Marinette se encuentra sentada apoyando su espalda en el respaldo de la silla, mirando el techo, confundida, indecisa. Molesta consigo misma por amar dos personas.

"Me gusta Adrien"

Dice Marinette muy segura sintiendo el rítmico sonido de su corazón.

"Me gusta Chat Noir"

Y esa es la verdad porque su corazón sigue latiendo al mismo ritmo.

Los ama.

Cierra los ojos y un sonrojo aparece en sus blanquecinas mejillas. Baja la mirada y nota en su escritorio como en la izquierda esta una foto de Adrien y en la derecha un dibujo de Chat Noir.

Nunca pensó que estaría en una situación como esta. Después de todo, siempre creyó que amaría a Adrien y nadie más. A ese chico que le mostro el sentimiento cálido del primer amor. El mismo que le hacía tartamudear y actuar como una tonta, pero cuando Chat Noir arriesgo su vida por ella. Casi muriendo, en ese momento creyó que ella también lo estaba haciendo. Había gritado su nombre como si el mismo estaba desgarrando su garganta. Ese día, lo supo, no quería perderlo. No quería pensar en un día en que no iba a estar más.

No obstante por esa razón. Se encontraba así, desorientada y sin rumbo donde ir.

Mucho más cuando supo que Adrien amaba a Ladybug y la verdad es que no se sintió deprimida porque los dos chicos amaban la parte heroica de ella. Todo porque estaba más ocupada en pensar a quien amaba más de los dos y para su disconformidad. Su corazón no se lo decía. Y su mente no lo sabía.

Suspiró y se levantó de la silla. Llevándose las dos imágenes con ella, subió las escaleras y se recostó en su cama. Miró de nuevo el techo y suspiró levantando las imágenes a la altura de sus ojos.

— Dime a quien quieres —Marinette posó su palma sobre su pecho— Dime— Sintiendo sus latidos más acelerados. Entretanto miraba las dos imágenes, la de Adrien y la de Chat Noir.

Al minuto, frustrada tapó su cara con las dos imágenes.

— Dime que sientes —Le pidió a su corazón como si este pudiera hablar— Dime... ¡Vamos! Que yo no lo sé.

Cerró los ojos. ¿Al despertar podría entender?

Cuando lo hizo, siguió confundida. No hubo ningún sueño explicativo, ni nada parecido eso. Por ese motivo, siguió sin comprender a quién amaba, a quien realmente amaba. Creyendo que estaría así por siempre.

Sin embargo por siempre es bastante tiempo, además de que en algún momento por elección del destino se van a revelar sus identidades. Mostrando que los dos amores de Marinette adentro o fuera del disfraz son la misma persona y quizás por eso su corazón no se atrevía hablar, por eso no le dijo nada.

Porque no podía decidirse por uno de los dos, si solo había una persona.