Roles

Ya casi oscurece pero no estoy satisfecho con mi trabajo. Para ser Fuhrer requiero cumplir mis obligaciones adecuadamente y si es necesario… quedarme horas extras dentro del cuartel con tal de disminuir el papeleo que se presentó este día pero en verdad me dificulta concentrarme en la pila de papeles que impiden mi vista.

No estoy solo en la oficina pero pareciera que sí ya que mi mente está en otro lado, oigo voces lejanas, una voz femenina impartiendo órdenes a mis subordinados… efectivamente, Riza trabaja como siempre. A veces me pregunto si por dentro es en realidad una dulce muchachita; sus gritos son desgarradores y como consecuencia observo como mis ayudantes tiemblan de miedo.

-¿Está listo, señor? –me pregunta con una sonrisa; es raro, nunca me di cuenta cuando se acercó.

-Ya casi –siseo… estoy demasiado concentrado en otras cuestiones.

-¿Quiere visitarlos?

-… Sí –respondo con la mirada desviada y concentrada en nada… quizá ya estoy cansado y debería irme a descansar, dejando a mis subordinados limpiar un poco la oficina ya que está hecha un desorden, pero en verdad quiero verlos… sobre todo a Edward ya que estoy preocupado de su condición.

En la mañana recibí una noticia mortal que casi me rompe el alma… Edward y Alphonse fueron a un edificio por órdenes mías para que inspeccionaran el lugar, posiblemente el edificio era un perfecto sector para esconder armas y distintas drogas… los delincuentes, al parecer, escaparon dejando solo rastros de su mercancía. Ambos hermanos entraron y revisaron el lugar apropiadamente pero nunca imaginaron que los desgraciados esconderían una bomba con tal de eliminar las porquerías que venden. El techo de destruyó y cayó en los Elric.

Alphonse tiene una armadura y es inmortal hasta el punto de que alguien toque su delicado sello de sangre hecho por su propio hermano en una situación que pondría en riesgo el título de alquimista estatal de Edward. Es por eso que pudo sobrevivir del derrumbe… pero Edward… recibió mucho daño y Alphonse entró en histeria al ver que estaban muy alejados de la salida más cercana. Cargó a su hermano y lo condujo por todo el maldito lugar hasta sacarlo al exterior. Edward casi muere.

Algunos reconocen que Alphonse hizo un excelente trabajo, que fue un héroe pero yo opino que fue lo único que se le ocurrió para mantener a Edward a salvo, nadie sabe que son hermanos con una relación difícilmente rompible, excepto yo y algunos amigos de ellos y claro, mis subordinados.

Riza llegó con una cara totalmente pálida que en el primer momento en que la vi supuse que era un fantasma. Me comentó lo ocurrido y como reacción casi me muero por la noticia. Ed estaba en el hospital con heridas mortales y en estado crítico. Quise salir de la oficina pero un desgraciado soldado se atravesó en mi camino informándome que necesitaba firmar algunos papeles con urgencia.

Desde ese momento he estado encerrado en este cuarto con la mente en blanco y firmando estúpidos documentos sin siquiera leerlos… Ed me importa más.

En fin, Riza nos hizo el favor de llevarnos al hospital y me refiero a todos mis subordinados y a Hughes… claro, Maes en otro coche llevando consigo a Falman, Breda y Fuery. Yo estoy junto con Riza y Havoc.

Me estoy volviendo loco con el cigarrillo de Jean pero me torno calmado, eso no es importante es más molesto el ver lo lejano que está el cuartel del hospital… comienzo a perder los estribos y de eso se da cuenta Riza.

-Tranquilo, señor… estoy segura que Edward estará bien –me dice sin desviar su mirada del parabrisas.

-Solo estoy preocupado… y molesto conmigo mismo ya que yo fui quien metió a ambos en este caso.

-No fue su culpa, jefe –opina Havoc en un intento por hacerme sentir mejor aunque fracasa totalmente, pero no dejo que se de cuenta ya que sus intenciones son puras.

-Necesitábamos de su ayuda –exclamó Riza y seguido me mira para dedicarme una sonrisa.

