Los personajes no me perteneces, si no a Gorila senpai, Hideaki sorachi,tampoco la imagen de portada, esa pertenece a su respectivo dueño , lo único que me pertenece es la historia.
Aclaraciones:
Semi Au
Este fic participa en la semana Okikagu 2018 del grupo de fb "Amamos el OkiKagu / we love Okikagu" Día 5: Reencarnaciones.
Advertencia : Este fic se habla de diferentes reencarnaciones, puede contener: hetero, yaoi, yuri, se manejara diferentes temáticas y vidas pasadas,diferentes mundos, dimensiones,fantasía, romance, tragedia, amor, confort, OCC, ademas de que dependiendo de la reencarnación los nombres cambiaran. Los ranting cambiara.
Cronología: No hay una cronología en si, a excepción del primer capitulo y el último, sin embargo las vidas sera enumeradas por un propósito.
Prefacio:
"Era el sentimiento más puro y hermoso que podía sentir… amor"
—Eres una estúpida— las fuertes carcajadas de Sougo resonaban por todo el lugar, Kagura Yato una niña de su misma edad de piel nívea lo miraba con ojos furiosos. No era para menos, gracias al bastardo de su amigo la joven de cabello bermellón había caído directo a un charco de lodo— oink, oink, ahora si eres un cerdo, estúpida china. — canturreó el pequeño niño de ocho años, los ojos azules de Kagura parecía querer eliminarlo con la vista, ella inflo sus mejillas en un pequeño puchero, intento buscar algo para arrojarle, una piedra, una rama, cualquier cosa que sirviera para romperle la cara.
— ¡Estúpido bastardo, como te odio! — grito sin tacto alguno, quizá sus palabras sonaban duras, Kagura solía perder la paciencia muy rápido, muchas de las cosas que decía lo decía sin pensar. Por ejemplo, aun cuando decía odiar aquel chiquillo de cabellos castaño, muy en el fondo lo quería- más de lo que le gustaba admitir- Sougo Okita le gustaba como niño.
—A este paso jamás te casaras, china, sigues siendo una cerda salvaje.
— ¡No soy ninguna cerda! Jum— se cruzó de brazos— papi dice que soy la más hermosa del reino.
—Tú padre miente china, eres una cerda salvaje.
— ¡¿Quién llamas cerda salvaje, estúpido bastardo?!
—Enserio, a este paso nadie te tomara como esposa, eres malhablada, siempre andas con el vestido sucio, te comportas como una gorila— Kagura bajo el rostro— enserio Kagura no eres el prospecto de una buena esposa, eres un gorila del bosque
— ¡Y que! – gruño, aun cuando deseaba parecer imperturbable, no lo estaba, Sougo miro como esas hermosas perlas azules se nublaba y como Kagura en vano intentaba evitar llorar.
Era una salvaje, no era el prototipo ideal de mujer que un hombre desearía, no obstante para Sougo Okita era la niña más salvaje y hermosa que conocía, Kagura era diferente en muchos aspecto a todas las niñas que conocía, tenía algo que lo atraía- y no es que fuera un masoquista- pero Kagura era especial, la quería, quería que ella fuera solamente de él, tal vez sonaba posesivo pero esa china era suya, no por nada soportaba cada uno de sus golpes.
—Sin embargo, como soy una persona generosa.
—Si claro, generosa— la pequeña Kagura puso los ojos en blanco— más narcisista no puedes ser— mascullo entre dientes.
—Hare algo que algún día agradecerás, cerda gorila.
— ¡Eh! — ella no comprendía que trataba de decir, ¿de que hablaba ese bastardo?, Sougo dio dos pasos hacia ella, la miro con esos penetrantes ojos rojizos. —Sádico.
