Punto de vista de Thalia
Artemisa tenía que tratar unos asuntos en el Olimpo (tenia que hacer entrar en razón a Zeus y Poseidón porque últimamente demasiadas catástrofes naturales asolaban el mundo, y estaban muriendo demasiados mortales), por lo que, mientras tanto, las cazadoras estaríamos en el campamento mestizo. Yo estaba nerviosa por ver a Annabeth, Percy, Grover y los demás campistas a pesar de que a las cazadoras no les gustaba en exceso el campamento.
Aunque a Artemisa no le hacía mucha gracia tener que pedirle otra vez a su hermano que nos llevase hasta el campamento vimos el Maserati de Apolo acercándose a lo lejos a la playa donde habíamos acampado. Instintivamente fui apartando la mirada a medida que se acercaba. Después de aparcar fue a hablar con su hermana.
- ¿Qué tal, hermanita?- Pregunto el dios del Sol, con el aspecto de un despreocupado joven de 17 años.
- Apolo, si recurro a ti es porque no había otra posibilidad, así que tranquilito. Y no sé cuantas veces te lo tengo que repetir, no soy tu "hermanita", ¡Nacimos a la vez!- Le dijo Artemisa a su hermano como si de un niño pequeño se tratase. Apolo hizo un gesto despectivo con la mano.
- Yo también te he echado de menos, hermanita.- Artemisa puso los ojos en blanco y Apolo se giro hacia las cazadoras buscando alguna cara conocida hasta que fijo sus ojos en mi.- Hey, si es Thalia Grace, hija de Zeus, ¿Como llevas la inmortalidad y esas cosas?
- Bien, señor.- Aunque tuviese el aspecto de un joven de 17 años seguía siendo un dios.
- Bueno yo me voy al Olimpo, por favor, no te entretengas.
- Por supuesto, hermanita. Pero para llevaros tengo una condición.- Artemisa resoplo y se giro hacia su hermano.
-¿Qué quieres?- Pregunto con voz cansada.
-Tiene que conducir la señorita Thalia.- Me ruborice y se oyeron varias protestas de las cazadoras, todavía se acordaban del último viaje.
- No creo que sea una buena idea, la ultima vez casi carbonizo un pueblo de Nueva Inglaterra.- Le dije con preocupación.
- Thalia te pido como un favor personal a mí, para que acabe ya esto, por favor.- Me pidió con voz cansada
- Si, mi señora.
- Pues perfecto. Todas adentro.- Dijo Apolo señalando a un bus escolar que ahora remplazaba al Maserati.
Yo entre la última, Apolo me toco el hombro y me guiño un ojo.
- Vamos allá, seguro que lo haces bien, eres la hija del dios de los cielos. ¿Te acuerdas de cómo funcionaba este cacharro?
- Sí, señor.- Le dije intentando no marearme en el asiento del conductor.
- Thalia ya no está Artemisa, puedes llamarme Apolo. Ahora arranca.
- Si, Apolo.- Y aferrada al volante como si de ello dependiese mi vida arranque el motor.
Después de un terrorífico viaje de 15 minutos, estaba claro que algunas ciudades habían pasado una gran ola de calor que atribuirían al cambio climático. Cuando por fin veía a lo lejos el campamento mestizo estaba tan emocionada que se me olvido ir frenando hasta que Apolo grito "¡Frena, nos vas a matar a todos!". Entonces frene de lleno hice un siniestro con el autobús y me estrelle inevitablemente con mi pino.
Entonces como si de una azafata se tratase Apolo dijo:
-Muy bien pasajeros ya hemos llegado a nuestro destino, por favor salgan uno a uno del vehículo de manera tranquila y ordenada.- Dicho esto las puertas se abrieron y las cazadoras salieron en tropel del bus.
Yo baje la última y Apolo me dijo sonriendo antes de irse:
-Para lo próxima vez seguro que me superas.- Yo estaba rezando a los dioses porque no hubiese una próxima vez, cuando Apolo dijo antes de esfumarse.- Nos volveremos a ver.
Dado que eso te lo decía el dios que podía ver el futuro le creí, aunque sus palabras me desconcertaron.