-Estaré más tranquilo si conozco el estado de Acero.

-Bien, tendremos que preguntarle a Alphonse –finaliza Havoc para encender otro cigarro. Posiblemente, no, está totalmente nervioso y con fumar parece que se calma.

Se que mis subordinados también están preocupados y es por eso que todos vinieron pero hubiera preferido venir solo… así la culpa que caerá en mí me la crearía yo mismo.

Llegamos al hospital y lo recorremos por completo en busca de Al, debimos preguntarle directamente a una enfermera pero yo prefería buscarlo, no quería perder tiempo. Al final conseguimos llegar a un pasillo y al ver a Alphonse sentado en una pequeña banca supusimos inmediatamente que Edward estaba por los alrededores.

La armadura tenía la cabeza gacha reflejando una gran desesperación y tristeza. Supuse lo peor pero no lo sabría hasta preguntarle… me acerque lentamente y por cada paso Alphonse alzaba poco a poco su curiosa cara plateada.

-Alphonse –lo nombre con cautela y reprimiendo todo el dolor que sentía en ese momento -¿cómo has estado?

-Bien… gracias –se limita a contestar y seguido baja nuevamente su cabeza creando un agudo sonido producto de la armadura que lo cubre.

-¿Cómo está Edward? –preguntó sintiendo como mi corazón se retuerce debido al miedo que siento de saber la verdad. Alphonse me mira de la misma manera que siempre lo ha hecho, pero está vez, quizá, aluciné ver una expresión de miseria.

-Aún no lo se –confiesa en susurro y siento unas inmensas ganas de golpear a aquel que está atendiendo las heridas de Ed. ¿Por qué tarda tanto? Esto ocurrió aproximadamente al medio día y ya eran las 19:00 hrs… ¿Por qué tardaba tanto?... ¿Por qué?... poco a poco mis puños creados por la furia fueron suavizándose hasta comenzar a temblar descontroladamente. No sabía que hacer, quería entrar a la sala de operaciones para así presionar al doctor pero a la vez quería golpearme por haber metido a Edward y Alphonse en esto.

Todo fue mi culpa… ya que, los obligue a ir ignorando todo reproche de Acero. Les asigne la misión a las 9:00 am. Edward mostraba un rostro realmente molesto cuando le comente el nuevo caso que tenía que resolver. Al principio disfrute ver su cara, enfadado se veía tan gracioso. Acero intentó varias veces rechazar la misión usando como pretexto que era peligroso ir a ese lugar y yo ignoré completamente sus razones… ahora me arrepiento. Para cerrar el caso tuve que burlarme de su estatura, de este modo ignoró todo el problema surgido de la misión para enfocarse en defenderse de su tamaño microscópico… y he aquí las consecuencias de mi estupidez.

-Alphonse… lo siento mucho. Yo fui quien les asignó la misión así que toda culpa debe caer en mí –manifiesto con un rostro serio y arrepentido. Alphonse me mira y baja la cabeza nuevamente.

-No coronel, no fue su culpa… fue descuido nuestro… usted no fue quien colocó la bomba solo nos ordenó ir al lugar pero usted no tenía el consentimiento de que era un lugar realmente peligroso.

-Pero debí escuchar a tu hermano…

-Sobre eso, mi hermano solo lo inventó con tal de librarse de la misión, él realmente no quería ir ya que estaba enfocado en la búsqueda de la piedra así que no se sienta culpable –confesó Alphonse tranquilamente. Lo miré confundido y luego le mostré una sonrisa. Ahora me sentía bien… claro, era imposible que la culpa fuera mía y gracias a Al pude darme cuenta de eso pero, de cualquier forma, necesitaba pedir disculpas con Edward… si es que aún estaba…

¡No!, ¡no! Edward no podía estar muerto, era imposible y absurdo. El chico siempre había mostrado tener valentía para enfrentar a la muerte, seguramente ahora solo estaba inconsciente y el doctor tal vez tenía problemas para nivelar su respiración, colocarlo cuidadosamente en una cama, etc., si definitivamente Edward no puede estar muerto, tiene una promesa que hacer con Alphonse y Acero es un hombre de palabra.