—Me sacrificare—soltó — me sacrificare tomándote como esposa— su voz sonó fuerte y clara, no había titubeo, los ojos de Kagura se abrieron aún más, ¿que le estaba tratado de decir?, las ganas de llorar se fueron dejando una sensación rara dentro de ella— así que no te vayas a poner a llorar, cerda, tendrás el privilegio de ser la esposa del gran Káiser Okita Sougo. — incluso aun cuando su rostro parecía estoico, el sonrojo de sus mejillas demostraba lo apenado que estaba, no todo los días te declaras a la chica que te gusta.
Kagura no tardó mucho en comprender el significado de esas palabras, sus mejillas adquirieron un color carmesí producto de la sangre que se la había subido , sentía cierta calidez dentro de su pecho, no pudo evitar sonreír, claro que esa sonrisa quedo reducida a una carcajada al momento que arrojo un puño de lodo directo al rostro de Sougo.
— ¡Ja! Ya quisieras imbécil, yo seré quien te dé el privilegio de ser mi perro-esposo, estúpido bastardo— Kagura sonrió, fue así como ambos comenzaron una pelea en el charco de lodo, entre risas y bromas fue sellado aquel pacto.
"Un amor que estaba prohibido"
La observo irse de la mano de aquel sujeto, Kagura había sido elegida como la nueva reina del reino Kouan, Sougo Okita sentía como si algo le hubiera sido arrancado.
—Kagura— susurro mientras su hermana lo abrazaba— ¿Por qué?— se preguntó.
Se supone que ellos habían ido a la prueba por simple curiosidad, hasta hace algunos minutos Kagura se mofaba de él, incluso la muy salvaje lo estaba moliendo a golpes, jamás esperaron que la perla comenzara a brillar al tenerla cerca, ella no podía ser la nueva princesa, por dios era Kagura, la china salvaje, no una princesa, su vestido estaba incluso manchado de barro, iba descalza y con el cabello revuelto, pero todo fue demasiado rápido, antes de darse cuenta un hombre de cabello castaño se acercó hacia ellos, lo último que supo era que Kagura estaba siendo custodiada por esos hombres y ellos la llamaban princesa .
—Sádico— murmuro con tristeza, Kagura era llevada de la mano por el sumo sacerdote, Sougo se quedó ahí, mirando sin poder hacer nada mientras un vacío se instalaba dentro de él.
—Kagura— gritó— Kagura— volvió a llamar, su hermana lo sujeto más a su pecho—Ella no es una princesa… ella es mi china, mi gorila salvaje, ella no puede irse— rogo— ella será mi esposa, ella es mi Kagura— pero sus palabras no fueron oídas. Sougo Okita vio como Kagura era apartada de su lado.
"Como princesa de reino Kouan, ella debería renunciar a su vida como mujer"
—El reino de Kouan existe gracias a la perla de Sadaharu, esta mítica perla que protege, cuida y mantiene vivo todo el reino, es una perla sumamente poderosa, como tal debe ser protegido y cuidado por una sola persona— explico el sumo sacerdote Utsuro, Kagura seguía con el rostro marchito, mirando sus pies descalzos— fuiste elegida por ella, debes sentirte afortunada— sonrió el sacerdote, su rostro lucia bondadoso y amable aparentemente. Sin embargo, era una persona demasiado estricta, frío e incluso cruel, creía ciegamente en las leyes establecidas por la perla. Por eso mismo las hacía regir en su totalidad.
—Yo… ¿algún día poder ver a mi familia?— quiso saber, el hombre sonrió compresible.
—Lo lamento mi princesa, pero partir de hoy tu vida anterior así como mujer tendrás que olivarlo, a partir de hoy tu vida solo existirá para la perla.
—Pero yo no quiero, yo no quiero que mi vida pertenezca solo a la perla.
—Lo siento, pero es algo que no puedes evitar, la perla así lo ha decidido mi niña, quizá te tome tiempo comprenderlo, pero con el tiempo lo entenderás, ser elegida como la princesa del reino de Kouan es lo mejor que te pudo pasar— sonrió el hombre.
