Bueno este es mi primer fic asi que no mucho para decir... espero que lo disfruten y dejen reviews!! (se aceptan criticas )

Aclaraciones: es u EdWin aunque el fic no tenga nombres...


Él se encontraba sentado en el frío pasto de una fresca noche de verano; sus piernas apoyadas contra su pecho, siendo fuertemente abrazadas por sus brazos. Era un chico común, poseía un hermoso cabello rubio recogido en una trenza, sus ojos eran de un fuerte dorado y se encontraban pensativos, mirando la nada.

Junto a él se encontraba una rubia de ojos del color del cielo, perdidos en e lejano horizonte. Se hallaba recostada sobre un tronco tirado en el suelo, y vestía una blusa blanca y una pollera negra.

Ninguno de los dos hablaba, entre ellos desde hacía ya un tiempo de la última vez que habían cruzado palabras, se había formado una atmósfera de silencio incómodo, la cual ninguno de os dos parecía querer romper. Así quedaron unos minutos más, hasta que el rubio decidió hablar, pero al hacerlo lo hizo sin apartar sus dorados ojos de la lejanía:

- Perdón – pronunció casi en n susurro

Al oír esto la chica pareció salir de su letargo y volteó su cara para verlo con esos ojos color zafiro. No dijo nada, simplemente se lo quedó observando, escrutándolo con la mirada. Pronto éste al notar que la chica no pronunciaba palabra decidió mirarla. Por un instante sus miradas se encontraron, esas dos miradas, la azul y la dorada se miraban como nunca lo habían hecho antes. Ninguno de los dos podía apartar la mirada del otro parecían como atrapados el uno por el otro.

La mirada de él estaba concentrada en esos ojos azules, tan profundos como el océano. Eran esos ojos, los de aquella chica, los que el ambarino deseaba en lo más profundo de su alma, aunque le costara admitirlo.

Los de ella miraban a través de esos ojos dorados, penetrantes y duros pero a la vez sufridos y tristes. En ellos ella encontraba las fuerzas para seguir adelante y no rendirse, era por esos ojos por los que muchas veces los suyos sufrían y lloraban.

Así permanecieron varios minutos, sumidos cada uno en sus pensamientos y con sus miradas enfrentadas, hasta que la chica reaccionó:

- Ahh…, no importa… esta bien, solo estaba un poco celoso…

- Bueno… ¿¡QUÉ!? ¡¡YO NO ESTABA CELOSO!! – grito el muchacho haciendo que la rubia se riera por su reacción y por el hecho de que el chico tenía toda la cara de un color rojo bastante notorio.

Entonces la rubia se acercó suavemente al chico hasta quedar apenas a unos centímetros de distancia de su cara, acto que hizo que el ambarino se sonrojara más aún.

- No que va… - dijo, con una sonrisa pícara en la cara.

Después todo fue muy rápido para el ambarino el cual apenas pudo reaccionar cuando su amiga se acerco un poco más hasta que sus labios se juntaron y luego seguidamente se transformaron en un tierno y apasionado beso.

Cuando se separaron, ninguno habló pero la rubia alcanzó a oír unas palabras pronunciadas entre dientes por el chico, antes de que éste volviera a besarla.

- Solo un poquito…