Disclaimer: Diabolik Lovers, sus personajes y sus escenarios pertenecen a Rejet.


La mascota de Subaru.

Aquella gata había estado con Sakamaki Subaru las últimas semanas, así que cuando desapareció aquella mañana de sábado, el menor de los hermanos Sakamaki sintió un leve vacío en su vida. Un vacío que quizás se llenaría al beber la sangre de la humana. Aun así, no dejaba de pensar en la gatita parda que había aparecido un día en la puerta de su habitación y la cual Reiji intentó usarla para sus experimentos.

―La tocas y te mueres ―dijo el chico de cabellos blancos al segundo de los hermanos, que levantó una ceja al escuchar aquella amenaza de su hermano menor.

―Desconozco si nuestro padre ha levantado la prohibición de tener mascotas en la mansión ―dijo Reiji acomodando sus lentes mientras se dirigía a Subaru con un tono de autoridad que fue ignorado por su hermano―; pero si vas a cuidar de ella, mantenla lejos de mi habitación. No pienso responder por ella después.

Subaru gruñó algo antes de encerrarse con la gata en su habitación, ignorando las advertencias que recitaba Reiji sobre conservar aquel animal. Si él quería podía tener un gato, un perro, a Yui, o la cabeza de su padre y nadie podía negarle sus deseos, por más que se escuchara como un capricho de cualquiera de los trillizos. De verdad odiaba a esa familia.

En la noche, Subaru abrió la ventana de su habitación para mirar el exterior. La luna creciente iluminaba el patio con rosas y la torre donde su madre fue encerrada en el pasado, pero no había señales de la gata. Incluso tuvo la idea de ponerle un nombre, con ayuda de la humana, y comprarle lo que necesitaba. Tal vez había huido por falta de cuidados especiales, pensó mientras miraba el patio en silencio, pero al pequeño animal nunca le faltó comida o una caja de arena. O quizás estaba enferma y se fue con alguien que sí sabría cómo cuidarla apropiadamente.

Con un puño de frustración y el grito distante de Reiji quejándose por hacerle un nuevo daño a la pared, decidió dejar de pensar en la única mascota que había tenido en su vida y que era mejor dedicarse a proteger a la humana que corría por el patio huyendo de Kanato; sin saber que eran vigilados por dos hombres y una chica que horas atrás había dejado su forma de gato para volver con sus maestros y dar información sobre aquella familia. En especial la chica rubia que vivía con ellos.