Aún recuerdo ese sonido… El sonido de Pepe y Adela revolcándose entre la paja del coral… ¡Qué rabia! ¿Por qué Adela? ¿Por qué no yo? ¿Por qué tuve que verlos en esa situación? Si hubiera visto a Angustias con Pepe, mi dolor no sería tan intenso. ¡No es justo! Si tan solo yo fuera más joven y más bella; Pepe se hubiera fijado en mí y no en Adela. En estos momentos tan solo quisiera tomar a Adela por los pelos y decirle que ella no es suficiente para el, aun sabiendo que ya ha muerto. Como quisiera poder salir de esta casa. Este luto y esta opresión que se vive aquí, es insoportable. ¿Por qué debemos ser hermanas? ¿Por qué hemos tenido que amar al mismo hombre? ¿Por qué mi amor por Pepe no puede ser?... Tantas preguntas… ¿Y sus respuestas?... No lo sé. A nuestra madre parece no haberle afectado en lo absoluto la muerte de su hija menor, ella solo mira por lo que dirán los vecinos, ella no quiere que se descubra que Adela se acostaba con el prometido de su hermana. ¡Ja! Si, que escandalo se formaría. Seríamos el centro de conversación del pueblo. Bueno, no todas, solo nuestra madre por "no velar por sus hijas", Adela por "decidir ser la amante del prometido de su hermana"; y Angustias, como una víctima a la que su hermana y prometido traicionaron. Si, que hablen, que quemen entre las bocas de todos los del pueblo a la mujer que no respeto un compromiso, a la que no importo los sentimientos de su hermana, y a la que pisoteo su decencia. Si, que no perdonen a Adela. Con lo sucedido ya no se efectuará la boda. Angustias no quiere saber de Pepe, ¡mucho mejor! Ahora Pepe se esconde, teme por su vida y por lo que le podría hacer nuestra madre. Es como un cachorro abandonado a su suerte, temeroso por la lluvia, sin tener que comer; así es el. Yo lo perdono, de todas formas Adela fue quien lo sedujo; parándose en la ventana casi desnuda cuando él pasaba. Todo es culpa de Adela, esa mujer no es mi hermana, la niña que solía jugar con migo en los establos y en el patio… No, la Adela que se suicido era otra, así como la que sedujo a Pepe. Adela, hermana, ¿qué te hizo esa mujer que se hizo pasar por ti? ¿Acaso te secuestro y encerró en alguna cabaña? ¿Dónde estás ahora? Hermana, ¿sabes? Yo tengo un plan, escaparé de esta prisión de opresión, hipocresía y dictadura severa, buscare a Pepe, y te buscare a ti, seremos felices, te cuidaremos como una hija, y no hay que preocuparse; esa mujer que se hacía pasar por ti ya no está, no debemos temer. Escaparemos hacia la costa, así como nuestra abuela desea, y junto a la playa, felices viviremos en una cabaña. Pepe y yo nos casaremos y tu encontraras a un hombre con quien te casara y serás feliz; y todos seremos felices… Muy felices. Nos veremos pronto; hermana.
Att. Martirio
