Hola chicaaas! :D Ya que por fiin estoy de vacaciones, vuelvo con otra loca historia que constará de 3 capítulos :D

Como ya saben, los personajes no son míos, son de la grandiosa Stephenie Meyer; la trama si es mía... ¡Espero les guste! (:


Esperar en un aeropuerto nunca ha sido divertido, y esta vez no era la excepción, los vuelos tenían un pequeño retraso y ahora me encontraba esperando que hicieran la llamada de mi vuelo con destino a Los Ángeles, en dos días empezaba mi nuevo trabajo como jefa del área de pediatría, estaba realmente entusiasmada con este nuevo trabajo y con este nuevo comienzo, ya tenía todas mis cosas en mi nuevo apartamento y sólo me faltaba presentarme mañana con el Director del hospital para arreglar los últimos detalles y familiarizarme con las instalaciones, para por fin empezar a trabajar. Lo único que me entristece es que estaré lejos de mi familia y amigos, pero no me puedo quejar, a mis 26 años había logrado mucho a nivel profesional.

Estaba sentada tomándome un café mientras esperaba mi vuelo, cuando el titular de un reportaje que leía la persona a mi lado, llamó mi atención.

"La reconocida diseñadora Alice Cullen presentará su nueva colección en New York".

Alice Cullen… aquella pequeña duendecilla que conocí hace 7 años, la hermana de Edward, Edward Cullen… Aquel hombre con el que en mi segundo año de medicina mantuve una relación bastante…Fugaz, -si a eso se le pudo llamar relación- pensé divertida; aún recuerdo la forma no tan convencional en la que terminó lo nuestro.

**Flashback**

Iba caminando hacia la cafetería del campus a tomar mi respectivo café, lo exámenes nos tenían completamente absorbidos y el nivel de presión aumentaba cada vez más, por lo que también aumentaban las tazas de café que tomaba diariamente. Pensaba en mi próximo examen cuando un grito me sacó de mis pensamientos.

-"¡Bella!"- Gritó esa voz tan conocida, cuando me giré Edward venía hacia mí… mi novio, estaba igual de impresionante que siempre, con sus característicos jeans desgastados una remera verde que se adhería a su cuerpo, y mientras se acercaba pude notar en su cara que estaba igual o más exhausto que yo. Cuando llegó hasta mí se inclinó para darme un ligero beso y me dio una sonrisa que yo le devolví, era bueno verlo después de varios días.

-"¿A dónde vas?"- me preguntó.

-"Por mi dosis diaria de café"- le dije sonriendo, él mejor que nadie entiende la necesidad de cafeína en el cuerpo, los que estudiamos medicina tenemos eso en común.

-"Te acompaño, también necesito un poco de café"- me tomó de la mano y seguimos caminando hasta la cafetería. Era raro estar así con Edward, caminar tomados de la mano por el campus, a pesar de ser algo completamente normal y de tener un par de meses juntos, no hemos compartido mucho por falta de tiempo; cuando dicen que en el momento en el que decidimos estudiar medicina decidimos renunciar a nuestra vida social, es completamente cierto.

En el camino al café estuvimos charlando sobre la universidad y de lo que habíamos hecho en los últimos días, la última vez que nos vimos fue hace una semana y fue un encuentro muy breve en realidad, de hecho, en los dos meses que llevamos juntos son escasas las veces que hemos salido, creo que una relación entre dos estudiantes de medicina no es la mejor idea. Edward realmente me gusta y nos llevamos bien, pero la falta de tiempo por parte de ambos sólo hará que terminemos odiándonos cuando empiecen los reproches y reclamos.

-"¿Y qué planes tienes para este fin de semana Bells?"- me preguntó mientras le daba un sorbo a su café y me veía directamente.

-"Aparte de estudiar, Rose me auto impuso una salida al cine el Domingo, dice que necesito salir antes de que me vuelva loca"- le dije riendo recordando las palabras de mi amiga. –"Puedes venir si quieres, así tu también te distraes y descansas"- le ofrecí con la esperanza de que aceptara.