-Y ¿estaba muy grave? –cuestioné en un murmullo.

-Si –afirmó también con la cabeza –además de haberse roto varios huesos, una piedra chocó bruscamente con su cráneo, eso lo dejo realmente débil pero eso no fue todo, también una… una cañería atravesó su abdomen –finalizó mientras movía con inquietud sus manos tratando de suprimir tan malos recuerdos. Tragué saliva al imaginarme lo sucedido, debió haber sido horrible –para cuando me levanté mi hermano ya había perdido el conocimiento y al verlo sentí como mi alma se desquebrajaba. Lo levanté cuidadosamente y con desesperación corrí hacia la pared, usé la alquimia para crear una salida pero tardé demasiado en acomodar a mi hermano en mis brazos.

Pasaron varios segundos de silencio creando un ambiente fúnebre. Riza se acercó al igual que Maes hacia Alphonse y ambos le sonrieron y colocaron su mano en su hombro metálico. Alphonse les agradeció y mostró más alegría. Minutos después, vimos con temor y desesperación a un doctor que venía aproximándose del oscuro pasillo. Se acercó a nosotros y nos mostró una leve sonrisa. Alphonse se puso de pie.

-¿Cómo está mi hermano? –cuestionó Alphonse reflejando una gran desesperación.

-No tienen porque preocuparse, él ya está bien… -nos informó el médico e inmediatamente todos dimos una gran suspiro alejando de esta manera la angustia que se fue reprimiendo en nuestros corazones -aunque debo confesar que estuvo a punto de morir, su estado era muy critico pero afortunadamente conseguimos salvarlo a tiempo.

-¿Podemos verlo? –inquirió Maes en tono tranquilo pero simbolizando una gran tristeza.

-Claro que pueden, solo que en estos momentos está dormido, quizá, conforme pasen los minutos, se despierte.

-Gracias –fue lo único que nuestras mentes pudieron decir con tal asombro. Alphonse corrió directo a la habitación indicada por el mismo doctor y después de agradecerle plenamente mientras tocaba sus manos corrí detrás de él pero espere hasta el momento indicado para hacer mi aparición.

Estaba detrás de la puerta y escuchaba claramente lo que decía Alphonse. Algunos creerían que lo estaba espiando pero él sabe que no es así. Escuché perfectamente como le agradecía a dios el hecho de que Edward estuviera vivo, lo cual es gracioso ya que, al igual que yo y obviamente de Edward, no cree en la existencia de un dios. También escuché como le hablaba con ternura pidiendo por su recuperación lo más rápido posible.

En ese estado ni sé que le ocurrió a mis subordinados salvo de la teniente, la cual está junto a mí con una postura digna de un soldado, aunque en esos momentos lo que menos me importaba era lucir como tal. Aunque después de segundos, Riza me confesó que mis soldados fueron por café.

Minutos después escuché como Alphonse gritaba de emoción y supuse inmediatamente que Edward ya estaba despierto. Era un milagro y con ese hecho sentí como mi corazón se tranquilizaba poco a poco. Tras dar un suspiro y esperar unos cuantos minutos a que Edward hablara con su hermano, entré a la habitación con impaciencia.

-Acero –lo nombré pensando que, quizá, debí nombrarlo por su nombre -¿cómo te sientes?

-Bien, eso creo –se limitó a responder. Noto que está bastante cansado pero luchando por no caer en la inconsciencia. Tal vez el haber visto a su hermano lo tranquilizó bastante.

-Son muy buenas noticias… Acero… quiero pedirte disculpas –confieso y veo como Ed me mira confuso. Alphonse se puso de pie y salió de la habitación y por dentro se lo agradezco.

-¿De qué se disculpa?

-Yo te envié a esa misión… y creo que por mi culpa estás en ese estado.

-Eso no es cierto –me dice con cierta furia –era una misión y ya. Muchos soldados mueren cumpliendo misiones y el encargado de otorgárselas nunca se siente culpable.

