso lento y calmado se fue, dejando sola y desconcertada a Ginny. En especial sola. Porque ya todos sabían en la escuela que ella y Daphne Greengrass habían dormido juntas, su hermano no le hablaba, Hermione la miraba algo raro y Luna simplemente la trataba como siempre y aun así sentía que estaba actuando fríamente.

Camina a paso calmado a su salón de clases, ignorando las miradas sobre ella. No sabe que hacer además de eso. De alguna forma, ahora quería estar con la rubia siempre, caminar de la mano y ser algo así como novias. De alguna forma aquella chica se había llevado todo de ella en una sola noche.

Se suponía que el amor era para siempre, pero, ¿esto era amor? No lo sabía.

¿Debería parar o seguir con aquellos pensamientos?

Siéntete bien

Aquellas palabras retumbaron en su mente.

¿Se siente bien Daphne?

Ella le había seducido y aun así estaba mortificándose con el cómo término. Repetía aquella tarde en su mente todo el tiempo, inclusive quería tener la estúpida esperanza de que Daphne también.

Quiero creer que piensas en mí cuando no puedes dormir Daphne, así como yo contigo.

Eran más que vanas esperanzas, quería creer que Daphne se mortificaba como ella.

Y aun así ni ella se la tragaba.