-"Me encantaría Bells, pero en unos días tengo un examen con el profesor Banner, y ya sabes como son esos exámenes"- dijo viéndome apenado, yo sólo le di una pequeña sonrisa de comprensión, porque si, lo entendía perfectamente, a pesar de que el profesor Banner da a partir del tercer año de la carrera, era conocido por todos por ser el más estricto de la facultad… Y aunque lo entiendo, ahora más que nunca siento que esto entre nosotros no esta resultando.

-"Esto no está funcionando, ¿cierto?"- Edward me veía apenado pero ambos sabíamos que tenía razón. –"El poco tiempo libre que tenemos es el que usamos para dormir"-.

-"Tienes razón"- asintió y estiró su mano para tomar la mía. –"Me gustas mucho Bella y el poco tiempo que pasamos juntos, lo pasamos muy bien pero…"-

-"Lo se Ed, pero la falta de tiempo nos traerá discusiones y no me gustaría terminar mal contigo"- el me veía intensamente con sus orbes esmeralda que tanto me gustaban y asintió entendiendo mi punto.

-"Pero seguimos siendo amigos, ¿no? Quizás no es el momento adecuado para ser pareja, pero podemos intentarlo como amigos"-

-"Claro que si Ed, podemos seguir siendo amigos"- le di un pequeño apretón a su mano que aún tenía tomada la mía y le sonreí.

**Fin Flashback**

Y así fue como nuestra corta relación terminó, y en efecto, seguimos siendo amigos, después de ese día las pocas veces que nos conseguimos en el campus siempre charlábamos cómodamente el poco tiempo que podíamos.

Lo último que supe de él fue que se iría a estudiar su último año de carrera a Inglaterra, y ahora que he vuelto a pensar en Edward me pregunto que habrá sido de él, supongo que seguirá en Inglaterra…

-"Pasajeros del vuelo 1425 con destino a Los Ángeles, favor abordar por la puerta 3"-

La llamada de mi vuelo me sacó de mis pensamientos, es increíble como un simple titular me trajo recuerdos de hace tanto tiempo. Sacudí mi cabeza alejando todos esos pensamientos sin sentido y me dirigí a abordar mi avión hacia mi nueva vida.

XOXOXOXOXO

-"Bueno Doctora Swan, ya tiene su busca y todo lo necesario para empezar mañana mismo, así que bienvenida al hospital"- Estaba en la oficina del director general del hospital, mi nuevo jefe. El Doctor se veía muy amable y atento, al menos no es de esos típicos doctores prepotentes.

-"Muchas gracias Doctor Carter, y nuevamente gracias por esta oportunidad"-

-"No tiene nada que agradecer Dra. Swan, usted está aquí por sus propios méritos"- me sonríe amablemente el doctor. –"Le pediré a mi asistente que te haga un recorrido por las instalaciones para que te vayas familiarizando con ellas"- yo sólo asentí agradecida, el hospital era bastante grande y necesitaba ubicarme para trabajar cómodamente mañana.

-"Nuevamente, muchas gracias"- le sonreí al Director y le estreché su mano como despedida.

Kate, la asistente del Director me ayudó a conocer las instalaciones del hospital, en el recorrido me mostró la sala de descanso, la máquina que ofrecía el mejor café y el comedor – sinceramente, espero que la comida de acá no sea tan mala como la del hospital de Seattle, aunque la verdad, no creo que pueda ser peor-. El recorrido fue algo corto pues Kate estaba un poco ocupada, pero aún así agradecí su ayuda, así no llegaría mañana tan desubicada, y sólo Dios sabe lo fácil que es para mí perderme en cualquier lugar, por eso conseguí un apartamento que sólo quedara a un par de cuadras del hospital.

Estaba caminando por los pasillos para llegar a la salida cuando alguien me llamó.

-"¿Bella?, Bella ¿Eres tú?"- Esa voz… Esa voz yo la conozco pensé, pero no puede ser de quien creo… Cuando me giré lo confirmé, era él, el mismísimo Edward Cullen, estaba frente a mí con el característico uniforme azul de los doctores junto a su bata blanca, mirándome fijamente con sus hermosos ojos y con esa sonrisa que tanto me gustaba años atrás, y no sé por que, pero al verlo aquí frente a mí después de tantos años, mi corazón se saltó un latido.

-"¡Edward!"- exclamé alegremente cuando pude salir de mi letargo al verlo, pero lo que no me esperaba era el fuerte abrazo que Edward me dio.

