Hola! Antes que nada, me gustaría explicar que no estoy plagiando nada… Yo soy la autora de la otra historia con el mismo nombre que esta, pero por alguna razón que no entiendo, me han eliminado la cuenta del msn, y como no manejo esto muy bien… Pues he decidido seguir con la historia en otra cuenta diferente.

Ahora, ya explicado, me gustaría pediros perdón por la demora! Pero entre que he estado de exámenes, que se me jodió el ordenador y he estado sin el durante varias semanas y que, nuevamente, mi inspiración se fue de vacaciones y me dejó tirada, no he podido seguir con la historia! Pero ahora estoy empezando con el tercer capítulo, y espero no tardar mucho en subirlo… Si tardo, perdonadme! Pero quiero hacer los capítulos más extensos a partir de ahora, ya que creo que la historia no será mucho más larga…

Y después de la explicación y de pedir perdón, os dejo de nuevo el primer capítulo. Más tarde subiré el segundo, y cuando lo acabe, ya el tercero.

Un besazo enorme a todos! Y perdón de nuevo!

Todos los personajes son de la gran escritora Stephenie Meyer, por mucho que me corroa la envidia. =)

Cap. 1: Daniel

Han pasado 7 años desde mi transformación. Siete maravillosos años con mi familia, con Edward… En ese periodo de tiempo, nos mudamos de Forks porque estábamos levantando sospechas (y, por supuesto, Jacob vino con nosotros) y Renesmee ha crecido hasta convertirse ya casi en una adulta.

Y hoy, volvemos a empezar. Voy a volver al instituto porque creen que ya estoy preparada… Estaba nerviosa, era la primera vez que iba a estar en una clase repleta de niños desde mi transformación… Todos confiaban en mi. Edward cree que no hay peligro dado a mi comportamiento como neófita, y Alice asegura que no habrá problemas. Pero aun con todo el apoyo, me sentía terriblemente insegura…

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que se me estaban acercando, hasta que alguien me abrazo por atrás. Me relaje instantáneamente. Era Renesmee. Podía sentir su calidez, su aroma.

-Te veo esta noche mamá. Que se te den bien las clases.

La abracé fuertemente y me despedí. Ella iba a estudiar en el conservatorio, ha salido con la misma pasión por la música que su padre.

Nos despedimos de ella y de Jake, que la iba a acompañar, y nos montamos en nuestros coches con nuestras respectivas parejas. Seguro que Jasper no quería ir en el mismo coche debido a mis nervios… Edward notó mi inseguridad, me cogió la mano y me dijo:

-Tranquila Bella, lo harás estupendamente.

Le sonreí como respuesta, no tenía ánimos para más. Él era fantástico… Hasta que le salía ese instinto protector. Tendía a exagerar todo demasiado. En cuanto veía que algún hombre se me acercaba, se tensaba. Y era demasiado sobre protector… Eso estaba bien, pero hasta cierto punto…

Llegamos al instituto en un tiempo record, debido a la alocada conducción de mi marido. Di gracias por llegar pronto, ya que aun no había casi nadie en el parking. Nos dirigimos todos juntos a las oficinas para que nos dieran los horarios y los planos. Salimos de la oficina, y para mi desgracia ya estaban empezando a llegar los alumnos. Gruñí por la atención no deseada que todos nos dedicaban, y me tensé debido al fuerte olor de los chicos. Aun que el olor no me afectara, me puse mucho más nerviosa de lo que ya estaba.

-Cálmate Bella. Todo saldrá bien. ¿Verdad, Alice? –Dijo Edward, mientras Jasper me enviaba olas de tranquilidad.

-Por supuesto que si. No hay motivos para preocuparse, Bella. –Me dijo Alice.

Le di las gracias a Jasper y nos despedimos de él, de Rose y de Emmett, ya que ellos iban un curso mas adelantados. Alice, Edward y yo nos pusimos en camino. No me pasó desapercibido que todos a nuestro alrededor nos miraban con curiosidad, y algunos con deseo, ni que Edward pasó sus brazos por mi cintura posesivamente, mientras gruñía muy bajo. Bufé internamente.

Llegamos a nuestra aula, que estaba casi llena, y nos sentamos al final de la clase. Pero cuando llegó el profesor, nos hizo levantarnos, presentarnos y colocarnos por orden alfabético. Puesto que decidimos que sería más seguro y conveniente que yo siguiera con mi apellido de soltera, me despedí de Alice y Edward y me senté al final de la clase, al lado de un chico bastante guapo.

