Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece.
Advertencias:
Posible OoC, pero juro que intento que no, saben que lo odio con mi vida. AU.
Cómo escribir un Graylu en menos de cinco minutos.
—Pon a Lucy trabajando porque necesita el dinero (es lo más cannon del mundo y va de maravilla en cualquier universo).
—Agrega a Gray a la ecuación.
—Déjate llevar y espera a que lo que salga no sea una reverenda mierda.
Ahora puedes escribir tu propio Graylu sin tener que preocuparte, porque ellos pegan sin necesidad de cola en todo lo que los pongas(?).
Fuera de webeo, en realidad era un fic en el que Gray y Lucy se conocían, pero lo modifiqué porque lo tenía a la mitad y me salía más rápido para la Pairing Cup, considerando el tiempo que llevo perdido. Eso.
Todos los drabbles aquí participan en la CI Pairing Cup, del foro Cannon Island.
Primera fase: Primeros encuentros.
—Y lo mejor: Todos son Graylu(?).—
Palabras: 482.
Resumen: Lucy no entendía qué se supone que tenía de encantador el chico en la barra —quien se notaba era nulo en eso de ligar—. Al menos no en un principio.
Dos de azúcar, por favor
[...]
Lucy observó sin mucha felicidad y con una extraña sensación al chico sentado en la silla de la barra. Él la miraba fijamente, como si estuviera esperando algo, y francamente parecía un poco incómodo. Ella tragó en seco y carraspeó antes de hablar.
—¿Qué desea pedir? —preguntó por regla.
—¿Cuál es tu nombre?
¿Desde cuando su nombre era algo que se pudiera ordenar para el almuerzo?
—¿He... empezado mal? —inquirió.
En realidad su reciente pregunta indicaba que no era alguien que fuera comportándose como gran conquistador por la vida. Lucy suspiró aliviada. Esos eran insoportables y pesados.
—¿Vas a pedir o no? Tengo que atender a los demás, si se quejan no me pagarán —frunció levemente el ceño, sintiéndose impaciente.
—Prefiero esperar a que termines de recibir pedidos, pero... —dijo, haciendo a Lucy enarcar una ceja. Le lanzó una última mirada indiscreta antes de que ella decidiera largarse a atender a los demás clientes, totalmente sonrojada cuando le oyó alzar un poco la voz—. ¡Todavía no terminaba!
Ella se tensó frente a la mesa de un par de ancianos sonrientes, si era posible se puso más roja, sobre todo al sentir la mirada perspicaz de la abuela luego de que mirara por un segundo al chico.
—Parece un chico encantador —comentó.
Lucy intentó ignorarla y suspiró.
—Realmente no le conozco —rió nerviosa—. ¿Que vais a querer? —recompuso la sonrisa amable.
—Oh... Bueno, creo que un par de criossants y dos cafés estarían bien. El frío no perdona allá afuera —dijo sin perder el aspecto de abuela cariñosa y agradable.
Asintió y luego de atender dos pedidos más y de entregar un almuerzo recién salido del horno, volvió a la barra, encontrándose de nueva cuenta con la mirada gris del chico. Era atractivo, pero ella no estaba ahí para ligar.
—¿Ya sabes qué vas a pedir, además de mi nombre? —preguntó dirigiéndole breves miradas al tiempo que servía cafés.
—Lucy, ¿olvidaste de nuevo traer los pedidos?
Se sintió nerviosa ante la sonrisa del desconocido y la afable de Lisanna, que le hablaba asomándose desde la cocina. En silencio sacó la hoja de la agenda y se la entregó para llegar otra vez frente a él.
—Un café con dos de azúcar, por favor, Lucy.
Segundos más tarde, en los que ella le había estado mirando con la esperanza de que se le cayera la cabeza, decidió hablarle de nuevo.
—No es justo que sólo tú sepas mi nombre.
A él pareció agradarle el comentario, aunque el leve sonrojo de sus mejillas no se iba. Todavía parecía un poco incómodo aunque aliviado.
—Llámame Gray.
—Bien, Gray. ¿De casualidad conoces a alguien llamado Loke?
Extrañado, asintió.
—Jamás le vuelvas a pedir consejos para ligar a ese hombre. Sólo funciona con chicas ingenuas.
Aunque avergonzado por el comentario, sintiéndose pillado, Gray no puedo evitar esbozar una sonrisa. Era una chica lista y eso le gustaba.