-"Tanto tiempo sin verte Bells"- me dijo mientras nos separábamos. –"¿Qué haces aquí?, ¿Estás enferma?"- preguntó de pronto preocupado, lo que causó que me riera, definitivamente nunca cambiaría, siempre preocupándose por los demás.

-"Tranquilo Ed, no estoy enferma"- le dije con una sonrisa y el se veía claramente aliviado. –"De hecho, voy a trabajar aquí, soy la nueva jefa de pediatría"-

-"¿En serio?"- dijo de pronto alegre y yo sólo asentí. –"¡Felicidades Bells!"- me abrazó nuevamente, y Dios, que bien se sentían sus brazos a mi alrededor. Dios Bella, ¡Concéntrate!.

-"¡Seremos compañeros entonces!"- me dijo con una gran sonrisa y con sus ojos más brillantes que nunca. –"¿Cuándo empiezas?"-

-"Mañana mismo"- le sonreí, la verdad es que su sonrisa era realmente contagiosa. En ese momento sonó un busca –al parecer el suyo- y Edward con una disculpa.

-"Me tengo que ir Bells, me buscan en Emergencia"- se disculpó. –"Pero no vemos mañana ¿De acuerdo?"- yo asentí y él se despidió de mi dándome un beso en la mejilla.

-"Por cierto, ¡Bienvenida al hospital!"- me gritó cuando iba por la mitad del pasillo haciendo que varias de las personas que pasaban por allí se giraran a vernos logrando que me sonrojara levemente.

No podía creer que después de tanto tiempo volviera a encontrarme con Edward, y tampoco podía creer que mi cuerpo aún reaccionara ante su presencia, a pesar de que nuestro noviazgo duró poco y no me llegué a enamorar, nunca pude negar la fuerte atracción que sentía por él. Pero eso no es algo en lo que tengo que pensar en estos momentos, ahora sólo tengo que preocuparme por terminar de instalarme en esta nueva ciudad y en mi nuevo trabajo.

XOXOXOXO

Mi primer día en el hospital estaba resultando bastante ajetreado, pero nada que no pudiera manejar. Mis compañeros en general resultaron ser bastante amables, con algunas excepciones, pero nada relevante.

Cuando por fin tuve unos minutos libres me dirigí al cafetín por algo de comer, y di gracias al cielo porque la comida no era tan mala como en mi anterior hospital, de hecho, era bastante decente.

-"¿Cómo te ha ido en tu primer día?"- la voz de Edward me sobresaltó causando que pegara un pequeño salto y que Edward emitiera una pequeña risa mientras se sentaba frente a mí en la mesa con su típica sonrisa torcida.

-"Bastante movido, pero bien"- le respondí mientras volvía a prestarle atención a mi almuerzo. –"Todos han sido bastante amables"-

-"Si, me imagino"- lo dijo con cierto énfasis lo que hizo que lo viera con una ceja alzada ¿Qué quería decir? –"El Doctor Black no ha parado de hablar de la nueva sexy Doctora Swan, así que me imagino que el ha sido muy amable"- cuando dijo eso parecía… ¿Enfadado? No, imposible, deja de imaginar tonterías Swan.

-"Uh, ni lo menciones… Creo que tiene un rastreador para saber en que lugar estoy"- hice una mueca recordando las constantes atenciones del Doctor Black, lo que causó una carcajada por parte de Edward.

-"¿Te ha molestado?"- preguntó serio. –"Por que si es así puedo hablar con…"-

-"No es necesario Ed"- lo interrumpí –"Puedo manejarlo yo sola"- él simplemente asintió, no quería que se buscara problemas con otros doctores por mi culpa.

-"Por cierto, ayer hablamos tan poco que no te pregunté cuanto tiempo tienes aquí en la ciudad"- me preguntó mientras tomaba su café.

-"Contando el día de hoy, son tres largos días"- dije con una risita, la verdad es que si han sido muy largos estos días, la mudanza puede llegar a ser bastante exhausta.

-"Oh… Entonces aún no conoces la ciudad, ¿Cierto?"- me preguntó con una sonrisa y un extraño brillo en sus ojos. Yo simplemente negué con la cabeza, lo único que conocía era el camino de mi apartamento al hospital. –"¿Qué te parece si cenamos esta noche? Me ofrezco a ser tu guía oficial de la ciudad"- terminó con una gran sonrisa, ¿cómo negarle algo cuando me miraba y me sonreía así?.

