Una mañana solitaria, una cama medio vacía y un recuerdo doloroso.
Recordar como todas las mañanas el estaba a mi lado, como siempre me hipnotizaba con su sonrisa perfecta, como siempre estaba con el cigarro, como siempre, el estaba a mi lado.
Cada noche el mismo recuerdo, mis manos posar sobre su torso desnudo, sus manos sobre mi cintura, sus labios paseando por mi cuello.
Cada momento es doloroso, por que cada rincón de mi mente, esta repleto de su ser, cada rincón de mi cama, de mi casa, y del pueblo, me recordaban a el.
Todos me dicen que tengo que olvidarlo, y seguir adelante en mi vida, pero lo que ellos no saben, es que sin el, solo puedo ir hacia atrás.
Casa segundo, recuerdo el momento en el que me dijeron que había muerto, recuerdo su funeral, recuerdo como sus alumnos no dejaban de llorar, y recuerdo que yo, no paraba de mal decir a hidan, si, hidan, el hombre que lo mato, el que me arrebato a la persona que yo tomaba mas que un amigo, era mi amante, y el padre de mi futuro hijo, daría mas que mi vida para poder volver a tenerlo en mis brazos, para poder acariciar de nuevo ese pelo, para poder reírme con el de nuevo, o simplemente, para poder despedirme de el.
Cada persona es irremplazable, el hueco que ocupa en el corazón, es algo que no se puede olvidar, eso es lo que quiero demostrar con esta historia, es corta, pero con el, demuestro que el amor, es imposible de olvidar.