"Fue así como ella quedo encerrada en una jaula de oro, su vida quedo reducida a la perla, vivía solamente para ella…"
—La perla tiene un poder inimaginable, puede cumplir cualquier deseo por mas imposible que sea— musito su tutor atrayendo la atención de su joven pupila.
—Eso quiere decir que puedo desear no ser la princesa del reino de Kouan— rápidamente pensó, el profesor la miro seriamente. —Si yo deseo eso quizá tal vez…pueda.
—No— acorto fríamente el hombre— aun no has comprendido lo que te estoy tratando de explicar— menciono— Kagura bajo ninguna circunstancia puedes utilizar la perla para tu conveniencia, fue precisamente por eso que fuiste elegida, tu deber como portadora es proteger y cuidar que no caiga en manos equivocadas.
—Pero Gin-chan, si tan solo yo…
—La perla es sumamente fuerte, puede hacer cualquier deseo realidad, no importa lo que sea, la perla te lo cumplirá pero al mismo tiempo pedirá como pago algo del mismo valor.
—¿Quieres decir, una especie de intercambio?
—Exactamente— el hombre giro su rostro hacia el ventanal del salón— si la perla llega a cumplir tu deseo, el reino que ves ahora sería reducido a nada, la perla es lo que mantiene todo ser vivo aquí, al cumplir un deseo eso implicaría que este mundo dejara de existir.
—Pero… entonces como cumpliría mi deseo si todo dejara de existir.
—No y si, al cumplir tu deseo la perla dejaría de tener poder, todo lo que habita en este mundo poco a poco perecería, tu deseo se cumpliría, pero a costa del sufrimiento de las demás personas o incluso del sufrimiento de uno.
—No entiendo.
—Supongamos que la perla cumple tu deseo, dejas de ser la princesa del reino de Kouan, sin embargo no sabes de qué manera lo harías, quizá te convierta en una aldeana más pero al poco tiempo enfermaras gravemente, o incluso para dejar de ser la princesa tengas que morir, ella estaría cumpliendo tu deseo pero al mismo tiempo esto no sería de forma que tu pudieras ser feliz, la perla es sumamente fuerte, ella escucha y revela hasta el más oscuro de tus deseos; no puedes mentirle, ella vera lo que más deseas y lo hará realidad pero a costa de un precio.— suspiro — Una de la razón por la que tienes que renunciar a tu vida anterior es porque los pensamientos y sentimientos solo deben girar entorno a este reino, si tus pensamientos giran entorno a algo más, esto puede despertar la oscuridad que hay en la perla, pensamientos de ambición, odio, celos, todo esto puede afectar al reino entero.
—Entonces el reino se vuelve inestable.
—Exactamente.
—Gin-chan, ¿qué ocurre si no puedo dejar de pensar en mi vida anterior? ¿Qué pasa si…?
—Solo existe una solución— dijo el hombre seriamente— y eso es la muerte. — las palabras de su tutor provocaron un escalofrío dentro de ella. — no puede nacer otra princesa a menos que la anterior muera, ya sea de forma voluntaria o…provocada.
—Gin-chan ¿Qué le paso a la anterior princesa? — quiso saber, pero el hombre de ojos rojizos no contesto, una sonrisa triste sobresalía de su rostro.
No hubo necesidad de preguntar más, Kagura lo entendía.
"Vivía en su jaula de oro, ya no era la pequeña niña salvaje, ahora era solo una muñeca sin vida que solo existía para la perla, eso fue hasta que él apareció…"
—Juro protegerla, mi vida solamente le pertenece a mi princesa— juro el hombre de cabellos castaños con una sonrisa en sus labios, el rostro de la princesa lucia estoico. Sin embargo, algo cálido emergía dentro de ella.
No, debía haber un error, él no podía estar ahí.