-"Espero que seas un gran guía"- cuando le respondí su sonrisa se amplió aún más, Dios, esa sonrisa está causando estragos en mí. Le di la dirección de mi apartamento y seguimos charlando de cosas sin importancia hasta que nuestros buscas sonaron haciéndonos volver a nuestras labores.

XOXOXOXO

Eran las ocho en punto cuando sonó el timbre de mi apartamento, me eché un último vistazo en el espejo, me decidí por un pantalón negro ajustado y una ligera camisa de seda azul oscura, si algo he aprendido en los días que llevo en Los Ángeles, es que mientras más ligera sea tu ropa, mejor. Me coloqué rápidamente mis sandalias negras de tacón bajo y tomé mi bolso de mano del mismo color para dirigirme a la puerta.

Cuando abrí la puerta ahí estaba Edward, vestido con un pantalón negro, al igual que yo, y una camisa verde que se ajustaba perfectamente a sus bien formados músculos, y como siempre, con su típica sonrisa torcida que hacía que se doblaran mis rodillas.

-"Buenas noches Bells, estás… preciosa"- me saludó viéndome de arriba abajo causando que me sonrojara levemente, lo que es extraño, pensé que había superado hace unos años esto de sonrojarme por cualquier cosa.

-"Hola Ed"- me elevé para dejar un beso en su mejilla y me pude percatar de lo bien que olía, y me tuve que controlar para no inhalar profundamente junto a él. –"¿Nos vamos?"- le pregunté.

-"Claro que si, estoy listo para ser el mejor guía turístico de la ciudad"- me sonrió ampliamente, yo cerré la puerta de mi apartamento y nos marchamos conversando tranquilamente.

Llegamos a un bonito restaurant que tenía una vista increíble, desde nuestra mesa podíamos ver gran parte de la ciudad, simplemente era una vista hermosa.

-"Me encanta este lugar Ed"- le comenté mientras veía por enésima vez la ciudad.

-"Te dije que sería un excelente guía, ¿no?"- contestó orgulloso causando que me riera.

Pedimos nuestra cena y conversamos sobre el hospital, nunca está de más escuchar consejos sobre ciertos compañeros de trabajos o sobre algunas comidas del cafetín.

-"¿Qué te trajo hasta aquí a Los Ángeles Bella?"- me preguntó interesado.

-"No lo sé"- contesté con una sonrisita. –"Fue más que nada, un impulso"- me vio con una ceja alzada confundido. –"Un día estaba hablando con Rose que necesitábamos un cambio y al día siguiente me hablaron de ésta oportunidad… y pues, aquí estoy"- terminé encogiéndome de hombros. Aún recuerdo esa loca conversación que tuve con Rose, ella acababa de terminar una relación y quería un cambio, y la verdad, es que yo también lo necesitaba; por eso no dudé ni un segundo en postularme para el puesto en esta ciudad cuando se me presentó la oportunidad, lo que me dio pesar fue el dejar a mi amiga allá, pero al menos Jasper está con ella.

Cuando terminé de hablar Edward me dio una sonrisa torcida -"Me alegra que hayas seguido ese impulso"- ¿Qué querrá decir con eso?, pero justo cuando le iba a preguntar fuimos interrumpidos por el mesonero.

El resto de la noche pasó entre una charla realmente entretenida, me contó como fue su vida en Londres, y aunque le iba muy bien extrañaba mucho a su familia y por eso decidió regresar hace dos años: yo por mi parte le conté varias anécdotas que viví con Rosalie –Las menos embarazosas, claro- y así se hicieron las doce de la noche sin darnos cuenta, por lo que nos fuimos rápidamente del restaurant por que ambos teníamos que trabajar al día siguiente, pero si por mí fuera podría quedarme el resto de la noche junto a Edward.


Espero que les haya gustado este primer capítulo chicas! Como dije, sólo serán 3 capítulos (Que ya están escritos, sólo falta editarlos xD).

Como siempre digo, ¿Críticas, Sugerencias? ¡Bienvenidas Sean! :D