-Me llamo Daniel Stevenson. –Dijo sonriéndome.

-Isabella Swan. Pero llámame Bella. –Le sonreí de vuelta.

Miré a Edward, que estaba sentado con Alice, y me di cuenta de que estaba mirando al chico como si quisiera despellejarle vivo. Puse los ojos en blanco y le sonreí para que no se preocupara. ¿Por qué tiene que ser siempre tan posesivo? Vi de reojo que el chico llamado Daniel estaba mirándome fijamente, lo cual me hizo sentir incómoda.

El profesor ya había empezado la clase, así que intenté concentrarme en seguir la lección.

-Y bueno… ¿De donde vienes?

-De Alaska. Vinimos aquí porque a Carlisle le ofrecieron un empleo.

-¿Quién es Carlisle?

-Mi padre adoptivo.

Mierda, se me estaba acabando la reserva de aire. Como este chico siguiera preguntando, necesitaría aspirar una buena bocanada de aire.

-Oh, vaya… Si no es mucho preguntar, ¿qué les pasó a tus padres?

-Murieron hace muchos años. –Por suerte, seguían vivos. Pero claro, eso es algo que a este chico no le importa.

-Oh… Lo siento… -Se quedó callado unos minutos, pero luego volvió a preguntar. -¿Hace cuánto te adoptaron?

-Pues… Hará dos o tres años.

Mierda. Ahí va mi última reserva. Aspiré rápidamente, y lo que olí me volvió loca. Era un aroma exquisito, y venía de… Daniel. Dejé de respirar porque sentía que iba a perder la cordura, y que acabaría con su vida. Me obligué a pensar en Edward, en todos nuestros momentos juntos, en cada recuerdo… Pero inevitablemente recordé que a él le pasó lo mismo conmigo. Encontró en mí un aroma difícil de resistir…

Este recuerdo hizo que mi garganta ardiera con más intensidad, así que pensé que si mataba a Daniel sería un monstruo, que no podía arrebatarle la vida a un pobre inocente.

-Mmmm… ¿Qué te parece este pueblo?

-Estoy intentando prestar atención, así que si no te importa… -Intenté sonar fría y cortante, pero se escuchó claramente dolor.

-Perdón… -Dijo, arrepentido. Seguramente ha pensado que los recuerdos me duelen o algo así. Quise decirle que no se preocupara, pero me detuve. Eso no sería apropiado.

Siguió mirándome avergonzado y apenado, pero al menos no habló en el resto de la clase, que, por cierto, se me hizo extremadamente larga.

Cuando por fin sonó la alarma, salí corriendo a paso humano, sin esperar a Alice o a Edward.

Corrí hacia el aparcamiento, y cuando estaba a punto de irme, llegó Edward.

-¡Bella! Bella cariño, espera. ¿Qué ha pasado?

Inevitablemente, mi cuerpo empezó a convulsionarse debido a los sollozos sin lágrimas.

-Edward… Oh…

-¿Qué pasa? Dime que ocurre por favor. –Su voz estaba claramente llena de dolor y desesperación por verme así.

Dudé. No sabía si debía decirle lo cerca que he estado de matar a un inocente. Al final, me decidí. El me entendería.

-Yo… Pensé que iba a matarlo, que no resistiría. Su aroma… Es el mejor que he olido en toda mi vida… -Su rostro pareció comprenderlo todo, y se ensombreció. –Perdóname… Lo siento Edward… Tengo que irme, necesito irme…

-Te acompaño. –Dijo, decidido.

-No, por favor. Necesito estar sola…

Me maldije por hacerle daño, pero en verdad necesitaba estar sola. Edward dudó, pero al final me dejó irme, probablemente por el recuerdo de cuando él se encontró en mi misma situación.

Corrí. Corrí como nunca antes, pero sin alejarme mucho del pueblo. Sentir el viento en mi cara me relajó. Cuando me di cuenta, estaba ya anocheciendo, de modo que decidí volver para no preocupar más a la familia

Pero cuando estaba a poco más de cinco minutos de casa, lo olí. Ese maravilloso aroma que me hacía enloquecer, que me quemaba la garganta, que me llamaba… Me pedía a gritos que fuera, que lo probara…

Y, sin pensarlo una segunda vez, seguí ese irresistible olor…

Bueno, ya sabéis lo que tenéis que hacer, no? Reviews, reviews, y más reviews, con vuestras críticas constructivas, ideas, o lo que queráis!

Un besazo!