Cuando desperté…

no explicaba el por qué estaba demasiado cansado, la luz del sol reflejada sobre mi habitación delataba la hora.

Apenas logre abrir los ojos, me estire perezosamente por tener que despertar, afortunadamente era sábado.

Pero me tope con algo… un objeto suave, frio; no sabia que era, mi boca la sentía caliente con un sabor agradable, pero de alguna forma no lograba descifrar aquel magnifico sabor.

Me percate que en una mano tenia un objeto algo viscoso, muy liviano, pero con un movimiento suave, la luz no cubría el lugar donde estaba, entonces me pare del suelo donde había estado acostado, con aquel objeto aun en la mano, estire mi mano para presionar el interruptor.

La luz era demasiado fuerte, tal vez ayer me excedí un poco, pero era algo normal en estos tiempos, lentamente me dirigí al espejo que estaba en la habitación, mi corazón se paro con la escena.

Mi cama estaba desecha, de ella sobresalía un brazo humano con marcas de mordeduras y uno que otro pedazo de carne arrancado, sangre salía lentamente de sus marcas.

Podía verse un pie que resaltaba de entre los almohadones de la cabecera de la cama, que estaba salpicada de sangre, podría verse un bulto que sobresalía de la cama.

Y yo, yo estaba enfrente del espejo, la escena… era simplemente aterradora, un corazón palpitante era lo que yo… sostenía, de mi boca salía un liquido espeso y viscoso, estaba todavía caliente, era algo obscuro, contrastaba con mi tono de piel, me fije bien y era… un hilo de sangre, no, no, podía ser era sangre.

¿Qué había hecho?

¿Cómo…? o por dios, no podre vivir con esto, haber matado a alguien es imperdonable, ¡No merezco vivir!

Había decidido acabar con vida, me lanzaría del balcón de mi habitación, al fin y al cabo estaba en el ultimo piso de un edificio de 15, estaba seguro que el impacto bastaba para matarme.

Me acerque con paso firme a mi destino final, esto era el fin y estaba dispuesta a aceptarlo, no había necesidad de posponerlo por mas tiempo.

Estaba lista para saltar, no podía vivir con culpas, me acerque al balcón lenta pero firmemente, empecé a tener miedo pero que mas daba, me subí a barandal y sin pensarlo salte, lo único que me paso por la mente fueron los rostros de aquellas personas con las que había convivido a lo largo de mi vida, pero por alguna extraña razón no las lograba reconocer, Trataba y trataba pero no sabia quienes eran.

Luego llego el tan esperado final…

Cerré los ojos esperando, sentir el duro suelo debajo de mi, sentir como mi cuerpo se fraccionaba en partes, mi carne se molía por el impacto, mi cerebro se esparcía por el piso, pero nada de eso sucedió, abri los ojos y lo vi, ya había llegado al suelo pero mi cuerpo no parecía dañado.