-¡Thalia!- Oí gritar a una voz que conocía muy bien. Me gire y la vi.
-¡Annabeth!- Media unos cuantos centímetros más que yo, uno de los problemas de la inmortalidad, llevaba su pelo rubio recogido en una coleta y iba con una camiseta del campamento y unos pantalones cortos vaqueros. Venia corriendo hacia mí y detrás le seguí algo rezagado Percy que tenía una cara más bien somnolienta. Annabeth y yo nos abrazamos y cuando nos soltamos Percy dijo:
-En serio tenéis que hacer tanto ruido, tengo sueño.- Entonces Annabeth le dio una colleja.
-Hace 2 años que no vemos a Thalia, cerebro de algas.
-¿Bueno y no puede venir a otra hora?- Annabeth y yo pusimos los ojos en blanco a la vez y nos reímos.
-¿Pasa algo por aquí?- Pregunto una oscura figura que apareció de detrás del pino.
-Hombre, si es la persona más alegre que conozco, Nico di Angelo, hijo de Hades.- Dijo Percy. Si no hubiese estado riéndome me hubiese quedado con la boca abierta, Nico di Angelo tenía el pelo negro despeinado y sedoso, llevaba una camiseta negra que ponía "DANGER: Hijo de Hades" Unos pantalones vaqueros negros, y unas Converse a juego.- Nico, esta es Thalia Grace, hija de Zeus.
Él le miro y le pregunto:
-¿Cara pino?- Le dirigí una mirada de irritación a Percy.
-Oh, gracias, Percy. Ya veo que le has hablado de mi.- Annabeth le dio una segunda colleja cuando Percy se empezó a reír y murmuro algo como "Cerebro de algas". De repente le empecé a dar vueltas a su apellido y le saque un parecido.
-Di Angelo... de que me suena... ¡Ya se! Tú eres Nico di Angelo el hermano pequeño de Bianca.- En ese momento me di cuenta de lo estúpida que soy, no creo que le haga mucha gracia que, una cazadora precisamente, le recuerde su hermana muerta. Por su cara paso una mirada sombría.
-Si soy yo, bueno tengo que irme a... el muro de escalada.- Después de mi gran cagada no pare de mirarle mientras se iba, hasta que Percy me pregunto:
-Thalia, ¿Necesitas pegamento?- Mire a Percy como si estuviese loco (cosa que no descarto).
- Percy, ¿De qué demonios hablas?
-No, lo decía para pegarte la mandíbula que se te ha caído al entrar Nico.- Entonces él se empezó a reír y yo me ruborice.
-Oh, como diciendo que te gusta Nico.- Añadió Annabeth. No saben donde se han metido. Nadie se mete con Thalia Grace.
-Me sorprende más otra cosa Percy.- Annabeth y él me miraron expectantes.- ¿Como es que Percy Jackson, el Salvador del Olimpo, el guerrero invencible, el hijo de Poseidón, no es lo suficientemente valiente como para pedirle salir a una hija de Atenea?- Acto seguido Percy y Annabeth se sonrojan hasta la raíz y Percy empieza a balbucear.
-Bueno... yo... no...- Y poco a poco empieza a retroceder hasta que sale corriendo. Entonces suelto mi risa triunfal.
- Esto lo demuestra. Nadie, repito nadie, se mete con la gran Thalia, hija de Zeus.- Y de fondo como si me padre me hubiese escuchado se oye un rayo de satisfacción.
-¿Y cómo es que a la gran Thalia, le gusta un hijo de Hades?- Inquirió Annabeth. Empecé a balbucear estúpidamente como Percy, ¿donde estaba mi grandioso sarcasmo natural?- Además se queda sin palabras, creí que no viviría para ver este día
-Bueno yo tengo que ir a ver a las cazadoras, además creo que tienes ganas de ver a Percy.- Dije alejándome con Annabeth pisándome los pies.
-No tantas como tú a Nico.
- Voy a necesitar flechas
-¡Thalia y Nico!
- Muchas flechas.
-¡Thalia di Angelo!
-También unos cuantos puñales.