-Tal vez –admito ¿qué me pasa? Nunca me he visto vulnerable con el chico y a puesto a que en un tiempo futuro usará este hecho para burlarse de mí. Al ver su rostro inmediatamente recordé que se trata de Acero y debo comportarme como el coronel bastardo para satisfacer mis necesidades de burlarme de él.

-Entonces ¿casi llora? –me pregunta con burla.

-No solo me comporto como el caballero que soy –que estúpida respuesta di pero es mejor que quedarme callado ya que el chico es realmente listo.

-¿Usted un caballero? ¡Por favor! –ríe y después se detiene debido a que recibió un fuerte dolor en su abdomen.

-No te esfuerces o acabarás peor –recomiendo y le muestro una sonrisa.

-Dígame la verdad ¿vino a disculparse en serio?

Tardó en responder, pensando en posibles argumentos ya que podría burlarse de lo que quiero confesarle: "estaba más que preocupado por ti y es cierto que vine a disculparme ya que mi mente no se concentraba en nada más que en una falsa imagen en donde estabas herido por mi culpa" pero mejor me guardo esa declaración para mí mismo.

-Riza fue la culpable –digo con seriedad y a la vez con miedo ya que la teniente podría estar en la puerta a punto de entrar y dispararme. Ed me mira ofendido -¿qué ocurre?

-Entonces ¿fue la teniente?

-Ella me dijo que todo había sido mi culpa así que debía pedirte perdón.

Pareciera que está decepcionado ya que baja la mirada con cierta tristeza.

-Espero que no te dispare –sisea –quiero dormir.

-… Está bien –afirmó pero me siento un idiota. Es imposible creer que Ed quería que le dijera la verdad. ¿Por qué lo desea? Tal vez necesitaba el sentirse querido por los seres (o únicos seres) que se preocupan por él. Pobre niño pero no puedo perder mi reputación con él… aunque me estoy arrepintiendo. Me estoy dirigiendo a la puerta y de reojo veo al chico, está cansado y deprimido tal vez por lo que le dije. Abro la puerta y veo como se acomoda en la suave cama y cierra sus ojos en un intento de conciliar el sueño. Debo hacerlo, sé que debo… lo haré aunque sea el intermedio de la verdad y la mentira –pero ¿sabes algo, Acero?

-¿Qué? –cuestiona aún con los ojos cerrados aunque muestra cierto interés.

-No fue necesario que me apuntaran el arma para que obedeciera –declaró y noto que Acero abre los ojos para después verme; yo le sonrío –estoy feliz de que estés vivo.

Finalizó para después salir de aquella habitación. Alphonse espera afuera y luego de verme salir, él entra. Riza me mira y me arqueó las dos cejas, es obvio que escuchó todo.

-Vaya mentira que se le ocurrió decir –me dice con seriedad.

-Lo siento pero sabes mis razones.

-Lo único que no tolero es que me ponga como la mala del cuento –manifiesta y saca su arma. Me torno nervioso.

-Lo siento, lo siento… ¿quieres ir por café? Al parecer todos necesitamos un poco para calmar los nervios.

-Estoy de acuerdo… vamos

Dicho esto, entrambos nos encaminamos a la cafetería con la esperanza de que mis subordinados no se hayan acabado todo el café. La teniente me mira y me sonríe.

-¿Qué pasa? –cuestiono.

-Es interesante el ver como maneja las situaciones. En la oficina no paraba de preguntar por Edward y de imaginarse los peores escenarios y ahora que lo ve no le confiesa todo lo que sufrió… es muy orgulloso.

-Él usaría mi debilidad en mi contra para burlarse de mí.

-Esa es su excusa –dice mientras me detengo y ella sigue caminando hasta el punto de detenerse unos cuantos metros delante de mí. Da la vuelta y me sonríe –pero la verdad es que le da pena mostrar sentimientos hacia él.

-No se de que hablas –evado aunque sé que es verdad.

-¿Por qué no le dice simplemente que para usted él es más importante que un subordinado? Porque ambos sabemos que lo es.

-Porque la relación que tenemos es mejor.

-¿Basada en pleitos e insultos?

-Es divertida, no puedes negarlo.

-¿Cómo lo ve usted realmente?

