Advertencia: Este fic contiene Spoilers del capítulo 3x25
SylarPOV
Te había llevado con engaños hasta la habitación del hotel, si bien, en un principio mi negación rotunda a que me acompañaras se había hecho presente, de alguna manera tu sonrisa y tus ansias de ayudarme creyendo que era tu padre, hicieron que aceptara tu oferta permitiéndote permanecer a mi lado.
Pero las mentiras tarde o temprano concluyen y a pesar de mi sentido retorcido del humor, me resultaba demasiado inquietante permanecer a tu lado con la apariencia de él, del hombre al que tus ojos miran con admiración y cariño, pero no era suficiente, necesitaba que supieras que yo no era él, quizá mi imaginación desbordante me sugería desesperadamente que me mostrara como soy porque… en un universo paralelo, quizá tu me verías de la misma forma en que yo a ti.
Me acerco a tu pelo y aspiro tu aroma, es una fragancia tan dulce y sutil que por un par de segundos me hace sentir en el paraíso, digo palabras sin sentido, solo para rellenar el silencio en el que nos encontramos, odio admitirlo, pero amo escuchar el timbre de tu voz aunque sea solo para decirme cuanta repulsión te causo.
No quiero, pero no me dejas opción alguna; utilizo mis poderes para manejarte y de alguna manera, me siento más cerca de ti que nunca, intento entablar una conversación contigo pero supongo que no te sientes cómoda a mi lado, por lo cual solo respiras pronunciadamente dejándome saber que te desagrada la situación. Me amenazas y no puedo evitar que tus palabras hagan que mi estomago de un vuelco.
Me duele que me odies, no tienes la mas mínima idea de cuánto, así que hago lo que mejor se hacer; juego con tu mente, provocando que el miedo se deslice de a poco por tus venas penetrando cada rincón de tu cuerpo hasta congelar por completo tu sangre. Tus ojos expresan temor, odio y desesperanza, pero me niego a verlos y te obligo a girarte.
Comienzo a decirte cosas personales, no entiendo porque lo hago, pero aun así las palabras no acceden a permanecer dentro de mi boca.
-¿te has detenido a pensar, cuantas cosas tenemos en común? –pregunto acercándote una copa de vino mientras organizo mis ideas antes de hablar.
-Fuiste adoptada, yo fui adoptado. Tú no puedes morir, yo tampoco. –añado haciendo que nuestras copas choquen entre sí produciendo un sonido armónicamente agudo.
-Oh, puedes morir y yo me asegurare de ello –respondes mirándome de nuevo de esa forma que estoy comenzando a detestar. Aspiro el aroma del vino en un intento de comparar la dulcificación del mismo con tu particular fragancia, pero no, simplemente tu olor no puede ser superado ni siquiera por el vino más costoso del mundo.
Acaricio tu cabello colocándolo delicadamente tras tu oído y dejo que mi mano se pase hasta tu nuca disfrutando de la sensación de sentir tu piel temblar debajo de mis dedos.
-Quizá con el tiempo podrías perdonarme, incluso… amarme –arriesgo demasiado al decírtelo, y al escuchar tu respuesta mi corazón se apretuja e ignoro la sensación. Bromeo con tu amenaza, y de nuevo… sin pensarlo si quiera mi boca se entre abre para delatar mis sentimientos. Mi dedo se pasea por tu rostro, tu piel es tan suave que quisiera permanecer tocándola para siempre, incluso… por unos segundos la idea me parece maravillosa.
-¿Quién sabe? Podrías ser mi Primera Dama –tu cuerpo tiembla de nuevo, aunque no por los motivos que yo deseo, pero aun así, atesoro el momento de sentirte mía. Porque no soy estúpido y sé que jamás podrás perdonar lo que soy y yo no cambiare para ti, se que en cuanto tengas la posibilidad intentaras matarme y huiras al lado de los tuyos, de tu familia, de aquellos a los que amas y entonces los odio más que nunca; porque jamás me amaras como los amas a ellos.
NA: Bueno, amo esta pareja y me encanto la escena ^^