-Oh, espera, ya lo tengo, Thalico.
-Cállate, Percabeth!
Cuando por fin conseguí librarme de Annabeth (lo cual no fue nada fácil), les di instrucciones a las cazadoras para que dejasen todo el equipaje en la cabina de Artemisa y que yo dormiría en la de Zeus, entonces di unas cuantas reglas:
-Haber escuchad todas: Primero, sé que hay chicos por aquí lo cual os incomoda, pero ellos no tienen la culpa así que si queréis pegarlos esperad al partido de capturar la bandera. Segundo, ya se lo estúpidas que son las hijas de Afrodita pero, por favor, ya sabéis que sois mejor que ellas, por lo que os pido que no haya contacto físico, lo que viene siendo que no les den de ostias. Y tercero, podéis usar todas las instalaciones. Y si os doy este rollo es para que luego no haya preguntas y tal... bueno... pues... alguna pregunta?- Se oyeron bastantes quejas sobre no poder pegar pero se conformaron. No hubo ninguna pregunta por lo que di la charla por finalizada.
Cuando salí de la cabina me di cuenta de que se habían añadido muchas cabinas nuevas, pase por la mía para ponerme la ropa que llevaba cuando no era la lugarteniente de Artemisa. Mi camiseta morado oscuro que ponía "high voltage", pantalones negros y Converse negro. Después de quitarme el peso de las cazadoras encima decidí ir a ver a Annabeth. Pero al llegar a la cabaña de Atenea solo había un hermano de Annabeth, Malcom.
-Hey Malcom, ¿donde está Annabeth?- Le pregunte, aunque tenía una ligera idea.
-Ah, hola Thalia, no sabía que habías llegado. - Luego recordó mi pregunta y puso mala cara.- Supongo que estará donde siempre, en la cabina del erizo de mar.
Mis sospechas eran acertadas y cuando ya estaba llegando a la cabina de Poseidón me pare y mi diabólica mente pensó que era mejor espiar y pillarles in fraganti. Me dirigí a la ventana y pude ver a los dos sentados en la cama riéndose.
-...en serio no me puedo creer que a Thalia le guste Nico.- Dijo Percy pasándose la mano por el pelo. Note que mis mejillas tomaban color.
-A mi me parece que hacen buena pareja con todo ese rollo punk-emo y tal.- Le respondió Annabeth poniendo su mano en la pierna de él.
-Ya pero imagínate si se enterasen Zeus y Hades, Nico se convertiría en pollo frito y Thalia en comida para Cerbero.- Annabeth se río y Percy le aparto un mechón de la cara, me daban arcadas de solo verlos.
-Ya debe gustarles el rollo en plan amor prohibido, como lo de Poseidón y Atenea.- Le dijo Annabeth.
-Si, como nuestros padres, pero, nosotros no...- Y cuando me quise dar cuenta sus labios estaban a centímetros, entonces, como buena hija de Zeus que soy, cuando sus labios se tocaron les dio una descarga eléctrica. Atenea me debía una y papá debía de estar muy orgulloso.
-¡Au! ¡THALIA!- Como sabia que me habían descubierto me reí abiertamente. Entonces alguien abrió la ventana y un chorro de agua salió disparado hacia mí pero lo esquive. Y en su lugar apareció una Annabeth roja y muy enfadada.
-¡Thalia! ¿Por qué has hecho eso?
-¿El día de los Santos Inocentes?- Sugerí sin parar de reír.
-¡Estamos en Agosto!- Y como sabía que no tendría otra oportunidad antes de que Percy atacase de nuevo eche a correr hasta el campo de tiro con arco donde decidí a parar a lanzar unas cuantas diana cuando vi a una cazadora con su arco apuntando directamente a un hijo de Apolo, por lo que decidí intervenir.
-Perdón, yo no sabía que eras una cazadora.- Le dijo el pobre chaval que únicamente llevaba un arco pero se le habían caído todas la flechas. Cuando me vio me lanzo miradas suplicantes.