Tardo en responder. Continúo mi caminata y ella me sigue hasta llegar a la cafetería donde mis subordinados platicaban y bebían café constantemente; tal vez aún no saben que Ed despertó pero se ven más tranquilos. Havoc fumando un cigarrillo como siempre. Me siento junto con la teniente y durante el transcurso de tiempo en que tardó mi bebida en escasearse, ninguno de los dos habló hasta que yo me armé de valor.

-Lo veo como… un hijo, el cual debo proteger.

-Lo sabía.

-Aunque deba hacerlo desde las sombras, sin que él se de cuenta.

-Un día lo hará y tendrá que agradecerle.

-Espero que nunca llegue a esa situación ya que tendría que cargar con muchas culpas.

-¿De qué?

-No soy buen padre y mi intentó dé,fracaso completamente el día de hoy. Imagínate en otras situaciones.

-Debió mostrarse como tal y darle ánimos en vez de decirle que fue en contra de su voluntad.

-Prefiero que me considere el coronel bastardo a que me llegue a llamar padre… él no me aceptaría y eso se debe a que tiene marcado a su verdadero padre como un bastardo. Yo nunca encajaría en su vida.

-Lo que usted no sabe, coronel, es que Edward le tiene mucha confianza, quizá también lo considera como un padre… como una persona con quien puede crecer adecuadamente.

-¿Realmente considera eso, teniente?

-Estoy segura… está creciendo bajo su supervisión y él lo acepta sino, nunca se acercaría a usted… aunque al igual que usted prefiere mostrarse como el Edward que conocemos y no como el niño verdadero que requiere ayuda para afrontar estás situaciones tan difíciles.

-¿Qué hay de Alphonse?

-Edward debe mostrarse como un hermano fuerte y confiable para Alphonse, así que nunca le pediría ayuda, ¿no ha notado que casi siempre hace las cosas solo?

Tiene razón teniente…

Tiene mucha razón…

Regresó a la habitación a de Edward. Le pido el favor a Al de dejarme solo con él, el acepta y se retira sin decir nada. Lastima que Ed no pueda escucharme ya que está dormido.

Me siento en una pequeña silla y comienzo a acariciarle su cabello dorado… siempre quise hacerlo pero nunca me había atrevido.

-Edward realmente estoy feliz de que estés bien –habló en tono bajo, casi llegando a un susurro, mientras acaricio tiernamente su cabellera –estaba muy preocupado, temía lo peor y ahora me di cuenta de que esas emociones eran producto de un sentimiento que tengo hacia ti… te considero ya como un hijo mío y prometo que siempre te estaré protegiendo aunque deba esconderme en mi rol de coronel bastardo… sé que me entiendes y espero aceptes mi decisión.

-La acepto –dice en murmullo y esa frase (a pesar de ser muy baja para que mis oídos escuchasen) hace eco en mi mente una y otra vez. Mis acaricias se detienen concentrándome en la posibilidad de que Edward estuviese escuchando, lo cual es cierto… me congelo.

Ed da un suspiro y cambia su posición a una más cómoda demostrando que aún está dormido. ¿Habrá sido una coincidencia? Hay una posibilidad de que estuviera soñando con otra cosa pero… que feliz me hizo escuchar eso. Nuevamente acaricié sus hermosos cabellos pasando mis dedos entre ellos descubriendo que es una caballera muy bien cuidada ya que no hay presencia de nudos además de que es sedosa.

-Entonces cumpliré mi promesa, Edward –finalizo con una gran sonrisa apreciando que Ed también tiene la misma expresión de felicidad –gracias.

N/A Espero haya sido de su agrado.

Debo confesar que me inspiré de otras historias mismas de ésta página y quisiera agradecer y felicitarlos.

*Su espalda (historia maravillosa realizada por ShadowMageEvelyn y traducido por Leiram)

*Como el perro y el gato (gran historia hecha por Eclipse218)

Les agradezco de antemano.

Desearía que me dejaran reviews. Acepto todo tipo de crítica constructiva, quejas (aunque me hagan llorar T-T) que detecten algún error ortográfico o mala coherencia en el texto.

Gracias

Atte: carlac94