—¿Cuál es tu nombre? —Cuestiono, como si ella realmente no supiera quien era ese hombre delante de ella-
—Me llamo Okita Sougo— respondió— su caballero mi princesa… salvaje— eso ultimo lo dijo tan bajito que solo Kagura pudo escuchar.
"Y ese sentimiento llamado amor resurgió, aun cuando no debía"
No podía evitarlo, su corazón se negaba a ocultar un segundo más lo que sentía, ese amor infantil estaba ahí, pero mucho más fuerte que antes, sabía que estaba mal pero aun así no pudo evitar entregarse al hombre que ella amaba, bajo la luz de la luna y siendo sus únicos testigos miles de estrellas que adornaban la noche, Kagura Yato y Sougo Okita unieron sus vidas para siempre.
Ella se aferró a su pecho y él suavemente acaricio su espalda.
—Mi china— susurro él, Kagura le sonrió mientras llevaba sus manos a su rostro, suavemente acaricio su mejilla.
—Mi estúpido bastardo— rio.
"Eran felices por el corto tiempo que duro…"
—No— Grito horrorizada — no— no podía ser, sus piernas se movieron rápidamente, se agachó cerca de él, sus ojos buscaba algún indicio que nada de eso fuera real, que fuera solo una cruel broma pero no era así.
Okita Sougo, su fiel caballero, el hombre que juro proteger y cuidar de ella está ahí, inerte, el hombre que ella amaba en secreto estaba muerto.
A simple vista parecía estar tomando una siesta, con los ojos cerrados, luciendo tan despreocupado, incluso parecía bastante tranquilo, jamás hubiera pensado que estuviera muerto de no ser por el charco de sangre en el que se encontraba y la herida mortal cerca de su pecho.
—Sougo. — musitó.
"Kagura"
—Sougo — repitió.
"A este paso jamás te casaras, china, sigues siendo una cerda salvaje. — le gritó con tan solo ocho años."
—Sougo.
"Por eso mismo tendré que sacrificarme..."
—Sougo.
"Me casarse contigo... china".
—Sougo.
"Aunque la gorila se vista de seda gorila se queda" sonrió.
—Sougo.
"China, no, Kagura por fin te tengo entre mis brazos, aunque esté prohibido, eres mía"
—¿Por qué? ¿Por qué?—se repetía mirando aquella perla —Porque...— abraza el cuerpo de su amado.
¿Porque tendía que morir él, porque tenía que renunciar a ser mujer?
¿Porque?
Las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
¿Porque?
"Kagura".
"Eres mi gorila".
"Kagura".
"Mi china".
"Solo quiero estar contigo."
—¡No, no, no!
"Kagura."
— ¿Qué es lo que más deseas? —Musitó aquella voz que provenía desde esa perla. — ¿cuál es tu deseo, mi querida princesa?
"La perla de Sadaharu es capaz de cumplir cualquier deseo por inverosímil que sea"
—Yo.
"Pero tiene una contraparte igual de poderosa…"
—Deseo...deseo... Deseo solo verlo a él... Solo a él. —Kagura tomo aquella perla—Por favor, por favor...no me importa cómo, solo quiero verlo, solo lo quiero a él, nada más que a él...Por favor devuélveme a mi amado.
— ¿Ese es tú deseo mi princesa?
"Pero a ella no le importo, con tal de verlo otra vez pagaría las consecuencias de su deseo, incluso por más dolorosas que fueran…"
—Sí, no importa el precio, con tal de verlo de nuevo, con tal de estar con él, no me importa nada más. Pagaré las consecuencias de mis actos.
Entonces ese deseo se cumplió tal vez no como desearía… el pecado de su amor los seguiría durante todas sus vidas.
No importaba el tipo de vida que fuera, el nombre, el rostro, el estatus social, el género ni la especie que fuera, cual fuera la circunstancia que lo convierta atroz, pero sus almas seguirían encontrándose, en cada vida, en cada momento con el único objetivo de que ellos al menos pudieran ser felices aunque fuera en un corto tiempo…
Continuará...