-Sarah, ¿Que está pasando?- Ella le lanzo una última mirada envenenada al chaval y se giro hacia mí. Sarah estaba en las cazadoras hace mucho más tiempo que yo, tenía el pelo azabache recogido en un moño y tenía unos ojos avellanas, era mi mejor tiradora.
-Thalia, este inepto a intentado acercarse a mí con un carácter lujurioso.- El chaval se giro hacia ella sin entender nada.
-Mentira, yo solo quería intentar ligar, no sabía que era una cazadora.- Me reí del pobre chaval.
-Sarah, déjale en paz, es un hijo de Apolo.- Eso justificaba algo su comportamiento, Sarah le apunto una última vez con su arco y se giro hacia la diana. Ayude al crío a levantarse.- La próxima vez puede que no tengas tanta suerte, así que te recomendó que vayas con cuidado. Se ha quedado con tu cara.
Después de la disputa con Sarah oí el aviso para ir a cenar. Iba a ir a sentarme en la solitaria mesa de Zeus cuando vi a Nico di Angelo caminando hacia la mesa de Hades. Pero entre él y yo se interpuso una hija de Afrodita con los puños apretados y una cazadora riéndose de ella, entonces vi a Annabeth y le pregunte si se podía hacer cargo de ellos, iba a preguntarme porque pero siguió mi mirada y vio la razón.
-Anda, vete con tu ángel de la muerte. Pero me debes una.- Dijo con una malévola sonrisa mientras me dirigía hacia Nico.
-He, Nico.- El se giro hacia mí al principio sonrió.
-Hola Thalia.
-Yo... venía a disculparme por lo de Bianca. A veces se me olvida comportarme, lo siento.- El puso una media sonrisa enigmática.
-No es tu culpa, a veces me gustaría saber ser un hijo de Hades. Además, seguro que fue lo primero que te sonó de mí. Cuando me conociste yo era un mocoso de 10 años. Además tienes cosas más importantes en las que pensar, eres Thalia Grace, hija de Zeus y lugarteniente de Artemisa.- Hubo un incomodo silencio hasta que los dos miramos fijamente lo mismo. A Percy y Annabeth coqueteando, como de costumbre, pero sin reconocer que se gustan.
-Te juro que odio verlos coquetear todo el día, me estresa.- Dijo Nico rompiendo el hielo.
-Yo también, me dan arcadas solo de verlos.- Nos reímos.- Deberíamos de juntarlos nosotros, hará que al menos lo reconociese.- El me miro extrañado.
-Pensaba que eras Thalia Grace, hija de Zeus. No Thalia Grace, hija de Afrodita.- Le di un puñetazo en el brazo y se río.
-Que conste que yo haga esto por ellos; Annabeth es como una hermana para mi, y Percy es mi primo.
-Lo sé, Percy también es mi primo y desde que esta con Annabeth en ese plan no me hace ni caso.- Entonces para romper el buen ambiente con Nico llegaron Lily, hija de Hécate, y dos gemelas, hijas de Némesis, Martha y Helen. Que iban maquilladas de tal modo que parecían unas estúpidas aspirantes a una Barbie Oscura.
-Hola Nico, ¿que tal? ¿Has estado haciendo deporte?- También debían de tener el mismo cerebro que una Barbie de plástico.
-Bueno, Nico, veo que ha llegado tu club de fans así que ya seguiremos hablando de lo de Percabeth más tarde.- Y me gire para irme a mí mesa, hasta que escuche el comentario de esa arpía de Lily:
-Nico, ¿Para que andar por ahí con Pikachu?, ven con nosotras.- Me gire hacia esa zorra de Lily roja de rabia.
-¿Como me has llamado?
-Pikachu, feo, gordo y de vez en cuando suelta alguna chispa.
-Yo pensaba que Pikachu era poderoso, leal y muy mono.- Cuando Nico se dio cuenta de que lo había pensado en voz alta se puso tan rojo como yo.
Poderoso, leal y mono. Todavía no me había podido creer que hubiese dicho eso. Me regocije de las aspirantes (así es como iba a llamarlas), antes de que pudiese intentar arreglarlo trono una voz:
-Campistas todos a comer, antes que nada debo de dar unos avisos.- Dijo Quirón.
